Partida Rol por web

Viaje al corazón de la Hydra

Acto 3.0

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02/10/2013, 17:39
Meyer Adam

El infierno se volvio frio como un glaciar cuando comento Angela con ese tono, y se reflejo en mi pupila, combinado la imagen de aquella cacatua agurrada y desplumada.

-Oh gracias, tengo buen ojo, solo con verlo sabia que valia su oro en pluma.- Replique, dando unos pasos al frente hacia la entrada.- Y no solo eso, solo echar un vistazo, puedo decir de que se alimenta este valioso animal.

Fue en aquel momento, cuando mi cuerpo se giro como un torbellino, y en un acto de furia, descargue la jaula sobre la testa del pirata de cuatro patas, con intencion de aturdirle.

-Cangrejo triturado.

Notas de juego

Siento saltarme algunos turnos, y siento llevar a Pierre a una muerte segura, pero la escena pedia a gritos que Meyer se cabreara.

Master: pues allá vamos, ya teneis todo listo en un google docs ;-)

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06/10/2013, 18:20
Angela Gabriella Della Nocte
Sólo para el director

[Conexión a la Matriz]

Habían destruido mi vida. Borrado a Minerva, suplantado mi identidad y cortado mi vínculo con mi familia. Habría sido fácil rendirme o limitarme a intentar regresar a Venecti. Pero no había hecho nada para merecerme aquello y nadie me iba a dar justicia, tendría que conseguirla por mi misma.

No me importaba que me creyeran débil o inútil, mejor. Podía ser paciente, investigar quienes eran todos los que estaban metidos en esta mierda de la búsqueda de los tres anillos. Imaginé que necesitaban al profesor para que interpretase el “mapa”.

Busqué la familiar conexión y comencé mi búsqueda. Todo lo que pudiera sobre Cortez, las ruinas de los Eones y aquella maldita búsqueda. Y cuando acabase eso, buscaría lo que pudiera sobre la tripulación. Ese era el otro cabo. En realidad, era muy posible que también quisieran matarles, igual que a nosotros. Pero si dependía de mi vivirían para lamentar lo que habían hecho.

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06/10/2013, 18:22
Director

[Matriz]

El familiar cosquilleo en la base de la nuca recorre tu espina dorsal mientras te zambulles en las profundidaes de la Matriz. Sin demasiado esfuerzo, la autopista de la información se despliega ante tí como una infinita biblioteca en constante crecimiento.

“Diego Cortez de Trastámara, 43 años. Proviene de una larga estirpe de militares de inquebrantable lealtad a la Corona. Licenciado con honores a los 20, a los 25 ya había alcanzado el rango de comodoro con una pequeña flota bajo sus órdenes. En la actualidad es uno de los pilares más fuertes del ejercito cruzado y su influencia se empieza a hacer notar en las decisiones políticas de la Corona.

La única mancha en su expediente fue el estrepitoso fracaso de sus tropas en el motín y posterior fuga de Malamadre y sus perros de Inferno”

El perfil de Cortez te guía hasta su segunda al mando, la sargento Carmen Sauceda de 36 años, quien parece haber supeditado gran parte de su vida al capitán llegando incluso a rechazar importantes oportunidades de ascenso en el terreno militar solo para mantenerse cerca de Cortez. No aparecen otras relaciones conocidas y la familia Sauceda tampoco parece ser demasiado importante en la escena social.

Cuando te desvías para centrarte en las ruinas de los Eones la información parece ser bastante extensa, encuentras desde blogs de auténticos freaks y  teóricos de la conspiración que las sitúan como los restos de una antiquísima civilización diezmada y destruida en algún tipo de cataclismo cósmico hasta las estudiadas y bien fundamentadas tesis de afamados arqueólogos y etnólogos como el propio profesor Flint.

Las ultimas pruebas del Octanio-16 datan los yacimientos de P95 (La Perla) y P92 (La Cruz de la Hidra) en cerca de unos 323.401 años cruzados de antiguedad (fechas similares a los yacimientos encontrados en el resto de sistemas). Las sociedades científicas barajan varias teorías sobre su origen, entre las que comienza a tomar fuerza la llamada "Teoría del primer advenimiento", la cual sitúa el origen de esta extraña civilización más allá del espacio profundo.

Llegados a este punto las referencias sobre las conocidas reliquias de las Damas de la Trinidad empiezan a aparecer con frecuencia en varios escritos. Te llama la atención especialmente un artículo fechado hace apenas un mes y redactado para uno de los diarios principales del Reino de la Cruz en el que al parecer la policía incautó una de las piezas conocida como “la niña” apunto de ser subastada de forma ilegal y vendida a un comprador anonimo. Esa misma pieza parece haber desaparecido de los almacenes de pruebas de la policía cruzada.

Al mismo tiempo, hace apenas dos semanas, la segunda de las piezas, “la pinta”, desapareció también sin dejar rastro del museo nacional de historia natural de Royal, donde recuerdas que el profesor Flint ejercía como conservador.

Sobre la tercera lo único que encuentras es algo acerca de su último propietario conocido, Carlisle Benedit, un magnate de los casinos en el afamado distrito del juego de "La Perla".

