Partida Rol por web

Viaje al corazón de la Hydra

Acto 3.0

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19/09/2013, 15:07
Pierre Labit

No sabía qué me ponía más nervioso. Si la idea de morir asfixiados allí abajo, o ese botón desabrochado. Aunque el olor a mierda era lo bastante penetrante como para que tomase preferencia lo primero. Me pasé la mano por el pecho. Notaba también mi sudor.

- Sí, aquí hace calor... bastante. - Sonreí con picardía y le guiñé un ojo. - ¿Quieres que busquemos un sitio más cómodo?

Luego bajé la voz.

- Empiezo a dudar de la vuelta de Solis. Salgamos de aquí antes de que esto se convierta en una trampa mortal.

Y una vez más, le animé a ir por delante mía escaleras arriba.

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19/09/2013, 18:13
Director

De una patada, la puerta se abrió haciendo saltar astillas del marco y tras ella tres hombres, armas en la mano, irrumpieron en la habitación de golpe sin esperar ningún tipo de invitación. Después de un segundo de observación, el que parecía el líder señaló a Angela y Alkaid, haciendo un vistoso gesto con la mano para que le acompañaran, dejando claro con su actitud que no admitiría negociación alguna.

- Tu, y tu, acompañadnos...-

Notas de juego

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19/09/2013, 18:28
Director

Provisto de un monstrador de madera cutre, algunas banquetas y una pequeña cocina tras unos roñosos banderines rojos y blancos, la Garganta del Kraken parecía, sin lugar a dudas, el típico tugurio de fideos. 

La escasa clientela sorbía ruidosamente los largos fideos de sus respectivos y humeantes boles sin siquiera apartar la mirada. Tan solo el fondo de la barra parecía estar más animado. Entre los vapores del saque, chistes malos y una pose de autentico placer postprandial, la sangre de Alhparius empezó a bullir cual viscosa lava volcánica al reconocer al instante a los tres felices comensales. No había duda alguna: ¡Eran esos malditos malnacidos de la tirpulación del Halcón!

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19/09/2013, 18:47
Yaya Magdalenas

La pequeña mujer sonrió de forma enigmática a Drake. -Cuando llegues a mi edad, querida, ni siquiera te hará falta preocuparte por esas cosas. -Comentó con una risita. -Ahora se buena y dile a ese novio tuyo que me traiga una silla. La artritis me está matando...- Dejó caer llevándose una mano a la espalda con fingido pero convincente gesto de dolor. 

- Decidme, ¿de donde venis? - Se interesó con total confianza.

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19/09/2013, 18:53
Derpy

Los ojos de Derpy se deshicieron en corazoncitos amorosos, estaba claro que aquella mujer le había conquistado con las magdalenas. 

-¡Es una ABUELA de verdad!, ¿podemos quedarnos?, ¿podemos?, ¿podemos?... -Lloriqueó 

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20/09/2013, 00:20
Alpharius Tanhausser

Este era uno de esos momentos en los que uno se arrepiente de no tener venenos a mano. Y una bomba de fragmentación. Y, quizás, un lanzallamas. Cualquier cosa con tal de hacer pasar a esos hijos de puta un mal rato. Y quería Dios, cuyos caminos son inescrutables, que la deformidad con la que me maldijo en aquella explosión ahora era una bendición con la que hacer vomitar los fideos a esos malditos cabrones.

Pero el sentido común me detuvo. Apartádome del puesto y aprovechando que parecían entretenidos me cubrí con parte de mi nueva vestimenta, un abrigo oscuro y bastante raído, aunque grueso*. La capucha tendría que hacer de cobertura para el cambio de máscara, que me guardé en el interior de la prenda mientras el ajado metal que había sido la cara de un droide cubría las quemaduras. No iba a arriesgarme a que algún mocoso se llevase mi más preciada pertenencia robándome la bolsa de las compras en la futura negociación.

Guardé también el bastón en el interior de la pernera y, concienciándome, cambié de personaje. Edmound Galán no era suficiente, pero serviría de base. El andar altivo y alzado de mi antiguo yo tenía poco que ver con Alpharius y podía hablar en un cruzado libre de acento sin problemas. Con un seseo. Cortesía del personaje.

