Partida Rol por web

 Esta localización incluye los exteriores e interiores del edificio donde los distintos acechadores pueden invertir su tiempo libre ajenos a las misiones o a la preparación tanto física como intelectual.

 Transcurría una calurosa tarde de 21 de Julio, cada uno de vosotros estaba absorto con sus quehaceres por los alrededores de la Institución, fue así como sonó la megafonía de manera chirriante pero concisa.

- Al habla el director Richter Fontaine, se solicita la inmediata presencia de los miembros: Ernest August, Jenell Van Reinhart, Kiandra Kirwan y Ricardo Sánchez en mi despacho inmediatamente, cualquier demora será inexcusable - comentó con un tono bastante serio. Al director se le conocía por ser un hombre frío, muy distante con el resto del personal y bastante enigmático en cuanto a historia, lo poco que podíais saber de el es que era el único realmente ciego en el centro y que su fortuna y bienes podrían llegar a ser astronómicamente altos.

Me encontraba en los pasillos de la institución mirando los jardines y fumando un cigarrillo, estaba relajado el día estaba despejado y me sentía lleno de energía.

Al poco tiempo la megafonía sonó con la voz del director llamándome a su despacho junto con 3 miembros más que apenas conocía.

“TSk…vaya molestia justo que me encontraba tan tranquilo”

Comencé a caminar lentamente hacia el despacho, sabia que no podía llegar tarde ni dar excusas, después de todo me habían acogido allí desde que tengo memoria y dependía totalmente de ellos.

Tras dar unas pitadas mas al cigarrillo, lo tire en un cesto, antes de acomodarme la camisa y tocar la puerta del despacho del director.

-“Señor soy August, puedo pasar?”-

Cuando oye la voz del director para súbitamente de afilar el arma, la observa con detenimiento. En su momento fue una noble hoja y algun dia le conseguiré devolver su esplendor. Recoge su arma y se dirige raudo hacia el despacho, corriendo a grandes zancadas. Siempre que lo llaman para ir inmediatamente se da prisa, especialmente si es el director, tiene demasiado arraigada la puntualidad y la jerarquia, probablemente debido a que nació en otros tiempos...

Sintió que alguien le tocaba el hombro. Molesta, abrió los parpados y le dirigió una mirada grosera conforme se quitaba los auriculares que dejaban escapar unas débiles notas de rock japones. Odiaba que le interrumpieran cuando se encontraba leyendo, escuchando música, durmiendo...en general, detestaba las interrupciones de cualquier tipo simplemente.

Luego de escuchar los argumentos del extraño que le había molestado la chica de mechas purpureas pasó a hablar, con una voz que aunque delicada en tono, resultaba firme y un tanto arrogante. Hablaba un inglés bastante bueno, pero no dejaba de notarse el acento extranjero, delineado por frases poco entendibles para alguien ajeno al dialecto aleman.

-*¡Geh' zum Teufel! ¿Que quierres? ¿Que me llama el dirrectorr?

Suavizó algo la expresión. Vagamente había escuchado el sonido del mensaje pero no lo había entendido. De las pocas cosas que había rescatado de casa, su MP4 con sus auriculares, ambos muy potentes en la reproducción, eran su mayor tesoro. Aunque el no sacarselos en el momento casi le hacía perder el mensaje. El sujeto había obrado bien en avisarle, al menos según su criterio.

-Pues grracias, ahora voy -concedió.

Era cuestión de tiempo para que se impersionaran conmigo. Seguramente quieran ponerme a prueba.

Conforme sus pasos resonaban por los pasillos, acercandose al despacho del manda mas iba pensando en que probablemente la charla proxima fuera una oportunidad.

¿Será que con un buen desempeño dan sueldo aqui? ¿O beneficios para los mejores?

Contenta, empezaba a trazar algunas fantasmales ideas sobre como volver a su comodidad anterior. No le gustaba mucho la idea de estar atada de manos en cuanto al tema financiero, sus notas siempre habían sido excelentes y se negaba a tener que estar todo el dia en un sucio trabajo corriente. Solo necesitaba diplomarse de algo y ya. Aunque quizá las "tareas" del centro no fuesen un mal estilo de vida, todo era cosa de observar.

