Partida Rol por web

Vientos de invierno

Alyssa

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13/03/2016, 23:50
HACEDORA

No estabas segura si debías acudir o no a a cita que en breve, de manera clandestina, tendría lugar en un parque de la ciudad. Era un lugar concurrido, de tránsito. Habías pasado por ahí y jamás te habías parado más de dos segundos a observar a los que en los bancos se sentaban, o en el borde de la fuente jugueteando con el agua. Tal vez no era una mala manera de encontrarse si no estabas dispuesta a entrar en 'La Ninfa de la Seda'.

A la vista de todos. Arriesgado, pero estabais en un punto muerto del que al parecer Tyella no estaba dispuesta a permanecer. Tenías cierta libertad para moverte cuando se te requería para llevar a cabo algunos recados, lo que significaba que no estabas al servicio de Odessa al cien por cien. Pero bastante tiempo, la verdad. Ahora tenías ese hueco para intercambiar con alguna sirvienta un recado que llevar a cabo, tal vez por un par de monedas para contentarla.

Pensabas en ello mientras instintivamente te dirigías a la zona donde las sirvientas, y algunas doncellas acompañantes, se reunían. Era un anexo a la cocina donde el ama de llaves repartía las tareas y revisaba que todas estabais limpias y presentables.

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17/03/2016, 21:05
Alyssa Arena

Tan solo el umbral la separaba ya de las cocinas. Una vez entrase le tocaba aguardar, esperar la tarea que se le encomendaría. Pero aquel umbral representaba algo más, cruzarlo suponía un paso más en la misión que se le había encomendado, un paso que quizá la impaciencia había resuelto convertir en demasiado arriesgado... Y es que no se le quitaba de la cabeza que se reuniría en un sitio en el que cualquiera, queriendo o no, podía escuchar algo; cualquiera podía reconocerla y hacerse preguntas o lo que era peor, verbalizarlas delante de alguien interesado en prestar oídos a ellas. Lo sabía muy bien, desde que Cersei se había interesado en ella comerciaba con aquel tipo de prevendas.

- "Aun así..."

Estaba decidida a hacerlo. Y por ello tras atusarse y estirar el mandil que cubría sus piernas, entró en la cocina no sin antes esconder su nuevo collar, aquel que le había regalado el hombre de Tyella.

- "Gracias"- musitó ocultando un leve sonrojo mirando al suelo. Era algo que o bien había olvidado o no se había atrevido a decir a Viktor cuando lo abrochó alrededor de su cuello.