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Segundo asalto sobre San Pitersburgo.

Orsino era el comandante de la Legión VII en aquel entonces, pero lejos de dejarse llevar por el derrotismo, o la prudencia, realizó un segundo asalto sobre la ciudad usando la misma táctica que les había surtido efecto hasta entonces, pero ni que decir su tropas volvieron a ser derrotadas. Iba a ser necesario un cambio de estrategia para conquistar aquel puerto.

Salieron del oceano. El rumor de sus proto-armaduras apenas perceptibles sobre el rugido de las olas chocando contra las rocas. Mil siluetas ocultas bajo el velo nocturno. Sus oponentes, solo una fraccion de sus fuerzas, vestidos con largas tunicas y armamento inferior calibre.
Los defensores alzaban sus brazos sobre sus cabezas, gritando desaforadamente en, lo que suponian era su lexico natal, a la fuerza invasora.
La 18va. Tomando aquello como una rendicion, comenzo su avance.
Ya cuando el suelo bajo sus pies comenzo a engulfirlos, fue demasiado tare.

Los Caballeros habían sufrido dos grandes derrotas por no saber adaptarse a un enemigo que les había visto venir desde el principio; pero siguieron insistiendo. Se lanzaron a la conquista obviando su arrillería y realizando tiroteos cortos  contra sus rivales y en ese momento mostraron sus grandes conocimientos de balistica.

Crearon un cordón defensivo donde no podían ser atacados por la artilleria del enemigo y, sin que se percataran, habían desplegado la suya, que comenzó a disparar una lluvia de fuego que caía a unos veinte metros de distancia de la linea de los Caballeros, machacando la ciudad y la infantería destrozaba a todo lo que intentaba escapar.

Si en dos ocasiones no habían podido conquistar la ciudad, la destruirían para alzarla de nuevo. 

Tercer asalto y capitulación de San Pitersburgo.

El asalto relámpago que tan buenos resultados había cosechado la Legión hasta ahora, había sido repelido ya dos veces, por lo que Orsino optó por enseñar al mundo el motivo por los que los llevaba a cabo. Las aeronaves llegaron al anochecer y sembraron la destrucción por toda la ciudad hasta el amanecer, cuando los soldados del Emperador marcharon por las calles calcinadas eliminando cualquier rastro de resistencia que pudiera quedar.

Sabotaje

Tras el fallido intento de invasión a las playas beotas, la 18va. legión optó por cambiar su estrategia. Unidades de destructores fueron ubicadas en varios puntos al rededor de las diferentes islas menores de la región, atacando las diferentes naves de suministros que reabastecían a cada punto de defensa postradas en ellas. Aquello había sido el comienzo de una larga guerra de atrición...

Defensa de San Pitersburgo.

La ciudad de San Pitersburgo había demostrado ser un gran baluarte, por lo que lejos de darla totalmente por perdida, las tropas de Ursh intentaron recapturarla, sólo que ahora la Legión VII era quien controlaba esas resistente plaza, por lo que los resistentes urshinos ni siquiera llegaron a acercarse a los primeros edificios.

Tras el éxito en el Reino de Uartu, la XIX legión fue hacia Beotia para ayudar a sus primos en la conquista de este lugar; pero el comienzo de esta nueva campaña recordaba a la anterior. Un asalto de infantería directo fue completamente rechazado por las defensas de ese reino. Tal vez deberían de dejar de pensar que solo por tener una mejor tecnología ya podrian ganar.

Capitulación de Ursh.

Tras repeler el intento de reconquista, la Legio VII volvió a movilizarse aniquilando lo que serían los restos del ejército de Ursh, puesto que no volvieron a encontrarse más tropas enemigas en su camino hasta la capital, donde sus ciudadanos incluso rindieron homenaje a las tropas imperiales mientras los cuerpos de sus dirigentes colgaban expuestos en las ventanas del palacio real.

Esta vez fueron desplazados a otro lugar diferente, Alba, que estaba a orillas de lo que una vez fue un gran mar interior. Aunque pequeña en tamaño, al menos respecto a las potencias tecnobárbaras que parecían estar en ese lugar, también debía ser sometida. La quinta dio el primer paso para ello, logrando, a base de unidades de asalto cargando con resuelta alegría, asegurar una cabeza de puente para la toma de aquella nación.

Habían aprendido de sus errores y mientras se retiraban de la primera batalla, aprovecharon para bombardear la zona y lanzar un contraataque brutal. Luchando con el fuego de artillería a escasos metros de ellos, los Castellanos, como era conocida la XIX legión en aquel entonces, tomaron y pacificaron toda Beotia a base de bolter y fuego de artillería, lo que empezaba a ser una auténtica marca de la legión.

