Partida Rol por web

Victorian Vampire

Escena conjunta: Unos inquilinos diferentes.

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27/12/2017, 03:50
Sylvie Blanchett

Sylvie asintió ligeramente al saludo y a la excusa que le presentaba. No pudo reprimir una ligera sonrisa aunque trató de no hacer leña del árbol caído. A fin de cuentas ella consideraba natural que cada uno se preocupara del estado de su entorno, o de alimentarse. Al menos si no se disponía de dinero o de alguien que se ocupara de aquellos asuntos por ella misma.

-Con un poco de suerte, habrá algo de carne -comentó sin recordar si en el día anterior había dejado parte de la pieza que había comprado, quizás leyendo la expresión del irlandés. Siempre le hizo gracia el puesto del mercado donde lo compraba. Le decían que era pollo, aunque el precio fuera inusualmente bajo y ofrecieran la pieza ya desplumada y despiezada. Estaba claro que aquello era paloma.

-En ese caso me daré prisa -añadió dirigiéndose a la cocina, tras evaluar los gestos que había realizado. Por su expresión si bien había entendido el mensaje, no parecía que aquella medida de tiempo le resultara del todo idónea.

La viuda cruzó la puerta de la cocina y la dejó abierta. Desde el pasadizo aún podían entablar contacto visual, o por lo menos, escucharse. Pronto se escuchó el trajín de una olla y algunos utensilios de cocina. Se dispondría a picar algo de ajo, zanahoria y algunas verduras y hortalizas más tras disponer algo de madera en un hornillo que serviría para calentar el mejunje. Hubo algo de suerte y sí que quedaba algo de carne, una pieza no mucho más grande que el dorso de la mano de la joven. Sin embargo la troceó de tal manera que al menos, el encontrarse aquellos pedacitos, diera la sensación de que había más carne de la que en verdad era.

-¿Y ya encuentra trabajo a menudo? Debe ser una tarea pesada, más si no dispone de carro, con lo atestadas que están ciertas calles. -preguntó de pasada tras vaciar un pequeño barrilete de agua y salar un poco lo que había vertido en la olla, junto el resto de ingredientes.

Notas de juego

Me alegra leer eso, ¡es recíproco!

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27/12/2017, 15:49
John O´Brian

-No lo busco yo. Un día vi a unos hombres mover muebles de un sitio a otro, me hizo gracia, eran como hormigas gigantes. Un hombre llamado "Jefe" me pregunto si queria trabajar, que me veia fuerte y necesitaba ayuda. Me dijo que me daria dinero por llevar cosas de un sitio a otro. Me parecio algo facil y necesitaba dinero...la gente de aquí lo usa para todo.- John se encogio de hombros como si eso fuera alguna estupida tradición local que asumia que debía compartir para integrarse.

-Es facil, el dice donde hay que ir, que hay que coger y donde dejarlo. Solo hay dos normas, no se habla con los clientes y no tengo que sonreir... eso me gusta.- comento mientras seguia limpiando. Escuchaba los sonidos de la cocina y le agradaba reconocer los olores. Hacía mucho que no comia algo caliente o guisado.

-Cuando termino de dejar las cosas donde la gente quiere me dan monedas algunas veces, al final de la semana Jefe me da más dinero.

Debía reconocer que era agradable poder hablar con alguien, se sentía a gusto con esa humana...no parecía tan sumamente despreciable como el resto de su raza.

-Una vez paso algo raro. Una mujer me pidio que moviera su piano de habitación, me dijo que me daria monedas por eso y yo pense que tener monedas extra estaba bien, así que subi a su casa. Me dijo que su marido no estaba y yo puse el piano donde ella queria. Vi que se mordía el labio de abajo mientras hacía el trabajo, debía tener una herida...o un herpes...no sé. Cuando termine me dijo que no tenía monedas pero me podía pagar con carne y yo acepte.

John parecío que en ese momento se disgustaba un tanto al recordar el resto de la historia.-Pense que un trozo de carne es mejor que monedas, se puede comer pero ella dijo que subiera arriba. Un sitio raro para guardar carne, puede que para que los depredadores no se la quiten, pense...y subi ¿y sabe que paso luego?.- pregunto indignado.

