Partida Rol por web

Von der Dunkelheit und Reißzähne

Acto 1: Prision de sangre.

Cargando editor
05/01/2014, 00:22
Lucas Garin

¿Debo entender que detrás de los golpes de estado estuvo la mano del Sabbat? Lo de de las revueltas encontré opiniones muy diferentes, así que no sé cuál tomar. Lo que entendí es que hubo un desfalco de la moneda y que, similar a lo que está pasando acá, todo subió y el dinero no se veía. Corrígeme si me equivoco.

Cargando editor
05/01/2014, 00:56
Director

Si, es correcto, aunque eso fue en decadas anteriores claro. Los golpes de estado de la decada del 70 fueron obra del Sabbat. Pero mientras que en Chile lograron vencer y destruir a la Camarilla, por lo que aun hoy dia el pais sigue bajo su control, en Argentina la resistencia fue mucho mejor organizada y perdieron (ademas de que el ataque fue en si apresurado). Solo lograron retener las provincias del noroeste, las mas pobres. 

En cuanto a tu analisis es basicamente correcto tambien. El sabbat no obro politicamente en eso, sino mezclado en los tumultos, agitando a la masa mortal para que se vuelva mas violenta. De hecho se hacen pasar por anarquistas comunistas, en Buenos Aires. Pero no tuvo exito para llegar a un estado de crisis como ellos deseaban.

Cargando editor
05/01/2014, 06:54
Lucas Garin

Voy a poner lo que he escrito por hoy. No abarca ni siquiera un mes en términos temporales, pero en Word ya van 6 páginas o_o. Mañana escribo y mando el resto.


Resumen de 15 años de Lucas Garín

He aprendido que es de lo más usual que cuando se promete algo apresuradamente, o por la emoción de quedar bien con quien se le hace la promesa, se pregunté uno después: “¿Qué carajo hice?” Cuando me desperté a la noche siguiente, aquella en que partía hacia Tucumán, me quedé pensando largo rato en la conversación que tuve con Davo, y en la alegría que me había impuesto el pensamiento ante la aventura. En ese momento la idea de partir a tierras lejanas, de formarme y ser un “mejor” vampiro me ilusionó, pero ahora, después de unas horas, no podía evitar preguntar qué demonios había hecho.

Mi congoja no me pareció absurda al principio. Después de todo, ¿había querido ser yo un vampiro? ¡No! ¡Definitivamente no! Si había que poner los puntos sobre las “i”, no era como yo fuera un hijo de Caín por voluntad propia. En menos de una semana había pasado de la cárcel a ser golpeado hasta la muerte, transformado en un cainita en contra de mi voluntad, obligado a compartir mi sangre y beber la de otros, y, como guinda en el pastel, a atacar un museo, del que había salido como un colador. Pero, a pesar de todo lo malo, a pesar de todo lo feo, tenía que verme en un espejo (¿en serio?) y aceptar ciertas verdades.

¿Qué era peor? ¿Ser vampiro o un prisionero? ¿Estar en la cárcel o participar de una guerra que era más antiquísima que mi vida? ¿Ser violado por un carcelero abusador o terminar como un colador por defender las causas de otros?

Realmente, el Sabbat me pasaba por culo. En esos momentos me importaba un demonio si la Camarilla - ¡o como se llamara esa cosa! – dominaba el mundo, si el Sabbat quisiera venganza por estar recibiendo continuamente patadas en el culo. ¿Valía mi vida, o mi no-vida, defenderlos? De nuevo la cuestión de estar sólo o acompañado incendiaba mis dudas.