No aparece mucho más acerca de su utilidad aunque se las relaciona con yacimientos situados cerca de los últimos asentamientos Shiitas y algo llamado “la Ciudad de las Bestias”

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09/10/2013, 17:02
Director

[Trifulcas en El Cofe del Hombre Muerto]

Siegfried, Leon, Waltz, Alkaid & Ángela vs Secuaces de Kaimán Jane.

Master: Con una sonrisa torcida, los dos matones se avalanzaron sin perder un segundo sobre las dos chicas. Ángela yace indefensa aparentemente dormida sobre la cama y Alkaid lleva un rato ausente.  Ahora que lo pensais, desde que se ha tropezado con una lunar en burka por la calle, no parece ser la misma.

Siegfried: Sin pensarlo dos veces, Siegfried se avalanza con su panzerhand sobre el tipo más grande.

Leon: Los matones, inconscientes de su propia seguridad y obedeciendo órdenes, demuestran ser una tripulación mucho peor que la mía, que al menos yo no me dedicaba a tirar por la borda a la menor oportunidad. Teniendo el arco preparado, resultan estúpidos en su actuación, y no necesito más que un instante para que la flecha cruce la pequeña habitación en dirección al primero de ellos. -#No atienden a razones, puedes darles con todo#. -Le digo a Waltz, para que ataque sin preocupación.

Master: Sigfried se avalanza sobre el que da las ordenes con la intención de agarrar su espada con el panzerhand, pero este se escurre hábilmente entre sus dedos en una inesperada maniobra. Mientras tanto, la flecha de León atraviesa el estómago de uno de los matones, dejándolo en el suelo gimoteando de dolor.

Leon: Cargando una nueva flecha en el arco, solo alcanzo a decirles en voz alta algo que ya había dejado claro nada más entrar la panda de matones en la habitación. -Os dijimos que os fuerrais, que os habíais equivocado. -El tono urso le da al idioma común que uso un tono duro.

Waltz (pnjtizado): el silencioso urso murmuró algo parecido a una queja o gruñido para sí mismo antes de entornar los ojos de manera peligrosa levantarse y dirigirse directamente hacia el secuaz que aun quedaba en pie. Aquella parecía ser una manera tan buena como cualquier otra de descargar su frutración.

Master: Como quien va a comprar el pan cada mañana, el joven urso aprovecha un descuido del aturdido matón que en vano intentaba auxiliar su compañero, le coge por el grasiento pelo ralo y le termina por estampar la cabeza contra la cómoda de la habitación, obteniendo un ko que de haber sido una película de dibujos animados habrían aparecido toda una serie de pajaritos cantarines rodeando la cabeza del susodicho matón.

Siegfried: Sin perder un segundo, el Ario repite el intento en un enfrentamiento abierto con el crecido jefecillo.

Master: Siegfried inmoviliza con su panzerhand sin dificultad el arma del bocazas que debía ser el jefe del par de inutiles que yacían ya inconscientes en el suelo, quien sin opciones, terminó por soltar el arma y huir vil y despreciablemente escaleras abajo como alma que lleva el diablo.

Sin embargo, con el alboroto nadie se había fijado en que Alkaid había tropezado y terminado por darse un buen golpe en la cabeza con una estantería particularmente mal colocada.

Acto seguido y tras el shock inicial empezó a soltar un largo discurso en lunar sin ningún sentido para los presentes y sin más, apartando de un empujón a quien pudiera encontrarse delante, se dispuso a largarse de la habitación sin siquiera despedirse.

Angela por su parte continuaba estirada sobre la cama, con los ojos cerrados y ajena a todo lo acontecido hasta el momento.

Con todo, la improvisada escaramuza distaba mucho de haber terminado pues los pesados pasos de lo que sin ninguna duda parecía una persona antinaturalmente enorme comenzaban a dejarse oír ya subiendo por las escaleras...

Angela: Me estiré sobre la cama y me incorporé con un movimiento fluido. Había mucho que hacer, pero ahora no era el momento. Por lo que parecía, Drake otra vez se largaba en el mejor momento. Alisé mi falda y me erguí con dignidad.

- Gracias por protegernos - les dije a Siegfried, Waltz y Leon. Les dediqué una sonrisa.

Miré el extraño comportamiento de Alkaid. Levanté una ceja, cada cosa a su tiempo. Ahora tenía otras prioridades. Saqué mi movil y busqué el video de Drake con Johnny. No es que no tuviera plena confianza en mis acompañantes para eliminar la amenaza, pero tal vez estábamos ante una oportunidad.

- Pero ya tenemos bastantes problemas y no le debemos nada a Drake. Veamos si… quien sea esta dispuesta a escuchar.

Abrí la puerta y di al botón de inicio, mostrando el video justo delante de aquella mujer descomunal. Incluso sin tacones, debía medir más de dos metros de puro músculo y mala baba. Tenía un ojo biónico, así que incluso a un par de metros debía ver la imagen con claridad. Puede que hasta lo estuviera grabando. De hecho, su mandíbula metálica se tensionó aún más.