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27/12/2017, 17:00
Sylvie Blanchett

-Ah, así que su jefe se llama Jefe. -apuntó divertida por la situación, quizás tomándolo como una broma o creyendo que quizás trabajaba por uno de esos tipos autoritarios que tanto gustaban de hacerse ver por encima de los demás.

-No sé como será el lugar del que viene, pero sí, en la mayoría de ciudades se emplea el dinero. Imagino que en el entorno rural el trueque es más efectivo. -sonrió ligeramente sin perder detalle del relato del irlandés, manteniéndose en silencio mientras removía el contenido de la olla un poco. Lo cierto es que no era del todo mala cocinera, aunque aquel plato no necesitara de gran habilidad y sus ingredientes fueran limitados.

-He de decir que lo de no sonreír no es mala idea. Sin ofenderle, pero a veces da un poco de miedo. -confesó sin ninguna vergüenza. A fin de cuentas él también era abrumadoramente sincero y no creyó que fuera a ofenderle.

Sylvie enarcó una ceja cuando inició aquel relato e incluso ensanchó un poco su sonrisa, pero la seriedad en la que se expresaba el inquilino hizo que dudara sobre sus intenciones. Al principio pensó que estaría jactándose de uno de sus logros, luego pensó que tal vez era alguna broma. Pero finalmente se dió cuenta de que aquella indignación era real y no estaba haciendo comedia de aquella situación.

-Os dió algunas señales de querer encamarse con vos, ¿mm? Algo terrible considerando que ya era una mujer casada. Os sorprenderiáis del dinero que he obtenido advirtiendo a algunas personas de la infidelidad de sus parejas... -comentó mientras retiraba la olla del hornillo y disponía un par de cuencos. Los sirvió y dejó la tapa de la olla puesta, para luego servir ambos cuencos junto un par de cucharones en una mesa del salón. Los trajo con cierta habilidad pese lo llenos que estaban.

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28/12/2017, 00:47
John O´Brian

John se quedo perplejo y dijo- Espere...¿Que?... ¿Quiere decir que se referia a que queria que la montara?.- te pregunto como si le hubieras descubierto una posibilidad que se le hubiera pasado de largo.- Yo..no sé...cuando le pregunte donde estaba la carne se quito la parte de delante del vestido y me mostro las mamas... y yo pensé...que... bueno, que me estaba insultado. Que era como decirme que no me daria carne porque aun estaba en edad de lactante, como si fuera un cachorro... y me cabree...pero ¿En serio?¿En serio cree que lo que estaba era insinuandose?.- te pregunto realmente confundido.

Resoplo y se paso las manos por el pelo.-Estaba tan cabreado que sali del cuarto y le puse el piano donde estaba al principio y me largue...¿Eso explicaria que cuestionara mi hombria desde la ventana a gritos? ¡Yo creia que esos insultos eran por volver a moverle el piano!

John parecia cansado. Se asomo a la cocina igual que un niño.-Eso huele bien. Muy bien.-aseguro y despues se rasco la cabeza.

-No se me da bien eso de tratar con seres hum...con hembras. No entiendo las indirectas...¿Si queria que la cubriera porque no me lo dijo claramente?.-te pregunto.-No lo hubiera hecho, era la hembra de otro pero aun asi... me hubiera gustado saberlo.

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28/12/2017, 01:03
Sylvie Blanchett

Sylvie alzó una ceja y rió entre dientes, sin salir de su asombro a medida que el irlandés añadía más detalles al relato. Luego negó enérgicamente con la cabeza.

-Habrá percibido que no todo el mundo es tan directo en sus palabras como usted. La gente suele enmascarar algunas situaciones con palabras más sutiles para no hacerse ver como es. -comentó encogiéndose suavemente de hombros aunque sacudió un poco la cabeza.

-Aunque he de decir que... ¡tal vez la indirecta no fue del todo clara, pero si se quitó la ropa había poco margen de interpretación! Cielos, de hecho fuistéis realmente retorcido al pensar en ello. -parpadeó en un par de ocasiones aún desorientada por la línea de pensamiento seguida por John.

-Generalmente si una mujer se desnuda en presencia de un hombre es buscando sexo. Salvo que seáis un doctor,
o haya decidido tomar un baño, aunque eso último es extraño hacerlo en presencia masculina.
-explicó con cierta condescendencia y sonrió ante la mención favorable acerca del olor de la comida. Dió una palmada en la mesa tras posicionar ambos cuencos en la misma y tomó asiento en una de las sillas, removiendo el contenido del suyo con el cucharón de madera.

