Partida Rol por web

Victorian Vampire

Escena privada: Encuentros en la noche.

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27/12/2017, 16:25
Director

Era un hombre escurridizo, Alistair había dado con su rastro con cierta dificultad pero lo que había oido de él, merecia la pena encontrarlo. No obstante aquel hombre era esquivo y no tenía ganas de ser descubierto, en cuanto se sintió observado salio del antro donde bebia y dio varias vueltas por la ciudad, pensando que había perdido a quien le seguia.

Cuando se creyo seguro decidio que la compañia de una joven le ayudaria a descargar tensiones, entablando conversación con una mujer cuya silueta se mostraba hermosa. A Aquellas horas de la noche todas las damas decentes dormian, de modo que Alistair supuso su profesión y decidió seguirles al callejón de detrás, posiblemente pensando que con los pantalones abajo le seria más dificil escapar de él...

No obstante la escena que encontro fue muy distinta....

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28/12/2017, 16:08
Alistair Klein

Poco después de abandonar el Cruce de Caminos, Alistair había seguido a aquel hombre. Debía de tratarse de un noble o un burgués adinerado a juzgar por su indumentaria y, por lo que había podido presentir, tal vez poseyera algún vínculo con otros hechiceros. Por lo pronto, le había resultado dificultoso acceder a su mente.

"Puede que tengas que cargártelo" se dijo, con amargura, mientras lo veía detenerse a conversar con una mujer y dirigirse al interior de un callejón. No es que al hechicero le desagradara matar, pero lo consideraba algo demasiado sencillo de lograr. Dejar con vida a una víctima y obligarla a vivir sabiendo lo desdichada y ridícula de su existencia. Sí, ese sí era el estilo de Alistair.

El hechicero se aproximó lentamente, oculto entre las sombras de la noche, dispuesto a sorprender a su presa. Ignoraba, sin embargo, que no era el único interesado en aquel hombre esa noche.

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29/12/2017, 19:32
Véronique

La noche era húmeda y la niebla nocturna se escondía por los rincones.

Aun jadeaba, por el cambio. El esfuerzo era grande pero bien lo merecía, aunque mis manos temblorosas, a la luz de la luna, parecieran mas grises, casi blancas, que de costumbre. Pero al verlas una sonrisa de satisfacción salió de mis negros labios.
 

-Libre... otra vez- Susurré intentando acallar una risa ahogada que quería salir, amenazando con inundar el callejón en el que me había metido.

El elixir de Diane cada vez tenía menos efecto intentando controlar la transformación. Esta vez solo había podido apresarme una semana. Y cada vez que ella se lo tomaba, solo era cuestión de tiempo de que pudiera minar su voluntad y lograr salir.

Pasos.

Los oi de lejos, nada mas entrar en el largo callejón y mis ojos giraron en esa dirección sin apenar moverme de mi sitio, apoyada de espaldas sobre la pared. El aire me trajo consigo el olor a ebriedad de el hombre y el ruido desacompasado de los latidos de su corazón.

..Tom...tom...tom...Ummmm.

Era como una melodía, con su ritmo característico, mientras sus pasos erráticos acompañaban su sinfonía vital y lo atraían hasta mi. Tan solo cubrí mi rostro con la capucha y mi pelo negro. Me sentía como Scylla en el mar griego, atrayendo a los marineros hasta la boca de Caribdis, donde eran consumidos hasta morir.

No era tan melodramática como Diane. Pero reconocía que el encanto de una mujer es dificilmente superable por la psique humana. Y mucho menos si dicha mente estaba embadurnada en licor barato. Así que cuando se acerco hasta mi, dejé que me rodeara con sus brazos y me sobara la cintura con esas manos carnosas, como si fuera una puta cualquiera. Una ramera del callejón mas oscuro de París.

Justo cuando acercó sus labios a mi rostro, cerrando sus gelatinosos ojos, supe que había caído en la trampa, al igual que muchos otros antes que él. Y entonces la araña, envolvió a su presa en tu tela.

