Partida Rol por web

El trayecto en el coche de John desde el hotel Washington hasta la casa de Nathan no se hizo muy largo.

Apenas duró unos 10 minutos pero os dio tiempo a conversar algo.

Al llegar al final del trayecto, el conductor miró a John esperando instrucciones y detuvo lentamente el coche junto a la entrada principal del bloque de apartamentos.

- Bueno pues este edificio vivo...aunque... - hago una leve pausa y prosigo - ...se supone que no estoy vivo...

Miro a John y le hago una pregunta que tengo ganas de hacerle, aunque me da miedo la respuesta.

- ¿No hay vuelta atrás no?...Esto no se puede curar ni nada para revertir el cambio ¿no?

Su garganta emitió un tono grave reflejando la búsqueda de las palabras adecuadas para contestar esa pregunta, por desgracia no estaba en sus manos encontrarlas y lo que es peor, posiblemente la respuesta divagaría para la eternidad que le ofrecieron al chico. Ni idea, pero hasta donde yo sé, los jefes no permiten crear chiquillos sin permiso, de hacerse en su territorio, la cosa acaba fea... por suerte para ti, tu caso es… especial. Por grandes que fueran sus intentos sería incapaz de animar al joven, por lo que prefirió mantenerse imparcial y no contarle más cosas de las que pudiera asimilar. De todas formas es pronto para preocuparte por eso tío, entérate de qué va esto antes de cagarla con alguien, ya has visto cómo se las gastan, ahora todo es más… salvaje.
Sus ojos parecían caer para acentuar más su seriedad, aunque aquel comentario la rompió en una sonrisa. Aquellas dudas le recordaban los días tras el abrazo, como una nueva infancia ante un vasto mundo. Cierto, lo llamamos no-vida, suena raro, pero es lo que hay. Esa nostalgia le acompaño con la incertidumbre de su existencia, pues su siguiente reflexión era una de tantas incógnitas que quedaban por resolver. Negó con la cabeza con poca convicción, su mirada se centraba en el edificio que le indicaba. Yo no contaría con ello. Si te soy sincero es un misterio, se supone que hay formas, pero no conozco a nadie que lo haya conseguido. Levantó sus hombros y miró la decepción reflejada en su rostro. De todas formas es pronto, no creo que esté todavía a tu alcance. Todavía no sabes lo que has ganado o perdido, disfruta tu no-vida, quizás luego no quieras volver. Su sonrisa delató su postura, pero se incorporó de nuevo y aunque la conversación se hacía interesante, había asuntos que atender, salió del coche para despedirse al tiempo que disfrutaba del ruido del vecindario. Ve pues a disfrutar. Ah y no lo olvides, cuenta conmigo si te ves jodido, especialmente cuando no te fíes de los que acabas de conocer, yo nunca lo haría. Se mantuvo de pie, junto a su puerta con una quietud que infundía respeto y confianza, de no haber estado la noche anterior difícilmente creería que se pudiera alterar a John.

- Bueno no sé si me gustará esto...de momento no he empezado con buen pie...ayer intentaron secuestrarme y hoy...bueno hoy ha sido una noche especialmente larga...y eso que acaba de empezar... - digo con cierto pesar.

No sé si confiar plenamente en John, creo que es un hombre con un código pero realmente no sé si ese código me beneficia o perjudica. Por lo menos he cumplido y me cabe el consuelo de que no empeoré la situación.

- Bueno mañana será otra noche...te llamaré en cuando oscurezca y de paso avisaré a Kipp...si me tiene que enseñar que sea cuanto antes...¿tú tuviste también mentor o por lo menos conociste algo más a tu creador?

Su mano se dirigió al hombro del muchacho a medida que se desplomaba su ánimo, y qué lo digas, otra laaaarga noche, al final sólo encontrarás refugio en la oscuridad ja. Un par de golpes separaron su simpatía y abrió nuevamente la puerta del coche. Bien, descansa, disfruta, y aprovecha para hacer lo que quieras, antes de que no te dejen tío. Comentó algo molesto refiriéndose a las tareas que tenía que resolver para Vitel. Una vez subido al coche, aún con la puerta abierta contestó a esa pregunta sin entrar en detalles.  Bueno, digamos que yo fui… reclutado, su sonrisa se fue desvaneciendo lentamente, de nuevo inmerso en la nostalgia. Cuídate chico. Comentó finalmente antes de cerrar la puerta.

