Partida Rol por web

- Cuquis cuquis cuquisss... mirad lo que tengo! - sacando de mi bolsillo el caramelo rompedientes y enseñándoselo. Si no se calmaban o parecían agresivos, lo lanzaría bien lejos o les guiaría con mi escoba lentamente lejos de la zona de prácticas mientras el resto avisaban a la profesora o los perros se calmasen.

Clase 1 (Flashback)

Eduardo miró la cola de los perros esperando que fueran crups, pero no lo eran, eran perros salvajes, ¿qué hacían en Hogwarts? Era una incognita, lo que si se veía porque era evidente es que los animales eran agresivos.

Daisy había comenzado a hablarle calmadamente a uno de los perros y éste se calmó, se sentó comenzando a olisquear a la niña, esperando que tuviera algo de comer.

Eduardo llevó su escoba hasta tierra, esperando poder ayudar desde allí, William lo imitó.

Murphy buscó entre sus bolsillos sin bajar de la escoba y lanzó un chocolate rompedientes al perro más cercano, éste fue a morderlo, gimió cuando el duro chocolate hizo que le doliese los dientes, gimoteó, pero luego pareció volverse más agresivo y salió disparado a por Eduardo, el otro perro también lo siguió

Eduardo pisó tierra y dejó la vieja escoba a un lado para acercarse  a los perros desconocidos. Daisy los tranquilizaba y ellos accedían, lo que daba a entender que no eran tan salvajes como aparentaban. Se les notaba mansos, como si ya conocieran a los humanos de antes.

—¡Pero qué le diste! ¿Una piedra? —le gritó, enfadado por hacer daño a unos pobres animales.

El dolorido perro se lo tomó contra Eduardo y él se apartó, colocando su hombro para esquivar los ataques. Si le mordieron, fue bajo la capa, lo que amortiguó la hendidura y no hizo tanto daño. Quiso utilizar su varita, pero no había aprendido ningún hechizo en ese momento. Por aquél entonces, se sentía fracasado como mago. En su lugar, agarró al perro por el lomo entre gruñidos y ladridos, imitándoles.

—¡GRRGRRR! ¡GUAU! ¡QUIETO! ¡GRRRR! —el niño era un perro más, una pelea de caninos.

Uno de los perros se lanzó a por Eduardo mordiendo el brazo con el que manejaba la varita, mientras intentaba quitárselo de encima, el otro perro le mordió en el culo

Murphy no tenía ni idea de qué más hacer. Creía que un caramelo duro les gustaría a los perros pero al parecer se cabrearon más. -Ay no!... perdón!! - Eduardo estaba en problemas, gracias a dios de algún modo Daisy calmó al otro perro. 

Volví a rebuscar en mis bolsillos y encontré otro cosa... La caja de grageas!!! La abrí y la sacudí encima de los perros. Todas las grageas de la caja salieron desperdigadas por el jardín. Estaba claro que eso distraería a los perros, eran grageas de todos los sabores!! alguna les llamaría la atención! o todas... 

Daisy intentó calmar a otro de los perros, pero en esta ocasión no le sirvió de nada. Eduardo se lanzó hacia uno de los perros, mimetizandose con ellos, haciendose pasar por un perro más, pero el animal consiguió sacudirselo de encima y hacer que sus intentos fueran en vano.

Murphy desde las alturas volvió a rebuscar entre sus cosas, en esta ocasión lanzó una gragea de todos los sabores, el perro fue a por ella, en esta ocasión pareció sí gustarle porque se calmó al instante.

Sherisse y John intentaron calmar sin éxito al perro que quedaba, William comenzó a hacer movimientos y gritar cosas, en vez de calmarlo consiguió cabrearlo, el perro se alejó de Eduardo y se lanzó a por William, por suerte éste consiguió quitarse a tiempo antes de que el perro consiguiese morderle

Sólo quedaba uno!!!

Seguí tirando grageas hasta que se hubieran separado y calmado todos. Al menos estaba practicando bien sobre mi escoba, aunque fuese lento pero seguro. Una posición elevada daba una ventaja total!

-PERRITOOO!! PERRITO PERRITO PERRRITOOOO!!!!!!

Tras terminar de lidiar con su escoba Jonh se acercó para apaciguar al último de los cánidos (¿y qué demonios hacían allí, por cierto?) pero como vio que Murphy parecía tener el asunto controlado, esperó por si tenía que ayudarle, pero sin intervenir aun.