- No sabemos dónde está, pero sí con quién. No sé si trabajaban para Cortez o Malamadre, pero sí que querrá cobrar su último trabajo. - esbocé una media sonrisa dejando que el video siguiera. Cierto, sabíamos que ahora estaba con el midgariano, no con la tripulación y mucho menos con el capitán Cortez o Malamadre, pero ninguno de esos dos eran santo de mi devoción. - ¿También te vendió a ti? Si no me crees podemos pelearnos, pero te considero demasiado inteligente para hacerle el trabajo sucio a Drake y mientras lo haces, le das más tiempo para escapar, que se ve que es lo único que sabe hacer además de restregarse contra las braguetas de los tíos. Seamos razonables, podemos ser amigas. - Sonreí de nuevo de forma encantadora y le dí al stop del video.

Con un poco de suerte nos la quitaríamos de encima rápido, necesitabamos una nave para ir a la Perla y buscar la “Santa María”.

Siegfried: Sin decir ni media, pero aún alerta, se guarda el arma del huido. Ya habrá tiempo de dársela a alguien que pudiera usarla o, en su defecto, devolvérsela al dueño de las piernas largas.

León: Con la nueva flecha todavía en el arco, observo el panorama viendo que resulta no hacer falta. Viendo que frentebuque tiene al jefe controlando su arma, y éste luego la suelta y sale por patas, pliego el arco con calma y solo le dirijo una larga mirada a la loca que se marcha corriendo. Por lo menos la otra parece haber despertado de una condenada vez. Y se pone a hablar con la jefa de los paletos que siguen en el suelo. Recuperando mi otro proyectil de fibra de carbono, lo limpio en la chaqueta del tipo al que se lo he incrustado cuarto de palmo y me lo guardo. La noblecilla se pone a discutir con la gigantona, enseñándole yo-qué-sé-qué y contándole un rollo. Por un instante, considero todas las posibilidades que se abren frente a nosotros, y luego sujeto a los dos matones que hemos tumbado y los lanzo uno detrás del otro fuera de la habitación.

-Si los curran ahorra, quizá no queden muy feos. Porr lo demás, parrece que alguien necesita un parr de brrazos fuerrtes extrras. -Visto lo visto, yo quiero estar en el meollo del asunto. Y recuperar mi jodida nave, que algún hijo de puta o de mala madre me ha quitado del depósito.

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09/10/2013, 17:10
Kaimán Jane

El punto rojo del ojo biónico de la amazona analizó escrupulosamente el vídeo de Ángela para después centrarse directamente en la joven Venedectti. Tras ello, sonrió de medio lado mostrando una hilera de dientes de acero afilados como cuchillas...

- Así que también conoces a ese putón berbenero...- Comentó tomándose las palabras de Ángela como una invitación, pasando sobre los cuerpos de los dos hombres que Leon acababa de tirar al pasillo con la mayor tranquilidad del mundo.

- Tomemos un café. -Añadió tomando asiento sobre la cama, pues las sillas de aquel cuartucho definitivamente eran demasiado pequeñas para la enorme mujer. Ni siquiera se había dignado a hablar con ninguno de los tres hombres que acompañaban a Ángela y dando por sentado que debían ser sus sirvientes se volvió hacia la chica. - Que tus hombres se encarguen de subir una bandeja hasta aquí mientras nosotras charlamos de mujer a mujer. -Hizo una pequeña pausa. - ¿sabes?, creía que no encontraría a nadie en esta maldita roca que supiera como comportarse ...- comentó finalmente, parecía... ¿complacida?.

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09/10/2013, 17:48
Angela Gabriella Della Nocte

El enemigo de mi enemigo... No siempre se cumplía, pero me alegraba de que hubiera funcionado. Después de todo, era una oportunidad y más en el asqueroso nido de piratas en el que nos habían dejado tirados. Sonreí con tranquilidad mientras pasaba por encima de los hombres inconscientes y me sentaba con elegancia en una silla frente a la mujer. Lo cierto es que no sabía si alguien traería el café. Eso era cosa de Minerva. Ella sabía cómo me gustaban las cosas y habría tenido todo a punto incluso sin necesidad de decirlo. Pero simplemente no era el momento de pensar en ello. 

- Magnífica idea. Me llamo Ángela - comenté de modo casual, como si estuviera en una de las terrazas junto a paseo di Fiore - Bueno, entiendo que un sitio donde Drake se siente cómoda no sea del agrado de alguien con... educación - me reí con suavidad, aquella conversación no era muy diferente de la que podría haber tenido con Marcella. - Si me permites que te lo diga, también para mi ha sido una sorpresa. Ahora al asunto que nos ha traído hasta aquí.  Lo irónico de Drake es que supuestamente es de una familia noble arruinada - miré brevemente de reojo a mis compañeros, para ver el efecto de lo que acababa de decir - Todo su desprecio hacia los nobles y resulta que ella lo es. Así es como saca adelante sus chanchullos de contrabandista pese a su falta de... talento. Por eso es tan difícil de rastrear, usa el glamour para crear ilusiones y zafarse. 

Hice una nueva pausa mientras colocaba de nuevo mi vestido pese a que, en realidad, seguía perfecto. También quería asegurarme de que tenía toda la atención de la mujer. 