 Kiandra se encontraba trabajando en su traje modular ya que en la mañana, mientras tomaba su habitual baño matutino, su mente había sido asaltada por un tropel de ideas.  Había pensado que podría convertir su armadura en algo más que un lugar donde refugiarse, intentaría tornarla algo más ofensiva, para lo que debía realizar algunas modificaciones.  Primero se le había ocurrido instalar una serie de cámaras y receptores, infrarrojos, ultravioletas, cámaras normales de alta definición y un gran poder de zoom tanto óptico como digital, un equipo de ecolocación y radar e incluso un sistema de puntería asistida que se conjugase con las armas que pudieran montarse sobre el traje.  Todo esto estaría conectado a una interfaz de software accionada por voz y un sistema de alertas que permitiese al piloto dialogar con el exoesqueleto.  Por supuesto que todo aquello podía llevarse a cabo en un tiempo relativamente corto, de hecho cosas similares se encontraban hoy día ya implementadas en el equipo táctico que diversos soldados llevaban al campo de batalla, sin embargo había un problema que resolver, necesitaba energía suficiente para alimentar todos esos sistemas y eso representaba un quebradero de cabeza que por momentos lo agobiaba.

Mientras se encontraba probando algunos diseños destinados de antemano a fracasar en la computadora,  le llegó un mensaje que lo instaba a presentarse en la oficina del director de forma inmediata.  Había conseguido un buen lugar donde vivir en las cercanías de la organización y trabajaba tanto en su casa como en los talleres que el Velo le había facilitado.

 Se encontraba precisamente allí, en los talleres de la organización, cuando los altoparlantes requirieron su presencia en la oficina del director Kiandra bufó y protestó, no tanto por tener que dejar de trabajar, sino porque fue en ese momento cuando se percató del tiempo que había pasado trabajando sin poder llegar a la solución del problema eléctrico.  Dejó ejecutándose una serie de cálculos que utilizaría en una nueva simulación y partió hacia la oficina del director, al llegar tocó la puerta y aguardó ser atendido.

 La puerta del despacho del director, de increíbles dimensiones y adornada con remaches de oro macizo, le daban una estética sorprendente al lugar. Salvo el día que ingresasteis por primera vez aquí, jamás habíais regresado.

Cuando las puertas se abrieron os encontrasteis de frente al director. Su semblante era serio, como siempre, y sus ojos ciegos cuyas pupilas eran de color blanco podían llegar a sobrecoger a alguien que no estuviera acostumbrado. A su lado había una hermosa mujer de melena rubia recogida en una cola, por su modo de vestir sería seguramente la secretaria. Ella hizo una leve reverencia según ibais entrando.

Ahora vosotros cuatro estabais junto al director, probablemente era la primera vez que os encontrabais los unos a los otros pero quizás no era un buen momento para presentarse.

- Os agradezco que hayáis acudido a la llamada tan rápidamente queridos miembros - comentó mientras entrelazaba sus dedos, era como si a cada segundo os analizara de arriba a abajo.

- No sé si lo habréis intuido, pero vuestra estancia en la Institución no era meramente formativa, todos sabemos que allá afuera existen grandes males que no merecen la redención, nuestra intención nunca fue librar una batalla contra las criaturas que desean el mal para la humanidad, sin embargo esta sociedad tiene un juramento desde hace siglos y personas como vosotros son los que han hecho que se cumpla. ¿Aceptáis vuestro cometido para llegar a ser denominados "Acechadores"? - el director esperaba una respuesta por vuestra parte.

Da un paso al frente y se arrodilla. Si, una vez fui acechador y volveré a serlo. Se mantiene en esa posición un momento y luego lentamente se incorpora para mirar al director fijamente.

Kiandra se sorprendió ante la actitud del hombre de risos, le pareció algo anticuada y fuera de lugar pero se limitó a hacer una mueca que expresaba desconcierto y no dijo palabra.

Le estaban proponiendo ser un acechador pero ¿Qué significaba exactamente ser un acechador? ¿Qué responsabilidades y obligaciones morales podía conllevar aceptar ese título?  Decidió que quien mejor podía responder aquellas preguntas era el director por lo que decidió plantearlas en vos alta.

