Partida Rol por web

Los seguratas salen a coger su equipaje y éste les deja sin problema. También hace un gesto para que se lleven el bidón pequeño de gasolina y la moto - Espero que aceptéis motos - Una sonrisa maliciosa volvió a aparecer en su cara aunque esta vez no tenía intención de hacer nada malo. Los llevaron a ver la lancha o incluso yate pues estaba muy bien equipado. Salió fuera, a la cubierta, y apareció un muchacho joven, alto y con el pelo azul. Lo miró de arriba a abajo antes de afirmar - ¡Ooji! ¡Ooji Takano! - Gritó a los cuatro vientos. Subió rápidamente a tierra y se acercó a él. Le tendió la mano de forma amigable - Cuanto tiempo, tío ¿Cómo has estado? Hace siglos que no sé nada de ti - Se ríe un poco antes de callar y esperar respuesta del muchacho.

Con una sonrisa le agradezco a Eru que me subiera las maletas. No habia cambiado nada en todos estos años, seguia igual de energica y tal vez con mas fuerza que antes. Aunque era dificil.

El yate estaba muy bien equipado, nunca habia estado en uno pero era muy bonito por dentro y confortable ademas. Habia estado poco tiempo de pie pero preferia descansar un poco, no tenia una condicion fisica extraordinaria y seguro que mas adelante necessitaria todas las fuerzas que necessitaba.

Con paso tranquilo me sente en uno de los sofas del yate y incline la cabeza hacia atras con una mano en la pamela para que no se la llevara el viento. Era una sensacion muy agradable el sentir la brisa del mar.

-Si aqui estoy. Dije al escuchar mi nombre del que era nuestro anfitrion.

Con bastante energía coge la mano que le tiende el chico, sonriendo ampliamente, sin darle importancia a que el otro parezca bastante callado. 

De pronto oye una voz masculina, y al girarse ve a un chico que sería unos años mayor que ella, con gafas y bastante bien arreglado. Entrecierra los ojos, haciendo un esfuerzo por entender la totalidad de sus palabras, pero al final parece desistir, dejando caer los brazos en los costados, no había entendido ni papa. 

Levanta la cabeza cuando la nombran, como si hubiesen apretado un botón, levantando la mano como hacía en clase.

   ¡¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ!!

Estaba deseando que la lancha se pusiera en marcha, sentir el movimiento de las olas... Entonces alcanza a ver el último chico que faltaba, parecía a punto de explotar por la carrera que parecía haber realizado para llegar hasta el lugar. 

Comienza a caminar a paso rápido hasta la otra punta de la lancha, quería encontrar algún sitio donde pudiese ver más de cerca el agua, y si se podía mojar tanto que mejor. 

Estaba todavía algo aturdido cuando de repente escuchó su nombre ser exclamado de forma enérgica. Alzó la cabeza para ver una cabeza rubia y una mano frente a él. Frunció el ceño uno, dos segundos... ¡Ostia! - ¿Erik? ¡Já, pero qué haces aquí! - soltó una carcajada mientras le daba la mano con ganas, sonriente - Mucho tiempo, sí. Nisiquiera sabía que estabas en Japón, ¿cómo te ha ido a ti todo? Yo lo de siempre. Estudiar, nadar, e intentar disfrutar lo que puedo el tiempo libre. También participaste en el concurso, ¿no? -

La alegría por encontrar a alguien conocido era grande - Claro que participé aunque fue por presión de un viejo - Se ríe - El señor no dejaba de insistir en que participase y al final, lo hice. La verdad me alegro de haberlo hecho - Se ríe nuevamente - Pues yo ando de aquí para allí, ya sabes cómo es mi vida. Que si estos de aquí que si estos de allá, un lío todo pero bueno, ahora ya estoy libre y ando intentando encontrar trabajo. De momento estoy en un piso alquilado pero ya sabes lo que pasa, siempre me llueven problemas aunque no todo lo que saco de ellos es malo. Mira - Señala a la moto y al pequeño bidón de gasolina - Se lo quité a unos tíos que se metieron en medio - Sonríe aunque le duelen un poco los golpes de la pelea - ¿Y qué? ¿Tienes alguna idea de lo que nos espera en la isla? ¿Algún plan? - Preguntó curioso con una sonrisa maliciosa.

Al oír mi nombre levanto tímidamente el brazo, cabizbajo. Cuando acaba la explicación, dirijo una mirada amable, y un amago de sonrisa a Eru. Me dispongo a entrar en el interior del yate, viendo que todos se disponen a hacer lo mismo interrumpiendo las formalidades. Pero en mitad del camino encuentro a un chico alto y guapo, de ojos azules, hablando con un rubio que parece ser bastante irascible... Bajo la cabeza, sonrojado y continúo con paso presto hacia el interior del barco, donde me dirijo a la Sala de Lectura.

