Partida Rol por web

Creo que no lo has entendido
Responde, sorprendida, ante la actitud del veterano de cientos de guerras.
Te he dicho que no preguntarías y has preguntado.
Tuerce el gesto, contrariada, negando ligeramente con la cabeza.
Bueno... Supongo que eso quiere decir que no te interesan ni tu moto ni la ayuda que te pueda prestar con lo de tu dios... Una pena, pensaba que eras mas listo y entenderías que las condiciones de este trato las pongo yo. No necesito tu ayuda Einherjer, podría elegir a cualquier otro para estos trabajos. Y no soy una hermanita de caridad, así que no voy a ayudarte gratis. Tu no me das a cambio de lo mucho que tengo para ofrecerte, así que no hay mas negociaciones. Me voy y me llevo mi moto, mis contactos y mi información. Búscate la vida como buenamente puedas, guerrero.
Y aunque se despide no se mueve un ápice, esperando que Einherjer reflexione y acabe por ceder a sus deseos.

Es sencillo, tu me dices de que va el encargo y yo acepto - miró la moto - eso es algo secundario, un sencillo bien material que es útil - la miró con frialdad sin moverse del lugar - tu ofreces tu información y bastante confió en que pueda ser fiable... a cambio ofrezco mis servicios... Deberás decirme que debo hacer ¿No? Pues ya esta - cambió de pierna donde se apoyaba - tú dirás de que se trata - dijo sereno

¡Hablar contigo es como hablar con una pared!
Exclama frustrada mientras menea la cabeza. Sus cabellos rojos como el fuego parecen arder con vida propia de nuevo, haciéndose eco de los sentimientos contradictorios que arden en el interior de la extraña mujer.
Bueno... como sea...
Se encoje de hombros con un gesto gracioso y vuelve a montar en la moto, arrancando el motor al momento.
No vengas a pedir nada mas a este reino porque no se te va a conceder gracia alguna. Has dejado escapar tu oportunidad, incumpliendo las condiciones que rigen nuestra pequeña sociedad al margen de la sociedad. Si le fallas a tus dioses y a la ciudad... haberlo pensado mejor. Nosotros, bajo el mandato de Barrabás, estaremos seguros, así que poco nos importa lo que le suceda a los fijobundos. ¡Que te vaya bien, Einherjer!
Se despide con un gesto de mano y mete puño, alejándose en unos segundos de tu lado, dirigiéndose hacia el final de la calle de almacenes en la que estáis.

Tu pequeño mundo caerá si fracaso - dijo con sencillez cuando ella se iba con total seguridad de que si el fracasaba todos lo sufrirían de una forma u otra. Movió el cuello de un lado a otro como calentando y se dio la vuelta meditando que hacer...

- Ya no tengo contactos, debo de esperar... esperemos que el dios aparezca con fuegos artificiales - empezó a moverse hacía el extra radio de la ciudad, debía pasar desapercibido y hacía allá se movió.

Esta vez no los oyes llegar. Como fantasmas en la noche, te han seguido hasta rodearte por completo. Cinco figuras oscuras, cubiertas por uniformes parecidos al tuyo pero mucho mas sofisticados, las cabezas cubiertas por cascos con visores amarillos como el ámbar. Una nueva partida de caza, de nuevo vienen a por ti aprovechando que estás solo.
Uno de ellos se lleva la mano a la espalda y al instante lanza un pequeño objeto esférico contra ti de un color negro mate. Llega rodando hasta tus pues y en cuanto se detiene explosiona tras un zumbido con una fuerza concusiva que te hace caer de espaldas sin llegar a dañarte realmente.
Gracias a los años de duros combates has desarrollado un organismo que podría ser denominado como perfecto, preparado para soportar un gran castigo y las pruebas de resistencias mas brutales. Gracias a él, te has sobrepuesto a los efectos de la granada aturdidora, que no ha logrado dejarte fuera de combate... Sin embargo, sientes la cabeza llena de algodones y te cuesta un poco coordinar tus movimientos...

Einherjer se quedó tirado en el suelo con el cerebro dandole vueltas con velocidad e intensidad... trató de reincorporarse...

