Partida Rol por web

Warcraft: El Comienzo del Fin

Capítulo Final - La Llegada -

Cargando editor
25/01/2018, 08:20
Director

Comenzaste a sobrevolar los alrededores de las tierras devastadas. El propio cielo ya era amenazante, los dragones negros luchaban contra el resto de criaturas que tenían capacidad de volar: dracos, hipogrifos, mantícoras, todos unidos en una única guerra aerea que determinaría quien tendría el control total de los cielos.

Mientras tanto cerca del Portal Oscuro, el cual "escupía" hordas y hordas de demonios, daba a entender que la situación en Terrallende era quizás hasta peor.

Centenares de personas luchaban en mitad de las áridas tierras, casi desde las alturas se podía escuchar el rechinar de las armas chocando contra los escudos, los brotes de magia que zigzagueaban de un lugar para otro y sobre todo el lamento de aquellos que resultaban heridos en combate.

Kalecgos volaba con un rumbo fijo, se mostraba serio, no quería hablar, solo llegar lo antes posible. Durante el trayecto tuvo que esquivar a un par de infernales que intentaron derribarle, pero él era más rápido, más ágil, y al igual que tú estaba mentalizado para darlo todo.

El verdadero ritual aún no se había completado; todavía había tiempo, un aura rojiza rodeaba el portal, pero un ataque desde el aire era imposible con el gran control que había; pero más al sur, cerca de la costa, estaba el último bastión de las fuerzas de Azerorth, allí pudiste ver a casi una treintena de hombres y mujeres de todas las razas y facciones, desde las alturas hasta pudiste reconocer a varias caras de otros campeones que os habían acompañado en vuestras aventuras o en las reuniones con la difunta Alextrasza en la ya destruida torre del reposo del dragón...

Parecía que había alguien a más altura que el resto, cual orador parecía estar preparado para hablar ante aquel reducido grupo de campeones, fue entonces cuando Kalecgos posó su cuerpo sobre la tierra, todos los allí presentes comenzaron a centrar su atención en ustedes, muchos mostraban esperanza al ver que el dragón azul estaba vivo y que traía con él a nuevos guerreros...

Notas de juego

Desde que montaste en Kalecgos no has vuelto a ver ni a Alessia ni a Garroom, aunque allí hay demasiadas personas.

Kalecgos en cuanto te deja, vuelve a retomar el vuelo.

Cargando editor
25/01/2018, 08:23
Director

Comenzasteis a sobrevolar los alrededores de las tierras devastadas. El propio cielo ya era amenazante, los dragones negros luchaban contra el resto de criaturas que tenían capacidad de volar: dracos, hipogrifos, mantícoras, todos unidos en una única guerra aérea que determinaría quien tendría el control total de los cielos.

Mientras tanto cerca del Portal Oscuro, el cual "escupía" hordas y hordas de demonios, daba a entender que la situación en Terrallende era quizás hasta peor.

Centenares de personas luchaban en mitad de las áridas tierras, casi desde las alturas se podía escuchar el rechinar de las armas chocando contra los escudos, los brotes de magia que zigzagueaban de un lugar para otro y sobre todo el lamento de aquellos que resultaban heridos en combate.

Kalecgos volaba con un rumbo fijo, se mostraba serio, no quería hablar, solo llegar lo antes posible. Durante el trayecto tuvo que esquivar a un par de infernales que intentaron derribarle, pero él era más rápido, más ágil, y al igual que ustedes estaba mentalizado para darlo todo.

El verdadero ritual aún no se había completado; todavía había tiempo, un aura rojiza rodeaba el portal, pero un ataque desde el aire era imposible con el gran control que había; pero más al sur, cerca de la costa, estaba el último bastión de las fuerzas de Azerorth, allí pudiste ver a casi una treintena de hombres y mujeres de todas las razas y facciones, desde las alturas hasta pudiste reconocer a varias caras de otros campeones que os habían acompañado en vuestras aventuras o en las reuniones con la difunta Alextrasza en la ya destruida torre del reposo del dragón... ¡incluso pudisteis distinguir a Lyareth!