- Lo que necesitas no es saber dónde ha estado, si no dónde quiere estar y anticiparte. Eso o ponerle un cebo. Las andrajosas como ella viven de lo que pueden robar - Negué con la cabeza dando a entender lo lamentable que me parecía.

No era por el robo en sí, era más bien que daba la impresión de que alguien con glamour debería poder aspirar a más que hacer chanchullos. Incluso teniendo la vida solucionada y sirvientes que lo hicieran todo por mi, me había molestado en estudiar y aprender cosas útiles, no me gustaba la gente que no aportaba nada. Me acomodé y sonreí. 

- Un parásito como ella acudirá dónde hay movimiento y coincide que sé dónde será eso - concluí con tranquilidad. Si aquella mujer podía acercarnos hasta el distrito del juego de la Perla, eso que ganábamos. Aunque naturalmente, necesitaríamos ropa adecuada para poder entrar... 

Notas de juego

Pregunta: ¿Son cadáveres o tíos inconscientes? Yo pensaba que era como en 7º mar, que la gente esta inconsciente salvo que se especifique lo contrario. XD

Master: no, no son cadaveres (creo que además especifiqué que están inconscientes), esto es 7º mar, cuando se los lleven arrastrando de las piernas se quejarán en plan aaaaay ay ay ay aaaaagg.... xD

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10/10/2013, 08:33
Siegfried Straufenberg

No había otra posible reacción que incredulidad e involuntariamente puse los ojos en blanco. No debería sorprenderme apenas que Angela fuera capaz de calmar a aquella mole e incluso hacerla colaboradora, pero... inconcebible. Aún así recelaba de dejarla a solas el tiempo necesario para ir a por ese café. ¿Dónde demonios estaba Alpharius cuando hacía falta?

En fin... Con resignación hice un gesto a los ursos para que tomaran asiento en la otra mesa -Iré a por otra ronda...-en lo que bajaba a la barra a hacer que les llevaran el café. ¿Cuánto? Medio galón al menos, para que la interlocutora de Angela se pudiera enterar de que había bebido algo haría falta eso como poco.

Al menos, supuse, en la barra no pondrían muchas pegas viniendo de quien venía la petición. Y ya que iba podría coger otra botella para nosotros. Aún seguía con intención de conocer a esos nuevos compañeros de viaje. Puesto que a nadie parecían importarle los cuerpos tirados sin ceremonia no sería yo el que mostrase tal deferencia, pero tampoco era una situación que me gustase. Desde luego que la situación era de lo más extravagante... una noble y una enorme amazona tomando café con inconscientes a la vista. Dantesco.

Notas de juego

buuuuh, ¿por que clase de degenerados nos tomas?, no están muertos, solo inconscientes, que esto es 7º mar xD

Editado: Ala, ya está.

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11/10/2013, 17:15
Kaimán Jane

La enorme mujer se quitó una pelusa invisible del repuesto de tanque que llevaba como protección en el hombro, había estado escuchando con atención lo que Ángela tenía que decir y tras ello se tomó su tiempo para responder. 

- Una bruja del glamour ¿eh?, eso explica muchas cosas ... -Comentó cruzando cómoda y recatadamente una de sus desnudas y musculosas piernas sobre la otra. - ¿Y dices que sabes donde querrá estar esa zarrapastrosa robanovios? - Terminó ladeando su inquietante sonrisa metálica complacida.

- Dime querida, ¿que es lo que tienes en mente? -

- Tiradas (1)
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11/10/2013, 17:36
Angela Gabriella Della Nocte

Adopté una expresión adecuadamente solidaria. Robar el novio de otra era de esas cosas que en Venecti podía causar enemistades que duraban años. Cierto, a mi no me molestaba que Marcella me quitase de encima a Fabio, pero si me preguntasen, era algo que tampoco admitiría. Y desde luego me lo tomaría mal si otra flirtease con Luca... cosa que ahora que había sido suplantada seguro que sucedía. Le di un abrazo cariñoso, como si en realidad nos conocieramos de toda la vida. 

- Oh, querida, ¿quién fue el malnacido? Si me dices su nombre me aseguraré de que todas las chicas que conozco sepan que esa furcia le ha convertido en un campo de cultivo de venéreas. - suspiré afectadamente y me separé un poco de ella - No te preocupes, sé perfectamente lo que hace falta en estos casos. Helado, tarta e ir de compras. - Le di unas palmaditas en el brazo - Un vestido nuevo es lo mejor para que ese idiota sepa lo que se ha perdido.  

Dije con plena convicción. Al menos eso era muy cierto, un vestido nuevo siempre ayudaba a sentirse más atractiva. Eso y nos haría falta para entrar en el casino, claro. 

- Además, coincide que sé el sitio ideal para que estrenes ese vestido y humilles al putón: el casino. - continué - Seguro que una traficante de drogas como ella creerá que allí puede hacer dinero. Estafar a la gente y robarle sus joyas. Un par de rumores sobre que allí puede hacer dinero y se sentirá atraída como las polillas a la luz. - Asentí con media sonrisa tranquila - En realidad, lo único que puede fallar de este plan es que en el casino no permitan la entrada a una andrajosa como ella. Pero mira el lado bueno, si se ve forzada a usar su glamour para entrar, estará más cansada cuando quiera huir.