Al final de tanta duda y de tanto revuelo me dije que irme a Tucumán con los otros era, quizá, la decisión más acertada. ¿Qué iba a ser yo sólo en el mundo, un estúpido vampiro, que ni siquiera podía con unos malditos guardias de museo? El recuerdo de Carla y de José estaba muy fresco en mi memoria. Ellos habían desaparecido a su manera, una defendiendo sus causas y el otro huyendo de una realidad que no podía manejar, y Davo y los demás habían seguido con sus no-vidas como si nada. Si yo me separaba del grupo, nadie iba a ayudarme. En cambio si me quedaba, existía una posibilidad (mínima, remota y pequeña posibilidad) de que me volviera un vampiro fuerte, de como esos que había oído en las historias que nos habían contado.

Nada más de llegar a Tucumán me sentí fascinado. Era la primera vez que me encontraba en un ambiente como aquél: rural, agreste, pero muy llamativo. Me fascinó la Cordillera de los Andes, gigante y majestuosa, con sus picos nevados. Para alguien que se había pasado la mayoría de su vida encerrado en cuatro paredes, pudriéndose en una cárcel, tal verdor era un aliciente para la felicidad.

Me sentí aún más feliz cuando durante la madrugada. Cuando nos preparábamos para dormir, le pedí a Davo que me contara un poco de la historia del lugar. En aquel ambiente eclesiástico, bañado por los fulgores de la guerra, me sentí de repente un caballero. ¡Ya me veía remontando las montañas, blandiendo una espada como los hacían los guerreros antiguos, defendiendo con mi honor la Espada de Caín! ¡Soñé con el trono, donde incluso juraba que me iba a sentar algún día! ¡Le ganaría a la Madre Superiora! ¡Gobernaría todo con puño de hierro! Con aquellas ideas de conquista me fui a dormir aquel primer día de lo que serían quince años de estancia.

Llevado por mis fantasías, o más bien por mi carácter pendenciero, no había pasado una semana de mi estancia cuando ya me había ganado problemas. Yo, que me veía rey, que casi fantaseaba con tener a la Argentina - ¡y después al mundo! – bajo mis pies, no había desaprovechado para demostrar mi supuesta valía ante el primer atravesado que se me pasara por el frente. Estaba por retar a uno de los que ese momento consideraba debiluchos vampiros cuando Davo me detuvo. Me sentí molesto. ¡¿Por qué se metía?! ¡Yo lo único que quería era probar mi valía!

- ¿Qué demonios piensas hacer? - me interrogó Davo.

-  ¿Yo? Pues nada… - mentí.

Davo me agarró del cuello de la camisa y me alzó unos centímetros del suelo con una fuerza impresionante. En sus ojos brillaba su rabia.

- Mira, muchachito - me dijo. – Acabamos de llegar, así que no quiero que me busques problemas. ¿Me entiendes? – agregó, zarandeándome.

Asentí con la cabeza apresuradamente. Aunque ya no tenía la necesidad de respirar y no podía ahogarme, me sentí sin aire.

Davo me soltó. Cuando pisé el suelo me llevé una mano al cuello instintivamente. ¡Por un demonio! ¡Ya me veía muerto!

Pero mi maestro no había finalizado conmigo, porque agregó, sorprendiéndome por su tono reflexivo:

- Sé que porque crees que saliste vivo del Museo de Bellas Artes ahora puedes pelear con quien sea, pero tenemos reglas, niño; y en tu estado, lo que tú haces no es sólo tu culpa, sino también la mía. ¡Yo respondo por ti porque soy tu Sire! Y como tu Sire no voy a permitir que andes de pelmazo, retando a otros cainitas a una monomacia. Además…

Davo sonreía con maldad cuando me dijo lo siguiente:

- ¿Cómo pretendes ganarle a otros cainitas si no puedes ganarme a mí?

Tuve la audacia de retarlo:

- ¿Y quién dijo que no puedo ganarte?

- ¡¿Así que me retas, eh?! ¡Mi propio chiquillo se me subleva! Está bien, ya que quieres que te vuelva a partir todos los huesos, ¡ponte en guardia! ¡Pelea conmigo como si desearas mi muerte!

