Partida Rol por web

Ugh... q-que? quien.... habla?- murmure aturdida al oir una voz. Sabia que la herida que habia sufrido era mortal de necesidad, y sin embargo, no me sentia especialmente muerta. El dolor del la terrible herida habia remitido hasta quedar convertido en una ligera molestia, y la cabeza me funcionaba, a pesar de la fatiga y el agotamiento que me invadian. Ademas, aun podia notar el sabor metalico de mi propia sangre en mi paladar.

Mientras intentaba levantarme lentamente, abri los ojos intentado ver donde estaba, pero aunque todo estaba borroso, no parecia el cielo precisamente. Ni el infierno, por suerte. 

Cuando por fin recobraste los sentidos, descubriste que te encontrabas en una inmensa sala circular, bastante bien decorada con candelabros y tapices y justo al fondo un pequeño trono de piedra donde había una elfa sujetando lo que parecía ser una copa de vino. Justo a su lado había aproximadamente unos 8 o 9 hombres encapuchados y portando túnicas oscuras, todos ellos en silencio. Fue entonces cuando ella se levantó de su asiento dejando la copa a un lado y te miró

- Oh, que maravilla, por fin mi invitada se ha despertado. Los amigos de la familia son y serán siempre bien recibidos - comentó en un tono cordial

- Ahora si eres tan amable, arrodíllate, estás ante la líder del vuelo verde ante la ausencia de la soñadora -

La elfa miró a un lado

- Y por favor... no tengo tiempo para soportar el orgullo de los elfos de sangre - lentamente giró su cabeza para volver a mirarte.

- Si lo haces, evitarás estropear un precioso, precioso encuentro ¿vas a desaprovechar esta oportunidad? - estaba expectante.

Parpadeos dos, tres y hasta cuatro veces, bastante incredula, cuando por fin mis sentidos se recuperan y veo mi situacion. La elfa dice algo de familia, pero no recuerdo haberla visto jamas, lo que lo hace aun mas desconcertante. Al menos compruebo con alivio que mi cuerpo realmente esta de una pieza, por un momento temia haberme convertido en una no muerto.

Aunque en otra situacion las exigencias de aquella elfa pelirroja me hubieran hecho reaccionar muy indignada, la realidad es que estoy tan cansada y confusa que no tengo ni si quiera el animo de replicar con alguno de mis ingeniosos y mordaces comentarios. Eso sin contar con que posiblemente aquella mujer me habia salvado, no era tan ingrata. Y habia captado la sutil amenaza en si tono. Resoplando un poco, me pongo de rodillas y pregunto.- Q-quien sois, y donde estamos? Le ha sucedido algo a Ysera? y nos conocemos de algo?

Al mencionar al la lider del vuelo verde, me envalentono un poco y tomo una actitud un poco mas segura.- Os aviso de que soy una agente enviada por su señora Alezstrasza. Vuestra aliada, no?

Valithria comenzó a sonreír.

- Mi nombre es Valithria, líder del vuelo verde en ausencia de la soñadora -

- Solo quería hacerte saber que te he salvado como agradecimiento por haber intentado proteger mi nidada, pude observar como los defendisteis de la incursión de los hierro negro... - de repente uno de los encapuchados que estaba junto a Valithria se acercó más a ella y comenzó a susurrarle algo en el oído.

La elfa cambió de postura

- Al igual que los Faucedraco se aprovecharon de la nidada de mi hermana, los Hierro Negro querían aprovecharse de mi progenie para usarlos como herramientas de guerra, algo que no podía permitir en ningún caso. Mi nidada tiene objetivos más importantes. Ahora si me disculpáis, acaban de darme una grata noticia y no tengo más tiempo para ti, por ahora. Marchad -

Entiendo, entonces supongo que volvere a informar a Lady Alexstrasza.- Respondi aun sabiendo que a aquella zorra engreida no le interesaba lo que yo dijera, intentando disimular lo mucho que me ofendia que me trataran asi. Podria haberse mostrado un poco mas amable y generosa despues de que protegiera sus estupidos huevos, pero supongo que no todos los dragones son tan receptivos como la lider del vuelo rojo.

Sin embargo, cuando ya me disponia a buscar la salida, recuerdo el motivo por el que habia ido hasta las tierras enanas y me detengo.- Lady Valithria, mi señora me envio a averiguar el hallazgo de una nidada de huevos de dragon en Losh Modan, imagino que los suyos. Creo que a Lady Alexstrasza le interesaria saber mas, ya que parecia preocupada.- Sabia que me la estaba jugando, no estaba en condiciones de dar pelea... pero por otro lado no podia permitir que me tratasen como una don nadie!