Paso al frente, seguro. Un dos, un dos. Ignorar al trio. Acercarse sin saludar. Posición de hombros intimidatoria. Eres un hombre del Señor, su Puñal y su Voz. Que tiemblen los impuros ante los Hijos de Dios. No, Edmound, no. Tienes una misión. Una misión en nombre de los pobres, para librar al mundo de una sanguijuela voraz y contagiosa como es la nobleza. Céntrate.

Ya habrá tiempo para esos hijos de puta.

- Una ración...y algo máss. Fixxit dijo que tenéiss algo para mí.- pregunté en una voz un par de tonos más aguda de lo normal, dirigiéndome al camarero en un tono confidencial.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*La idea es cambiar el look a lo Corvus del Dishonored con la máscara del androide y ropas más oscuras. No creo que sea el único fulano con una máscara en un sitio como este, tan lleno de criminales XD

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20/09/2013, 12:12
Debrah Anne Drake

Palmeé la espalda de Alandrian mientras que con la otra mano me limpiaba los trocitos de bollo chachi de la encantadora abuelita.

-Ya has oído, novio, trae a mi abuelita una silla, y una mantita por si le da frío y lo que ella quiera.-dije lanzándole una mirada asesina y amenazante, 100% viboril del estilo "o lo haces o te vendo de esclavo". Derpy y yo rezumábamos amor por la Yaya por cada uno de nuestros poros, a él le chorreaban corazones de los ojos y a mí me brillaban como si estuviera delante del mayor tesoro del mundo, mientras asentía muchas veces ante las peticiones del pony. ¡¡EN ESE CASO NO HACÍA FALTA NI PREGUNTAR!!

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21/09/2013, 20:10
Alandrian

Primero me intenta ahogar con una magdalena y ahora se pone mandona, vale. Me fui a buscar una silla y, cuando pasé junto a Drake, la pasé una mano por el culo- el cobro, novia -dije riendo mientras me iba a por la silla. Cuando regresé llevaba una especie de manta (o eso creía que era) y una silla- Tome yaya -dije mientras la colocaba la silla y la ayudaba a sentarse. En mi pueblo se veneraba a los ancianos, y si en este mundo en que no se tenía en cuenta su sabiduría, esta abuela se había hecho con el respeto de varios hombres que imponían a casi todos, debería de ser importante o tener poder.

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21/09/2013, 20:16
Debrah Anne Drake

Golpeé a Alandrian con el codo en el costado- compórtate, novio- dije con la voz tensa por la punzada de dolor que sacudió el brazo como una descarga. El chico se había trabajado el torso tanto que parecía una maldita roca. Cuando la Yaya tomó asiento me acuclillé a su lado en actitud de nieta adoradora de su abuela, alzando el rostro hacia ella.

-Venimos de un tugurio sucio, lleno de machorros y donde escupían en vasos,antes yo venía de la casa de la señora Nottingham, antes de una cápsula de salvamento gracias al aviso de mi querido Derpy, y antes de una nave bastante chapucera con una tripulación un tanto golfa y antes, mucho antes de eso del Puerto Santa María y antes...-palpé en los bolsillos del exuberante chaleco hasta sacar una tarjetita  de visita "Happily ever after"- de ahí.

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22/09/2013, 12:49
Meyer Adam

-Hum, seria apropiado, aunque cualquier lugar valdria ahora mismo.- Dije, teniendo en cuenta que cualquier lugar era mejor que esta tumba con hedor aviario.

Aunque intente permanecer calmado, no pude sino evitar un ligero tono nervioso mientras miraba a Pierre, quizas era por el calor y el estres, pero hubiese jurado que me estaba "tirando los tejos"... No, debe ser el calor, me dije a mi mismo desabrochandome otro boton, dejando parte de mi camisa interior y pecho al descubierto, en un intento vano de que la chaqueta no se hiciera perder con el sudor, antes de subir por las escaleras y marchar hacia arriba, en busca de aire fresco.

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23/09/2013, 11:51
Pierre Labit

Al parecer Meyer no era tan machote como quería hacerme ver. Parecía interesado en dejarme ver algo más de su torso... y había aceptado el ir a un lugar más cómodo. O eso, o era rematadamente inocente y no se daba cuenta de lo que pasaba. Si iba a ser mi protección ahí fuera... esperaba que fuese lo primero.