Una de mis manos se dirigió rápidamente a su cuello, estrangulando su tráquea, mientras lo levantaba dos palmos del suelo. Mi fuerza aumentada era un don, efecto secundario de las pruebas de Diane consigo misma. Al igual que muchos otros mas. El hombre intentaba gritar, pataleaba, gemía, lloraba y arañaba la palma de mi mano.

Como si pudiera liberarse. Pobre infeliz.

- Dicen que la forma mas rápida de llegar al corazón de un hombre es a través de su estómago. Yo prefiero pensar que es entre la 3 y la 4º costilla. - Me permití decirle sonriendo

La otra mano, rápida como una centella, entró en su pecho, como si un puñal de mis manos cortara su carne como si fuera mantequilla. Al salir, la mano salió acompañada de un corazón caliente y palpitante aún. El vahó subía lentamente hasta mis fosas nasales y me relamí solo de pensar en como sabría. 

Y mientras el hombre se desangraba, ahogándose en sus propios fluidos, lo tiré al suelo, lo poco que quedaba de él mientras miraba el corazón sobre la palma de mi mano.

Hasta que mi oido captó un sonido al otro lado del callejón y volví mi vista hacia allí. Había alguien... quien mas podía ser tan idiota de contemplar ese espectáculo sanguinolento y seguir mirando. Otro iluso mas.

Al parecer, esta noche me iba a hinchar a comer corazones humanos...

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30/12/2017, 19:24
Alistair Klein

Alistair observó en silencio la carnicería que se producía ante sus ojos, sin acercarse ni un solo instante para prestar algún tipo de ayuda a aquel desdichado hombre que ahora yacía muerto en el suelo.

Dirigió una sonrisa malévola a la mujer de piel palidogrisácea, repleta de venas negras y ojos azulados que tenía frente a él, sujetando en su mano el corazón arrancado del pecho de su víctima.

-Vaya, pues parece que este tampoco conocía la fórmula de la vida eterna -comentó el hechicero, con una risotada-. Ha sido... descorazonador.

Alistair observó a aquella criatura que tenía frente a él. Al igual que había hecho con la joven noble pelirroja con la que había conversado esa misma mañana, el hechicero trató de leer la mente de la asesina, pero era como si un muro mental se lo impidiera. "Parece que París esconde más secretos de los que creía" se dijo, esbozando una sonrisa maliciosa. Entre los muros de la ciudad había más sobrenaturales de los que hubiera podido pensar.

-No parecéis humana -afirmó Alistair, observando a la mujer que tenía ante sí, muy interesado. Considerando que habría sido descortés que la primera pregunta hubiera sido referente a la raza de la mujer, prefirió preguntar-: ¿Quién sois?

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10/01/2018, 23:42
Véronique

Oí su voz jocosa como quien oye el maullido molesto de un gato.

Entonces olí su aroma. Distinto al resto de hombres de la zona. Por lo menos no apestaba a alcohol y eso me hizo dudar de si realmente era un loco o un ignorante que apenas veía mi forma en la oscuridad. Sonreí con malicia, imaginando como una nueva víctima saciarían por un tiempo mis ansias asesinas, pero tenía que ser cauta.

Yo estaba al final de la calle, sumida en las sombras y el al principio de ella. Si corría daría la alarma.

-Hombres...- Dije mientras reía, tirando a un lado el inerte corazón.- Os fiáis mas de vuestros ojos que de los demás sentidos.

Avancé un par de pasos en pos de encontrarme con aquel hombre. Cogí la capucha de mi capa y me la eché hacia adelante, intentando evitar así que algún punto de luz dejara ver, al menos al completo, mi desfigurado rostro.

