Partida Rol por web

 Y aquí estáis, con el cuerpo de Malgrim todavía caliente tirado en el suelo, y con una decisión que tomar... ¿ahora por donde?

Agresivamente retiro la mano que tomó la elfa com .

- Ya he hablado, ahora hagan como mejor les parezca.

Doy un paso atrás y espero a que el resto actúe. Me mantendré pasivo mientras así lo considere.

-Si-si estamos de acuerdo, va-vayamos a la sssi-siguiente puerta-Dice el mago haciendo acopio de valor, mientras aparta la mirada del semi orco. Incoscientemente, el mago mantenía la mano en uno de los bolsillos acariciando a su pequeña mascota y tratando de tranquilizarse.

Si, soy un cobarde, maldita sea, pero todo esto es... tan diferente y tan terrorífico!!!! Piensa para sí mismo daveak.

- No os ofendáis Unk, pero no todos es-estamos capp-pa-citados para un enfrentamiento armado.-trata de alegar el mago ante el enfado del bárbado.

Dalanna dirigió una  mirada triste hacia el semi orco,por un momento pensó en que sus palabras ahondarian en el duro corazón del bárbaro, mas se equivocaba. Con un suspiro de pena, Dalanna, se volvió hacia el resto de compañeros   e intentó hablar:

- Estimado semi elfo ¿ Sois tan amable de inspeccionar la puerta que esta paralela a la ultima que hemos observado?.- la tristeza marcaba sus palabras, semejaba que le dolía en el alma que el aguerrido semiorco negase la ayuda. Dirigiendose a la mediana le  sugirió: -  Estimada, joven mediana, por lo que habeis dado a entender sois "tecnico de seguridad" como el semi elfo. Asi pues, ¿ Podeis  inspeccionar las escaleras que llevan al piso de arriba?-

Con ojos tristes, dirigió una mirada la paladin y habló:

- Estimado Defensor de la luz,¿ Seriais tan amable de  escoltar a la joven mediana? .Confio en vuesa espada.-

Una  diminuta mirada de aprecio  hacia el semi orco, mientras se acercaba al cuerpo sin vida  de Malgrim; fue lo único que Dalanna  le  dirigió . Arrodillandose ante el cadaver, comenzó a sacar la cadena del cuello, cerró los ojos de Malgrin con sus dedos y susurró bellas palabras elficas en tono de despedida:

-  Malgrim hogima hodireuqnieb,Zap neh hev-  unas lagrimas resbalaron por la mejilla dela elfa mientras dejaba caer su capa sobre el cuerpo de Malgrim. Durante unos minutos , se mantuvo en silencio, ovbiando el resto de comentarios que provenian del grupo.

Soy elfo de sangre pura señorita, no me ofendo pero por favor referios a mí por mi nombre, silencio.

 Y me dirijo hacia la puerta indicada por la elfa con aspiraciones de mando.

 La mediana, sin ofenderse y con animo mustio ante la descripción de la elfa, se dirige a la escalera del fondo. Rekkart la sigue.

 -Rekkart, esperame. -la mujer se da prisa por alcanzar al fornido paladín.

 -Señorita, -el anciano se dirige a Dalanna- quiero que sepa que admiro realmente su afán apaciguador. Personas como Usted son más que necesarias en momentos como este. Me quito el sombrero ante su talante. -y hace lo que dice para, tras una leve reverencia, volvérselo a colocar.

 -Vamos, hombre. -el enano se acerca al semiorco Unk- No te pongas así. Ese hogboblin ha sido la última víctima de esta casa de justicia. Vamos a salir, muchacho, no te preocupes por eso. Estás con Tablark, ni mas ni menos. -y termina su frase con una larga carcajada que destilaba seguridad en si mismo.

