Partida Rol por web

El tubo mide 30 cm de diametro, asi que solo si te cortas los brazos y parte de la pelvis quizas cabrias, aunque moverte queda descartado claro... Un hombre adulto nunca pasaria. Un niño nomas. 

Los guardias estan pasando por el pasillo, revisando que no se quede nadie atras. En cualquier momento llegaran para verte ensuciado y vomitado.

Viendo que mi esfuerzo por caber es inutil, trato de encontrar un lugar para esconderme y que los guardias no me encuentren.

Lamentablemente, en la celda derruida no tenes material donde esconderte (no hay camas bajo donde meterte, el pozo del inodoro es chico, no hay armarios ni muebles...), salvo en la misma pared lindante al pasillo, que es donde primero miran. Es cuestion de un segundo que te vean.

-Eh, anda con...¿Que mierda es ese olor??!!.... La puta madre, metiste la mano en el inodoro???!!! RAJA DE ACA Y ANDA A BAÑARTE, YA!!!. PIRADO DE MIERDA!!

Los oficiales se tapan la nariz al olerte, gritando bastante calientes...

Pienso en responder de forma violenta, pero al final decido ser paciente y hago lo que me dicen. Fingiendo una falta de animo, me dirigo afuera.

La mayoria de los presos ya salio y se fue al salon comun... solo los de mas atras se percatan de tu "aroma" y te evitan en consecuencia. 

Las duchas estan aparte, asi que no tenes que mezclarte con el resto ni aguantar mas provocaciones para ir a bañarte. No hay guardias ahora en esa zona, salvo los que estan en las torres vigilando el predio, asis que disfrutas de unos minutos de soledad ante que vengan a buscarte. 

Sin mas preambulos, y con un poco de cansancio, me dirijo a las duchas.

De repente, una gran furia me invade. No hay nada que desee mas que empaparme en sangre y destruir destruir destruir. Me ducho rapidamente y salgo con la intencion de buscarlo a Antonio.

"Esto no va a quedarse asi" Pienso mientras la adrenalina me recorre. Al salir, comienzo a escrutar el lugar con la intencion de encontrarlo lo mas rapido posible.

No quedan mas que unos pocos presos afuera y varios guardias, ya todos estan entrando al salon. Antonio seguramente este ahi con su grupito de religiosos. El solcito de mediodia pega fuerte en el patio despoblado y sin arboles, levantando el aroma a pasto y tierra removidos. 

Una vez en la sala, lo ves en efecto sentado con los suyos, hablando de quien-sabe-que mierdas religiosas mientras esperan que empiecen a servir la comida.

En el momento en el cual diviso a Antonio mi cuerpo se llena de una furia indescriptible. Aun asi, prefiero guiarme por mi inteligencia y me dejo caer apesumbrado en una silla, no tan alejado de su grupo, pero tampoco lo suficientemente cerca como para que me noten. Me quedo en una posicion de disimulo mientras lo observo atentamente, tratando de encontrar un momento para hablarle a solas.

Los minutos pasan, pero los religiosos parecen tener alguna clase de debate acalorado pero cordial. A diferencia de lo que suele ser en la celda, Antonio parece muy locuaz y ameno con sus compañeros de fe, incluso rie de vez en vez. Se le ve feliz. Es totalmente otra persona cuando esta en un grupo que comparte su aficion por llamarlo de alguna manera. 

En eso los guardias empiezan a servir. Los reos se van levantando, algunos con animo, otros cansados por la jornada, para armar fila frente a la mesa de servicio e ir recogiendo sus raciones de lo que, por el olor, es un guiso de fideos, con el habitual vaso de agua, pan y queso, que acompañan. los religiosos, al estar en un costado, se levantan todos juntos y quedan en el medio. Antonio es de los ultimos de su grupo en alinearse con los demas.

Considero el acercarme a Antonio y tomarlo por sorpresa, pero prefiero ir a tomar mi comida... Al fin y al cabo, no compartimos la misma celda?

Los encargados no se olvidan, y tienen para vos preparado aparte un platito con la papilla, en lugar del guiso. Lastima que no sea broma eso...

Una vez de vuelta en las mesas, ves que el control remoto del televisor se lo dan a un hombre veterano, de la barra de Centenario. El pone en el noticiero local, una eleccion que no levanta quejas... quizas ayuda que esta respaldado por 4 "cada de monos", negros de la villa cubiertos de tatuajes. 

Hay un cierto silencio mientras se come y mira la tele, todos prestan mas atencion a estos menesteres que a la conversacion. De pronto alguien grita "NOO!!" en una de las mesas. Es el flaco del grupo de los intelectuales con el que habias hablado. 

Movido por la curiosidad, me acerco inmediatamente al hombre que profirio ese sonido tan molesto. Sin muchos rodeos, pregunto a que se debe mirando con una mezcla de curiosidad y un pequeño intento de imponer respeto, cosa que creo necesitar mucho en este momento.

Nadie te da bola, mientras los intelectuales sujetan al flaco y lo sientan entre 4 en su lugar, bajo la severa mirada de los guardias, alertas a otra "sacada" como esa.

Es raro, ver un tipo alto y bien plantado con lagrimas en las mejillas, mientras mira alternativamente la tele y al viejo del control remoto, que ni se molesta en ocultar una leve sonrisa. 

Sin saber si mi accion se debe a alguna clase de simpatia por Walter (aunque lo mas probable, me digo, es que sea debido a que fue el unico que me escucho), poso mis ojos de manera fulminante en el hombre que sostiene el control remoto con una sonrisa.

-Que hiciste? - Mi voz tiene un deje de gruñido, casi podria decirse inhumano, causado por mi repentino enojo. Repito la frase, esta vez gritando - QUE HICISTE?!

El hombre en cuestion te ignora, como si fueras parte del decorado. Solo uno de sus "barras" te responde, haciendo un gesto vago con la mano en direccion a donde estabas sentado.

-Shh, come la papilla y callate, salame. Esta no es con vos.

Los otros barra rien por lo bajo con sorna, salvo el viejo, que sigue mirando la tele ajeno a cualquier cosa salvo la misma y el joven lloroso del otro grupo. Sus ojos duros alternan entre ambos con intensidad, la unica expresion de emocion que muestra.

Sin pensarlo, movido por la furia, dirigo un golpe hacia el hombre que me contesto vagamente.

Tu golpe mueve al barra, que se levanta y te lo devuelve, aunque mas caliente que lastimado. Al mismo tiempo saltan sus 3 colegas, menos el del control... ese sigue con lo que sea que este jugando entre el y el flaco. Los otros en cambio, dos empiezan a rodear la mesa, mientras el mas cercano te alcanza por el costado y encaja otra piña en las costillas...

Los guardias tambien empiezan a moverse, pero con mucha mas calma, mientras el resto de los grupos se queda en sus asientos, empezando a alentar en general...

-EEEEEEEEE!! PELEA, PELEA, PELEA!!