Nathan se despide con la mano mientras subes a tu coche y tu hombre arranca.

Partís sin rumbo definido mientras marcas el teléfono de Iris... al cabo de unos pocos segundos oyes su seductora voz al otro lado del teléfono:

- Hola John, ¿cómo ha ido todo? -

Te despides de John y cuando su coche empieza a alejarse entras en tu bloque de apartamentos...

Subes en ascensor y te refugias en la seguridad de tu hogar, un sitio conocido. Todo parece estar tal y como lo dejaste.

Te dejas caer en el sofá y marcas el número de teléfono que te dieron... Primero suena la voz de Enma al otro lado del auricular:

- Nathan, ¿estás bien? Estos salvajes me han secuestr... - la comunicación se interrumpe y escuchas un leve gemido de Enma.

Una voz varonil se escucha ahora al otro lado:

- Escúcheme señor Scott. Si sigue nuestras indicaciones muy pronto podrá reunirse con su amiga. Y estarán los dos a salvo. Diríjase a la dirección escrita en el papel que acaban de pasarle por debajo de la puerta. Que nadie le siga, y vaya sólo. -

La voz te suena, parece la del tipo que te atacó en el hospital, pero la comunicación se corta antes de que casi puedas articular palabra.

Giras la cabeza y ves que alguien ha deslizado un papel por debajo de la puerta... hace unos segundos eso no estaba ahí.

- Bien...pero si le pasa algo a ella... - me envalentono un poco, puede que el estar muerto provoque esto - ...no dejaré de buscarlo para matarlo...

Luego me doy cuenta de que no me ha dado tiempo a decir nada ya que cuando empiezo la frase se escucha un clic. Da igual aunque no me haya escuchado creo que sabe lo que realmente pienso hacer si a ella le pasa algo.

Cojo la nota y reviso la dirección. La memorizo y miro en el móvil la ruta más directa para llegar, tendré que tomar precauciones y sólo hay una forma de que no me sigan...imitar a David Belle por la capital de Estados Unidos. No creo que nadie vivo o muerto pueda seguirme.

Me cambio de ropa para llevar algo cómodo, una sudadera de capucha azul y unos sweatpants algo anchos de color negro junto a las playeras de correr. Luego busco por casa algo que pueda servir como arma y me decido a llevar un viejo cuchillo de monte de pequeño tamaño que nunca llegué a usar. Lo coloco en el antebrazo tapado por la sudadera para utilizar en caso de extrema necesidad. Además de ese cuchillo llevaré las llaves y el móvil guardados en un bolsillo interior con cremallera de la sudadera para que no me caigan cuando empiece a correr.

Realmente algo ha cambiado en mí esta noche, normalmente me quedaría de piedra ante el peligro pero esta noche...no tengo tanto miedo...puede que sea porque Emma está en peligro o porque realmente si soy un vampiro como Vitel me dijo es por algo...debí llamar la atención de ella por alguna razón y espero que no se haya equivocado en la elección de convertirme porque esta noche necesitaré tener los poderes de un vampiro para sacar a Emma si las cosas se ponen feas.

Noto algo de sed mientras me preparo por lo que bebo un poco de la sangre que me queda. No la miro con tanto asco y realmente por primera vez la disfruto un poco...aunque al momento me doy cuenta de lo horrendo de mi pensamiento y hago una mueca de asco. Guardo el resto en la nevera y me preparo para salir. Espero poder salvar a Emma, es lo único que me importa ahora.

La voz firme de John respondía con orgullo, pese al enorme respeto que profesaba a la sacerdotisa. Set os aguarde en la noche hermana... bien, acabo de dejar al chico en casa y marcho al templo. Aquellas palabras fueron suficientes para que su conductor asintiera encaminándose a la dirección deseada. Necesitamos hablar sobre otra movida de Vitel, ¿estarás? Aquella pregunta fue tan contundente como para restarle importancia a su primera sentencia. Parecía reacio a tratar demasiado el tema a traves el teléfono, enseñado a que los secretos han de recorrer poca distancia para manetnerse a salvo.