Le seguí escaleras arriba, en silencio, intentando no hacer demasiado ruido, a la expectativa de lo que pudiese haber fuera de aquel tugurio maloliente.

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23/09/2013, 14:25
Director

Los dos hombres ascendieron escaleras arriba y retiraron la trampilla. Lejos de la impresión inicial, y al igual que la puerta del sótano, la trampilla no ofreció ningún tipo de resistencia adicional, así que haciendo la chapa de metal a un lado, volvieron a verse en aquella calurosa habitación bañada de luz roja y tapizada por centenares de huevos de diferentes tamaños y colores. 

Al otro lado de la puerta, oculta por el poster promocional de vitaminas para loros-lagarto, les llegó la voz amortiguada de lo que parecía una risueña jovencita hablando con la dueña de la tienda. 

Estaba claro que no se trataba de Solis y no había nada más que los retuviera en aquel pestilente agujero por lo que decidieron girar el picaporte y salir hacia la estancia principal de la pajarería.

Una vez allí se dieron de bruces con algo que desde luego no esperaban.  Efectivamente, la dueña de la tienda toda hecha de arrugas, permanecía en el mismo sitio balanceándose de forma distraída en una especie de mecedora bastante cascada, sin embargo, ya no estaba sola. 

La voz de la jovencita risueña no era otra que la de aquella zumbada de las rastas mutlicolores que les había dejado tirados en el Halcón y al parecer estaba bien acompañada no solo por el enorme midgardiano, si no por toda una banda de lo que a todas luces parecía una inquietante troupe de sicarios alienígenas.

Durante unos incómodos instantes y como si el mostrador ejerciera de una suerte de trinchera, ambos bandos se miraron largo y tendido, al principio confundidos, después... bueno, después el mas alto de la banda, una especie de grotesco hombre-cangrejo, ladeó una sonrisa torcida. 

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23/09/2013, 14:59
Director

La pequeña mujer asentía animadamente ante la historia de Drake sin dejar de balancearse de forma distraída en la cascada mecedora que le había traído el midgardiano. Si había algo que entusiasmaba a los ancianos eran las historias que no llevaban a ninguna parte por lo que, en lo respectaba a nuestra entrañable viejecita, estaba encantada. 

Y en esas estaban cuando, sin precio aviso, dos hombres irrumpieron en la pequeña estancia a través de la puerta oculta por el poster medio descolgado de vitaminas para loros-lagarto tras el mostrador. Por las pintas que tenían, sudorosos y con algunos botones de la camisa desabrochados, parecía que llevaban horas en la trastienda.

Para Alan no le fue difícil reconocerles: Se trataba ni más ni menos que del Solenita mariquita y el tuerto amanerado. Había viajado con ellos hasta La Luna, siguiendo ese culito prieto de la detective, sin embargo, los tres se habían separado del grupo nada más atracar en los amarres. 

Drake, por su parte, recordaba al estirado ario del trepidante viaje en el Halcón, pero ¿a quien le importaba el tuerto cuando entraba en escena un rubio macizorro?...

 

Notas de juego

Edito para aclarar de donde vienen, por si no había quedado claro. No vienen de la calle si no del interior de la trastienda.

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23/09/2013, 15:10
Derpy

-gaaaaaaay..... es gaaaaaaaayyyyyy - El pequeño y enagenado pony comenzó a canturrear saltando felizmente de un lado al otro del mostrador.

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23/09/2013, 15:12
Yaya Magdalenas

- ¿Ya os marchais hijos? - Con toda la tranquilidad del mundo y deteniendo momentaneamente la mecedora, la pequeña mujer se dirigió a los dos hombres sin perder ese aire de "me importa todo un bledo" que caracteriza a los viejos.

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23/09/2013, 15:19
Director

Frente a Alpharius apareció un enorme y humeante bol gris repleto de inquietantes tropezones pero que, por algún motivo inexplicable, desprendía un aroma que haría que incluso los paladares más finos se deshicieran en agua.

