Partida Rol por web

¡Vamos a los jardines entonces! Alice sonrió a los que se apuntaban. Animada, alzó los brazos mientras lo celebraba. Go, go :)!! Tomó suavemente de sus manos y tiró de ellos, animándolos a ir.

Alice, Rachel, Robert y Virginia pasáis al jardín. Si me dejo a alguien avisad ^^

Cuando entráis a clase, veis al "selecto" grupito sentado en sus pupitres, girados los de delante para hablar con los de atrás.

Al entrar dirigí una breve mirada hacia el grupito de soberbios como mentalmente les había clasificado y luego caminé tranquilamente hasta el pupitre donde me había sentado el día anterior. No había visto a Charles desde la tarde anterior pero suponía que vendría pronto. Tras dejar la mochila sobre la mesa saqué el cuaderno del día anterior y unos cuantos bolis y me senté desviando sin poder evitarlo la vista hacia la ventana donde las grises nubes amenazaban con cubrir el sol. Apenas llevaba en aquel colegio poco más de 12 horas pero ya empezaba a acostumbrarme a él. Los nervios, la incertidumbre que me habían embargado la tarde anterior habían quedado atrás al hacerme una idea de lo que podía esperar de aquel sitio pero no así el dolor sordo que suponía me acompañaría el resto de mi vida. ¿Dejaré de sentirme alguna vez tan sola? medité apoyando la barbilla en la palma de la mano mientras contemplaba el oscilar de los árboles del jardín con expresión soñadora.

Entro un poco acalorada en la clase. La carrera que me he dado hasta la habitación y de vuelta me ha dejado casi sin aliento. Al entrar veo como Shary ya se encuentra en su pupitre. Mi mirada recorre brevemente al grupo que vimos anteriormente ante la puerta.Me dirijo hacia el pupitre que ocupé ayer saludando con la mano a Shary...

Ufff... Pensaba que no llegaría a tiempo, pero veo que todavía no ha entrado casi nadie... Comento con una sonrisa en los labios. Me siento y empiezo a sacar el material de la mochila... A ver... Los bolis y que necesitaré hoy? Ummmh. Finalmente decido sacar los deberes que terminé en la biblioteca y empiezo a darles un pequeño repaso mientras la gente va entrando en clase.

Entro en la clase, me quedo un momento observando la clase y dirijo mi atención a Shary y Zoe hasta que toman asiento. Luego sin más me dirijo a mi asiento, ignorando por completa al grupo de antes.

Una vez en mi pupitre, dejo todo organizado, simétricamente y dejo mi carpeta en el cajón. Me tomo mi tiempo antes de volver a dirigir mi atención a ambas chicas, alternandola cada pocos minutos. Me guardo mis intenciones y mis pensamientos.

Natasha entra en el aula con la respiración algo agitada, por la carrera que se ha pegado al volver... se dirige al grupitos de Pij@s Guays y deja caer la mochila con un golpe sonoro encima del pupitre que hay justo al lado de la "más guay", la que pareció que era la cabecilla.

Sin decir nada, allí se sienta, mirando también la ventana.

Erika entra tras Natasha, sonriendo a los chicos que ya hay dentro como si nada. Parece que la pequeña no se ha sentido ofendida para nada... Se sienta en su pupitre procurando colocar bien la falda y luego mira a Natasha de reojo. Inmediatamente, imita su pose, mirando a la ventana mientras sigue mirando a la morena de reojo. Pero no tarda en aburrirse de ello y empezar a sacar su superestuche rosa de tres pisos y colocarlo encima del pupitre, balanceando los pies que cuelgan de la silla y sonriendo.

También saca los deberes, en una pulcra libreta de color... ¡rosa!

Al momento se empiezan a escuchar pasos por el pasillo. El "selecto" grupito se distribuye en sus sitios con la misma pose. Todos con la espalda recta y mirando al frente. La chica morena, Abby, junto a la que se ha sentado Nat, no parece darle importancia. Excepto por un par de segundos en los que una confiada y prepotente sonrisa aparece en sus finos labios al observar el comportamiento de la morena. Esa sonrisa vuelve a desaparecer, siendo sustituida por una sonrisa muy falsa pero educada en el instante en el que Jessica Connell pone un pie dentro del aula.

La profesora sigue teniendo ese aura de fuerza a su alrededor, como el primer día. Cualquiera diría que ha dado las clases nocturnas también...