Me puse en posición de ataque. Como quería subirle el fuego a la cuestión, dije:

- ¿Qué pasa si gano?

- A ver, a ver… - Davo se rascó la barbilla. - ¿Qué tal si te dejo libre para que hagas lo que quieras?

- Me parece interesante – le respondí, sonriente.

- Pero si pierdes – continuó Davo como si no me hubiera escuchado – vas a hacer todo lo que te diga, al pie de la letra y sin rechistar. ¿Estamos?

- ¡Estamos!

Si hubiera previsto desde un principio que Davo iría a romperme todos los huesos, entonces de seguro no me hubiera puesto a pelear con él, pero con la emoción de aquella promesa de que podía hacer con mi vida lo que me placiese perdí toda noción. Bien se dice que de la experiencia se aprende. Bueno, yo no había aprendido de la mía. Cuando mi Sire acabó conmigo no había un lugar de mi hermoso cuerpo que no me doliera.

Cuando caí al piso, sintiéndome como un títere de la golpiza, Davo se acercó a mí, mirándome desde arriba con los ojos brillantes y una sonrisa en el rostro. Me dijo con sorna:

- Cuando te recuperes te voy a enseñar un par de cosas. La primera es el Código de Milán, que tu impaciencia me hace pensar que debes aprender primero que nada, y la segunda será respetar a tu Sire.

Y dicho esto se fue, dejándome sólo con mi dolor y mi orgullo deshecho.

Cuando me recuperé, sin siquiera saber cuánto tiempo me había tomado hacerlo (¿una hora?, ¿un día?, ¿todo un mes?), estaba tan molesto conmigo que le di un puñetazo al suelo. ¡¿Cómo había podido ser tan inútil?! Después de todo lo que había pasado, ¡y Davo seguía tratándome como su monigote de entrenamiento! ¡Por un demonio! Las ansias de vengarme regresaron a mí con más fuerza. Me prometí que un día le iba a devolver el trato a mi Sire. Podía ser la persona que más apreciara en la manada, quizá hasta hubiera dado mi vida por él, pero eso no quitaba que me sintiera despreciado. Yo, Lucas Garín, quien me creía destinado a la grandeza, a ocupar la silla monárquica de Tucumán, iba a superar al hombre que me había dado la no-vida, y a todo el que se interpusiera en mi camino.

Mas las ansias de pelea con hambre no duran. Había estado hasta entonces adolorido, guardando mis fuerzas para recuperarme, y en todo ese tiempo no había tomado ni una gota de sangre. En esos momentos en que me quejaba conmigo mismo había como un vaho a vitae en el ambiente. Sentí como si tuviera la boca llena de saliva por el dulce olor que llegaba hasta mí. Me dirigí como sonámbulo hasta el lugar de donde salía la esencia a sangre.

Cuando entré en el comedor improvisado en el que se reunían en un solo grupo todas las manadas del Sabbat que se encontraban en Tucumán me sentí cohibido. Parecía un naufrago que se queda pasmado al verse únicamente rodeado de mar. Rápidamente localicé a Davo. Estaba sentado junto a otros cainitas, quizá Sire como él, hablando animadamente y riendo mientras bebían de un pontaje que tenían en unos cuencos. Alrededor de ellos, obligándolos a sentarse en un círculo, estaba una gran olla con sangre, como de las que yo había bebido tras mi despertar como vampiro.

Había tanta gente que no lograba ver dónde sentarme. ¿Y si me ponía donde no debía? No quería causar ya más problemas de los que me había acarreado… De repente, de entre el gentío, se agitó una mano, y la voz de Adriel llegó alta y clara hasta donde yo estaba:         

- ¡Eh, Lucas! - decía. - ¡Por aquí!