Parecía que había alguien a más altura que el resto, cual orador parecía estar preparado para hablar ante aquel reducido grupo de campeones, fue entonces cuando Kalecgos posó su cuerpo sobre la tierra, todos los allí presentes comenzaron a centrar su atención en ustedes, muchos mostraban esperanza al ver que el dragón azul estaba vivo y que traía con él a nuevos guerreros...

Notas de juego

Puedes añadir a Lyareth a los destinatarios, puesto que puedes distinguirla entre la multitud.

Cargando editor
25/01/2018, 08:29
Director

Comenzaste a sobrevolar los alrededores de las tierras devastadas. El propio cielo ya era amenazante, los dragones negros luchaban contra el resto de criaturas que tenían capacidad de volar: dracos, hipogrifos, mantícoras, todos unidos en una única guerra aérea que determinaría quien tendría el control total de los cielos.

Mientras tanto cerca del Portal Oscuro, el cual "escupía" hordas y hordas de demonios, daba a entender que la situación en Terrallende era quizás hasta peor.

Centenares de personas luchaban en mitad de las áridas tierras, casi desde las alturas se podía escuchar el rechinar de las armas chocando contra los escudos, los brotes de magia que zigzagueaban de un lugar para otro y sobre todo el lamento de aquellos que resultaban heridos en combate.

Kalecgos volaba con un rumbo fijo, se mostraba serio, no quería hablar, solo llegar lo antes posible. Durante el trayecto tuvo que esquivar a un par de infernales que intentaron derribarle, pero él era más rápido, más ágil, y al igual que tú estaba mentalizado para darlo todo.

El verdadero ritual aún no se había completado; todavía había tiempo, un aura rojiza rodeaba el portal, pero un ataque desde el aire era imposible con el gran control que había; pero más al sur, cerca de la costa, estaba el último bastión de las fuerzas de Azerorth, allí pudiste ver a casi una treintena de hombres y mujeres de todas las razas y facciones, desde las alturas hasta pudiste reconocer a varias caras de otros campeones que te habían acompañado en las aventuras o en las reuniones con la difunta Alextrasza en la ya destruida torre del reposo del dragón... ¡incluso pudiste distinguir a Lyareth y a Alessia!

Parecía que había alguien a más altura que el resto, cual orador parecía estar preparado para hablar ante aquel reducido grupo de campeones, fue entonces cuando Kalecgos posó su cuerpo sobre la tierra, todos los allí presentes comenzaron a centrar su atención en ustedes, muchos mostraban esperanza al ver que el dragón azul estaba vivo y que traía con él a un nuevo campeón...

Notas de juego

Ahora ya puedes añadir a Lyareth y a Alessia a los destinatarios :)

Cargando editor
25/01/2018, 08:32
Director

Notas de juego

Para que haya lógica cronológica. Lyareth ha llegado la primera, horas más tarde llegaría Alessia y horas más tarde Garroom. Que no parezca que habéis llegado todos/as a la vez. Es un goteo continuo de héroes, al parecer todos supervivientes de La Purga de Rasganorte.

Cargando editor
25/01/2018, 22:58
Garroom Lobo Gélido

El viaje de nuevo hacia los Reinos del este fue rapido y esquivando fuegl esmeralda que caia del cielo puesto que la batalla final estaba a punto de empezar. De nuevo en las Tierras Devastadas, cuyas pocas horas antes habia combatidl junto al dragon Esmeralda Gwengilax, Garroom estaba entristecido puesto que sus acciones habian conseguido pocos exitos puesto que El Aspecto de la Vida habia muerto.

Al cabo de unos momentos Garroom vio en la lejania el ultimo bastion para hacer frente a la Legion Ardiente, desde la altura, el orco pudo distinguir dos figuras, Lyareth y Alessia estaban vivas!