Al llegar cierro la puerta tras de mí y me relajo, suspirando. Supongo que ahí no encontraré a nadie, y podré leer algo de poesía tranquilo. Busco en los estantes y encuentro un libro del poeta Yukio Mishima. Me dejo caer en un sofá, tumbado bocarriba y empiezo el tomo pensando en lo que me depararía la isla, y en aquel chico de ojos azules.

Al fin había llegado y se despidió de sus padres que insistieron en que debia relajarse y pasarlo muy bien, la lo que Etzuko respondió con un ligero movimiento de cabeza, el cual era sincero, realmente lo era, ella iba a hacer todo el esfuerzo por estar contenta, por verse más contenta y feliz, les sonrió a sus padres, y bajo las maletas, mirando a todos los presentes sorprendiéndose por la presencia de una de ellas.

-Ooji...- murmuró, su corazón dio un brinco, estaba ahí para sentirse mejor, y zas, el pasado la golpea en la cara, no era justo, se dijo,pero ya no había marcha atrás, así que resignada, se acercó hacia donde estaba el oficial del crucero, el cual era bastante guapo y Etzuko lo quedó mirando más tiempo del prudente, hasta que ligeramente sonrojada, bajó la mirada y buscó su  boleto.

Etzuko subió al barco, esperando que Ooji no la reconociera, aunque no estaba del todo segura si sabía quien era, esperaba que no, y que él no supiera nada de ella y Tsubasa.

Le sonrió a los chicos con los que conviviría, y al ve a la pequeña Eru sintió algo familiar, pero no supo de que se trataba, sólo que había sido muy curiosa su entrada. Afirmó un poco más su maleta y la jaló, pero debió hacerlo con ambas manos, estaba realmente pesada, debió medirse con la ropa, pero nunca se sabe cuando será necesario un vestido de noche, o una chaqueta.... jeje.

- Pues ya somos dos. Yo estoy también compartiendo piso  con dos personas, pero sólo van a casa los fines de semana con lo cual, es casi como si estuviera solo. Y eh... si te metes en otra pelea, la siguiente moto me la mandas a mi, ¿vale? - soltó una carcajada, sonriendo ante la imagen de Erik volviendo a meterse en problemas como antaño - Yo he dejado ese estilo de vida, tío. Los problemas llaman a problemas y necesitaba tomarme un tiempo de relax. ¡Y un tiempo en la playa ayuda! -

Buscó uno de los asientos para colocarse ahí y mirar a través de la borda. Todavía no había visto a Tachibana, y había una mancha de pelo rosa que corría de un lado a otro y que le resultaba familiar, pero no sabía muy bien por qué. Se pasó una mano por el pelo y se desperezó, con un bostezo. Pocas cosas odiaba más que madrugar.

Seguramente si estaban todos, muy pronto la "¿balsa?" zarparía rumbo a la isla,  en su mente el destino sonaba como un lugar místico, alejado del mundo.

-"¡Es como un marciano que visita otro cráter!... Mmm realmente no tiene mucha lógica".- se rasca la cabeza mientras permanecía en la cubierta, corre hacia la baranda para mirar como la mar golpeaba el costado del “¿Velero?” y al ver su cara distorsionada en el agua sonríe, se sentía afortunado por estar entre los ganadores,  su mente era un nido de preguntas sobre que le depararía el lugar, mira un momento a los chicos que hablaban entre ellos, parecían conocerse de mucho antes, y tal vez la mayoría se conoce,  cuando ve a Eru  recuerda que tenía un asunto pendiente.

- TUUUU!.-Trata de seguirla para interrogarla pero Etsuko se cruza y debe detenerse, no sabía si Eru lo había escuchado, observa a Etsuko notando algo extraño, tal vez era su idea pero, no se veía muy bien, seguramente la maleta debía estar bastante pesada.

-¡Hey! ¿Estás bien? ... te ayudare.- Habla tomando su equipaje. - Soy Ku Ayama.- se presenta con una gran sonrisa,  mientras caminaba hacia el interior - ¿Eres modelo?- Pregunta casi de inmediato, por lo menos para él no era común que una chica casi le llegase a su altura. –

jalaba y jalaba la maleta, definitivamente debió traer menos cosas, pero ya estaba ahí, y sus papás se habían ido, estaba sola y era demasiado machita como para pedir ayuda, aunque no la rechazaría si la recibía. La chica jaló un poco hasta que una mano extra apareció y sujetó la maleta, Etzuko levantó  la mirada y se encontró con uno de los chicos, al que le sonrió suavemente, con un rubor  precioso en sus mejillas.