Uno de ellos, el que parecía ser el cabecilla de la partida de caza por la pequeña distinción que lucía en el pecho del uniforme, alza su rifles y te apunta directamente con él, sin pensarlo ni un solo segundo.
A través del entumecimiento de tus sentidos ves, como a cámara lenta, que aprieta el gatillo y un proyectil de gran calibre sale de la boca del arma en una trayectoria directa hacia tu pierna derecha... aunque nunca llega a su destino.
La bala se clava profundamente en el suelo, habiendo rozado solo tu ropa sin llegar a penetrar lo más mínimo en sus protecciones.
Parecía que solo era un disparo de advertencia, porque los otros tres hombres alzaban las armas a la vez para apuntar a tu pecho.

Einherjer se levantó con lentitud sin alzar las manos ni llevarlas a la empuñadura de su espada o de su arco... solo los miró con calma y serenidad analizando la situación mientras la cabeza aún le daba vueltas...

Se los quedó mirando y quieto llegó a preguntar con voz fría y carente de emoción... - Nuevamente... ¿Que desean?

El líder hace un par de señas con la mano libre a sus subordinados, que avanzan sin dejar de apuntarte, estrechando el cerco. Ninguno de ellos parece muy dispuesto a hablar.
Dos de ellos sueltan las armas, que se recolocan de forma automática en su espalda, quizá siguiendo las pautas de algún tipo de sistema magnético asociado al traje y los rifles, se llevan la mano a la pierna derecha y desenfundan lo que parece una porra común y corriente.

Nuevamente no había respuesta y tenía que actuar con celeridad. Dio un mortal hacía delante, en dirección al que parecía su líder; justo mientras estaba en el aire invocaba una espada bastarde de exquisita manufactura...
Nada mas caer le propino un potente tajo en el brazo derecho con una maniobra estudiada y sin esperarse a ver el efecto dio otro salto hacia delante saltando por encima del líder y sus secuaces que se apostaron detrás de el alejandose todo lo posible de ellos y encarandolos...

... La espada bastarda ya había desaparecido tan rápido como lo había hecho...

Tras la serie de maniobras encadenadas de forma perfecta, Einherjer ha puesto distancia entre él y sus enemigos.
La increíble espada dorada solo encuentra un poco de resistencia al cortar el brazo del líder del equipo, proveniente del traje y el hueso del hombre, que aúlla de dolor cabo el casco que le cubre la cabeza, dejando caer el arma y llevándose el brazo sano al muñón, desapareciendo al instante, descomponiéndose en un brillante haz de luz dorado.
Al instante, los cuatro hombres que le acompañaban se vuelven hacia el héroe milenario, sorprendidos en parte por su velocidad de reacción y en parte por la brutalidad demostrada por el guerrero.
El que aún llevaba su arma desenfundada abre fuego sin pensarlo, mientras que los otros dos tiran las porras al suelo y empuñan de nuevo los rifles.
El proyectil del rifle surca el aire en una décima de segundo, impactando contra el guantelete dorado con fría precisión... sin llegar a perforarlo. Por contra, una pequeña carga de gas el liberada, envolviendo por completo a Einherjer, que no puede evitar respirarla.

Al instante, a los efectos aturdidores de la granada, se suma otro efecto igual de debilitador, pues el guerrero siente como lentamente se le va durmiendo todo el cuerpo.

Tosió brevemente al aspirar la nube de gas toxico y movió levemente la cabeza para acabar por dedicarles una fría mirada a los asaltantes.
En su mano se empezó a dibujar una jabalina dorada ribeteada con tonos plata de la cual colgaba un penacho de color rojo oscuro... la puso en horizontal echando atrás su cuerpo y lanzó la perfecta arma divina contra el que le acababa de disparar. El arma surco el aire con celeridad y atravesó muslo izquierdo de el "sicario" limpiamente... una vez impactó contra el, la jabalina desapareció en un destello dorado y volvió a la mano de Einherjer el cual volvió a lanzarla contra otro de ellos.

La jabalina repitió exactamente el mismo recorrido clavandose en el muslo izquierdo de otro de los atacantes con limpieza... Y Einherjer trató de repetir la misma maniobra trayendo para sí de nuevo el arma y lanzandola... pero los efectos del aturdimiento le hacían mella todavía y falló aquel ataque... volvió a llevar su arma a su mano y se coloco en pose defensiva con las piernas flexionadas en pose de combate dispuesto a aprovechar al máximo sus capacidades innatas de esquiva...