Cuando Kalecgos aterrizo, Garroom sañto de su lomo y se acerco a ambas elfas y con una reverencia les saludo para luego abrazarlas a ambas y agradecer de que estuvieran vivas. Les conto lo que vio en Rasganorte y el cadaver de Alexstrasza.

El momento de volver a combatir al mal habia llegado puesto que estaban juntos de nuevo.

Notas de juego

Cargando editor
26/01/2018, 01:34
Lyareth Lucero del Alba

Habían pasado horas. Una interminable espera que casi parecía una eternidad. Una completa pérdida de tiempo. Pero ella permanecía allí, impasible, sentada en el suelo con las manos apoyadas sobre las piernas cruzadas y con los ojos cerrados, en apariencia ajena a todo a su alrededor. Exactamente como aquél último bastión: un falso remanso de paz. Para un observador más atento, los signos de que era plenamente consciente de lo que ocurría eran más que evidentes. La tensión de su cuello se extendía por hacia abajo, al resto del cuerpo, manteniendo sus músculos calientes, tensos como los cables de un barco o como una de aquellas naves voladoras que durante años habían surcado el cielo de Rasganorte. Sus manos, posadas sobre sus rodillas casi con descuido, estaban en realidad a escasos centímetros de las empuñaduras de sus gujas, que sobresalían a ambos lados de su espalda sujetas al revés de como suelen estar las espadas. Y aunque sus párpados hubieran caído y no dejara ver bajo la venda que siempre llevaba el verde fulgor del fel que emanaba de sus ciegos ojos, podía percibir cada movimiento, cada cambio que se producía en aquella última batalla.

El viento arrastraba los sonidos de la guerra; el entrechocar de las armas resonaba con su característico tañido metálico en la distancia, sin poder llegar a apagar los lamentos de los heridos que sucumbían ante las criaturas salidas del Portal Oscuro. Aquella puerta seguía brillando con mortecina luz rojiza, escupiendo infernales seres sin cesar, una horda sin igual de demonios destinada a contener a los bravos soldados de horda y alianza que, al fin unidos, intentaban avanzar y detener el ritual que se estaba llevando a cabo. Valientes, pero estúpidos. No estáis preparados. Ninguno lo está. Aunque su maestro y sus hermanos habían sido liberados, el ejército Illidari no estaba aún preparado para aquello. Años de prisión junto a sus enemigos les había diezmado, a algunos incluso les había corrompido, y ahora aunque tenían la voluntad, tal vez no tuvieran la fuerza. No ante semejante despliegue de la Cruzada Ardiente y sus aliados. Los dragones oscuros cubrían con sus alientos, fuego y veneno, el cielo, haciendo que el aire oliera a azufre y gas. A veces, un rugido ensordecedor precedía el fuerte estruendo de una de aquellas sierpes al caer al suelo, muerta, pero la victoria del Vuelo Negro era cuestión de tiempo, y entonces todo estaría perdido. Si querían triunfar, si querían tener al menos una oportunidad, debían actuar rápido. Cuanto antes.

No tenía ni idea de cuanto tiempo había pasado exactamente, el verdoso firmamento no era de gran ayuda para descubrirlo, pero sabía que demasiado. Salió de su meditación de golpe, levantándose con un ágil salto que la dejó al borde del tejado sobre el que estaba, y se dirigió hacia dónde los demás se habían reunido. Había muchas caras allí, algunas conocidas y otras no. Entre los autodenominados héroes de Azeroth, podía ver sentimientos de muchos tipos, decisión en casi todos, aunque no la suficiente. El horror asolaba muchos rostros, aunque la mayoría intentara ocultarlo, y eso tal vez sería su perdición; para lograr una victoria allí debían apartar de si todo temor, debían entender que aquél tiempo era prestado, debían saber que ya estaban muertos. Y los muertos no tienen miedo. Aquella era una misión suicida, una de la que no había posibilidad alguna de regresar. Cuanto antes lo entendieran, mejor. Para todos. Su mirada recorrió a aquellos que iban a luchar junto a ella, y suspiró.