-¡Esperemos que sepa tan bien como decís que huele, entonces! -exclamó antes de disponerse a soplar un poco el contenido del cucharón antes de tomar un poco. Lo cierto es que no sabía mal, no se había pasado con la sal y los ingredientes estaban en su punto, ni demasiado pasados ni crudos.

-Ya hay que enfadarse mucho para desplazar todo un piano en venganza -murmuró risueña antes de preguntar- ¿Recordáis por algún azar su nombre, o qué casa era? Tal vez alguien deba estar advertido de ello.

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28/12/2017, 02:00
John O´Brian

-La gente me resulta muy confusa.-aseguro y resoplo mientras escuchaba a la mujer explicar que para los humanos ir desnudos era una invitación sexual. El iba desnudo muchas veces, en forma de lobo, no entendía la necesidad humana de cubrirse.

-Yo era leñador... con mi padre, allí no hay muchas hembras, nadie te explica esas cosas.-argumento pero agradecio el cuenco. Lo olisqueo un poco y dio un sorbo. Se relamió igual que un perro y sonrio con gusto, de modo mucho más relajado y natural, menos aterrador. Sorbio el resto del cuenco hasta la ultima gota y declaro.-¡BUENO!, muy bueno.

Miro la posición del sol, aun tenía unos minutos, la mujer comia más despacio.-¿Tiene chincles en el colchon? Esta noche se movio mucho y le picaba el cuello ayer... cuando vuelva podía ayudarla a quitarlos.

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28/12/2017, 02:25
Sylvie Blanchett

-Es la vida de la ciudad. Algunas cosas son más complejas de lo que deberían ser. Sobretodo entre los que ya no deben temer por morir de hambre o pasar frío por la noche. Suelen buscar otra clase de entretenimientos, y la sutileza les permite exponerse a situaciones de riesgo que de otro modo no existirían. -reflexionó tras un ligero encogimiento de hombros, aunque estaba centrada en ir tomando de la sopa con su cuchara.

-Así que un leñador. Si no me equivoco venís del norte, ¿de las islas tal vez? ¿qué llevó a alguien como vos tan lejos de vuestro hogar? -se interesó, pero apenas acabó la frase se sobresaltó casi levantándose de la silla cuando el irlandés exclamó lo mucho que le había gustado la comida de manera tan espontánea. Aunque tan pronto como vió de lo que se trataba se relajó, distrayéndose nuevamente con la comida.

-¿Ayudarme a quitarme los chinches del colchón? -preguntó con cierta incredulidad, riendo por lo bajo- Por un momento pareciáis practicar lo aprendido con la anécdota de la casada insatisfecha. No, no tengo chinches. Es solo que tengo algunos asuntos que resolver y no acabo de conciliar el sueño. Pero no se preocupe -añadió al final ensanchando un poco la sonrisa.

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28/12/2017, 03:08
John O´Brian

John asintió con demasiado entusiasmo.-Sí, de las islas, al norte.- dijo pero despues emitio un pequeño gruñido entre dientes.-Dicen que nadie va a ninguna parte, que es el destino quien te lleva....- murmuro en respuesta, sobre los asuntos que le llevaban hasta allí.-El destino es un mal nacido ¿sabe? pero creo que pronto podre volver a casa... en unos meses...tal vez.

Al oir a la mujer hablar sobre el doble sentido que sus palabras podian tener John negó con la cabeza y haciendo movimientos con las manos.-¡Oh,no...no queria... no era mi intención!.-se apresuro a decir, se relajo un tanto cuando entedio que estabas bromeando.- ¡Tienen la mente muy sucia, en Paris!.-gruño algo molesto por lo facil que era tomarle el pelo.- Si quisiera copular con usted se lo diria, o me acercaria y le lameria el cuello ¡Algo que no deja lugar a duda! pero no es el caso...No es que sea una hembra poco atractiva, tiene unas caderas bien formadas, podría parir varios cachorros sanos pero las hembras huma... las mujeres no me interesan....¡Si me gustan, pero no en este momento! ¡Son muy complicadas!