Concluí con calma. Era un plan improvisado, pero no dejaba de ser viable. Si Drake estaba con el midgariano, a estás alturas le habría contado lo de Solis. Y si era aunque fuese un poco ambiciosa, querría lo que todos estaban buscando para venderlo. La pregunta era, ¿Drake y el midgariano serían lo suficiente competentes para descubrir que la Santa María había estado en posesión de Carlisle Benedit? No importaba, si no lo eran Kaimán tendría más ocasiones de vengarse.

- Y seguro que puedes negociar con Leon que machaquen a los últimos salidos que se haya tirado para que la protejan. Así podrás enfrentarte a Drake de mujer a mujer - sonreí otra vez de forma solidaria, si había alguien que entendiera de relaciones amor-odio, esos eramos los venecti. Sólo esperaba que Pierre tuviera la sensatez de no liarse con Drake... por su propio bien. 

Notas de juego

¿No aplica el mérito de belleza? Esto es social, ¿no?

se me ha pasado, de todas maneras da igual, si la sacas de sobra.

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15/10/2013, 18:40
Kaimán Jane

La enorme mujer se quedó algo rígida ante el espontaneo abrazo de Ángela. Abrazar, a menos que fuera para romperle las costillas a alguien, no era algo a lo que las amazonas de Lesbos estuvieran demasiado acostumbradas por lo que, sin saber muy bien cual sería la reacción correcta se limitó a darle unas palmaditas ligeramente condescendientes a su nueva y pequeña "amiga".

Una vez esta se hubo separado la amazona recuperó su posición original, imponente aunque permanciera sentada sobre la cama. - No creo que necesite un vestido nuevo, aunque...- El brillo escarlata de su ojo bionico se intensificó ligeramente dándole un inquietante efecto a su sonrisa ladeada. - creo que sí que me gustaría estrenar un arma nueva, ya sabes... para la ocasión. -Terminó con la misma normalidad con la que Ángela había sugerido el "día de compras". Realmente y para los estandares de una amazona, parecía bastante animada ante la perspectiva. - y bueno, supongo que un helado tampoco estaría nada mal. -Se sacudió la melena - Iremos a la avenida del zoco, el mercado nocturno nunca duerme, y mientras podemos hablar de como piensas atraer a esa cucaracha esmirriada hasta ese ¿casino?. Yo me encargaré del resto... - Como si fuera capaz de ver el futuro, Kaimán Jane sonrió complacida mientras se crujía los nudillos. 

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15/10/2013, 19:51
Lev "Leon" Y. Korolev

No hay mucho que hacer, mientras las mujeres -la pequeña humana y el enorme mastodonte de amazona- se dedican a una conversación entre ellas. Frentebuque se ofrece amablemente a hacer de camarero, ya que no parece haber uno aceptable en el prácticamente vacío local, y le hago un gesto a Waltz para que se siente, ya que parece que va a llevar un poco de conversación conseguir moverse de aquí. Echando la silla para atrás, apoyo los pies sobre la mesa y espero pacientemente. Espero hasta que llega otra vez el subordinado con su café, y una botella para nosotros. -Spasibo. -Le respondo en urso, aunque no es una palabra que cueste demasiado de traducir. Apropiándome de unos vasos de una mesa ajena no volcada, los vacío de su contenido y pongo uno frente a cada uno de los tres, dejándolas hablar. Porque hay algo que nosotros podemos ver mientras tanto...

-Al pelirrrojo no se lo llevarron a interrrogar, ¿cierrto? Serría una lástima, tenerr las grrabaciones y no verr la suya ahorra que parrece que nuestrros objetivos cambian. -En la otra mesa, la niñita menciona mi nombre como machacagente. No voy a ser yo el que le diga que si ni que no. Le pego un trago a la bebida que ha traido Frentebuque, sin degustarla demasiado, pensando en un par de cosas importantes.

Notas de juego

El que he tumbado yo tiene un flechazo en alguna parte del torso, posiblemente el hombro. Ahora estará inconsciente, pero déjalo unas cuantas horas y tenemos un cadaver fijo, respondiendo a la pregunta de Angela xD
 

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16/10/2013, 13:47
Siegfried Straufenberg

Tomando la bebida ofrecida medito sobre las palabras del urso. No me hace gracia la situación, aún falta Alpharius, pero tampoco hay nada mucho mejor que hacer.

-No sé si le interrogaron o no, sólo sé que no fue a la celda-era una puntualización nacida de la falta de conocimiento, algo que me proponía cambiar-Así que supongo que su parte, al menos, sí se puede ir escuchando por pasar el tiempo. Si os parece iremos oyendo las de aquellos que no parece que vayan a acompañarnos.-como muestra de confianza debería valer.

Así que sin más dilación y tras apurar el vaso eché mano de la grabadora y rebobiné hasta el principio, buscando algo relativo al interrogatorio de Alandrian, manipulando el aparato y manteniendo el volumen bajo de forma que no molestase a las nuevas muy mejores amigas que parecían entretenidas con lo suyo.