Allí, entre la multitud, seguramente traída en alguno de los vuelos que Kalecgos había estado realizando, se encontraba Alessia. No la había visto hasta ese momento porque sus sentidos habían estado enfocados hacia el campo de batalla y no hacia el campamento, pero en ese instante en el que la encontró se dio cuenta de que realmente no había esperado volver a encontrársela. Desde el principio la había parecido débil, no tenía lo necesario para sobrevivir, y en cambio allí estaba. Sana y salva. Como la primera vez. Su resoplido dio paso a una mueca de desagrado, con la que se acercó a la elfa.

Veo que sigues viva. Debes de tener muy buena suerte, o correr más de lo que creía —dijo con sorna, mientras su ademán se transformaba en una sonrisa de medio lado; altanera en gran medida, pero sincera en realidad. Sin saber por que, se alegraba de que estuviera allí. En realidad, era hora de dejar las disputas a un lado—. Es bueno tenerte entre nosotros, Lessi. ¿Cómo te fue en tu misión?

Mientras la hechicera contaba lo que había ocurrido y ella a cambio explicaba como habían ido hasta La Masacre, derrotado a un ogro poseído en un combate a puños y acabado con el brujo Cho'Gall, aunque no antes de que acabara alguna clase de ceremonia con un arma extraña, llegó Garroom. De nuevo, la aparición del orco supuso un pequeño salto de alegría en su interior, tal vez una luz de esperanza abriéndose camino entre tanta oscuridad, e incluso se dejó abrazar por él. Fue un breve instante antes de apartarse y mirarle con más seriedad. Aunque sus noticias no eran nuevas, la había devuelto a la cruda realidad que estaban viviendo.

Lo sé. Estuve allí hace horas. Fui de las primeras que regresaron a la Torre del Reposo del Dragón tras la... —recordó el cuerpo de la dragona, caído en lo alto de su bastión, destrozada como muchos otros de los wyrms—. Carnicería. Pero eso ya es pasado. Ahora tenemos que centrarnos en esta batalla. ¿Cómo te fue en tu cometido, descubriste algo?

Cargando editor
28/01/2018, 21:00
Alessia Firegazer

Tras sobrevolar el lugrube campo de batalla, donde cientos de valientes luchaban y morian desesperados por salvar Azeroth, no puedo evitar algunos pensamientos sombrios se adueñaran de mi mente. Como podiamos ganar contra aquel despligue de poder? acaso era posible? 
Incluso llegue a dudar durante unos segundos sobre si no debiera dejarme corromper por las energias demoniacas... Por suerte el pensamiento fue breve, y lo deseche con renovada determinacion. Soy una sin`dorei! nosotros decidimos nuestro destino, y no nos arrodillamos ante nadie!

Mas animada y determinada para luchar, en cuanto aterrizo no puedo evitar fijarme en que Lyareth esta alli, aunque tampoco es que pase desapercibido. Aunque aquella elfa estaba realmente loca, por otro lado no tenia ninguna duda de que tambien era una luchadora soberbia, y no caeria tan facilmente.

Cuando la elfa pelirroja se me acerca, respondo a su mofa con tono altanero.- Los que debieron correr mas eran los probres ilusos que se enfrentaron a mis bolas de fuego. Pero tampoco espero que sepas apreciar las artes magicas...- frunco un poco el ceño, como ofencida por sus palabras, pero mi expresion se relaja y añado en un tono mas cordial y amable (aunque no por ello menos altivo) mientras las mejillas se me sonrojan.- Pero me alegro tener una cazadora de demonios a mi lado. Y-yo tambien me alegro de verte bien.