Los gritos del joven repercutieron por las paredes, y pronto todo el mundo me estaba mirando. Yo, que hasta hace un momento proclamaba a los cinco vientos que iba a alcanzar las cimas más altas, me sentí repentinamente incómodo al tener tanta atención. Si hubiera podido seguro me hubiera sonrojado. Aguanté el impulso de taparme la cara con una mano de la pena que tenía. Para ocultar mi turbación empecé a caminar entre el gentío, hasta acercarme a mis compañeros de manada.

Mientras caminaba no había dejado de notar que a mi paso los demás vampiros susurraban entre sí. “Aquél es”, se decían. “Ese fue el idiota”; “Neonato tenía que ser, todos vienen iguales de soberbios”. A cada comentario más incómodo me sentía; y cuando me senté en el círculo que formaban mis compañeros, no pude evitar maldecir entre dientes.

- La puta que te parió…

Mi suplicio no había terminado ahí, pues Noni, lanzando su bol al centro del grupo, se levantó y dijo:

- Miren nada más, el niño de la monomacia nos ha hecho el favor de su presencia. Y yo que pensaba que ya te habían matado o te estarían torturando.

- A que te gustaría, ¿verdad?

Noni, a pesar de su exuberante belleza y pronunciadas caderas, no me caía bien. Me costó contener la lengua ante sus críticas.

La mujer sonrió, sarcástica.

- ¿Sabes qué? ¡Sí! ¡No me caes bien, niño! ¡Si no fuera por Davo ya te hubiera prendido en fuego!

Y Noni se fue, contoneando sus caderas y dejándome irritado.

Adriel, pasándome una mano por el hombro repentinamente, me dijo:

- Tuve un mal día, no es que te odie. Bueno, tal vez te odie un poquito.

No sabía si agradecerle o no las palabras a Adriel. Me sentí mal por él de repente, pues recordé que no tenía un Sire que lo guiase. Carla, quien le había dado el abrazo, estaba desaparecida o muerta.

Eugenia, quien estaba también sentada a mi lado, me preguntó:

- ¿Así que realmente te ibas a meter en un pedo?

- Esto… sí… - murmuré con la cabeza gacha.

Mi hermana de sangre me dio un espaldarazo tal que me dije a mí mismo que ya le estaba empezando a agarrar el gusto a eso de ser una Brujah.

- ¡Vamos, no te mortifiques! – dijo. - ¡Todos cometemos errores! Además, Davo estuvo ahí para detenerte. ¡Toma! – agregó. - ¡Come un poco! Debes estar hambriento después de dos días sin poder moverte.

- ¡¿Estuve dos días paralizado?! – exclamé.

Eugenia rió.

- ¡Sí! ¡Davo te molió a golpes! – dijo, divertida.

La mujer me sirvió un cuenco con vitae, del que me alimenté con gusto. Estuvimos los tres ahí charlando y bebiendo hasta que nos dijeron que el alba estaba por aproximarse. A pesar de haber estado dos días inmóvil, me sentía cansado. Deseaba recostarme y dormir hasta la siguiente noche; pero Davo, quien venía detrás de mí corriendo, me detuvo:

- ¡Eh, Lucas! ¡Tengo algo que decirte antes de que te vayas a dormir!

Me detuve para dejarlo alcanzarme.

- ¡Eh! ¡¿Qué tal?! - me dijo. - Vi lo del showcito allí adentro. ¡Tienes una gran facilidad para llamar la atención! Quizá, ahora que lo pienso, debería volver a hacerte cambiar esa cara tuya.

Me eché hacia atrás, asustado. Davo se rió.

- ¡Ja! Tranquilo, ¡sólo era una broma!

Y me dio un espaldarazo. Si con el de Eugenia me había resentido, el de Davo me mandó literalmente al suelo.

- Mira - siguió Davo. – Lo que quería decirte es que a partir de mañana vas a aprender lo del Código. Voy a usar contigo una nueva técnica de aprendizaje: ¡a los golpes!

Si hubiera tenido sangre corriendo por mis venas se me hubieran ido todos los colores del rostro.

