Partida Rol por web

Jim ve como el informático no para de gritar. Se acerca y le arrea una bofetada.

¡Coño!-Gira sobre sus talones y señala a Wilmor.-¿Ves como no era tan difícil? Perdona Franky, pero parece que todo el mundo está perdiendo la compostura aquí. Os haré caso, porque no pienso meterme en ningún lío gratuitamente, pero no quiero más histerias.

Jim mira al loco.

Creo que podremos encontrar tus "medicamentos" (Jim hace un deje en el tono de voz para que queden claras las comillas) en la sala de toxicología, pero será mejor que vayamos juntos a por ellas.-Jim empuja la máquina con el guardia de seguridad.-Mmmmmppppfff, no quería meterme en líos, soy experto en no meterme en líos y ahora parece que estamos hasta el cuello. Cuando terminemos con esto voto por ir a toxicología y dejar a Rose tranquila y muerta. No creo que vaya a levantarse ...

Jim, tan flaco y con ese aspecto de gandul, casi mueve sólo una de las máquinas de vending. Wilmor le ayuda en lo posible, pero ellos solos no son suficientes como para hacer eso rápido. Si el pizzero tiene razón, esas cosas no tardarán más de tres o cuatro minutos en llegar a la puerta principal... Vamos, LOCO, ayudanos!

Franky no parece ser una ayuda. Queda en el suelo, sentado, con la cabeza entre las piernas cubriéndose sus ojos inyectados en sangre por el miedo.

Contemplais atónitos la escena... Aquí no hay mucho más que hacer... Mirais de reojo hacia la puerta principal. No hay línea directa de visión, pero podeis vislumbrar como algunos de vuestros compañeros arrastran una máquina de vending. Parece que van a taponar la entrada principal...

Oliver, mientras, espera la respuesta de Conrad a su petición de llaves para salir por la puerta de arriba.

Mientras, las bestias a lo suyo, aporreando la puerta.

El Loco mira la escena con atención.
Crean o no que son zombis me han hecho caso...

Luego, sin dejar lo que lleva en las manos, ayuda a empujar una de las máquinas.
Tienerazón, tienerazón, debemos sacar los cuerpos antes-dice rápidamente el hombre, sin esperar demasiado resultados. Aunque si lo repetía a lo mejor lo conseguía, ya había pasado una vez.

Empuja Mani, vamosvamosvamos. Joder, ayúdanos!!-le gritaba después a su muñeco. El Loco estaba empezando a sudar, gotas de sudar recorrían su cara y hacían que las gafas de pasta resbalasen hasta quedar en la punta de la nariz, con el antebrazo se las iba subiendo pero lo único que conseguía era ensuciarlas más y más.

El hombre sacaba fuerzas de donde podía para ayudar a mover las máquinas.
Medicamentos...bienbienbienbien. No tardemos. Pero mejor no vayamos todos, el vigilante debe vigilar la entrada. Aunquesté bloqueada loszombis podrán moverla!! DE moverla he dicho!!!-normalmente hablaba hacia alguien pero después de estar unos minutos con él se podía comprobar como muchas veces se hablaba a él mismo. Con voz potente, como si no se diese cuenta.

Lo que faltaba!. No vamos a sacar el cuerpo de Rose a la calle! ¿Cómo tengo que decir que es el escenario de un crimen, y que no se pueden alterar las pruebas? Los cuerpo se quedan ahí hasta que venga la policía. ¡Joder con que son zombies! ¿Pero acaso nos hemos vuelto todos locos?- comenta enfadado Wilmor, mientras colocan la maquina de refrescos en la puerta de entrada.

- ¿Pero que hacen esos? Espero que el dueño de las máquinas no nos denuncie.

Miro a mi alrededor a ver si hay algo con lo que poder taponar esta puerta también.

- Aunque pensándolo mejor, nosotros deberíamos hacer algo con esta puerta también.

A las palabras de pizzero, los tres observais a vuestro alrededor en busca de algo para taponar esta puerta. Lo único visible son algunas mesas plásticas de color verde oscuro que se amontonan en un rincón y que usa la cafetería cuando está abierta. No servirán de mucho, pero algo harán...