Tras escuchar el relato de lo que Lyareth habia visto, procedi yo a contarle el fracaso de Ulduar, y como no habiamos conseguido nada para la batalla mas alla de una vaga advertencia que venia a significar "buscaos la vida...". Estaba terminando mi florido relato cuando veo acercarse a Garrom. Una sonrisa sincera y una sensacion de alivio en el corazon afloran al ver al orco sano y a salvo, aunque no puedo evitar soltar un grito de sorpresa cuando este me da una abrazo. A pesar de lo sucio que estaba, del hedor de su cuerpo y de que parecia que aquella mole verde me queria aplastar con lo que seguramente se interpretaba como un abrazo "suave" entre orcos, tras la sorpresa inicial le devuelvo el abrazo de forma timida.- Veo que tus pequeños trucos con piedras no deben ser tan debiles como parecia. Me alegra que estes aqui con nosotras.

Cuando el orco me suelta, espero espectante a que cuente que tal le ha ido.

 

Cargando editor
29/01/2018, 08:40
Thrall

Thrall, el actual guardián de Tirisfall, era quien estaba en un lugar más destacado entre toda aquella multitud; interrumpió lo que estaba diciendo para recibiros uno a uno con una sonrisa.

- Acercaos, acercaos valientes de Azeroth, puesto que ésta, ésta es vuestra batalla; ésta es la batalla de todos; hoy los ancestros han vuelto a cedernos su favor contra un mal que amenaza con acabar con toda vida; hoy, vamos a demostrar que las razas mortales de este mundo pueden trabajar juntas, unidas, sin importar el color de sus banderas para luchar contra un enemigo común - el orco creía en lo que decía, estaba inspirado e inspiraba a los demás.

- Muchos de vosotros os conoceréis de otras campañas, juntos conseguimos expulsar a la Legion Ardiente una vez, aunque se pagó un alto precio en el Monte Hyjal; no dudamos en hacer frente a Ragnaros, el mismísimo señor del fuego mientras no permitíamos que otros seres malignos como Onyxia intentasen acabar con los pueblos inocentes - comenzó a caminar entre vosotros.

- No dudamos en acabar con Magtheridon en las afueras de nuestro mundo, o de expulsar de la tierra de los elfos a Kil'Jaeden..- realmente, los campeones de Azeroth habían librado muchas batallas y todas ellas con éxito, pero siempre hubo muchas bajas y sacrificios de por medio.

- Nuestras últimas victorias nos llevaron a Rasganorte, donde no solo liberamos a este mundo de un Dios Antiguo, sino que logramos que el Rey Exánime acabase con su reinado de terror a través de la Plaga... pero hoy... hoy es distinto camaradas, hoy vamos a impedir que venga a este reino alguien cuyo poder sobrepasará nuestra imaginación, hablamos del Destructor de Mundos, pero éste mundo NO va a ser destruido mientras luchemos hasta nuestra última gota de sangre... El Portal Oscuro es nuestro objetivo ahora, cargaremos contra nuestros enemigos por tierra para impedir el ritual final, lucharemos codo con codo, porque estamos presenciando el comienzo del fin, el final de la legión y la victoria definitiva de nuestro mundo - Thrall alzó lentamente su martillo, poco a poco el resto de líderes comenzaron a alzar sus armas también en un acto simbólico de unión.

- Hoy no existe la Alianza ni la Horda, hoy tan solo existe Azeroth y sus héroes... alzad la voz y cargad vuestras armas ¡¡porque ha llegado la hora!! - finalizó con un alarido cargado de adrenalina que no dudó en ser acompañado con el grito de batalla de decenas de campeones de Azeroth como vosotros, chocando sus armas contra los escudos, repicando las lanzas contra el suelo, alzando los brazos cargados de esperanza, la batalla final había comenzado, y allí nadie tenía miedo a morir, nadie tenía miedo a fracasar.

Notas de juego

Las fuerzas de Azeroth completamente moralizadas han comenzado a cargar a gran velocidad, la batalla final ha comenzado ¿qué es lo que ocurrirá ahora? Debéis narrar vuestras impresiones durante y tras la charla de Thrall, ahora todo el pueblo de Azeroth lucha unido, lucháis por vuestra supervivencia, por la supervivencia de todo este mundo.

