¿Quieres que salga a Consejo a desmentir o algo? Sin problema eh? que te la he liado yo con mis roleos y mis cosas
TURNO CINCO
EXPLORACIÓN: 4+
EXPANSIÓN: 4+
EXTERMINACIÓN: 4+
Semilla genética estable
Diplomáticos
Planetas:
Acciones: 3
1- Fase de Recursos:
Ganas Capítulos y dinero igual al número de planetas que controles más cualquier bonus.
• Dinero: 4 por 4 planetas, +1 por planeta abundante, +1 por planeta abundante, +2 por planeta rico, +2 por planeta abundante=10$ +3 producidos el turno anterior= 13$
• Capítulos: 4 por 4 planetas, +1 por Asteroide, +1 por Océanos +1 por Semilla Genética=7 +10 previos. Total: 17C
OK
2- Acciones:
PONME LOS RESULTADOS, HOMBRE, QUE CON LOS MONOLOGOS QUE TE MARCAS EN LA ESCENA DE TRASFONDO ME HACES UNOS TURNOS ANEMICOS...
DESCUBRES, EN LOS CONFINES DEL SEGMENTUM, DROKON, UN ANTIGUO MUNDO COLMENA GOBERNADO POR ORKOS. SU NUMERO ESTA MUY REDUCIDO DEBIDO A CONSTANTES LUCHAS INTERNAS.
3- Fase final:
Dinero final: 1$
Capítulos finales: 17C
OK. IMPORTANCIA: 4X5+17=37
Motivo: Orkos Drokon
Tirada: 2d6
Resultado: 2
¿Votos, caballero? Tienes 17.
Estaba pensándolo, pero casi seguro que van para Duncan. Aunque creo que casi todos le votarán a él y preferiría hacer un "apretao" xD así que estoy por Vulkor por hacer daño xDDD
Supongo que no puedes decirme como van, no?
Me temo que no pero más igualado de lo que pensaba... ¿Eso significa que votas a Vulkor?
Sería el mal por el mal, así que... ¿se hará público quién ha votaod a quién?
Seguramente sí porque esto va a estar otra semana parado y necesito que la gente discuta...
Esto lo han hecho los VIPs.
Mala gente. Mu mala gente. XDDDDDDDDDDDDDD
xDDDDDD
Si tengo que votar a tres quiero en mi bando los traidores a los Corsarios, a los Agonías y a Vulkor. Duncan mola, pero prefiero seguir la narrativa y hacer fanservice a los VIPs, así que va ser mi Sanguinius xDD, y la Araña también mola, pero como anda abajillo de la tabla (como yo) supongo que somos pareja "a equilibrar" xDD
Tienes que votar a CINCO. Di CINCO nombres de legiones. La tuya puede ser una.
-Corsarios
-Heraldos de Pureza
-Portadores de Agonía
-Arañas de Marte Caballeros del Arca
-Señores del Relámpago
Necesito que apruebes esto antes de colgarlo en trasfondo
EL REGRESO DEL CORSARIO
Tres años. Tres años siderales desde que Eon de Sycorax desapareciese. Tres años desde la purga de Laeran, relato que escalofrió a todos los iteradores imperiales. Tres años desde aquellos sueños esquivos en los que el Rey Pirata se había despedido de sus hermanos más próximos.
En aquellos tres años cayó Ullanor, se celebró un gran triunfo y se alzó un Señor de la Guerra. En aquellos tres años la búsqueda de los Custodios fue estéril. La 27ª Expedición y prácticamente todas las flotas de la XVI se habían internado en las profundidades del Segmentum Pacificus y no había forma de rastrearlas. Sycorax guardaba silencio, y las delegaciones enviadas a sus sistemas desaparecían, perdidas en las tormentas disformes que se desataban sobre el subsector. La población de Jrun se mostró cada vez menos amistosa con los Leviatanes que acudían en ocasionales visitas, y sus rituales en honor a los astartes fueron tomando tintes mucho más siniestros. Las gentes de Tanith parecían haber desaparecido en el aire; fundidas con los bosques que eran su hogar. Y Laeran… Laeran era un osario habitado sólo por fantasmas y criminales que trabajaban para el Mechanicus.