- ¡¿Entiendes?! – exclamó mi Sire. – Si te equivocas, ¡te doy un golpe! ¡No hay una técnica mejor de aprendizaje! ¡Qué descanses!

Si con lo de Noni me había quedado turbado, lo de Davo me terminó de aplastar. Me fui a dormir con los ánimos por el suelo.


Hasta ahí va. Espero que sea lo que estabas esperando; y que no te dé ideas. Puse unas cosas para despertar imaginaciones malignas de masteres xD

Cargando editor
05/01/2014, 19:27
Director

jajaja muchas. Podes seguirlo relatando asi, como vivencias, pero separadas por años. Trata de ser mas concisa o te vas a mandar una biblia. o algo como un relato estilo biografico, aunque saplicado de pensamientos y anecdotas breves, me basta. 

XD si algo no veo acorde te lo hago saber. por ahora dale nomas. un abrazo... de los que dan los mortales, claro.

Cargando editor
06/01/2014, 02:33
Lucas Garin

Bueno, para no hacer un testamento de esto, y porque creo que he mostrado en grandes rasgos la actitud de Lucas para con su manada en los primeros momentos de su vida vampírica (y creo que seguirá siendo así dado los lazos de sangre), voy a hacer como un resumen de lo que tenía pensado para la historia, en orden más o menos cronológico, aunque no por eso lineal.

Para lo que me imagine, en lo que resta del primer mes de estadía de Lucas en Tucumán, Davo le enseñaría (a punta de golpes, claro está, porque Lucas es bruto y terco) todo lo referente al Código de Milán. Lucas aprende, o se da cuenta, mejor dicho, en el grandísimo problema en que se iba a meter dándole pelea a un cainita, y las consecuencias que le hubiera acarreado tal gesto en el caso de haber perdido. También lo baja de las nubes en cuando a querer enfrentarse a todo el mundo. Lucas, aunque todavía no desilusionándose de sus planes de conquista, aprende a respetar a la Madre Superiora y a todas las figuras de poder que rigen la Archidiócesis de Tucumán. Así también en la importancia de velar por su manada y por otros Sabbat, pues como le dice Davo, casi de manera sarcástica, todos allí son una gran y enorme familia feliz.

Luego de eso, como te comenté, me gusta la idea de que Lucas mejoré en sus habilidades para pelea, ya que el papel que hizo en el Museo de Bellas Artes no fue el mejor. En una temporada de cuatro años (que correspondería desde 1998 hasta el 2001). Para mí esta escena sería bastante cómica pues Lucas, ni lento ni perezoso, se da el tupe de volver a retar a Davo (- introducir risas aquí -), quien se ríe de él y le dice que mejor va a entrenarlo en combate, con la promesa de que si al menos, aunque sea una sola vez, logra darle unos buenos golpes, lo va a ayudar en mejorar en las disciplinas. El trato es que Lucas va a entrenarse sólo durante un mes (puede ser con monigotes de entrenamiento o contra el aire, no sé con los recursos que podría contar en Tucumán para tales casos) y que a final de ese tiempo pelea con Davo para ver quién gana. Ni que decir que por más esfuerzos que se echa Lucas y todas las horas invertidas en el entrenamiento, en los primeros tres años no recibe sino paliza tras paliza. Ya me parece que el 2001, antes de que se inicien las revueltas y toda la refriega, Lucas podría haber mejorado un poco en la cuestión.

Durante 2001 y 2002 (si mal no recuerdo, me parece que las revueltas también se extienden hasta el 2002) se genera como una pausa en los entrenamientos, centrados todos más bien en la situación política de Argentina y en el provecho que el Sabbat saca de ésta. Para mí, aunque Lucas esté dispuesto a formar parte del grupo de los anárquicos y destrozar todo a su paso, no está preparado para tales eventos. Davo detiene, nuevamente, sus ímpetus de batalla, diciéndole al mejor estilo de un padre con un hijo, que ya habrá tiempo para que un día él esté entre los que causan los problemas. Así que Lucas, con otros más, se quedan informándose desde lejos de lo que está pasando en el país, tomando un papel más bien pasivo (en Lucas por fuerza más que por voluntad).