Mientras en el exterior, los extraños seres golpean rítmicamente y sin descanso la puerta, creando una especie de ritmo funerario... Preferís casi ni mirarlos. La situación es terrible, y a ratos increíble...

Aunque no estás para nada seguro, te suena un tanto extraño que óliver quiera subir arriba a asegurar la puerta... solo. No has notado en su voz nada que te indique que te estuviera mintiendo, pero ahora que caes, en medio del caos y del estrés donde estás metido, el joven no estaba cuando lo de Rose. Llegó mas tarde. Te preguntas para ti donde estaba metido y que es lo que se propone con eso de subir a la séptima...

El loco es extrañamente fuerte a pesar de lo enclenque que aparenta ser. Arrastran una de las máquinas de vending y la apoyan contra la puerta de cristal.

El tiempo ha pasado rápido. En poco tiempo han ocurrido muchas cosas... cosas terribles. Son pasadas las 12:30 am.

Justo en el momento en que contemplais por un momento el exterior a través de los cristales, parcialmente tapados por la máquina, aparecen de repente y lanzándose contra la puerta, tres de esas bestias. Tres de esos zombies. Sus ojos blanquecinos y exentos de todo sentimiento. Hacen amago de entrar y cuando notan la resistencia de la puerta cerrada comienzan a golpearla. No àrecen furiosos, ni siquiera golpean rápido. Sólo golpes lentos y rítmicos contra el cristal, usando sus manos. Observais como el cristal se mancha de sangre... sangre que debían traer ya en sus manos, sangre de otras víctimas. Un relámpago imlumina la acción, dejándoos ver mas y mas sangre en sus ropas mojadas por la lluvia y en sus caras... Os quedais petrificados mirando lo que ocurre fuera... Sólo el cristal de la puerta os separa de ellos. ZOMBIES... No para de sonar ese nombre en vuestras cabezas... MUERTOS VIVIENTES...

Jim salta hacia atrás.

¡Joder!

Mira a los hombres. La sangre. La violencia. No sabe exactamente qué pensar.

Esos ... esos sicópatas parecen querer matarnos. No sé, parecen drogados o algo así. Esto no tiene sentido. Los zombis sólo existen en las películas. Esa mierda no existe en la vida real. No, tiene sentido.
Tal vez todos nos estemos volviendo locos como este pobre diablo del que ni conozco el nombre.

Será mejor que vayamos a por los medicamentos. Esos chiflados no parecen ser capaces de entrar y aquí dentro hay un loco que sin sus medicamentos puede que llegue a perder la cabeza del todo.
La sala de toxicología está por aquí.

Corniack empieza a caminar hacia la sala de toxicología y hace un gesto al loco para que lo siga.

Conrad se queda un momento quieto, con los brazos en jarras y el palillo danzando entre los incisivos...esta pensando.

Joder, como pasen nos van a joder, ya lo creo.

Con determinación, coje una de las mesas de plástico y la coloca contra la puerta haciendo caso omiso de lños seres del otro lado. Luego saca un destornillador de unos 25 cm y varios tornillos rosca-chapa, con los que empieza a fijar la parte plana de la mesa de plástico al marco de la puerta.

Mierda!- es lo único que puede exclamar al ver la escena de fuera. Todos aquellos locos, llenos de sangre… ¿A cuantas personas habrían matado para tener tanta sangre encima? Aquello era más grave de lo que pensaba al principio-. Joder, zombies?- la idea de que puedan ser zombies, a pesar de ridícula, se le pasa por la cabeza durante un segundo-. Desde luego tienen toda la pinta… ¿Pero que dices, viejo Wilmor? No son más que unos locos psicópatas!

Mierda, parecen decididos a entrar! Vosotros dos, os he dicho que no vais a ir solos a buscar las medicinas. A partir de ahora quiero que vayamos todos juntos, ¿entendido? Además, os repito que las llaves de la sala de toxicología las tengo yo, así que no vais a poder entrar. Ahora vamos a poner otra de estas maquinas, para ponérselo más difícil, y luego vamos a mirar a ver que tal les va al resto con la otra puerta. Tal vez tengamos que llevar la otra maquina que queda hasta allí. Y una vez hecho todo eso iremos a por las putas medicinas! Así que manos a la obra. Cuanto antes terminemos, antes iremos.