Tres años de silencio en los que la “rebelión” de Eon se fue convirtiendo en una “desaparición”. Algunos en la corte, los que se habían enamorado de la leyenda del Corsario, lo veían como una figura trágica, y hablaban a su favor a escondidas. En algunas cenas secretas en lo alto de las colmenas se brindaba por el regreso del hijo díscolo, y en el submundo del Imperio, entre ladrones, criminales y gente de baja estofa, se convirtió en un patrón, un nombre que invocar para esquivar la mala suerte. La ley imperial persiguió a muchos de estos “cultos”, pero no pudo erradicarlos, y con acciones tan violentas los disidentes no hicieron sino aumentar.
Entre los primarcas la ausencia no fue menos notada. Magnar Vulkor tenía pocos hermanos verdaderos, pero sin duda uno de ellos había sido Eon. Antes de que el Corsario partiera hacia el Halo, ambos se habían encontrado en la fortaleza de Qyl-Aman y habían compartido palabras sombrías. La Araña de Marte también vio cómo las advertencias de quien fuera su padrino y gran amigo se iban cumpliendo poco a poco conforme el celo por erradicar el recuerdo de Eon se endurecía. Tal vez aquella fue la determinación que inició su propio camino a la condenación…
A pesar de ello, ni Vulkor ni Akr´sul; ni Aegror ni Duncan; ninguno de los más cercanos al Pirata podían imaginar que regresaría.
Empezó en Hagia, un pequeño mundo agrícola poblado por granjeros y pastores. El planeta no poseía riqueza alguna a escala galáctica, pero era un remanso de lealtad al Emperador en la misma franja de Pacificus. Tal vez por ello El Rey Pirata se ensañó tanto con aquel pobre pueblo. Sólo cinco supervivientes alcanzaron el espacio Imperial en una nave concedida en persona, dijeron, por el primarca. Hablaron de horrores alienígenas que luchaban junto a los astartes; eldar, loxatl, rak´gol, lacrymole, enoulianos, stryxis y demiurgos. Todos aquellos monstruos depredaron el planeta de la mano de los Corsarios Estelares y celebraron con ellos el derrumbamiento de todas las aquilas imperiales.
En rápida sucesión cayeron Hydraphur, Balhaut y toda la extensión de Laanah. Millones de almas sacrificadas por nada, en nombre del saqueo y la locura de un Corsario que renegaba de todos los dioses. Despreciaba al Empíreo, al Dios de la Mano Ensangrentada y, sobre todo, a su Padre. Para Eon de Sycorax se había acabado seguir a ningún amo: grabaría a sangre y fuego su nombre en las estrellas.
Apruébame esto también plis xD
TESTIMONIOS DE ISTVAAN: Contralmirante Kaminska, Iracundo
Cuando el señor de la Guerra designó a Vulkor para devolver a Istvaan a la paz del Emperador, el Matahermanos pasó varios meses en el Sistema Solar agrupando a sus fuerzas. Además de cinco legiones astartes, el primarca reclutó naves y tropas de todo tipo. Fuerzas que llegaban del frente para reabastecerse, navíos recién fletados, regimientos recién fundados; todos se unieron a la expedición de castigo. Mi propia sección de la Flota Saturnina fue requisada por el Sigilita en persona. El Trono quería un castigo ejemplar, quería a todos los hijos del Imperio unidos para aplastar la amenaza.
Ahora lo pienso y me doy cuenta: el Pirata y el Matahermanos pudieron planearlo todo. Se aseguraron de atraer al máximo de fuerzas leales a su trampa, de despojar a Terra de sus guarniciones más cercanas.
Claro que entonces no podíamos saberlo. Nuestra flota era impresionante; mayor que cualquier otro despliegue imperial. Y a la cabeza, junto a la Féretro, la Volcán y el resto de barcazas, se encontraba la Bucephalon. La nave insignia dorada del mismo Emperador. En sus tripas aguardaban varias compañías de Custodios encargadas de representar en batalla al Señor de la Humanidad y escoltar a Eon a Terra.
Puedo jurar ante el Emperador que aconsejé prudencia cuando entramos en el sistema. Claro que, ¿qué podía hacer yo frente al fervor de Vulkor, que parecía tan ansioso de entrar en batalla? Él se ocupó de recordarnos a todos que no estábamos allí para una anexión pacífica ni para conquistar planetas. Así pues, avanzamos.
Debimos sospechar. Cuando nuestra avanzadilla consiguió penetrar en los perímetros de los Corsarios debimos saber que estaba siendo demasiado fácil. Cuando cercamos Istvaan III y aislamos a la XVI de su flota debimos darnos cuenta. La legión de Sycorax es imbatible en el espacio, y nosotros, necios, pensamos que la habíamos doblegado con pura fuerza bruta.