-¿Quien dice que no soy humana?¿Quien dice que vos lo sois?- Una vez al frente, con las manos ocultas en el abrigo decidí - No seáis descortés y presentaros vos primero. Así sabré el nombre de la persona mas estúpida que conozco. Viendo lo que ha visto y que no corra... ¿Acaso no teme por su vida?

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26/01/2018, 19:07
Alistair Klein

Alistair sonrió con malicia. Ignoraba qué era aquella criatura, aunque era con toda probabilidad lo más peligroso que había visto desde su llegada a París.

-Mi nombre es Alistair Klein, hechicero y escapista -se presentó, con total tranquilidad-. Y no, no temo por mi vida. La vida no es más que algo finito, breve y desdichado. Supuestamente, el hombre con el que habéis acabado, podía proporcionarme valiosa información acerca de cómo convertir la vida en algo más, pero a la vista está que ese desgraciado no poseía nada que pudiera serme de utilidad. Ignoro si sois humana o, por el contrario, poseéis una serie de grandes dones al alcance de muy pocos. De lo que no hay duda es de que sois distinta, y peligrosa, por lo que veo. ¿Qué os lleva a acechar de ese modo a vuestras víctimas? Es obvio que sois lo suficientemente poderosa para acabar con despojos como él -señaló el cadáver del individuo al que la mujer acababa de matar- incluso a la luz del día. Es más, podríais tomar para vos esta ciudad si quisierais.

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07/02/2018, 01:01
Véronique

La voz del hombre sonaba zalamera en mis oidos.

Desde luego sabía como conquistar con las palabras a mi negro corazón. Aunque seguramente sería algo mas provocado por su instinto de supervivencia. Quizá un treta para evitar que lo matara allí mismo. Pero el sonido de su corazón era normal, tranquilo y apacible, incluso. Mas sus palabras no temblaban al salir por su boca. No así como Diane, que golpeaba la férrea pared de mi consciencia, gritando y queriendo salir, temiendo por la vida del caballero.

- Oh, lo siento de veras que me haya interpuesto en sus planes, caballero.

Sonreí mirando a la luna. Buena me la has jugado esta vez, maldita Luna brillante, dejando ver mi gris rostro. Me acerqué hasta él, a una distancia de solo un brazo. Tan fácil sacarle el corazón como al otro... tan cerca...

- ¿Tomar la ciudad?- Rio algo descarada ante su oferta.- Suena tentador. Pero me gusta pasar desapercibida. Y la noche... bueno, como usted verá, me favorece mas que el día.- digo señalando mi rostro.- Además, por la noche, el miedo es mayor dentro de ellos. - miro de reojo al cadáver del suelo.- Y sus entrañas saben mejor.- Sonrío mostrando unos afilados dientes.

- Quizá debería presentarse, Monsieur. Me pica la curiosidad el porqué no me teme. El resto suele hacerlo al acercarse demasiado...

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11/02/2018, 22:01
Alistair Klein

-¿Interpuesto? -inquirió el hechicero, arqueando una ceja-. En absoluto. No parece que ese trozo de carne tuviera mucho que ofrecerme. Aunque reconozco que hubiera preferido ser yo quien me encargase de la diversión.

Alistair percibió cómo la mujer se aproximaba a él. Pese a su inicial tranquilidad, su corazón empezó a latir acelerado. Él era peligroso, pero intuía que aquella criatura con cuerpo de mujer lo era todavía más. Un solo movimiento y todo su trabajo habría sido en vano. Aunque siempre guardaba un par de ases en la manga.

-Como os he dicho, mi nombre es Alistair Klein, escapista y mago nómada -se presentó, sonriendo-. En Francia son muchos los que me conocen como Le Sorcier. Digamos que mi afán por hallar lo desconocido me ha llevado hasta esta ciudad. Sabía que París escondía muchos secretos y a personas cuyas habilidades superaban con creces lo que puede entender por "natural", pero, ¿vos? Me resultáis un auténtico misterio. Ni siquiera puedo penetrar en vuestra mente. ¿Quién sois, Mademoiselle?