- El viejo Fixit ¿eh?, ¿como le va a ese canalla?. -Comentó el fornido cocinero echándose el trapo al hombro. - tanto tiempo tratando con cacharros no puede ser bueno para nadie. -Sonrió rascándose de forma distraída la enorme barriga antes de ladear la cabeza con disimulo en dirección a los tres felices comensales del fondo de la barra. - Esos tíos llevan toda la noche trapicheando con chatarra. -Terminó encogiéndose de hombros. - Supongo que Joe se referiría a ellos. -

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23/09/2013, 16:35
Alpharius Tanhausser

- Graciasss. - respondí al hombre mientras cogí el cuenco con la mano, dejando una moneda por valor del plato. El calor del bol se trasladaba por el guante del cuero y me hizo sentir un desagradable instinto corriendo bajo mi piel quemada. Por suerte había algo para contrastarlo: la adrenalina y ganas de mandar a esa gente a la mierda. Pero...¿como tenían ellos la memoria de Minerva?

La sintética había salido inválida del Halcón, pero para aquel entonces los hijos de mala madre ya habían huido. Aquello debería estar en posesión cruzada.

Hum. Quizás lo estaba. Quizás habían sido contratados por los cruzados desde el principio. Eso explicaría porque Angela viajaba en un transporte de esas características. Pero entonces las cosas llegaban bastante más lejos. Hasta su universidad...Tenía que establecer contacto con alguien después de eso. Alguien en las Lunas...y con mucho odio a los nobles.

Pero cada cosa a su tiempo. Uno nunca debe hacer malabarismos con demasiadas bolas.

Me acerqué al grupo y dejé el cuenco en la barra del puesto, antes plantarme al lado suyo completamente erguido, silenciosamente. Tenía que resultar incómodo y perturbador, ligeramente amenazante. Lo contrario de lo que normalmente significaba mi presencia.

- Dicen que tenéiss algo para mi Jefe...sseñoress. Giré el cuello levemente, mientras acercaba la cara a ellos en una postura similar a la que tomaría un ave, grotesca, analizando sus pintas. No, no eran el tipo de gente que podía tener la mercancia que buscaba. Añade algo de duda. Máss bien...volví a alejarme de nuevo, mirando al trio y conteniendo las ganas de soltar un torpe puñetazo hacia el rostro de alguno. Para ssu nueva ssintética.

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24/09/2013, 11:27
Alandrian

Asentía ante la historia que contaba Drake, como si con eso estuviera contando absolutamente la historia de la creación pues con la cantidad de lagunas etílicas que tenía en la cabeza no podría contar mucho. Cuando vi a la pareja entrar en la tienda no pude evitarlo, me apoyé en la mecedora y le susurré algo al oído a la vieja.

-Mira, yaya, el tuertopelota -dice refiriéndose al hombre que solo se le veía un ojo- es un tío que hacia de guardia de una pijaza en el viaje de la nave, el gayer pierde-aceita -dice señalando al rubio- estaba en el mismo calabozo que yo, y las putas que había ni le lanzaban los trastos.

Y ahora, tocaba recoger las respuestas e impresiones de la yaya y, con suerte, me reiría un buen rato.

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24/09/2013, 17:06
Meyer Adam

La primera reaccion ante semejante recepcion, fue llevarme la mano a la cintura, olvidando de que aun reposaba en la comisaria, la segunda fue alzar la mano y coger la primera jaula con pie que habia al alcance, esgrimiendola como si de una maza se tratara, con pajaro-lagarto chillon incluida.

-¡Tu!- Proclame, señalando con mi unico ojos a la de las rastas.- Te recuerdo, eres la que se escapo de la nave en la capsula de emergencia ¿Aliandran, que hace ella aqui?¿Que haces tu aqui?!¿Que demonios hacen todos estos aqui?¡

Ugh, por si no bastaba la maldita tienda, ahora me enfrentaba a marisco podrido salido del mar, las nauseas ya estaban llegando a un nivel peligroso. No habra agua y jabon suficiente para borrar de la memoria este momento.

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24/09/2013, 17:20
Meyer Adam

-Esto no tiene buena pinta, deberiamos largarnos en cuanto se de la ocasion.- Susurre a Pierre, con cuidado de que no lo notaran Aliandran y los demas.- Evita que nos rodeen, y estate atento a la "señal".