Como los entrenamientos son terminados algo bruscamente, me gustaría que Lucas invirtiera un año más (el 2003) en ellos, hasta que por fin, al final del año en una de las pruebas a que lo somete Davo, le dé sus manitas a su Sire y no quedé tan apaleado. Como en esta oportunidad no se ha visto tan mal, Davo le dice que va a cumplir su promesa de ayudarlo a mejorar un poquillo sus disciplinas (entrenamiento que no me parece que haga junto a Eugenia, aunque me imagino que Eugenia va a tener un trato menos severo por no ser una buscapleitos como Lucas – o al menos eso me imagino -). Pero el entrenamiento de las disciplinas no es lo único a lo que Lucas debe someterse. Estas clases son compaginadas con otras como mejorarse con las armas cuerpo a cuerpo y también la enseñanza de la historia de la Archidiócesis de Tucumán (cuando me refiero a historia no quiero decir que sólo va a aprender unos datos históricos y ya, sino que se entera – porque no creo que le dé mucha cuerda al asunto – de la estructura social que hay en Tucumán, Jujuy y Salta, con lo de las Diócesis y esas cosas). Si lo del entrenamiento le tomó al menos cinco años, con dos por intermedio por la situación del país, me parece que todo eso bien le podría tomar al menos cinco a seis años, desde el 2004 hasta mediados del 2010.

En los siguientes tres años, tengo pensado que Lucas debería disfrutar, por decirlo de alguna manera de algunos de los Ritae. Para estos tiempos ya Lucas no se siente tan desapegado con el Sabbat, pero tampoco muy conforme. Para mí este es el momento en que él le agarra el gustillo a la cosa, y ve en su manada una familia que nunca tuvo. El primero que me gustaría en que participara sería en el Juego del Instinto; y me estaba imaginando que el escenario en donde se desarrollaría comenzaría como una prueba que realiza Davo y los demás Sire de la manada. En lo personal a Davo se le ocurre la magnífica idea de poner  a Lucas y a los demás a enfrentarse a Hombre Lobo, excelente manera de poner a prueba todo lo que han trabajado hasta ahora. Lucas estaría bastante nervioso y cohibido al principio. Un hombre lobo, ¡vaya! Dado su espíritu peleón, a pesar del miedo y de la reticencia, se entrega con todo a la caza. Junto al resto de la manada, colabora con hacerle una marca al enemigo y luego salir de allí con el rabo entre las piernas con los demás. Me parece que esto colaboraría en su relación con los demás, reforzando los lazos de amistad y comodidad con aquellos con los que se sienta íntimos.

También me gustaría que participara de un Sermón de Caín, cosa que hace por curiosidad, pero cuando se va a dormir esa noche tiene una cara de aburrido que ni la aguanta. Igualmente, guidado por su espíritu pendenciero y sus ganas de dar de que hablar, se mete la Danza del Fuego y en la Danza Solar. Y, al finales del 2012, participar en un Banquete de Sangre, lo que consolidaría su comodidad con su manada y con el Sabbat. También entiende, a la larga, que lo de la golpiza que recibió no fue porque quisieran matarlos a todos (¿o sí?), que con eso estaban elaborando el Rito de Creación, del que él había sido creado vampiro.

Tenía pensado también que para un momento del 2012 fueran atacados por vampiros indígenas. Lucas participa en repeler a los atacantes, aunque no me voy a poner con que llama la atención ni nada, ninguna cosa que lo exalte o lo haga ver mejor ante los ojos de los demás.