La elfa carcajeó con un sonido que retumbó en toda la estancia.

- ¿Para qué hablar más? Si ya estáis condenada - dijo con una mirada fría.

- Asume tu papel de peón en esta guerra, tus actos o tu propia existencia no valen nada, ahora te haré un gran favor... - de repente comenzaste a sentir un extraño escalofrío que rodeó todo tu cuerpo.

Mi postura firme y segura flaquea un poco al oir la risa de la dragona, no era una risa agradable y jocosa precisamente. Sin embargo, cuando me llama "peon" y me menosprecia abiertamente, no puedo mas que responder irritada.- Claramente no me conoceis, si no sabriais que estoy destinada a... U-un momento, que estais haciendo!?- Noto que algo empieza a pasarle a mi cuerpo, y no puedo evitar temblar con un fuerte escalofrio

De repente sentiste como si todo a tu alrededor se volviera más turbio, quizás la palabra era "distorsionado". En cuestión de segundos todo se tornó oscuro, te sentiste como si no hubiera nadie más a tu alrededor, ni siquiera Valithira ¿era una clase de artimaña?. Tenías absoluto control de tu cuerpo, pero era como si no hubiera nada más allí, como si te hubieran aislado.

De repente notaste una sensación de asfixia bastante desagradable.

Todo estaba oscuro, como si te hubiesen sumergido en mitad de un océano de color esmeralda.

El aire seguía sin llenar tus pulmones, la angustia era cada vez más pronunciada en tu mente.

¿Era a caso ese tu final real?

Cuando miras a tu alrededor una gran bruma de color esmeralda comienza a envolver todo tu campo de visión. Es una niebla que se disipa fácilmente con pequeños toques pero que llegaba a ocasionar sensación de asfixia. Cada vez que hablabas se escuchaba tu voz resonando con un fuerte eco, hasta que finalmente algo pareció cambiar...

A escasos metros de ti había "alguien", no sabías de qué se trataba exactamente, entre la niebla y la distancia era bastante complicado.

No, espera!!!- grito antes de que la oscuridad me vuelva a rodear. Puedo sentir mi cuerpo sin problemas, lo que es buena señal, significa que no me ha vuelto a dejar muerta. Pero el alivio se convierte rapidamente en alarma cuando noto que no puedo respirar. Esa zorra queria deshacerse definitivamente de mi!

Socorro!!!- grito asustada mientras intento respirar, mientras intento apartar la bruma verdosa que comenzaba a rodearme a manotazos desesperados, dando tumbos de un lado a otro desorientada. Cuando me parece ver una figura, rapidamente comienzo a andar hacia ella desesperada.- H-hola!? por favor, ayuda!!!

De repente se escuchó un chasquido de lengua.

- ¿Ayuda? - el tono de voz te resultaba familiar.

Poco a poco la imagen fue resultándote más clara, hasta el punto que pudiste discernir con total seguridad que la persona que tenías delante no era ni más ni menos que el mismísimo Magistrix Rommath.

- Eres pura decepción para la corte - el elfo se mantenía alejado de ti, no te prestaba auxilio mientras notabas que quedabas en segundo plano.

- No has sido capaz de superar los desafíos que te han sido encomendados, no estás a la altura de tus compañeros y lo sabes perfectamente. Alguien que aspira a ser Gran Magistrix como tú debería tener diez veces más potencial y no prepotencia precisamente - aquellas palabras se clavaban en ti como puñales, mientras seguías sintiendo esa asfixia angustiosa.

Me quede tan estupefacta cuando vi que aquella figura era mi propio mentor, el gran Magistrix Rommath, que durante unos segundos hasta me olvide de la sensacion creciente de asfixia y el ambiente desconcertante que nos rodeaba. 

M-maestro, ayuda por...!- Comence a implorar angustiada, cuando el elfo comenzo a decir aquellas palabras tan hirientes. Cada una era como una pequeña puñalada que iban destrozando mi corazon, que me hicieron caer de rodillas mientras unos gruesos lagrimones comenzaron a caer por mis mejillas.- N-no, no es verdad! mi maestro no diria esas cosas! eres un impostor!- Grite, aunque por algun motivo sentia que aquello era genuino. - Basta por favor!!!!

Rommath rió

- ¿Impostor? ¿Estás segura? ¿A caso no eres capaz de aceptar la verdad? - pero realmente algo no cuadraba. La imagen del Magistrix comenzaba a emborronarse hasta casi fusionarse con la esencia esmeralda que había a tu alrededor.