Esperaron a los primeros desembarcos. Buena parte de las tropas estaban camino a la superficie cuando los detectamos. La primera señal fue la desaparición de nuestros escoltas. Fue tan rápido que pensamos que habría sido un fallo técnico. Pero no: los eldar ya estaban entre nosotros. Sus cazas interceptaban los transportes que descendían; sus veloces incursores acuchillaban a nuestras fragatas.
Vulkor dio la orden de seguir adelante. Concentramos todos nuestros esfuerzos en mantener el cerco. Los Robles Eternos recibieron la orden de asegurar la retaguardia y los Doblegadores se desplegaron para contener a los eldar. A pesar de las bajas, pensamos que conseguiríamos completar la invasión.
Entonces llegó aquella fragata negra. Salió de ninguna parte, del corazón de la flota de los Heraldos de la Pureza. Rompió la formación de anclaje y se dirigió a la Bucephalon a toda velocidad. La nave más bella, más poderosa y más ilustre del Imperio no alzó los escudos. ¿Por qué iba a hacerlo? Aquel instante de duda y arrogancia nos salió caro. No pudieron evitar la primera salva de torpedos.
Recuerdo las transmisiones confusas, el fuego amigo que destrozó la fragata. El silencio de Vulkor y, de pronto, los gritos. El capitán Hommed, de la Bucephalon vociferaba algo sobre sellar el puente… lo siguió gritando hasta que el Devorador de Vida le convirtió la garganta en pulpa. Aquellos torpedos, que apenas habían causado daños, habían plantado el virus más letal en la nave dorada. Las cápsulas de salvamento fueron lanzadas, pero las destruimos siguiendo el protocolo de contención. Incluso los Custodios sucumbieron. Trescientos de los mejores del Emperador se disolvieron en sus propias armaduras, y sólo un puñado consiguió alcanzar las cañoneras para descender al planeta.
Podrida hasta el alma, pero aún resplandeciente; en órbita sobre Istvaan para siempre: ese fue el destino de la Bucephalon. Nadie se molestó en volarla por los aires. Estábamos demasiado ocupados luchando por nuestras vidas.
Los Heraldos de la Pureza destrozaron nuestro flanco y, al retirarnos hacia la posición de los Dragones Esmeralda, Hantei nos recibió con andanadas. En retaguardia los Doblegadores parecían enfrentarse a los Robles Eternos y, al no saber si la Montaña era el traidor o el lealista, no pudimos apoyar aquel combate. Así pues, nos convertimos en blancos fáciles, atrapados en nuestro propio asedio mientras las naves de los Corsarios, supuestamente en retirada, salían de sus escondites y avanzaban, acompañadas por los eldar.
Tomé el mando entonces. Ordené mantener el contacto con la superficie todo el tiempo posible para asegurar una evacuación si era precisa. No me arrepiento. Nuestras bajas fueron atroces, sí, pero se lo debíamos a los muchachos que luchaban allá abajo.
Vulkor y Hantei eligieron aquel momento para cerrar su cepo y se lanzaron sobre Istvaan acompañados de sus legiones. Fue lo que apagó cualquier esperanza de victoria. Las comunicaciones eran imposibles, así que los comandantes de tierra los recibieron como a héroes. La esperada segunda oleada…
No pudimos resistir mucho tiempo. Esa zorra de Sarrin, la capitana de la Horizonte, nos estaba destrozando. Los Robles Eternos se unieron a ella después de diezmar a los Doblegadores y todas las flotas traidoras se cernieron sobre nosotros.
Fue una masacre. Aún no sé cómo pudo salir nadie de aquel infierno…
Estoy preparando otra sobre la batalla en la superficie, ¿te parece bien?
Me mola especialmente lo de "y no sabíamos cuál era el traidor ".
O sea, sí, adelante.
Muchas gracias por meter tanta caña. Esto ayuda a mantener la partida viva. Y mola mucho.
Estoy intentando dejar un legado bonito para cuando me volatilicen el próximo turno xD
Por cierto, Duncan y yo hemos quedado por MP que vamos a ser pareja trágica y que cuando uno muera lo narraremos como que ha sido a manos del otro, ¿te parece bien? Puedes hablarlo con él también.
Claro ,sin problema: tú decides cómo muere tu primarca, puedes acordar lo que quieras con otros jugadores.
Lo de los primarcas me lo sugirió Leucas: quería algún tipo de mecánica para ellos y eso fue lo que se me ocurrió.