Murphy llamaba al perro intentando lanzarle más caramelos, ¿su intención era matarlos de diabetes? Sea como fuere, el perro en esta ocasión lo ignoró pero Sherisse consiguió calmarlo

Hagrid aparece corriendo en el campo de Quidditch

-¡Por fin los encuentro! -dice intentando recuperar el aliento-. Un amigo me pidió que se los cuidara, pero Fangs no dejaba de lloriquear y tuve que atarlos fuera, cuando me di cuenta habían mordido la cuerda y se habían escapado

Acaricia a los perros y los recoge como si fueran cachorros y no adultos, entonces mira a uno de ellos con más detenimiento

-¿Pero que te ha pasado en ese diente? ¿Cómo se te ha partido?

Flashback clase 2

Estáis acabando la clase de vuelo, vais de camino al Castillo cuando veis que algo se os acerca corriendo procedente del Bosque Prohibido, cuando lo tenéis lo suficientemente cerca, os dais cuenta no solo por su tamaño, también por su olor que se trata de un troll.

Tras su pelea con los perros, se levanta del suelo refunfuñando y rascándose el trasero donde le habían mordido. Tras la esquina apareció Hagrid, el que tenía el cuidado de los perros y, en vez de disculparse por el ataque, prefirió lamentarse por los dientes del canino.

—¿Esos perros son normales? —le dijo con un gesto de queja—. Necesitan entrenamiento... y pobrecito el de los dientes, ¿la poción de crecer huesos servirá con él?

El examen de DCAO había sido un desastre, muchos maniquíes peludos atacando por doquier y sin posibilidad de esconderse. Eso le recordó aquella vez con el troll, cuando todavía no había aprendido ningún hechizo. La varita no sirvió para sobrevivir.

—¿Qué es eso? Huele horrible. No será un... ¡ES UN! ¡AH!

No podía creer que Hogwarts custodiase trolls como si nada y caminaran a su libre albedrío, ¿en qué pensaban? ¿En matarlos? Desde luego que sí, visto el peligro que había desde el principio. Eduardo sacó su bolsa de ranas de chocolate sin cromo de su cartera y cogió algunas que lanzó a un lado para distraer a la criatura.

—¡Debemos huir de aquí y llamar a los profesores!

Hagrid aparece y recupera a sus "perritos". - Hagrid! les di caramelos para que dejaran de perseguirnos. Pensé que les gustaría morder uno duro, como a los perros les gusta roer huesos... pero las grageas les gustaron...

Al fin el incidente terminó, y pudimos marcharnos y finalizar la clase.

Flashback clase 2

-Pero que es esa cosa?! ES ENORME!! - jamás había visto una cosa así. Y que mal olor! Muprhy se quedó mirando como John le lanzaba un chorro verde a la cara distrayéndole. Nos dijo que corriésemos, y eso hice, no se me ocurrió qué hechizo lanzar. Eduardo sacó sus ranas intentando distraerle, pero al parecer la idea de todos era la misma, correr.

Ante tal hedor se da la vuelta y ve como se aproxima el troll, su primer impulso es correr, pero su compañero Jonh lanza un hechizo para retrasar a la criatura, asi que el toma su varita y apunta a uno de los pis de la criatura -¡FLIPENDO!- al tiempo que realiza el movimiento de varita -¡Rápido corran!- dice a sus compañeros.

Flashback clase 2

Daisy lanza flipendo contra el troll, pero lo hace tan rápido pues no quiere que se aproxime, que la lengua se le traba y no consigue ningún resultado.

John lanza verdimillius al troll que se golpea la cara al intentar quitarse las chispas verdes mientras comienza a arrascarse, es bastante efectivo y hace que el troll quede herido.

Eduardo lanza una rana de chocolate, el troll se queda mirándola, intentando capturarla, en ese momento, William lanza flipendo, el troll está distraido y no consigue defenderse, por lo que el hechizo lo golpea con gran potencia.

El troll gruñe enseñándoos los dientes, vuelve corriendo hacia el Bosque Prohibido

     - Alejen se perros infernales! -.    

Mueve Daisy de manera breve, abrupta y dirigida su varita y con cierto enojo controlado comienza a invocar varias veces el hechizo antes de que desaparezca el Troll:

         -  ¡FLIPENDO! .... ¡Flipendo! ...   ¡FLIPENDO! -