Miro por la ventana y se levanto.-El sol ya esta allí, me tengo que ir, hasta luego señora, buen día.- dijo y se apresuro a salir de la casa, visiblemente sonrojado.

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28/12/2017, 03:20
Sylvie Blanchett

-Mhmmm... -afirmó suavemente, pensativa. En los últimos tiempos no era raro ver a forasteros en París. A ella no le disgustaban particularmente, al contrario, siempre le había parecido curioso aprender de las costumbres de otros lugares. Pero tampoco quería indagar en demasía sabiendo que tenía algo de prisa.

Se ruborizó un poco ante el inesperado cumplido, pero pronto recobró la compostura y sacudió la cabeza.

-Desde luego, si allá en las islas os laméis el cuello, declaráis las intenciones de manera mucho más clara. -terminó por reír por lo bajo y apurar el contenido del cuenco. Pronto se dispuso a recoger aquello que habían empleado para desayunar, dispuesta a adecentar la mesa y la cocina antes de atender sus propios asuntos.

-¡Tenga un fructífero día de trabajo, señor O'brian! En cuanto termine de limpiar esto yo también deberé marchar. Es posible que al mediodía ya haya vuelto. -explicó antes de dirigirse diligentemente a completar aquellas tareas.

Un rato más tarde también acabaría por tomar la puerta, aquella mañana esperaba avanzar en la resolución de algunos problemas del pasado.

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30/12/2017, 02:51
Director

John era un inquilino interesante pero insuficiente para pagar las facturas, de modo de Sylvie se las arreglo para captar a otro cliente.

En el momento de su llegada John se encontraba fuera, en una de esas ocasiones que simplemente se marchaba sin decir poco más que un "Hasta luego" forzado por mantener una educación aparente.
 

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30/12/2017, 03:07
Sylvie Blanchett

La casa se encontraba ubicada en las cercanías del núcleo de Paris. No era la zona más céntrica posible, pero los edificios colindantes mostraban cierto lujo, por lo que aquel lugar estaba frecuentado por gente relativamente adinerada. Era un caserón bastante imponente, pero faltaba una mano de pintura y posiblemente que arreglaran más de un par de goteras. La verja del acceso del jardín estaba despreocupadamente abierta, y si bien este habría sido hermoso en otros tiempos, ahora las malas hierbas brotaban sin miedo a que ningún jardinero las arrancara.

-Esta es la casa. Sé que en su estado no promete demasiado, pero está bien situada. Y si buscaba discreción, le aseguro que nadie le buscaría aquí. Mucha gente cree que incluso está abandonada -dijo aquello último algo decepcionada consigo misma. A fin de cuentas si lo creían es porque ella misma había propiciado su estado actual.

-¿Quiere ver el interior? -sugirió abriendo la puerta principal, mostrando un pequeño recibidor amueblado con un vestidor. Al otro lado podía verse un salón mejor amueblado, así como la luz de un fuego. Por el hospitalario calor que hacía, la chimenea debía estar encendida.

Por lo menos, en los últimos tiempos la casa no estaba sólo habitada por ella, sino también por John, que la había ayudado a alejar el polvo y las telarañas del primer piso.

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30/12/2017, 03:24
Director

El olor en el cercado de aquella casa era peculiar, inconfundible. Era como una nota avisando que allí vivia un Licántropo o pasaba por aquella casa con frecuencia.

No era habitual que hubiera muchos de vuestros congeneres en Paris, ya era extraordinario encontrarse uno. La casa en sí parecia deshabitada apesar de encontrarse muy cerca del centro, más en su interior se intuia la luz de unas velas, sonido de voces... Sin duda era una mansión que había conocido tiempos mucho mejores y precisaba de muchas reparaciones.

Haciendo estas observaciones Kay noto la presencía de otro macho, se reconocieron mutuamente como miembros de la misma especie....

 

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30/12/2017, 18:07
Director

La casa se encontraba ubicada en las cercanías del núcleo de Paris. No era la zona más céntrica posible, pero los edificios colindantes mostraban cierto lujo, por lo que aquel lugar estaba frecuentado por gente relativamente adinerada. Era un caserón bastante imponente, pero faltaba una mano de pintura y posiblemente que arreglaran más de un par de goteras. La verja del acceso del jardín estaba despreocupadamente abierta, y si bien este habría sido hermoso en otros tiempos, ahora las malas hierbas brotaban sin miedo a que ningún jardinero las arrancara.

