Partida Rol por web

Por aquí siempre están Nicholas Ríos, Jonah en sus quehaceres diarios, o vigilando desde las plácidas aguas hasta el bosque soleado el camino...

Veis un cuervo, sí un cuervo negro el mensajero ¿de malas o buenas noticias? No os sabría decir pues ni los siete aclaran al hombre el futuro ni el presente, sino por medio de señales, ¿sueños? o acontecimientos vividos interpretan lo que puede ser la guía del hacedor. 

Los seguís con la mirada en el cielo claro cuyos rayos florecen junto a las distintas flores de este tiempo que os figuráis como otoñal. Pero una cosa tenéis clara es vuestro cuervo, el cuervo del Maestre, ¿iréis a avisarle dentro de la casa donde están reunidos los señores o esperaréis otro momento? ¿ Y si es urgente?

Al ver un cuervo no había duda alguna, esa ave solo puede significar una cosa, noticias importantes han llegado. 

Suspira al ver al ave y un escalofrío recorre su cuerpo. 

-Debo dar aviso, ya sean buenas o malas noticias, lo importante es conocerlas. 

Mira a Jonah y a Nicholas y dice.- Iré a ver al Maestre. 

Voltea y comienza a caminar hacia donde se encontraban reunidos los señores. 

La aldea de Sulla es el único asentamiento destacable en Espino del Río, y es poca cosa más que unos cuantos edificios que existían principalmente para mantener a la casa de la Torre de la Rosa. Sus casas están llamativamente bien hechas para tratarse de hogares plebeyos gracias a que la casa Orell deseaba proyectar una imagen de riqueza a cualquiera que lo visitara, pero al igual que la Torre de la Rosa, estos edificios son una sombra de lo que antes eran. Estas estructuras están hechas principalmente de madera con cimientos de piedra, e incluyen una posada, dos tabernas, un comercio, una herrería y un septo. Tan solo unos pocos plebeyos permanecen en Sulla, y quienes lo hacen son extremadamente desconfiados con los visitantes. La mayoría de la plebe trabaja los campos que rodean Sulla y viven de lo que producen. Estos granjeros muestran las cicatrices de la viruela que asoló su aldea.

MILES TANRY

Uno de los granjeros supervivientes de Espino del Río, Miles sirve como líder de la plebe superviviente en la zona de Sulla. Un hombre larguirucho de avanzada edad, sus ojos son duros y su cuerpo ha sido esculpido por años de labor extenuante. Obligado a enterrar a su esposa y a dos hijas en la plaga, Miles tiene poco por lo que vivir. Ya sin miedo a la muerte, está más que dispuesto a enfrentarse a cualquier noble caprichoso que crea que puede venir a Espino del Río y empezar a dar empujones a la gente. Un noble que intente cohesionar al pueblo llano mediante la amabilidad y la sabiduría hallará un gran aliado en Miles Tanry, pero un noble que gobierne mediante el miedo y la fuerza encontrará a un implacable enemigo.

Está ahí viendo el horizonte cuando te ve se anima a dirigirse hacia ti y con una sonrisa te saluda - Maestre a qué se debe este honor...te dice esperando con curiosidad extrañado que alguien tan erudito venga a él.

El maestre se muestra agradable, a la par que humilde, después de todo no es más que un siervo a fin de cuentas. 

- Miles... - saluda - mis viejos huesos todavía me permiten el lujo de dar un paseo por el campo - el maestre sonríe, esta claro que no iría tan lejos para dar tan solo un paseo - y no me parecía ni necesario ni agradable pedir a un hombre de armas que os hiciera ir a la Torre - dejando claro que lo que pretendía era hablar con él 

Rudolphus llevó la mirada al horizonte, buscando algo de interés que pudiera estar observando el viejo Miles, para continuar la charla de forma aparentemente más distraída

- Me gustaría conocer mejor las inquietudes de estas gentes, mi joven señor se preocupa por ellos y bien desearía dotar de mayor vida al lugar pero es difícil aconsejarle bien sin los conocimientos necesarios y en esta ocasión no es en los libros donde puedo encontrarlos... o no todos - invitándole a que me explique que podría atraer a más gente y contentar a los que ya están allí, en su opinión

Al mirar en la dirección del granjero ves los campos en barbecho abandonados, las granjas solo están ahí para ser habitadas, los granjeros holgazanean a sus anchas sin saber qué hacer ya que tampoco tienen más conocimientos.