- Deberías ser una perdida, babeante y demandante de energía vil... deberías estar en las fosas donde las víctimas del ataque a Lunargenta no eran dignas ni para ser resucitadas por La Plaga - el tono de dureza se agravaba más, sin embargo empezaste a tomar conciencia de que aquello definitivamente no podía ser real ¿era un truco de Valithria para minar tu espíritu jugando con el miedo?

Aunque mi supuesto "maestro" seguia renegando de mi, no paraba de repetirme que era mentira, una ilusion. La dragona intentaba ponerme a prueba, quebrar mi voluntad, pero jamas cederia tan facilmente. Estaba determinada a ser una maga tan famosa y poderosa como el propio Rommath, o incluso mas. Era mi destino!

Cuando volvi a alzar la vista, parpadee rapidamente y esgrimi una leve sonrisa al ver como la figura del gran elfo se difuminaba, como si estuviera hecho de la misma niebla que me rodeaba.- Lo sabia, es mentira!- Grite pletorica mientras me levantaba, el dolor de aquellas mentiras siendo rapidamente reemplazada por justa ira, y las lagrimas pasaron a ser de pura rabia.- Has intentado jugar conmigo, maldita sierpe, admito que has estado a punto de lograr que me quebrara... Pero no me conoces! Mi determinacion en mi meta es total! Mi poder incontenible!

Furiosa, alce las manos mientras los ojos me brillaban ligeramente de al concentrar tanto mano, y grite furiosa.- Nadie se burla de Alessia Firegazer! Nadie!!! - mientras desataba una poderosa oleada de fuego que destruyera aquella horrible ilusion

De repente un gran haz de luz te cegó por completo. Notabas humedad en tu espalda y una sensación de libertad abrumadora, era como si antes hubieras estado atrapada en un lugar cerrado y oscuro y ahora no había paredes que te retuviesen. Abriste los ojos cuando lo viste oportuno y comprobaste que ahora estabas en el exterior de algún lugar, el cielo era azul y apenas había nubes, estabas tumbada en la verde hierba de un lugar por ahora desconocido, de ahí la humedad de tu espalda ¿sería del rocío de la mañana?

Miraste a tu alrededor y comprobaste con mayor tranquilidad que estabas en una zona verdosa de los exteriores de las tierras altas de Arathi.

Para tu sorpresa notaste que algo que llevabas en tu equipaje comenzó a emitir una pequeña luz; se trataba de tu piedra de hogar

Cuando comenzaba a mostrar el destello azulado significaba que te estaban reclamando...

La magia de la Piedra de Hogar te teletransportó en cuestión de segundos a otro lugar, la sensación era nauseabunda pero tu cuerpo estaba ya acostumbrado a procesos tan rutinarios como aquel sin embargo los descubrimientos posteriores no eran algo tan fácil de asimilar.

Antes de que tu cuerpo se aclimatase al frío, el terror de comprobar como el cielo estaba tintado de color verde con resplandores auguraban un futuro desalentador. Rocas caían desde los cielos envueltas en llamas esmeralda, portales viles se abrían desde distintos puntos. ¿A caso te han tenido entretenida mientras se preparaba una invasión a gran escala?¿a caso los rumores sobre el regreso de la legión ardiente eran una realidad?

Ahora cobraba sentido el llamamiento por parte de la reina usando las piedras, pero estaba claro que la situación era aún más grave de lo que parecía; desde lo alto de la torre se podían observar decenas de dragones que emprendían el vuelo a distintos rumbos, como si una gran batalla fuese a cernirse.

Ahora tenías que ir rápidamente a la torre del reposo del dragón, Alextrasza te estará allí esperando...

La sensacion de alivio fue enorme al salir de aquella maldita ilusion, me sentia triunfante y mas que dispuesta a tener una seria discusion (intercalada con alguna bola de fuego) con la maldita dragona, pero por desgracia estaba demasiado lejos.- Zorra engreida...- Murmure mientras me levantaba con fastidio del suelo, sacudiendome las briznas de hierba y el polvo del traje y el pelo.

Al ver la piedra, y que esta parecia reclamarme, la use inmediatamente. No recordaba haber salido con ella, pero algo me decia que tenia que ver con mi nueva jefa, y por la insistencia debia ser algo urgente. El pasar al viento gelido de el Cementerio de dragones, que tanto me fastidiaba, me paso practicamente desapercibido al ver el panorama. Habia leido suficiente sobre la Legion para hacerme una idea de lo que estaba pasando.

Sin perder un segundo, emprendi la carrera a la gran torre. Sin duda me necesitaban.