Importante. Este capítulo final es un capítulo especial, es casi como un epílogo.

Vuestros caminos se van a separar a partir de ahora en la inmensidad de la batalla que está apunto de acontecer. ¿Os queréis decir algo entre vosotros? nunca se sabe si será la última oportunidad...

Cargando editor
01/02/2018, 23:26
Garroom Lobo Gélido

.-Cuando llegué a las Tierras Devastadas, el vuelo negro había convertido el lugar en un campo de batalla, mientras del cielo caía fuego vil.-dijo Garroom cuando las elfas le preguntaron:-Conocí a un dragón esmeralda, que murió por salvarme, ya que nos perseguía un dragón negro adulto. Creo que era incluso más fuerte que Anacronos.-cuando mencionó al dragón de bronce a los tres les cambió la cara y una mueca de disgusto apareció en el rostro de Garroom al mencionar la muerte de Gwengilax:-Cuando desperté, me encontraba en un nido de dragón negro y aquello hizo que la furia me embargara y perdiera brevemente la razón. Hasta que me rescató el jefe del Rocal.-explicó sin dar muchos detalles escabrosos sobre lo ocurrido en el nido.

Thrall apareció con los líderes de la Alianza y la Horda y empezó a hablar. Las palabras de Thrall reberberan en el interior de Garroom. Él mismo había participado en muchos de los enfrentamientos que había mencionado el Guardián de Tirisfall y aquellos recuerdos volvieron como un relámpago a la mente del chamán. Mientras seguía hablando se percató de la actitud de las dos elfas y él mismo empezó a sentirse con la confianza de volver a vencer, derrotar al Sargeras y desterrar de nuevo a la Legión Ardiente de Azeroth. Cuando Thrall alzó el Martillo Maldito, todos los allí presentes imitaron el gesto.

El miedo al fracasó se desvanecía, el miedo a la muerte quedó en el olvido. Y la legión ardiente temerá la fuerza de Azeroth:-LOK'TAR OR'GAAAAAAR!!!!!.-el grito de Garroom le acompañó el grito de otros orcos allí reunidos:-Hagamos una promesa.-dijo el orco a las dos elfas:-Venzamos a la Legión Ardiente. Volvamos a casa y la primera ronda la pago yo.-dijo extendiendo la mano hacia las elfas para sellar el juramento.

Cargando editor
05/02/2018, 00:46
Lyareth Lucero del Alba

Tras las palabras de Garroom, no quedaba más que decir. Las cosas habían salido bien o mal, mejor o peor, pero allí estaban todos, en la última batalla, en la única que de verdad importaba. Si sus misiones habían tenido éxito y debilitado a la Legión o si habían fracasado y habían fortalecido su cruzada ardiente, era algo que ya carecía de importancia. Con las espadas alzadas, su único pensamiento era acabar con los demonios, destruir todo rastro de las viles criaturas y llegar hasta el Portal Oscuro. Quien se interpusiera, infernal o dragón, hombre o monstruo, esbirro o general, moriría. Su único destino era hacer frente al mayor de los enemigos que tenía al frente, el Titán caído, Sargeras. Ese era y sería siempre la verdadera presa de Illidan, y tras el maestro todos sus Illidari. Ella, por supuesto, estaría al frente. Derramaría la primera sangre del Destructor. Ese día, la temerían.

Suerte —se limitó a decir estrechando la mano del orco, y tendiéndola luego, aunque con una ligera reticencia, hacia la hechicera elfa—. Sobrevivid y, si no lo hacéis, acabad con todos los que podáis. Habéis sido grandes guerreros, que todos lo sepan.

Antes de que pudieran decirla nada, les dio la espada y, sin detenerse ni mirar atrás, avanzó hacia la batalla.