El Señor Miller se queda pensativo ante tus frases luego te responde mientras sigue mirando al horizonte, como dos camaradas que se conocen y dialogan mientras aprovechan el sol matutino de la mañana.

Estas tierras se encuentran muertas en su superficie pero en su interior todavía están sanas, solo hay que ver cómo las malas plantas que nacen no mueren, se puede salvar pero mis hombres son pocos y estas tierras necesitan del arado continuo y fuerte Maestre. Un animal de carga que pudiese ser obtenido para el arado haría que las tierras prosperaran con gran rapidez. Se arrancaría las malas hierbas de una vez sin hacer que absorban la vitalidad que hay en su interior, en cuanto al animal no solo contribuiría en su trabajo sino también a su abono.

UNA HISTORIA PASADA.

En Poniente, más incluso que en el mundo moderno, no existe nada parecido al desinterés. Todos los favores se convierten en una deuda, todos los regalos tienen compromisos asociados y todos los caballos son de Troya. No es a los griegos que hacen regalos a quienes debe temerse...es a todo el mundo. Los lazos de la emoción humana son raros y maravillosos, pero también son debilidades que deben ser cuidadosamente guardadas y escondidas de los demás. El juego de tronos no exime a nadie, ya sea peón o jugador.

En esta época de incertidumbre, cuando un rey al que algunos siguen llamando el Usurpador gobierna junto a su reina dorada y sus hijos de oro, las lealtades están lejos de ser una garantía. En la superficie las cosas parecen serenas, pero este mar de demandas, contrademandas y ambición solo está en calma temporalmente, y lo que ocurre en sus turbias profundidades dista de estar claro. Los hijos del Hierro saben esto; su Dios Ahogado conoce el precio de la vida y la muerte, y les arrebata lo que cree conveniente. Por encima de todo, se acerca el invierno, y lo que dormita pacíficamente durante los días de abundancia del verano se afila y se enfurece en el corazón gélido del invierno. A medida que se acaba el tiempo, los Greyjoy de Pike y sus banderizos deben encontrar un modo de recuperar algunas de sus pérdidas o enfrentarse a consecuencias mucho más temibles cuando llegue el momento. Cogerán lo que deban o no tendrán nada. Ese es el precio del hierro; esas son las antiguas costumbres.

SINOPSIS

Cuando el señor de la casa exige hospitalidad, se le da hospitalidad, incluso si lo hace de manera inesperada. Es en una noche y una ocasión así en la que el señor a quien esta casa sirve como banderiza llama a la puerta. De camino a Desembarco del Rey, el señor ha decidido aparecer en la sede de la casa Keath para hacer un alto en el camino allí. Durante su estancia, solicita vuestros servicios en una cuestión poco importante que implica a otra casa local.

Acto I

Es una época del año agradable, con cacerías y entretenimientos de toda clase disponibles para los nobles de Poniente. Una buena época para viajar, pues las fuerzas del rey Robert se encargan de que los caminos principales sean seguros...o al menos, tan seguros como un viajero podría esperar. No es de extrañar pues que lleguen invitados en busca de descanso y cobijo. La mayoría de los viajeros toman su pan y su sal, descansan, y vuelven a ponerse en camino por la mañana sin que nadie se haya dado cuenta de su paso (o se haya empobrecido mucho). No obstante, cuando un viajero solicita hospitalidad al señor de la casa local, es un hecho llamativo.

Estáis haciendo vuestras cosas dentro de los confines del dominio y la propiedad de la casa cuando un mensajero que lleva la insignia del señor de la casa banderiza entra cabalgando por las puertas. Informa a la casa de que su señor EDMURE TULLY se está acercando y ordena que se haga sitio para él durante las dos próximas noches.

No había mucho tiempo de la formación de la casa Keath, las cosas poco a poco se iban poniendo en orden pero todavía quedaba mucho por hacer. Ser Meryk pasaba de un lado al otro cumpliendo con las órdenes de su sobrino y viendo que todo se desarrollara de buena manera. Y entre todos esos movimientos que se estaban dando en la casa  una noticia llegó para ponerlo todo patas arriba. 