Saca su libreta y pasa lista en silencio. Luego os mira, apoyando ambas manos en la mesa.

Sacad los libros de historia. Abridlos por el tema de el descubrimiento de América...

A partir de aquí, algunos desconectais, y otros os concentráis más en cada una de las palabras de la profesora. Las horas de clase pasan rápido, entretenidas para todos. Los que atienden, por la expresividad de la profesora y la facilidad con que os hace comprender las cosas. Los que no atienden, porque sus pensamientos los llevan a mirar los jardines, donde un Sol radiante los lleva a imaginar qué podrían hacer a la salida.

La última hora del día, según os explica la profesora, es para que vayáis preparando un trabajo individual sobre el descubrimiento de America y qué papel tuvo en él Walter Raleig. Os explica también que ese trabajo será la mitad de la nota de la asignatura de historia, que podéis hacerlo entre todos pero que cada uno debe entregar su versión y que tenéis hasta final de curso para hacerlo. Ya os avisa que durante las clases tendréis la última hora de cada día disponible para ir a la biblioteca o a la sala de ordenadores.

Así pues, se pone en pie y os conduce hasta el tercer piso del edificio principal, para que cada uno vaya a su aire.

Ahora os hago la introducción a la escena.

Rachel entra en clase, y acompaña a Valerie a su sitio, y se queda ahí, hablando con ella, esperando que sus otros compañeros entren y que también lo haga la profesora.

La mira seria.

¿Tú también lo has notado, no? Le pregunta mirándola a los ojos, sin necesidad de explicarse puesto que estaba claro que se refería al olor.

Apoyo mi rostro en su hombro, mientras respiro con tranquilidad antes de responder a la pregunta. Si, era…no se como explicarlo.

Cierro mis ojos para recordar mejor el olor. No era humano, estoy convencida. Pero tampoco era ninguno de nosotros ni de los profesores…será alguien nuevo? Tu que piensas?. Froto mi mejilla con suavidad contra el hombro de Rachel, intentando esfumar la confusión de mi mente.

Harry entra a clase, se sienta en su sitio y, tras mirar por la ventana, decide esperar tumbado sobre la mesa, mirando hacia la puerta.

Rachel asiente a las palabras de Valérie.

Sin duda es alguien nuevo. Dice con calma. No había notado este olor hasta hoy.

¿Tú que opinas? Le pregunta a Harry, metiéndolo en la conversación.

-¿hmm?-Harry levanta la cabeza y mira a Rachel-No tengo ni idea, en principio pense que podria ser Sydney, hacia tiempo que no le veiamos, pero ahora no se...-empieza a reflexionar mirando al suelo y con los brazos cruzados, pero atendiendo a la conversacion.

Yo no creo que sea ningún compañero nuestro. Digo mirando a Harry.

Ya sabes que cada uno de nosotros tenemos un olor particular, y yo aunque lo hubiera visto solo una vez en la vida aunque pasara días, meses, años o siglos nunca olvidaría un olor. Vuelvo a serrar mis ojos, mientras un suspiro se escapa de mi fría garganta. Pero me puedo equivocar, cuando venga la profesora le preguntaremos ¿no?

Alexis entró en la clase y se dirigió a su sitio, caminando con natural elegancia. Dejó el bastón recostado contra el asiento y juntó las manos ante el rostro meditabundo y silencioso.

Rachel asiente a las palabras de sus compañeros, observa entrar a Alexis, aislándose de todos. Y aún con expresión preocupada en el rostro se dirige a él, con más elegancia de la habitual.

¿Qué opina usted al respecto, señor Basilievich? Dice girándose para mirarle a los ojos.

Reposo mi mejilla en mi mano, con pesadez, mientras espero escuchar la opinión de Alexis.

- Creo que alguien tiene un peculiar interés en hacer peligrar la integridad del proyecto del Doctor Murray, Srta. Evans. El porqué, no lo entiendo... Quizás algún conocido del Doctor que le guarde rencor? Alguien que tema el poder que manejan sus dos Guardianes? Es una cuestión interesante y sin duda este rastro puede ser una pieza clave. - Devolvió una elegante sonrisa a ambas señoritas tras terminar de hablar.

Ingreso al aula sin poder evitar oír las últimas palabras de Alexis…

No pude disimular la sorpresa al escuchar a Alexis, nervioso dejo caer mi fólder con mis apuntes; rápidamente me agacho y trato de acomodar mis apuntes en orden entre tanto desastre.

…