Partida Rol por web

Garroom sonríe:-Mantened vuestra promesa.-y separa su gran mano verde y se aleja de las dos elfas, a medida que su expresión va cambiando.

Empieza a andar hacia el Portal Oscuro, sin miedo a la muerte:-Avanzad sin temor a la Oscuridad! Luchad! Luchad!-sus ojos se encienden con su fulgor característico:-El enemigo, con el corazón encogido y el pulso tembloroso por su derrota en su anterior intento por conquistar nuestro mundo, únicamente sólo nos triplica en número.-en sus manos se aglomeran los elementos:-Los demonios no tienen lo que os hace característicos y eso os hace peligrosos.-mientras Garroom habla un humano le interrumpe preguntando el qué:-El amor, amigo mío. Amor por vuestros congéneres, amor por vuestra tierra, amor por vuestro mundo! Eso pondrá a los elementos y a los dioses de vuestra parte.- con un aura de combate alrededor de su cuerpo, Garroom llega al principio del grupo. Levanta su brazos, imbuidos con el poder de los elementos:-POR AZEROOOOOTH!!!!!-grita expectante y un coro de gritos a su espalda se alza hacia los cielos, al grito de Azeroth. Y empieza a correr hacia las hordas de demonios. 

Golpe tras golpe, derriba demonios como una bola de demolición. Con el poder de los elementos en sus manos y el daño que inflinge se acentúa aún más. Hace alarde del dominio de los elementos para derribar a varios infernales y guardianes demoníacos con enormes espadas y hachas. Realiza varias explosiones elementales barrer una pequeña zona de demonios para que avancen una decena de paladines que iban detrás suyo. Concentra su voluntad y palmea con fuerza el suelo para salgan del suelo grandes rocas, imitando lanzas, y ensarta a un pequeño grupo de diablillos que iban saltando hacia él y conjurando bolas de fuego. Mientras sigue combatiendo llega a la posición de Thrall, donde está combatiendo él solo contra un señor del foso. El chamán le hizo uan señal al Guardían de Tirisfal y ambos atacaron con su hechizo más poderoso al demonio, que acabó partido por la mitad y sin cabeza:-Veo que te diviertes.-dijo Garroom con una sonrisa en la cara. Finalmente aparece un atracador vil y, media docena de señores del terror que hay a sus pies:-Cuanto más grande...-empieza diciendo Thrall:-más dura será la caída.-se miran y vuelven la vista hacia el atracador:-Juntos.-y empiezan a correr hacia el atracador vil. 

Durante la carrera, Garroom escucha un estallido de magia un poco más adelante y a la derecha y ve a Alessia carbonizar a varios demonios y atravesar a otro grupo con virotes mágicos:-Buena chica.-piensa mientras busca a Lyareth entre el gentío. Logra verla y parece que está hablando con un grupo de guerreros y cazadores, con sus mascotas, y señala a un grupo numeroso de guardianes infernales:-Esa mujer será una gran líder algún día.-Y llegaron a la posición del atracador vil. 

La gigantesca criatura aun no se había percatado de su presencia pero los señores del terror sí:-Tu los de la derecha, yo los de la izquierda.-dijo Thrall, señalando con el Martillo Maldito, y se empezaba a separar:-si necesitas ayuda grita.-dijo Garroom mientras se separaba hacia la derecha. Cuando se detuvo frente a los señores del terror, que rieron al ver al pequeño orco frente a ellos, se concentró y respiró hondo. La tierra se estremeció y tres grandes rocas emergieron y se elevaron, al abrir los ojos Garroom, lanzó las grandes rocas hacia los señores del terror, que fácilmente esquivaron pero el chamán ya estaba lanzando ráfagas de fuego hacia uno de ellos, que impactaron en su pecho y lo lanzaron hacia atrás unos metros. Un segundo señor del terror lanzó una ráfaga de magia oscura hacia el chamán, a lo que éste respondió con unos rayos desde su mano para neutralizar el ataque. Palmeó el suelo y, como antes, una gran estalagmita de piedra golpeó al tarcer señor del terror y resquebrajó la armadura del demonio. El primero se levantó del suelo para ver ése ataque y se teletransportó enfrente de Garroom y lo golpeó con su mano. Éste salió volando unos metros hacia atrás y golpeó con fuerza contra el suelo:-Tendrás que hacerlo mejor, si quieres acabar conmigo.-dijo mientras se levantaba y lo golpeó con una ráfaga de lava que fundió su cuerpo y lo desterró al vacío abisal:-Quedan dos.-y volvió a palmear el suelo y, a medida que se levantaba un martillo de guerra se formaba:-QUIÉN ES EL SIGUIENTE?!!!- y se lanzó a la carrera. a pocos metros de lleguar a donde estaban los dos señores del terror, se proyectó utilizando una columna de tierra, y golpeó con mucha fuerza la cabeza de segundo demonio, estrellando el enorme cuerpo del demonio contra el suelo. Garroom cayó rodando y al incorporarse, proyectó una estalagmita afilada contra el trecer demonio que atravesó la armadura. Insufló en la estalagmita el elemento dle fuego que hizo estallar en llamas al señor del terror. Se acercó lentamente al demonio que seguía en el suelo y apoyó su mano en la férrea armadura y, cómo hizo con el primero, derritió con lava al demonio. 