Ser Edmure Tully había solicitado que se le haga sitio para las próximas dos noches, y nadie estaba lo suficientemente listo para recibir semejante visita. Ser Meryk se encontraba instruyendo a unos nuevos reclutas cuando se enteró. Dejo todo en ese instante, montó en su caballo y salió a todo galope a buscar a su sobrino. 

¡No puede ser! ¿Por qué ahora? ¿Por qué justo ahora? No estamos listos para esto, vamos a tener que hacer maravillas para estar a la altura de esta visita. Cuando llega se baja rápidamente de su caballo y comienza a gritar en busca de su sobrino.- ¡MI SEÑOR NOTICIAS URGENTES! ¿SE HA ENTERADO? Logra recuperar la calma y continua.- Seremos visitados por Ser Edmure Tully, debemos ponernos a preparar todo para su visita de inmediato. Hace una pausa y se queda analizando algo por un momento, luego añade.- Considero que nuestros cuartos para huéspedes no son dignos de nuestro invitado, por lo que si desea puede disponer de mi habitación para alojar a Ser Edmure. Estoy a las órdenes mi Lord. 

Nicholas se encontraba en las cocinas, pero oyó el revuelo y no pudo evitar ir, con discreción, al salón principal. En un rincón escuchó lo que decía Ser Meryk.

"Si parto de aquí con ser Meryk, podré ayudar con los caballos, y quizá recabar alguna información adicional. Sí, creo que lo haré. Espero que no ponga muchas pegas..."

Otra vez a dormir en un agujero... Si a Ser Merik le mueven de su habitación, tomará la mía, por tanto... A dormir con el servicio. Mejor dicho, a no dormir.

El escudero negaría con la cabeza y se apartó esperando las reacciones de los que sí podían opinar, y los que sí tenían en cuenta. Su posición no valía nada en este castillo, era como un criado mas.

Alanna se encontraba rezando en un pequeño septo que había habilitado mientas se realizaba la recuperación del que sería el templo principal del señorío. Había hecho traer las figuras que quedaban del antiguo para que no resultaran dañadas durante la construcción y preservarlas de manos ajenas animadas por el nuevo movimiento en el territorio. Mientras mantenía la mente ocupada pensando en como reunificar a los fieles y utilizar esa unidad para beneficio de la casa Keith una sirvienta entró presurosa en la estancia contándole, no sin cierto atropello, las nuevas que había oído a ser Merik contarle a su hijo. Con premura arrebujo las faldas hacia la cintura para no tropezarse con el paso de zancada larga y firme que acababa de comenzar en dirección a la sala principal, donde suponía que estaría su hijo pensando en los preparativos necesarios para tal evento.

- Rhys, que bueno que estés aquí -hace también un saludo informal a su tío- he oído, ser Merik, que has ofrecido tu habitación como estancia para Lord Tully. Me parece una magnifica idea. Ya mismo voy a mandar que preparen esa habitación de forma más acorde a la de una persona de tan alta alcurnia. Si me lo permites Rhys pensaba trasladar los mejores tapices y alfombras a esa habitación así como hacerla perfumar con flores silvestres y velas poco antes de su llegada. Deberíais también mandar alguien a cazar, un venado y un jabalí serían suficiente para dos días supongo... si solo traen una pieza mataremos un cerdo para variar. Mandaré a Talia al mercado mañana mismo a comprar una gran variedad de verduras y frutas para satisfacer los apetitos del Lord. -hecho una mirada a su alrededor mientras las ideas iban llegando a su cabeza- De los preparativos de la casa me preocupo yo, todo estará preparado, listo y reluciente para su llegada. Si me disculpáis, tengo mucho que hacer. -Ya se estaba yendo cuando de pronto se da la vuelta- Oh! se me olvidaba! Enteraros de cuantos hombres trae. Debemos saber cuantas bocas alimentar. Que el Lord esté contento es nuestra prioridad pero no olvidéis que todos los hombres con boca hablan mi Lord -le dice con una sonrisa maternal a su hijo y despidiéndose de ambos una vez más se deja la sala hablando parando a todas las personas del servicio que encuentra por su camino. Todos deben arrimar el hombro para beneficio de su hijo.