También, para mantenerlos afinaditos, Davo podría mandarlo a él y a Eugenia a que afinen sus dotes de cazadores con pequeñas misiones, que no tienen porque implicar desbaratar a la Camarilla, sino un simple entrenamiento. Me imagino que a lo largo de esos quince años Lucas no estará confinado a sólo beber sangre del potaje, sino que también podrá cazar por sus propios medios, para que no caiga es desuso el niño.

Bueno, así serían para mí los quince años de estadía de Lucas en Tucumán. No sé si es lo que querías. Trate de hacerlo como un recuento; y esto, junto a lo que escribí, me dan casi diez páginas de Word, por lo que creo que está bien completito :D.               

Cargando editor
06/01/2014, 03:42
Director

Perfect, todo en orden pues :3, me parece bien y no tengo ninguna pega

Ponelos en tu escena de la otra partida, La Luna del plata

Tambien pasa tu ficha a la nueva blanca que tenes alli, y hace los cambios con la exp que ganaste. La tabla de costes se encuentra en la seccion Sistema.

Alguna duda?

Cargando editor
06/01/2014, 04:10
Lucas Garin

Te digo los cambios en la ficha, ¿no?

Cargando editor
06/01/2014, 04:18
Director

clarion

Cargando editor
06/01/2014, 04:36
Lucas Garin

Otra pregunta, que se me paso. ¿Sus reservas de sangre vuelven al nivel normal?

Cargando editor
06/01/2014, 04:49
Director

sip, y las de voluntad. ademas es claro que en el norte cazan, no tienen de hecho tantos recursos donde comprar sangre. Pero deben hacerlo mayormente con cuidado, porque la poblacion es mucho menor y las muertes se notan mas. 

Cargando editor
06/01/2014, 06:10
Lucas Garin

Disculpa, las disciplinas y las virtudes se pueden subir con los puntos gratuitos? si la respuesta es sí, ¿cuántos puntos gratuitos se gastan con cada una?

Cargando editor
06/01/2014, 06:54
Director

No son puntos gratuitos, sino px. Tienes la tabla de gasto en la parte de Sistema, tanto en esta partida como en la otra. Saludos.

 

Rasgo Coste
Nueva Habilidad 3
Nueva Senda (nigromancia o taumaturgia) 7
Nueva Disciplina 10
Atributo Valor actual x 4
Habilidad Valor actual x 2
Disciplina de Clan Valor actual x 5*
Otra Disciplina Valor actual x 7*
Senda Secundaria (nigromancia o taumaturgia) Valor actual x 4
Virtud Valor actual x 2**
Humanidad Valor actual x 2
Fuerza de Voluntad Valor actual

 

Cargando editor
06/01/2014, 16:38
Lucas Garin

O sea, si quiero invertir mis px en un atributo en que tenga 3 puntos, debo multiplicarlo por 4 y eso me da el valor del gasto. ¿Estoy entendiendo bien?

Cargando editor
06/01/2014, 16:50
Director

asi es. Si tenes 3, subirlo a 4 vale 12 px.

mirma mecanica, aunque con distintos multiplicadores, para todo lo demas.

Cargando editor
06/01/2014, 19:09
Lucas Garin

Bueno, a ver si no saque mal las cuentas. Me dijiste que me dabas 7 px por mi roleo en la escena (bueno, al menos creo que fue por eso que me los distes) y 15 px por el fic; así que 7+15 son 22.

Entonces, le voy a subir un punto a Percepción. Tengo 3 en ese atributo; así que 3x4 son 12. Le pongo otro punto a Instintos; así que 2x2 son 4; y un punto a Sigilo; que dan 3x2 = 6. 12+4 son 16; y 16 + los 6 de la habilidad dan 22. ¿Está correcto?

Cargando editor
06/01/2014, 19:14
Director

Perfecto

pasalo todo a la otra partida ahora, los fics a tu escena, los nuevos valores a la ficha blanca que ves ahi

cuando estes lista, te doy ya la intro para que comiences :)