- eh... gracias - le dijo, - soy Tachibana Etzuko, y no.. no tengo la estatura - le respondió sonriendo, las modelos medían más de 1, 75 y a ella le faltaban muchos centímetros para eso - eres muy amable, aunque haces preguntas raras, Ayama-san- sonrie de nuevo, y lo ayuda con la maleta para subir al barco.

Estaba al lado de Ooji y bromeó sobe las motos - Vale, la siguiente es tuya - Le guiñó un ojo y luegó su amigo se fue a la embarcación. Erik miró a su alrededor, sólo faltaba él por subir por lo que se encogió de hombros y entró en la lancha. Tomó asiento en cualquier lugar y de cualquier forma, dejó el pequeño bidón a su lado y comenzó a sacar todo el botín que había obtenido de la pelea. Lo deja todo en el centro del grupo* de manera algo brusca pero agitándolo para que las pertenencias de los "amables muchachos" se separasen y no quedara una bola con ellas - ¿Queréis algo de esto? - Preguntó mientras miraba a los premiados por el viaje. Se recostó en el sillón para acomodarse.

Eru aparece casi como una aparición tras Erik y los demás señalando con rostro curioso hacia lo que había dejado en el centro, parecía haber vuelto de su "mini" excursión por la lancha.

-¿Y eso qué eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeees?

Por su forma de moverse de un lado a otro o comenzar a dar pequeños saltos en el sitio parecía algo inquieta o emocionada. 

Miró a la enana peli-rosa que se acerca al alijo de cosas que había dejado - Yo que sé lo que hay ahí. No tengo ni idea - Se incorporó y miró lo que había a medida que lo iba separando lo iba nombrando - Llaves de casa, llaves de moto, una cartera, una navaja, un preservativo, un porro - Se le quedó mirándolo y se lo guardó - Eso mejor para mi - Sonrió - Una lista de la compra, un pañuelo, un paquete de clínex, una dentadura postiza? una bolsa de pipas, una bolsa de... - La miró desde cerca y juzgó. Era LSD pero no lo diría - De caramelos para mayores así que me lo guardo - Lo metió en el bolsillo - Que más...una manzana, un sándwich, otra cartera, unos pantalones, una camiseta, una caja de tabaco, una petaca - La miró y la guardó - Un zippo - Tambien lo guardó - Más condones, viagra? un palillo usado, una pistola de agua? un colgante...y creo que esto es lo último, una cartera más - Se volvió a recostar en el asiento.

Una vez todos arriba y tras unos minutos asegurando motores, recogiendo la plataforma de subida al barco, y haciendo demas protocolos de seguridad se os acerca Kouya para explicaros las normas en caso de que exista algun accidente en el barco.
La explicacion no tarda ni diez minutos.El chico se sube ha hablar un momento con el capitan rubio y mientras intercambian unas palabras y unos gestos amistosos el aparato comienza a moverse y a iniciar su viaje.
El capian entonces muy animado os habla desde un interfono que conecta la cabina donde se encontraba con el exterior.
-Bienvenidos todos a bordo, soy el capitan del barco Tamaki Suou. Soy tambien el principe (cabecilla) de Ouran Host Club, nuestra finalidad es conseguir que todos ustedes sonrian y disfruten, asique no descansaremos hasta cumplir nuestro objetivo, el chico parecia incluso mas entusiasmado que vosotros, casi le salian flores por sus poros y su sonrisa y vitalidad eran incluso contagiosas, parecia uno mas del grupo.
En una hora estaremos en la isla perteneciente a la familia Ootori, quien amablemente nos acompaña, el chico os saluda inclinandose, el realmente parecia bastante mas serio que su compañero.
Y al llegar a la isla el resto de los miembros del Ost Club estaran a vuetra completa disposicion.
¡¡¡Bienvenidos a vuestras inolvidables vacaciones de verano!!!

Acaba la frase con una pose y vuelve a dedicarse a guiar el barco con una sonrisa de oreja a oreja tarareando una cancion mientras que su compañero Ootori se pone la mano a la cabeza con una expresion de dios que idiota.

-Encantado Etzuko-san.-. Sonríe mientras caminaba hacia donde ella le indicaba, la chica a simple vista parecía ser muy agradable y dulce.

-¿Preguntas raras?, pueeess.- Piensa  algo sorprendido,  parecía que con tan solo cruzar algunas palabras habían descubierto algo de él.- Muchos me dicen lo mismo-  Al fin sube al barco y Al estar ya todos reunidos comenzaron a dar las instrucciones de rigor y el "vote" comenzó a moverse hacia la isla, luego una voz interrumpe por el altavoz, por estar distraído no lo había visto saludar, escucha con atención el discurso tratando de no juzgarlo por su forma de hablar pero, comenzó a sentir algo raro  desde que se auto nombró príncipe

-"donde pipas me he venido a meter, ¿Que era eso del Ouslas bla bla?... se escuchaba algo rarito".- esperaba no encontrárselo mucho.