Lord Rhys estaba saturado. Nunca había tenido a un invitado tan importante en el castillo, desde que él era Lord. Allí estaba su tío, diciéndole cosas, y su madre al lado, también hablando de muchas cosas a la vez.

Si si... podrías dejarle tu cuarto... y no seria mejor el mío? Al momento pensó, que quizá era no era la mejor idea.

y....y como me tengo que comportar delante de él?

Si madre, acondiciona la habitación como mejor puedas, lo veo... bien. Si, si a cazar, tío ocupate de que alguien vaya a cazar un jabalí, demasiadas cosas, todos hablando a la vez bien madre de los preparativos te encargas tu, si... Donde estaba el maestre? Si, tío que algún explorador nos diga el numero exacto de personas que vienen en la comitiva. Y músicos? Quizá estaría bien músicos para amenizar la velada, madre.

Se gira hacia el servicio, alguien puede traer al Maestre por favor?

Se sentó en la silla, demasiadas cosas en la cabeza, no sabia como actuar delante de alguien tan importante como él, aunque sabia que era una ocasión vital de quedar bien delante de los Tully.

"Tal vez ahora pueda ser útil."

Me adelanto, para hablar con el señor.

- Mi señor, se me ocurre que podemos preguntarle al propio enviado de Lord Tully cuántos son. Por otro lado, yo mismo puedo acercarme al pueblo a buscar músicos. Si lo ordenáis, partiré de inmediato. Si no, puedo ocuparme de recibirlos aquí, o de llevar sus caballos. Estoy a vuestro servicio, Lord Rhys, lo sabéis.

Acude a la presencia del Lord, tras ser llamado por un criado. Un tomo muy delgado queda abrazado contra su cuerpo, cubierto por sus ropas.

- Mi Lord ¿me reclamabais? - claro que me reclamaba, temblaba como las hojas de los árboles con la suave brisa fría que precedía el invierno

Miró a su sobrino se acercó a él y le puso la mano en el hombro para reconfortarlo.- Tranquilo Rhys, solo se tú mismo. No le estaba hablando como consejero a señor, le estaba hablando como un tío a su sobrino es más lo hacía como un padre a un hijo. 

La llegada de Alanna lo tranquilizó, ella tenía ese efecto en Ser Meryk. Oh Alanna...seríamos tan felices juntos. Se que algún día te darás cuenta de eso. Pensó mientras la miraba directamente a los ojos y una sonrisa se le comenzaba a dibujar en su rostro. Cuando ella salió de la habitación dando órdenes a todo con el que se encontraba, él pudo volver a concentrarse. Lo hizo a tiempo para escuchar la intervención de Nicholas y debido al pedido de su señor de hacerse cargo se tomó la libertad de responder en su nombre.- Nicholas, por favor encárgate de reunir esa información y traérsela a Lord Rhys lo antes posible. De reunir los músicos puede encargarse Alanna, Lord Rhys se lo hará saber. Tu serás más útil recolectando esa información y recibiendo a los caballos aquí. Pero antes prepara mi caballo y el de Jonah. Giró hacia su escudero y le dijo.-Prepárate Jonah saldremos de cacería en este instante. Regreso la vista hacia Nicholas y añadió. Date prisa por favor. 

A Lord Rhys le gustaba las ganas y el ímpetu que mostraba Nicholas Ríos en pos de ayudar. Fue su tío el que contesto a la pregunta, y Rhys asintió con la cabeza, en señal de que estaba de acuerdo con lo propuesto por su tío.

Antes de que su tío marchase se giro hacia el, solo ser yo mismo? Eso es bueno? Sonrió, esa especie de broma le relajo un poco, y cuando vio entrar al maestre Rudolphus se sintió más seguro.

MAESTRE! LORD EDMURE TULLY VIENE HACIA AQUÍ! Hemos de preparar muchas cosas, habitación, comida, cazar un jabalí, músicos...muchas cosas! Pero necesito de tus consejos para saber como comportarme delante de él. y...no se, todos los consejos que me puedas dar.

- Recordad a vuestro padre, mi Lord, cuando no sepáis que hacer o decir pensad en que habría dicho o hecho él mismo. Y ante todo: prudencia - recomendó

No se podían dar clases de protocolo en unos cortos momentos, después de todo