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16/10/2013, 15:30
Angela Gabriella Della Nocte

Era un comienzo y podía ser paciente cuando era necesario. No me importaba lo de comprar un arma nueva. Imaginé que considerando las circunstancias, tal vez y sólo tal vez, debería comprar también una para mi. Es decir, una de verdad y que no fuera un accesorio más de mi traje. Pero eso era algo que decidiría cuando estuviera allí. De momento no nos quedaba más remedio que tomar las cosas con calma y esperar a Alpharius. Dispersarnos en aquella luna, aún con teléfonos, no parecía la mejor de las ideas. 

Miré de reojo a la mesa. Una parte de mi deseaba escuchar las grabaciones. La otra sabía que eso era privado y que era mejor no meter a Kaimán Jane en esto. Sonreí de forma cálida. 

- Claro, iremos al zoco cuando regrese mi otro acompañante. - respondí con calma. - ¿Qué tipo de armas prefieres? Seguro que eres experta en muchas de ellas - le dediqué una sonrisa con el cumplido - Las amazonas son conocidas por su bioingeniería y su capacidad militar - la verdad es que, de haber podido elegir, habría preguntado sobre la sociedad y su bio-ingeniería.

Me resultaba un tema interesante y poco... desarrollado en las universidades cruzadas. Pese a ello continué respondiendo a su pregunta sobre el plan. 

- En ocasiones los planes sencillos son los que mejor funcionan - comencé con voz suave - Una vez me haya aprovisionado adecuadamente y localizado una nave que nos lleve, me aseguraré de generar rumores que lleguen hasta Drake. Luego buscas a las últimas personas a las que haya ofendido que, siendo como es, serán unas cuantas. De ese modo generas presión para que quiera marcharse de la luna. Es cómo el ajedrez, controlas el terreno y planificas las jugadas a varios movimientos futuros. 

Me encogí de hombros, no era más que un sistema de castigo y recompensa. Das motivos para irte de un sitio y para ir a otro. Los detalles, en caso de ser necesario, los obtendría investigando. A decir verdad, imaginé que un cebo para "marcarla" cuando lo robase no estaría de más. Algo que dejase un residuo visible sólo en las condiciones apropiadas, de forma que aunque usase el glamour para cambiar de forma, diera igual. Pero eso requeriría conocimientos de química de los que carecía. Además, no tenía tantísimo interés en Drake como para mencionarlo. No, mi verdadero objetivo era seguir las escasas pistas que teníamos sobre el profesor y, en eso, ir a dónde estaba lo que buscaban todos era lo que tenía más sentido. 

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18/10/2013, 11:20
Director

Las habitaciones del viejo Botarrota, como toda buena taberna de viajeros que se precie, estaban provistas no solo de desconchones en la pared, algún que otro fluorescente fundido o la seguridad de que no encontrarían nada agradable bajo una linterna de luz negra, si no también de un par de modestas camas con función vibratoria que por supuesto funcionaban con monedas, una pantalla de televisión encajada en un soporte de pared que hacía otro tanto y la joya de la corona: una máquina de holoporno

No es que fuera la cosa más ortodoxa del mundo, pero a falta de un ordenador, aquel proyector de entretenimiento para adultos parecía su mejor opción. 

Extrayendo la targeta de "Dos guarrillas y seis tetas", Siegfried introdujo un par de monedas y el pen-drive de la detective Solis en su correspondiente ranura.

El navegador les permitía acceder a los diferentes archivos guardados en la pequeña memoria, sin embargo, no fueron capaces de encontrar ninguno que estuviera mínimamente relacionado con el midgadriano.

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18/10/2013, 11:54
Kaimán Jane

- ¿Madeleine dices?- preguntó la amazona, desenfundando la enorme hacha que llevaba atada a la pierna a modo de liguero. Era una gran hacha de acero urso de aspecto peligroso. La hoja lucía algunas mellas que, lejos de tranquilizar a nadie, atestiguaban que había sido usada para abrir cabezas, naves, latas de comida o lo que hiciera falta. Cosas de amazona.

- Llevamos un tiempo juntas, Madeleine y yo- confesó Jane, contenta de poder hablar de sus aficiones favoritas,- pero para este trabajo quizá necesitemos algo más delicado. Hay unos bichos que venden unas ametralladoras pulsar casi nuevecitas que tienen muy buena pinta, creo que un par de estas bastarian para cualquier asalto. Es más, si me traes a esa bruja calientabraguetas, yo misma os llevaré a dónde tengáis que ir.

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18/10/2013, 12:37
Angela Gabriella Della Nocte

Miré de reojo el holovideo. A saber qué era lo que buscaban. Pero ya habría tiempo. Luego estudié el hacha sin tocarla. Sonreí. 

- Parece una relación muy personal. - la miré de forma inquisitiva por un momento - ¿Asalto? No es que me parezca mal lo de las ametralladoras esas, pero no termino de entender qué es lo que quieres asaltar. Aunque bueno, no es asunto mío, es cierto. - volví a a sonreír con calma - Me parece justo. Investigaré a Drake para ver en qué esta metida. Cuando sepa algo más te lo contaré. 