-Director Fontaine.  A diferencia de mi correligionario, yo desconozco qué significa ser un acechador.  No comprendo las responsabilidades y obligaciones que dicho título conlleva.  Así pues, antes de decantarme por un si o un no, me gustaría que usted me lo explicara-

¿Esta tonto, a que si?

Cállate, no es buen momento ahora, ordenó mentalmente. Realmente no era un buen momento para "discutir consigo misma" aunque sabía realmente que no era del todo ella.

Causar buena impresión, que aburrido.

Pasó de seguir con aquella especie de diálogo, y decidió hablar en voz alta.

-Perrmiteme que conteste a esa incógnita -comentó siempre con aquel acento extranjero, sin mirar siquiera a Kiandra se sentía mas proespensa a observar el rostro que tenía delante. Los ojos vedados por alguna razón le causaban una extraña curiosidad, y de a ratos se le antojaba que realmente no era tan "invidente como parecía. Hacía tiempo ya, sabía que las cosas que parecían imposibles no tenían porque serlo. Casi por acto reflejo deslizó la vista hacia sus pies unos instantes- Porr el "camino" de llegada hasta aqui se deja entrreverr que de alguna forma tendrremos que colaborrarr a la contención de esa clase de crriaturras peligrrosas.

Había observado curiosa el gesto del otro hombre. Le dió una buena impresión que fuera tan educada, ¿Sería uno de esos Lords ingléses tan educados que a veces salían por la televisión en entrevistas a entidades importantes de Inglaterra?

-No se a ciencia cierrta hasta que punto vaya nuestrra colaborración, pero *übung macht den meister, así que porr supuesto colaborrarré.

"¿Me estará hablado a mi?" se preguntó, mas luego, al confirmar que el parloteo de la mujer no respondía ni por asomo alguna de sus preguntas supuso que hablaba con alguien más y que respondía a una pregunta anterior a su llegada.  Dirigió una mirada al director instándolo a responder, luego, al recordar que este era ciego se quedó en silencio a la espera de la respuesta.

Solo en su habitacion, y una vez acomodado en su habitacion, Lelouch decide ir a revisar la escuela.

Debe haber algo aqui que me ayude a encontrar a Michelle. Piensa mientras se dirige a la puerta. Creo que comenzare por conocer las instalaciones.

-“Pues bueno, no es que me pueda negar de todos modos”-

Mientra digo esto me encojo de hombros y levanto un poco las manos.

-“Supongo que si nos reunió aquí es porque una misión importante esta por llevarse a cabo no es así? Según tengo entendido la joven extranjera es una de las mejores estudiantes, desconozco a estos 2 sujetos pero parecen tener algún que otro talento, por mi parte sabes que puedo flaquear en varias cosas, pero se exactamente porque me mantienes cerca, no es así?”-

Mire fijamente a los vacíos ojos de nuestro director, su mirada era intimidante, pero después de todo casi era como un padre para mi por eso me atrevía a hablarle mas informalmente a pesar de guardarle respeto, había sido criado allí desde que tenia memoria, y a pesar de conocer que no era oriundo de este lugar ni el hijo de ningún miembro, sabia que por mas triste que pareciese no tenia otro lugar a donde ir…

 La secretaria del director no dudó en dedicarle una mirada a Richter con algo de preocupación. El director, lentamente se levantó de su asiento y se colocó a escasa distancia de todos vosotros.

- Gracias por tu lealtad Ricardo - en contestación a su firme disponibilidad. Después pasó a mirara a Jenell y a Kiandra

- Lo que ha comentado esta muchachita no se aleja demasiado de la realidad, nos dedicamos a contener y a eliminar si es necesario a las criaturas sobrenaturales, pero tan solo a las que pueden ocasionar daños a la humanidad. - le comentó a Kiandra

- Si estáis aquí no es para refugiaros y estudiar lo que ocurre en nuestro entorno, si solo se hiciera eso esta sociedad no hubiera durado ni una década. Somos herramientas y también somos armas. Ya que la población civil no puede hacerle frente al mal que engendran estas criaturas, tenemos que ser nosotros quienes propongan soluciones, si alguno de vosotros cree que no puede dar la talla o que esto le queda demasiado grande puede coger la puerta y marcharse a su verdadero hogar sin ningún tipo de complicación, pero no sería la primera vez que alguien que se marcha decide regresar ante la ansiedad de quedarse de brazos cruzados mientras el mundo que conocemos se desgarra poco a poco - después dirigió su rostro a Ernest