Cargando editor
08/02/2018, 03:45
Alessia Firegazer

A pesar de mi desden hacia los orcos (y en general cualqueir criatura que no fuera elfo de sangre) siempre tuve moderado respeto por Thrall, al fin y al cabo era una leyenda. Sin embargo, al verlo y oirlo en persona empezaba a comprender el porque tantos lo admiraban, el discurso que estaba dando era tan inspirador que cuando me di cuenta yo tambien estaba alzando mi baston y gritando con entusiasmo como los demas. 

Mientras recuperaba un poco la compostura y dignidad que se esperaba de mi, me gire a ver a mis dos compañeros de desventuras. Esperaba que Garrom se mostrara efusivo, era tan emocional como todos los orcos, pero no pude evitar sorprenderme cuando Lyareth me ofrecio la mano y nos dijo lo que sono como un elogio. Se la estreche sin rencores, aunque cuando quise responderle la elfa ya se marchaba.

Je, al final tuvo que  admitir mi gran poder... suerte a ti tambien- Comento con una sonrisa en parte altiva, pero tambien un poco agradecia con Lyareth. Acto seguido me giro a Garrom y añadi muy seria.-Acepto esa oferta, Garrom Lobo Gelido, pues aun tengo mucho que hacer como para morir. Y podras tener el honor de contar que me conociste, e incluso luchaste junto a mi, jajaja! - Mi carcajada suena arrogante y creida, aunque para adoptar luego un tono mas sincero y alegre.- Eso si... el lugar para esa reunion lo eligo yo, no esperes que entre en cualquier antro inmundo. Ni soñarlo!

Cargando editor
08/02/2018, 08:46
Director

Notas de juego

Ahora necesito que se haga una tirada, en base a vuestra participación en la partida (actividad/éxito) se establecerá un orden de sucesos a modo de epílogo de lo que ocurrirá con tu personaje.

En tu caso en concreto, tienes un +2 en la tirada de "Epílogo", la cual determinará tu papel en esta batalla.

Haz la tirada solo para mi, después de eso te daré las indicaciones sobre lo que sucede.

(Son tiradas de RyF)

¡Buena suerte!

Cargando editor
08/02/2018, 08:46
Director

Notas de juego

Ahora necesito que se haga una tirada, en base a vuestra participación en la partida (actividad/éxito) se establecerá un orden de sucesos a modo de epílogo de lo que ocurrirá con tu personaje.

En tu caso en concreto, tienes un +2 en la tirada de "Epílogo", la cual determinará tu papel en esta batalla.

Haz la tirada solo para mi, después de eso te daré las indicaciones sobre lo que sucede.

(Son tiradas de RyF)

¡Buena suerte!

Cargando editor
08/02/2018, 08:47
Director

Notas de juego

Ahora necesito que se haga una tirada, en base a vuestra participación en la partida (actividad/éxito) se establecerá un orden de sucesos a modo de epílogo de lo que ocurrirá con tu personaje.

En tu caso en concreto, tienes un +3 en la tirada de "Epílogo", la cual determinará tu papel en esta batalla.

Haz la tirada solo para mi, después de eso te daré las indicaciones sobre lo que sucede.

(Son tiradas de RyF)

¡Buena suerte!

Cargando editor
08/02/2018, 20:09
Garroom Lobo Gélido
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
09/02/2018, 01:26
Alessia Firegazer
Sólo para el director

Notas de juego

Vale, no me acuerdo como iban las tiradas en RyF  XD

Cargando editor
09/02/2018, 07:49
Director

Notas de juego

Las tiradas son 3d10 pero con el resultado desglosado, perdón por no haberlo especificado.

Suerte!

Cargando editor
10/02/2018, 13:00
Garroom Lobo Gélido
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
11/02/2018, 09:09
Director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Debéis marcar la casilla de tirada desglosada. Os pongo un ejemplo.

 

Cargando editor
11/02/2018, 16:59
Garroom Lobo Gélido
Sólo para el director
- Tiradas (1)