Cogí la taza de té, pero luego lo pensé mejor y la coloqué de nuevo en el platito. La taza tenía manchas sospechosas y el té no me inspiraba confianza. 

- Como gesto de buena voluntad supongo que... puedo encargarme de los heridos - dije. 

Aunque por supuesto tenía plena intención de atender primero a Siegfried o los ursos, ya que no había podido hacerlo cuando nos capturaros. 

Notas de juego

Algún día volverá Alpharius y podremos ir de compras y a enterarnos de rumores XDDD

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20/10/2013, 16:28
Alpharius Tanhausser

Bueno, supongo que era lo mejor que podía esperar de esa panda de borrachos lamentables. Un "ya te llamaremos" demasiado parecido al de una noche de borrachera que es mejor olvidar. Sin embargo tenía confianza en que mi actuación les hubiera impresionado lo suficiente como para que no se olvidaran de ello...

O volvería a recordarselo.

- Esste ess mi número...- dije, cogiendo una servilleta del local y un boli desperdigado que el camarero ni siquiera utilizaba para tomar los pedidos.- Pregunta por Sssif.

- Y...arrastré con un par de dedos el bol que había pedido, aún caliente y humeando vapor. Olía divinamente, pero no podía quitarme la máscara para comer y menos en aquellas circunstancias. A essta invito yo. Por los futurossss...negociosss. Esspero que nuesstro ssiguiente encuentro tenga memoria...o tijerassss. Solté una carcajada aguda y ahogada, antes de acercar el rostro al suyo de manera inquietante y darme la vuelta para marcharme. No me despedí, sino que sencillamente alcé una mano, de espaldas.

Tenía demasiadas cosas que hacer y demasiadas ganas de dejarme de subterfugios y acabar con esos capullos, pero sería contraproducente. Ahora había algo más importante...

Reunirme con el resto de Anonnymus.

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21/10/2013, 08:36
Siegfried Straufenberg

No fue posible evitar una maldición en voz baja y un perfecto ario haciendo referencia a los progenitores del fabricante del vídeo, de la cinta y de la policía militar del puerto. Después ya volví a caer en que no estaba sólo viendo la grabación y por toda disculpa los rusos recibieron un encogimiento de hombros

-Parece que estabais en lo cierto. No hay grabación del midgardiano.-los motivos aún escapaban a mi conocimiento-¿Sabéis algo al respecto que yo no?-Tras esperar por una respuesta decidido a seguir con el ambiente de colaboración-Aunque podemos seguir intentando sacar algo en claro, sólo pondría la limitación de esperar a ver las de los presentes cuando estemos todos, Alpharius incluido. Por lo demás...¿Meyer, el francés de la celda o Alkaid?-dejé que los otros eligieran ganando algo de tiempo para reunirse y ponerse en movimiento mientras Angela seguía departiendo con la amazona.

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21/10/2013, 23:06
Eduardo y Vitorio

Aquel estúpido mercadillo no era más que una maraña de comerciantes sobones. Gordos, grasientos y desdentados sobones que no dejaban de ponerle las manos encima y de insistir en que prestara atención a sus inútiles baratijas. Alpharius tubo que abrirse paso, bastante de mal humor, a través del río de gente que había en el bazar mientras luchaba por encontrar las pistas que, de forma sutil, podía encontrar talladas en los postes de madera de las paradas, en el plastico negro de las papeleras de la estación, en el metacrilato del cristal que cubría los extintores antincendios, pintadas en la pared como parte de un graffiti especialmente grosero... para cualquiera no iniciado no habrían sido más que garabatos, pero para el ojo entrenado, eran pistas, señales, migas de pan hasta casa.

Después de dar un largo rodeo en el que perdió el camino dos veces, consiguió encontrar el último símbolo tallado en una pequeña vela roja que iluminaba la minuscula entrada a una tiendecita situada en un oscuro callejón, más allá del zoco. El intenso aroma a arándanos era ofensivo para el oflato, pero aun así el espía, ajustandose su máscara, cruzó el umbral bajo el cártel de "Esencias Secretas". Dentro de la sofocante tienda la mezcla de olores almizcleños de miles de velas aromaticas y barritas de incienso le golpearon como un cybertoro a la carrera, dejandolo abrumado y desorientado.

- ¿Que es lo que buscas, viajero, en los insondables misterios de las esencias?- susurró una voz sedosa en la oscuridad, perteneciente a una joven de aspecto exótico,- ¿Has vendio quizá atraido por las promesas de la pasión que despiertan en las mujeres? ¿O tal vez por el deseo de encontrar un nuevo y exquisito universo de placer dentro de tu cabeza?- le preguntó, sugerente. 

La chica le sonrió tentadora entornando los ojos y, de forma lenta pero inexorable, fue ralentizando sus movimientos hasta quedar completamente quieta. Al cabo de unos pocos segundos, una columna de humo gris empezó a salir de su cabeza y un chispazo y el inequivoco ruido de una máquina que deja de funcionar terminaron de romper la ilusión.