Cuando Garroom acabó se percató de que Thrall salía despedido y rebotó varias veces contra el suelo, cuando se giró algo lo golpeó y su cuerpo salió volando hacia atrás. Le pitaban los oídos y estaba desorientado. Tardó unos segundos en saber lo que había pasado, un grupo de dragones negros habían lanzado un poderoso ataque contra la posición de los dos orcos y varios de ellos se habían posado en el suelo para combatir. Ayudó a Thrall a ponerse en pie:-Parece que se han sumado unos lagartos a la fiesta.- dijo Garroom y Thrall continuó:-Y parece que son Dragones Ancianos, los más poderosos de su raza. Lo único que podría hacerles frente es otro dragón anciano. Y casi todos están muertos.- concluyó Thrall.

.-Espero que se te ocurra algo, por que el Atracador vil se ha percatado de que estamos aquí abajo.-dijo Thrall, mientras lo señalaba con el Martillo Maldito. Garroom miró la gigantesca criatura:-Creo que empezamos a necesitar ayuda.-

La muerte sembraba aquél páramo. El campo de batalla hacía rato que había dejado de ser un lugar en el que dos bandos luchaban el uno contra el otro, y ahora no era más que una enorme desolación, un caos de sangre y gritos de dolor. Dragones y demonios se alzaban en medio de aquella destrucción, brillando en el lugar que más deseaban estar, regando con los cuerpos sin vida de los últimos defensores un suelo otrora próspero. La lucha ya no era tal, y a aquello ya solo podía llamársele de una manera: matanza.

Pero no todo estaba perdido. En medio de toda aquella desesperanza, focos de resistencia aún se mantenían en pie. Poderosas bolas de fuego golpeaban a las viles criaturas allí dónde estuvieran, ráfaga ardientes hacían caer del cielo a las negras sierpes, explosiones ígneas hacían estallar a cualquiera que fuera tan estúpido como para hacer frente a la hechicera. Todos aquellos que osaban acercarse a Alessia, acababan envueltos en llamas hasta ser consumidos. Más allá, Garroom luchaba valientemente, seguido por unos pocos orcos más y algunos otros que habían visto en el chamán un reducto de fortaleza. Con ayuda de los elementos, lograba mantener una precaria defensa que no lograban traspasar. Illidan, Thrall y otros líderes estaban también por allí, aniquilando a las malvadas criaturas y avanzando lentamente. Eran héroes, todos ellos...

Pero ella les llevaba la delantera. Orcos y humanos, enanos y elfos, trolls, goblins, tauren, arakkoa, pandaren y miembros de muchas otras razas habían visto de lo que era capaz. Sus espadas eran borrones que destellaban con luz plateada y dejaban a su paso cadáveres destrozados e irreconocibles. Ella era la hoja que cortaba el avance de La Legión, el filo que diezmaba sus filas. Y muchos la habían empezado a seguir, arrasando La Cruzada y arrinconando a los demonios contra el Portal Oscuro.

Y es que podía sentirlo. El Titán estaba a punto de llegar. El Aniquilador de Mundos iba a hacer su aparición, a mostrarse, y ella estaría ahí. Cuando Sargeras regresara, ella le estaría esperando, le estaría buscando, y acabaría con él. Nada había más importante que eso, y muchos lo sabían. Por eso la seguían, sin necesidad de arengas, sin necesidad de palabras. Al fin y al cabo, el líder de la Horda ya había hecho bien su trabajo, ya había dicho lo que era necesario decir. No era necesario más. No era necesario dejarlo más bonito. Todos sabían lo que había, y en esos instantes solo seguirían a quien les mantuviera un rato más con vida. Un segundo más para vengarse. Una nueva oportunidad para encarecer su hogar a costa de sus vidas.

Que importaba todo lo demás.

—¡Por la Horda! ¡Por la Alianza! ¡¡POR AZEROTH!!

Por mi me gustaria seguir para terminar que quiero ver que pasa. A ver que dice Lyareth.

Dejemosla el día de hoy (domingo) y si no, seguimos para darle el finalazo a esto :P

Fue entonces cuando en mitad de la batalla, un destello de color cobrizo invadió todo el lugar; aquellos rayos de luz os cegó durante más de 10 segundos; se podía escuchar el alarido de los otros guerreros que seguían allí, también el rechinar de las armas cayendo al suelo. No sabíais qué o quién había provocado que tal cantidad de energía se desatase, pero estaba claro que su origen era la culminación del ritual que estaban haciendo los cultistas.

Cuando finalmente la deflagración cesó, pudisteis abrir los ojos, sin embargo aquella imagen no era para nada alentadora, pues un gigantesco trono esculpido con hueso y ónice se mostraba junto al portal.

Inmediatamente todos los demonios comenzaron a arrodillarse ante la presencia de su maestro, Sargeras, el titán caído, el titán oscuro, muchos nombres para llamar al mal primigenio que azotó a este mundo en el pasado y que ha vuelto a azotarlo en el presente... la pregunta era... ¿habrá futuro?

Su voz sonó como un trueno para vuestros oídos, según se levantaba lentamente el resto de los demonios lo hacía también. Los gestos de preocupación en la cara de vuestros compañeros era plena, no sabíais como podíais hacer frente a algo así, ¿era aquello lo que había predicho Algalon el Observador?¿Estos eran los acontecimientos que iban a cambiar por completo el transcurso de Azeroth? La respuesta estaba a punto de salir a la luz...