- Estaré en el templo. Jacque se está encargando de nuestro amigo. Tendremos lo que necesitamos hoy mismo. Nada debe relacionarnos con Scott. Podremos manipularle a nestro antojo... - se hizo un breve instante de silencio y luego la sacerdotisa continuó: - Estaré aquí. Espero ansiosa noticias sobre Vitel. -

Bien, hasta entonces. Guardó su móvil satisfecho, estaba animado, por lo que durante el camino las calles le brindaban oportunidades para atraer la risa y mantener conversaciones mundanas que tanto desean los humanos para estrechar lazos y sentirse amados. Tras aparcar cerca de la entrada a la capilla se separó de sus hombres. Bueno tíos, tomaros algo y os veo en unos minutos. Comentaba brindando un billete a los muchachos, chocando su mano con fuerza y terminando en un leve enfrentamiento de puños.

Portando su dejadez como estilo, se adentró en la capilla buscando con su mirada encontrarse con la atractiva Iris, para dedicarle una sonrisa al tiempo que se aproximaba. Vaya hermana... ¿tengo que ir acostumbrándome a verte cada noche más... tentadora? Sin romper la simpatía evitó dar tiempo a una repuesta y continuó, El Tema, corbatas quiere que le llevemos a un tal Füller, se le ha ido la olla y no respeta la Mascarada, lo típico. Medias sonrisas decoraban sus frases como si se trataran de nimiedades. ¿Tiene ese mamón algo que ver con nosotros? Por lo visto anoche se entretuvo haciendo rituales cutres y el flipado de Vitel se ha atrevido hoy a echándonoslo en cara, por suerte están jodidos si piensan llegar algún sitio por ahí. Ilumíname pues, concluyó como chiste para camuflar los achaques anteriores y evitar que algo pudiera ofender a la suma sacerdotisa, abriendo sus brazos a media reverencia para ofrecerle la sumisión esperada.

- Bienvenido de nuevo hermano. - te saludó la sacerdotisa con una sonrisa seductora. Sus suaves movimientos te recordaban a una serpiente... pero sabías que eran capaces de hipnotizar a cualquier humano, e incluso a muchos vástagos.

- Fuller... - Iris se frotó el mentón pensativa. - Hace tiempo le usamos y le manipulamos... Ha bebido de mi sangre alguna vez, pero realmente no sabe nada de nosotros y sus actividades no tienen que ver con nosotros. Le chiflan los rituales egipcios y la cultura egipcia, me preguntó mucho acerca de nuestras costumbres, tiene bastantes conocimientos pero muchos son erróneos... Me seguía como un perrillo faldero a todas partes. Fue difícil deshacerse de él sin eliminarlo. Pero todo lo que esté haciendo ahora no tiene que ver con los nuestros aunque desconozco si alguno se ha saltado las normas y tiene tratos con Fuller a escondidas... pero en ese caso no está representando a nuestro clan. - Iris se acerca a ti y pega su cuerpo al tuyo mientras pasa uno de sus dedos rozando suavemente tu espalda... casi ronronea. - Has servido fielmente a Set, John. Sigue haciéndolo y serás sobradamente compensado. - una sonrisa aflora a sus labios. - Ayuda en la captura de Fuller y averigua si alguno de los nuestros está tratando con él... entregaremos al traidor a Vitel pero antes pasará por mis manos. Y si no hay ningún setita con ese pringado de Fuller... que Vitel tenga claro que nosotros no somos traidores. -

Después de una trepidante carrera evitando obstáculos en la ciudad llegas al cabo de 45 minutos a la dirección que te han indicado.

En cuanto llegas al barrio observas claramente la casa a la que debes dirigirte. Es una pequeña casa de dos plantas, con un pequeño jardín que la rodea... Hay farolas cada 15 o 20 pasos iluminando la calle y no parece verse ni un alma andando a estas horas de la noche.

La casa tiene una entrada principal (sospechas que es probable que tenga alguna entrada trasera) y algunas ventanas a nivel del suelo, y varias más en el primer piso, a algo más de altura.