- No me preocupa quedarme aquí, no dudo de que encontraré la forma de salir. Lo que me molesta es la cobardía y la inutilidad que me rodean. Malgrim era una mierda, de eso no hay duda, pero al menos tenía los huevos bien puestos. - respondo al enano sin dejar de observar al resto del grupo - Para peor la mayoría nos ha puesto en manos de esa elfa - miro a Dalanna mientras despide a Malgrim - y ni siquiera está dispuesta a hacer lo mínimo necesario para salir. - vuelvo a mirar al enano - Mira, respeto a los de tu raza suelen ser más merecedores de respeto que el resto. Pero aquí estoy rodeado de al menos 2 ladrones en los que no se puede confiar, un mago que le teme a su sombra, un semiorco que no merece la sangre orca que corre por sus venas, un gnomo que no hace más que decir estupideces, un paladín que cree tener algún tipo de autoridad sobre el resto y cuya moral puede llevarnos a quedar aquí, una mujer que lo único que hace es correr detrás de alguien más fuerte, y ese viejo ridículo que tampoco ha movido un dedo seguramente acostumbrado de que la gente haga todo por él, tan solo nos atrasará aquí. Luego está la elfa que aunque ha logrado mantenerse entera no está dispuesta a hacer de un cadaver cuando sea necesario, menos aún lo estará si fuera necesario hacer cosas más graves. Y aunque respete a los tuyos tampoco he visto que hicieras demasiado para ayudar, ni siquiera cuando apareció ese perro. - mientras hablo mi mirada va de uno por uno pasando por todos los que están en la sala, al hablar sobre el enano le miro desafiante esperando alguna réplica - De hecho solo el paladín se movió en ese momento

La falta de acción del grupo cuando el perro del juez atacó a Malgrim había sido lo peor, prueba inconfundible de que eran un grupo de cobardes y nada más. Incluso había visto como algunos se escondían detrás de los de mayor tamaño. Hasta ahora ese incidente había sido el que más me molestara.

 El enano, lejos de ofenderse, comenzó a hablar con una risa jocosa.

-Ah, muchacho. Como se nota que el fragor del combate corre por tus venas. La batalla te ciega. -y vuelve a reir- Si no peleé a tu lado contra esa alimaña fue simplemente porque tu espalda me lo impedía. ¿No te fijaste en el tamaño de ese despachito? Estábais cuatro personas dentro, casi no os podíais mover sin daros codazos. ¿Cómo iba a entrar? -después se puso un poco más serio- Bueno... tu espera a que nos encontremos con lo que sea que mató al hobgoblin. Entonces verás lo que significa luchar mano a mano con un enano, muchacho.

 Silencio investiga la puerta y descubre que está incluso abierta. Al empujar con cuidado la puerta descubre que esa es otra entrada al despacho donde os atacó el perro esqueleto.

 -¡Eh! -la mediana os grita desde el otro lado de la habitación, junto al paladín- ¡Se ha escuchado algo en el ala este! -el paladín se está acercando a esa puerta con la espada desenvainada.

 -¡Cuidado, muchacho! ¡Vamos a ver juntos que hay ahí! -el enano corre hacia el paladín.

Me acerco con parsimonia, manteniéndome cerca del grupo. Como siempre, el hacha en mano.

- Un ruido? Que clase de ruido?- pregunta Daveak intrigado, sobre todo al no haber oido nada él mismo, aunque camina con el resto del grupo y en segunda linea.

- Existen cientos de ruidos, fue un golpe? O un gemido? Voces? Algo arrastrarse?- Preguntaba alocadamente el joven mago, ignorando si molestaba al resto de los presentes.

Como si despertase de un mal sueño, Dalanna se incorpora al escuchar la advertencia de la mediana. Observó como todos se apresurarona acercarse a la puerta que la joven  mediana señalaba. Respirando porfundamente, Dalanna avanzó como el que mas hacia donde se congregaban:

- Con precaución mis bienqueridos amigos.- habló  intentando mantener la calma.- Antes de  abalanzarnos a lo tonto, sugiero que tanto Silencio como la  joven mediana,  rebusquen meticulosamente en busca de alguna trampa y..- señalando al fornido semiorco que portaba en sus manos su hacha, añadió:- ... Que vos ,mi estimado camarada,  tengais a bien reaccionar .-

Dicho esto, Dalanna desenvaino su cimitarra y su escudo,asintió  cuando las miradas de Silencio y la halfing  preguntaban en silencio cuando comenzar. Inconscientemente, fue moviendose  paso ap aso hasta quedarse delante de Davean,ya que le preocupaba su salud. Con varios movimientos de la mano,indico al resto que  se quedasen a una distancia prudencial por lo que pudiese pasar.

-...Davean..estimado amigo..si tieneis a bien preparar algún sortilegio para defenderos, este puede ser un buen momento para libraros de vuesa cobardia..--susurró entre dientes aguardando que  ambos " tecnicos de seguridad" dieran el visto bueno a la puerta.

sigo al grupo y me acerco al mago para susurrarle al oído:

Mago llevas unos pergaminos valiosos, si hemos salido de aquí y no los has usado si deseas quedártelos tendrás que pagármelos, yo los encontré y a mí pertenecen, recuerda que es como si te hubiera dejado mi espada, los tienes en préstamo.