Notas de juego

 

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30/12/2017, 19:06
Jerediah Hasford Cotton

Hacia poco más de tres hora que Jerediah se encontraba recorriendo la ciudad en busca de un lugar donde poder residir. Pocas personas estaban dispuestos a alquilar una habitación a un mozalbete de 15 años por mas de un par de noches y si no lograba un buen trato antes de fin de mes, se vería obligado a vivir en la calle.

El dueño de una tienda de abarrotes cercanas, un viejo barrigón de mejillas rosadas llamado Tom,  le había hablado de una pensión aun buen precio y cerca del centro, y mientras comia un poco de pan con queso, se dirigió a esa dirección.

 Vaya, el lugar es realmente imponente...aunque le vendría bien una lavada de cara-pensó mientras observaba el caserón-espero que el viejo Tom no me allá jugado una broma- termino de decir para sus adentros un tanto vacilante, mientras le daba un ultimo mordisco a su pan y pasaba la verja abierta dispuesto a tocar la puerta de entrada.

_Buenos días, ¿hay alguien en casa?-pregunto en vos alta pero sin gritar mientras algo nervioso se acomodaba su corbatín y con unos golpes secos con la palma de sus manos se quitaba las migas de pan de su chaleco. 

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30/12/2017, 19:36
Alistair Klein

-Lo que veo me convence -declaró Alistair, escrutando la que iba a ser su morada, con cierto interés-. Veamos el interior, pues.

Mientras cruzaban el jardín, el hechicero captó un olor un tanto desagradable, similar al meado de un perro y arrugó la nariz, un poco asqueado. Se preguntó si Sylvie tendría algún tipo de mascota. "¿No huele un poco raro aquí?" se disponía a preguntar a la casera, aunque se contuvo por educación.

Una vez dentro de la casa, los ojos de Alistair se posaron en la chimenea. Al menos, la casa parecía lo suficientemente caliente para pasar el invierno.

-¿De cuántas habitaciones dispone? -preguntó, interesado.

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30/12/2017, 22:40
Kay Schneider

Interesante...

Kay no esperaba encontrarse ni un sólo licántropo en esa ciudad, y mientras caminaba por las calles de París en sus paseos para conocer la ciudad y los lugares que más pudieran interesarle, sólo pudo sorprenderse al oler tan cerca del centro la marca de otro licántropo.

Era un macho, desde luego, e incluso en mitad de la ciudad conservaba sus costumbres más ferales. Algo que chocaba de frente con lo que había conocido nada más llegar a la ciudad.

Escuchaba vagamente el sonido de las voces que salían de la mansión, la cual dejaba mucho que desear en cuanto a la imagen que ofrecía al exterior, pero Kay estaba seguro de que era suficiente para cualquier licántropo. Y más seguro estaba de que no se había equivocado con la marca del lugar.

Lo más respetuoso sería avisar de su presencia en la ciudad, pues si ese era territorio de otro lobo era mejor para no llamar a la confusión o un enfrentamiento evitable. Además, la curiosidad por saber qué otro tipo de lobo había en la ciudad, y qué razones lo habían llevado allí, era demasiado grande como para que Kay no decidiera investigar. Pese a que la casa no invitaba a llamar a su puerta.

Al final se decidió, atravesó la descuidada valla para cruzar el camino que llevaba hasta la puerta y, levantando el puño, llamó cuatro veces a ésta.

Se alejó un paso de su posición, apartándose del polvo que sus golpes habían desprendido de los marcos y esperando a quien quisiera que viviera en el lugar. Mientras estaba de pie olfateó el aire, buscando saber si en verdad había un sólo lobo o si había una manada entera. Una manada urbana era aún más extraño, pero esa mansión era demasiado grande para uno solo de su especie, y visto lo visto en el lugar sería menos sorprendente de lo que ya se había encontrado.

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30/12/2017, 23:52
Sylvie Blanchett

Sylvie se encontraba algo somnolienta dando tumbos por la casa. Debido a su horario totalmente trastocado había llegado hace poco al hogar sin haber dormido aquel día, y aún vestía el vestido que había empleado para echar una ojeada a las tabernas cercanas en busca de algo interés.