Primera batalla por Europa.

Con todo el continente cayendo poco a poco en manos del Emperador, era lógico asumir que pronto le tocaría a la unión. Solo restaba averiguar dónde sería la primera gran batalla y, como no podía ser de otro modo, la LEGIO VII fueron los primeros en llevarles los saludos del Emperador por medio de sus blindados.

Una vez asegurada una base de operaciones, llegaba el momento de continuar con el avance. Con paso resuelto, las compañías de la quinta se adentraron a través de los terrenos de Alba. Los defensores, sabiendo de la superioridad de los atacantes, habían sembrado kilómetros enteros con trampas, además de tender emboscadas aquí y allá... Pero nada lo suficientemente preocupante para que el ánimo de los legionarios decayera, haciendo un avance lento pero seguro a través de la nación.

Conquista de Europa.

Los blindados recorrieron la parte oriental de Europa, arrasando todo lo que se cruzaba en su camino y sin encontrar una verdadera oposición en su camino hasta el Mediterráneo. Entretanto, las aeronaves e infantería acabaron con los pocos núcleos de resistencia que se encontraron en la zona de Iberia, confirmando la conquista de la antigua unión de países.

Pacificación de Luna

Mientras las demás legiones aún peleaban con uñas y dientes por Europa, la XVI, que ya había asegurado la órbita, se dirigió a Luna. Los Genarcas estaban tan divididos con sus propias rencillas que apenas tuvieron tiempo para preparar las defensas. La vanguardia del Emperador los alcanzó sumidos en una guerra civil. La XVI demostró quién era el auténtico señor de los guerreros sobrehumanos, y luego ocupó los laboratorios lunares, mirando el Sistema Solar con ojos hambrientos...

Venus sufrió mucho en la Larga Noche. Antaño un mundo colmena dedicado a la explotación de sus abundantes recursos naturales,  la guerra y el aislamiento derribaron la mayor parte de su civilización. Su atmósfera tóxica mantuvo a raya a los invasores pero también impedía salir a los venusianos, cuya sociedad estaba dividida en grandes Casas rivales que batallaban sin cesar por lo poco que quedaba. 

Venus disponía de una densa red de satélites defensivos robotizados. Por desgracia, el control central de los satélites había sido destruido hacía siglos y las máquinas orbitaban el planeta atacando con sus baterías láser a cualquiera que se acercase o incluso a erráticos objetivos en tierra.

Asalto a la Órbita de Venus

Las mismas naves que habían alcanzado Luna llevaron a la XVI a Venus, con sus hangares repletos de reclutas extraídos de los esclavos de los genarcas. Tal vez fueran 2000 los legionarios plenamente preparados que partieron hacia el segundo planeta del Sistema Solar. Tal vez ocho de cada diez sobrevivieran a las baterías orbitales de Venus; tal vez dos tercios de estos salieran con vida de los corredores estancos; tal vez la mitad tomaran los puentes de mando y contemplaran el mundo hirviente que debían conquistar...

Carrera por Venus

La 16ta habia ganado de mano a la 18va en la conquista de Luna, encargandose de los focos rebeldes del satelite sin ayuda de ninguna otra legion, y dejando a la 18va varada a mitad de los preparativos sin objetivo contra el que soltar a sus perros de la guerra.
La 18va habria de devolverles el favor.
La flota de la legion aparecio en la orbita del planeta, lanzando una miriada de naves de asalto. Decenas de companias descendieron sobre el planeta arrasando con fuego y bolter todo a su paso.

Carrera por Venus

La XVI se estaba volviendo orgullosa. Su señor, Dante Starkov, no deseaba ser eclipsado por nadie, ni siquiera por la única legión astartes que se ofrecía a ayudarles. Así pues, lanzó apresuradamente a sus neófitos lunares contra la Puerta de Idunn, una de las principales colmenas de Venus. Por desgracia, no estaban tan acostumbrados a los asedios como a los abordajes, y fueron rechazados por las defensas autmáticas. Skirov fue uno de los primeros en caer.

Los senderos de la desgracia.

Impulsados por la competencia contra sus hermanos de la 16ta, los Acechadores del vacio lanzaron un ataque coordinado contra las lineas de suministro que conectaban a los asentamientos venusinos. Subestimar al oponente fue la ultima ofensa que el capitan Nixxon y los suyos cometieron antes de caer ante frente al enemigo.