Los heridos desaparecen al instante, al igual que el líder, descomponiéndose en un brillante haz de luz dorada.
En ese momento solo quedaban dos enemigos de los cinco que habían aparecido en un primer momento en pie. Toda una proeza.
Los dos que quedan para enfrentarse a Einherjer, sabiendo que están en desventaja, se quedan quietos mientras sus compañeros desaparecen, sin hacer ningún movimiento, quizá hablando por el comunicador de sus cascos con sus líderes o preparando alguna otra maniobra del estilo.
Tras unos segundos que se hacen eternos, los dos se llevan las manos a la espalda y extraen sendas esferas de un color negro mate, que lanzan a los pies de Einherjer, sin intención de impactar contra su cuerpo.
Una de las esferas comienza a emitir una nube de gas al instante, mientras que la otra gira hasta pasar de largo al guerrero ancestral abriéndose mucho mas tarde y liberando su carga aturdidora demasiado lejos como para ser efectiva.
Mientras el gas todavía está en el ambiente, los dos abre fuego contra su objetivo con los rifles, pero este, aún aturdido, es demasiado hábil, y, al estar preparado, consigue evitar los proyectiles por milímetros. No llegan a perforar su piel, pero si rasgan el uniforme protector...

Otra vez lanzo la jabalina contra uno de ellos pero nuevamente erró en su intento y por mucho... por fortuna para Risteard podía devolver el arma a su mano con tan solo pensarlo y eso hizo... Maldijo para sus adentros al verse tan torpe y desperdiciar tantas oportunidades... Aún así no estaba todo perdido y mantuvo la misma pose defensiva tratando de prevenir cualquier agresión...

Los efectos del gas se hacían notar en el cuerpo del ancestral guerrero. Su larga experiencia en combate le avisaba de un desmayo que no tardaría demasiado en llegar. Quizá aún tuviera la oportunidad de acabar con sus enemigos, aunque era una posibilidad remota.

Los sicarios, por su parte, lejos de quedar tranquilos, descargan una nueva andanada de granadas de gas hacia los pies de Eonherjer. Tras la pérdida de las vidas de algunos de sus compañeros de oficio, toda precaución era poca, y el tipo al que les habían enviado a neutralizar era una caja de sorpresas llena de cuchillas y muerte.
De nuevo una de las esferas se detiene junto al irlandés mientras que la otra pasa de largo. Las dos liberan su carga gaseosa a la vez, aunque Einherjer solo respira el contenido aturdidor de una de ellas.

Una vez liberadas las granadas contra el objetivo, sueltan los rifles, que se desplazan automáticamente hasta sus espaldas y desenfundan unas pistolas de aspecto ultramoderno, completamente lisas, que zumban con un sonido eléctrico.
Una vez el arma en la mano, llevan a cabo una última maniobra, vocal esta vez, que hace que de un pequeño generador localizado en la base del casco crezca una pantalla lumínica que les cubre todo el cuerpo como si de una segunda piel se tratarse.

Cuando vio venir otra granada más de humo trató de esquivarla dando un mortal lateral alejándose todo lo posible de ella y de su contenido...

Alejado de las granadas de humo, Einherjer consigue escapar de los efectos aturdidores de esta nueva andanada. El gas se disipa en la atmósfera helada de la noche iluminada por farolas parpadeantes que permanecen mas tiempo apagas de que encendidas.

Los sicarios enviados a cazar al guerrero centenario prosiguen con sus protocolos de actuación mientras este realiza un salto perfecto para alejarse de la fuente de peligro mas inmediato.

Su fin estaba cerca, o eso presentía el milenario guerrero... pero aún así, iba a dar el todo por el todo hasta su ultimo aliento... consciente de su inminente derrota saco con de la nada un escudo que lo cubría entero y desenvaino su espada de toda la vida para luego lanzarse a la carga contra ellos...

Velozmente llego al primero al cual le rebano con un rápido y certero tajo el cráneo sin mucha dificultad gracias a la potente carga que acababa de efectuar... Pivoto sobre si mismo dando un giro completo y mientras hacia el mismo un destello dorado lo rodeo y el escudo había desaparecido quedando en su lugar otra jabalina; nada mas terminar el giro el arma salio disparada hacía el otro soldado clavandose en el pecho del mismo y desapareciendo la misma nada mas impactar para volver a las manos de Einherjer pero esta vez en forma de escudo como el del inicio tratando así de potenciar la defensa del Irlandes en caso de que no hubiera conseguido sus objetivos... a la defensiva con el escudo e igualmente preparado para esquivar