- ¡Oh no! ¡Otra vez no!- se quejó una voz.- ¡Condenada máquina!¡No vale ni una de las flores nkercha que pagué por ella!- el dueño de la voz, un hombre bajito y malhumorado, apareció de detrás de una cortina roja y negra con motivos del loto. Era un hombre entrado en años, de tez bronceada y con un acento ligeramente venectiano que cambió de expresión automáticamente al verle y adoptó una pose mucho más obsequiosa.

- Oh, noble viajero, ¿Que inquietudes te han traído al templo de las esencias, palacio de los secretos y morada del saber? ¿Que pasos en tu búsqueda del conocimiento te han traído hasta las costas del mar de la... eh... inquietud? Dime, oh visitante ¿Que es lo que buscas tan desespéradamente que necesitas internarte en este mar de misterio y pasión que...?

- Ya vale- le interrumpió una segunda voz, perteneciendo a otro hombre que ahora asomaba por la cortina.- No necesitamos divagaciones Vitorio, ni siquiera estas esforzandote- el hombre, mucho más alto que su compañero, lucía el mismo uniforme negro y rojo imitando el estilo del Loto que los otros dos dependientes, que encajaba con el estilo decorativo del resto de la tienda. - ¿No ves que nuestro invitado no esta aquí para comprar tus apestos cachivaches?

- Oh, Eduardo, no hables así del producto enfrente de los clientes, ¡Te lo pido por favore!- exclamó el tal Vitorio, haciendo aspavientos con las manos que le elevaban al estatus de caricatúra étnica.- ¡Ya era prácticamente una venta cerrata!- se quejó, con un acento venectiano mucho más cerrado.

- No, que va- setenció el tal Eduardo.- Este joven no es un cliente, sospecho que ya conoce la verdad trás el telón... ya sabe lo que pueden hacer cinco dedos por separado, y lo que puede hacer un puño unido ¿verdad? Sabe porque lo hacemos... porque ninguno de nosotros...- empezó, dejando la frase a medias para que Alpharius la termiara

- ... es tan cruel como todos nosotros- musitó él, sin darse casi ni cuenta. Ese era el lema de Annonymous y, sin duda, había llegado al lugar correcto.

- Claro que no, así que dime, hijo- siguió Eduardo,- ¿Porque ignoraste la señal de actuar en la comisaría, cuando dimos la señal de la Luna Azul?

- ¿Que porqué?- Espetó Vitorio.- ¡Porque el ragazzo no se dio cuenta, cazzo porco! ¡Te dije que tenía que ser una señal más clara maldizzione! ¡Tu y tus cancioncitas! ¡Esa porcheria de musica antigua no hay quien la entienda!

- Oh, claro- respondió el otro.- Si por ti fuera pondríamos una aeronave con una pancarta para que tirara panfletos de la organización cada vez que  hubiera que activar un agente. Oh podríamos sacar la cabeza por la ventana y gritar las órdenes con un acento divertido, ¡Seguro que eso se te da de maravilla!

- ¿Que insinuas Duardo?- preguntó Vitorio, entrecerrando los ojos.

- ¡Oh vamos! ¡Tu ridículo acento falso no engaña a nadie, Armando! ¡Serías el peor agente encubierto de la historia de la organización!

- ¡Hijo de puta!- Espetó Armando/Vitorio, rojo como un tomate de rabia y sin rastro de su acento.- ¡El señorito todo el día con sus inventos y parafernalias esta muy ocupado cómo para ayudar al pobre Armando a pagar las facturas, cocinar y atender el negocio de tapadera que, oh sorpresa, nos da de comer. ¡Pero al parecer tiene suficiente tiempo libre como para opinar sobre la forma de trabajar de otra gente! ¡Y ahora tiene hasta tiempo suficiente para meterse con el chaval!- Añadió, señalando a Alpharius.- ¿Cual es tu siguiente idea para que nadie reconozca tus mensajes en misión? ¿Un silbato para perros, quizá?- se mofó, poniendo los brazos en jarras.- Oh, ya se, ¡Haremos señales en codigo morse con una linterna sin bombilla! Seguro que nunca nos pillan con esa ¿Eh jefe?

- ¡Ya basta!- Espetó Eduardo, pegando un puñetazo sobre la mesa que hizo temblar todas las llamas del local.- Es hora de que cierres la tienda para reparar ese pedazo de chatarra... el chico y yo vamos a hablar- sentenció, con una voz mucho más queda que no dejaba lugar para objeciones. Eduardo le guió más allá de la cortina hasta una sala con una mesa y dos sillas. Un arcaico horno de inducción estaba calentando una tetera de latón que empezó a silbar nada más entraron.- Sientate,- le indicó,- y dime ¿Como va tu misión hasta ahora?

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22/10/2013, 19:47
Kaimán Jane

- ¿Estos patanes?- Preguntó la amazona mientras bebía café sosteniendo la tazita entre sus enormes manos con sorprendente delicadeza.- Por mi como si los arrojas al espacio, querida- añadió, dejando la tacita en la bandeja que había traído Sigfried.- Son escória desechable... alguién se encargará de ellos.

- Si lo preferís, puedo esperar abajo a que vuelva vuestro compañero. Haré unas llamadas- dijo, levantándose, visiblemente molesta por la intromisión del ario.- Avisame cuando estes lista- señaló a Ángela, antes de salir por la puerta.