- ¿Qué futuro es el que esperas para ti Ernest?¿Realmente crees que te tenemos aquí para vigilarte? eres uno más de los nuestros pero tu mismo intentas evadirlo, llevas aquí más que muchos de los que conviven contigo, yo solo puedo decirte que no se te ha tratado con diferencia. Tu decides si quieres ser amigo o enemigo -

Kiandra no pudo más que sorprenderse por la respuesta del director ya que esto bien significaba que había leído su expresión corporal o bien que había leído su mente.  Cualquiera de las dos cosas le resultaban tremendamente llamativas, por eso decidió ensayar un pequeño experimento.

Guardando absoluto silencio e intentando mantener la misma expresión en el rostro pensó

"¿Director, podría decirme un poco más explícitamente que es un acechador? ¿Qué significa el título? si llegase a serlo claro está.  Por otro lado usted me habla de combatir.  ¿Acaso esa es la única forma de colaborar con la Organización? Quizás podría dedicarme a confeccionar equipo para sus hombres.  No me mal interprete, es simplemente que no me siento capacitado para entablar un combate directo, sin embargo si usted considera que es necesario iré."

Parece un hombre capacitado para su cargo, siempre es un alivio el saber que esta sociedad no decae tanto...

Mira Ernest con desaprobación. Que arrogante, como si alguien le impidiese marchar!! Aquel que no quiera no tiene porque estar aquí.

Se dirige a Jenell. Disculpe señorita, ¿ Le importaria explicarme que quiere decir esa última expresión que ha comentado?. Me temo que no soy muy dado a los idiomas, ya ha sido un gran esfuerzo para mi aprender a hablar inglés.

-Parra mi también, aunque no pueda esconderr que mi dialecto es otrro y porr tanto a veces lo interrcalo sin darrme cuenta. Quise decirr "La experriencia hacerr maestrro" asi crreo que se transladarría a su idioma. Aquí en Norrteamerrica nadie habla alemán.

Se cruzó de brazos.

Se ha quedado en silencio, seguramente se abrumó y eso que es temprano. No parece que sea lo mas fuerte que hay por ver en esta institución fomuló internamente. No podía negar que sentía una fuerte curiosidad por desenmarañar los misterios de las actividades del Velo.

Sin duda, apuesto que no pudo decifrar al 100% algunos datos del mensaje encriptado. No me sorprende, cualquiera podría enterarse de todo su fuese tan fácil y probablemente atraería problemas. No te lo niego, si lo hubiera encontrado yo y me fuera posible, me agradaría echar abajo este maldito lugar.

Era una de esas ocasiones en las que pensaban medianamente igual, al menos con respecto al tema del chico que exponía sus dudas. A veces, no le hacía mucha gracia que tuvieran una mentalidad parecida, le daría mas miedo enfrentarse a alguien semejante a sus capacidades que con cualquier otra persona. Sin embargo esta sincronización se desvaneció al instante, como era usual, con un nuevo comentario de su "interlocutor" en tono jocoso.

Aunque precisamente no es que seas un rambo de la época, ¿como esperas encajar entre los soldaditos canija?

Si fuera un sitio tan vulgar como una academia de militares sin cerebro no habrían durado tanto como se supone, no seas ignorante. Es obvio que no todo se reduce a disparos y golpes.

Oh bueno, ¿y no crees que te va grande el asunto como dice el ciego?

Creo que es un reto que da la talla, y lamentablemente para ti vienes de serie y colaborarás.

Tss...

Pasó de reprocharle nada en cuanto a la irreverencia, despues de todo sería inútil. A duras penas la respetaba a ella misma, y de a ratos.

Jenell llevaba ya varios minutos sin soltar una de las suyas (y para mejorar ya había identificado un potencial objetivo para poner verde) pero aún así se esforzó por mantener la boca cerrada. Era una ocasión bastante formal, y era lo suficientemente lista para saber que no era buena idea delante del manda mas de la institución.