Entonces escuchó como llamaban a la puerta, y tras frotarse los ojos con la zurda se dirigió a la susodicha. Ensanchó un par de veces una sonrisa antes de abrir la puerta.

-Buenos días, joven. -saludó alegremente tras evaluar quién se encontraba al otro lado de la puerta. Pareció algo sorprendida ya que apenas le parecía un muchacho.

-Sylvie Blanchett -se presentó señalándose con un pulgar- ¿Qué puedo ofrecerle?

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30/12/2017, 23:57
Sylvie Blanchett

Si bien Sylvie captó también el aroma, simplemente frunció un poco los labios. Al menos no parecía conocer el origen del mismo, por el jardín no rondaba ningún animal que ella tuviera constancia... y una prueba de que carecía de mascotas, es que no había pizca de pelaje. Al menos en las zonas comunes.

-¡Ah! Ahora mismo dispongo de dos habitaciones libres -cabeceó discretamente hacia la derecha. Podía verse un pasadizo que debía dar a las habitaciones citadas. Antes del pasadizo podía verse un acceso a lo que parecía ser un baño, y una cocina.- Aquella de allá está ocupada por el otro inquilino. -señaló en el lateral izquierdo del salón, donde podían verse unas escaleras que ascendían al segundo piso, un cuarto de escobas en el hueco de la escalera y la que debía ser la propia puerta de la habitación ocupada.

Echó a andar en la primera dirección, abriendo las puertas de sendas habitaciones. Eran relativamente sencillas pero se podía percibir que habían sido recientemente despejadas, pues no había muestras de polvo. Una disponía de un par de camas individuales, y la otra de una cama matrimonial. Ambas disponían de un escritorio, una silla, un par de estanterías y una ventana acompañada de una gruesa cortina. En tiempos mejores aquellas salas debían servir como cuartos de invitados.

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31/12/2017, 01:48
John O´Brian

Sylvie no estaba en casa cuando John llego. Lo agradecío, estaba cansado y no tenía ganas de hablar o fingir que era un humano corriente. Aveces aquello era agotador, extrañaba a su manada, la libertad y los bosques.

Entro en la casa y se metio en su cuarto, simplemente se dejo caer en la cama sacandose los zapatos para mayor comodidad. Apenas llevaba así unos minutos escucho que alguien tocaba con los nudillos en la puerta. Sylvie no podía ser, ella tenia llave y esa forma de tocar no era la delicada mano de una hembra.

Por instinto se puso en pie y se acerco a la puerta. La abrio de golpe, sin mirar por aquel hueco que mostraba el exterior sin abrir. El olor era inconfundible, era otro macho, otro como el. Sonrió un segundo con agrado de encontrar a otro de los suyos, al segundo se mostro serio por desconocer sus intenciones.

-Hermano, ¿Que te trae tan lejos de tu hogar?.- pregunto John. Se hizo a un lado e invito a entrar al Licántropo en su morada, despues de todo era de buena educación.-Es una sorpresa verte....una agradable...al menos eso espero....- comento sin saber aun cuales eran sus intenciones.-No se ven muchos de los nuestros por aquí.

John sabía que la casa apestaba a Hembra humana con perfume de flores pero al menos la capa de varios centimetros de polvo que tenía cuando el llego ya no estaba.-Pasa, estamos solos ahora.
 

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31/12/2017, 14:38
Kay Schneider

Al abrirse la puerta y ver al inquilino que había esperado que le abriera, Kay se sintió algo más cómodo. Era evidente que era un licántropo y saltaba a simple vista, como en su caso, no hacía falta ni siquiera guiarse por el olor.

Aceptó la invitación del otro licántropo, pero mientras pasaba al interior de la arruinada mansión respondió a las preguntas que le hacían.

He olido tu... —sólo tardó un segundo en saber cómo continuar— marca. Pensé que era adecuado presentarme ya que estoy pisando lo que has reclamado como tu territorio.

En la casa no había otras fragancias que le hicieran pensar en otro licántropo, pero sí distinguió la fragancia de una hembra humana que debía de haber estado ahí hacía poco. A pesar del aviso de su congénere, la falta de olores intensos y otros ruidos hicieron evidente para Kay que no mentía y él era el único que se encontraba en la casa en ese momento.

-Mi nombre es Kay.

Tendió una mano a su anfitrión como saludo y signo de respeto.