Recuerda que escucho alguien regalar cosas y se gira buscando al tipo curioso. Al verlo se queda mirándolo, no se había fijado mucho en él, hace una pequeña señal a Etsuko para que se acercara un poco y le comenta al oído.-
¡Ese chico se equivoco o se peina metiendo los dedos al enchufe!.- Murmura en tono de broma cubriéndose la boca, el sujeto tenia una cara muy extraña y muy malosa, pero divertida.

-¡¡Quiero la pistola de Agua!!.- alza la voz hacia Erik, ahora llevaba sus manos ocupada pero después pasaría por ella, al ver a Eru cerca recuerda otra vez que le debe una explicación y simplemente le saca la lengua.

Se mantuvo con la maleta esperando instrucciones de la Etsuko, el viaje no duraría mucho así que dejar el equipaje en la habitación no parecía ser una buena opción, pero siendo una chica nunca se sabía.- ¿Esta bien aquí?.- Apoya el equipaje en el suelo.

-Y si no eres modelo.- vuelve a pensar.- puedes ser…. ¿cantante?.- se golpea la palma de la mano.-  tu voz es muy fina… ¡¿Me darías tu autógrafo?! - lo pide con mucha seguridad dando por sentado sus palabras.

Dejaescapar una pequeña risa tapandose la boca disimulando. Las personas de este barco eran muy graciosas ademas de que parecia que los compañeros con los que iba a pasar. Ademas la inocente pregunta de Eru le habia hecho gracia junto al "botin" que habia encontrado aquel chico.

-Sois unas personas muy divertidas. Digo aun riendo. Me sentia comoda alli, con la brisa del mar golpeandome en la nuca y el ambiente relajado. Estaba ansiosa por llegar a la playa. Aunque debia acordarse de ponerse proteccion solar mas fuerte del que llevaba en ese momento, tenia que cuidar su piel o acabaria bastante quemada.

Mientras el capitán hablaba nadie presto atención a los objetos que coloco Erik en la mesa, asi que cuando volvéis hacia esta con curiosidad mirando que podéis coger la navaja y la manzana han desaparecido.

Ya en el bote, ella y su "caballero andante" dejaron las maletas en el suelo, estaban demasiado pasadas como para seguir cargándolas. Etzuko se distrajo con el paisaje que no notó al chico rubio y todas las cosas que sacó de sus bolsillos, sino que hasta que el chico la indicó, ella se giró y vio su extravagante cabello en punta, bueno, entre él, y el capitán, no se podía determinar a cual de los dos le gustaba más llamar la atención.

- pues... supongo que es la moda - respondió encogiéndose de hombros  - no se le ve mal - intentó ser conciliadora, y le sonrió al amable chico - ¿cantante?... pues algo así - le respondió, sonrojándose por lo del autógrafo -  jeje.. no soy tan buena... no creo que mi firma tenga algún valor alguna vez - seguía sonrojada y se acercó hasta el estribor, para ver el mar golpear contra el casco del barco.

- ¿vienes solo ? - le preguntó sonriéndo, girándose hacia él para poder verlo a los ojos directamente.

Cuando escuchó el comentario de Rea se echó a reír, es posible que fuera divertido pero no era muy consciente de ello - Si...bueno...eso depende de la percepción y de los ojos con los que mires a los demás - Sonrió levemente - Todo depende del punto de vista pero seguro que a los que les quité eso no les pareció tan gracioso - Terminó riendo nuevamente pero esa risa ya era entre malévola y burlesca.

Sacó el zippo que se había guardado y comenzó a jugar con él, lo abría y lo cerraba - clink, clank, clink, clank - El sonido del zippo sonaba en todo el habitáculo. Con la otra mano cogió la petaca y la abrió con dos dedos, acto seguido pasó la nariz por la boca del recipiente - Whisky y del escocés, estoy de suerte - Sonrió, la tapó y la guardó. Estaba mirando a la muchacha que había abierto la boca pues parecía que era algo más habladora que el resto.

Al ver que nadie mas se va a sentar a su lado alza las piernas y las deja reposar en el asiento sin dejar de mirar el mar. Era una vision demasiado hermosa como para dejar de mirarla.

Se queda un momento pensativa escuchandolo hablar. -Pero es como un juego no? Pregunta toda inocencia ya que pandilleros y esas cosas como mucho las ha visto en la television. No a tenido la oportunidad ni mucho menos la ocasion para ver algo parecido en su vida. -Ellos han perdido y tu has ganado. Por tanto ese es tu botin. La proxima vez se alejaran nada mas verte. Sonrie como siempre.