Partida Rol por web

La situación da un importante giro en cuestión de segundos. El motor de la camioneta resuena con potencia tras ellos, y al fondo puede escucharse el inconfundible sonido de las hélices de un helicóptero. Por fin, coño piensa mientras retrocede hasta acercarse a la parte trasera del vehículo. Todos no cabrán dentro, así que alguien tendrá que ir en la caja.

¡Si, si, si!

Excalama el encargado de mantenimiento mientras golpea a palmadas el salpicadero de la Chevy.

Vamos, señores subiros a esta maravilla que nos vamos echando leches.

El motor de la camioneta ruge desafiante a cada pisotón del acelerador.

Voy a atropellar a unos cuantos de esos hijosdeputa, si señor, claro que lo voy a hacer.

Ya era hora de que aplicaras el sentido común bola de sebo.-Le dice Jim a Wilmor cuando éste advierte a Tom que no sube al vehículo.
Corniack da un salto dentro.

¡Arranca! ¡Vámonos de aquí! Pero os advierto que no podemos largarnos de la ciudad sin más. Necesito pasar por mi casa para saber si mis padres siguen vivos.

La situación parce dar un giro definitivo. La camioneta está encendida. En el asiento del conductor está Conrad, que acelera impaciente el motor diesel y gesticula alterado instando a sus compañeros a subir. En el asiento del copiloto está Jack Torrance y la sirra mecánica del encargado de mantenimiento, un arma efectiva que emula a la del mítico héroe anti-zombies conocido como Ahsley Williams. Por las características del vehículo,en la parte delantera cabe una persona más. Esa persona es Jim, que entra a la Chevy demandando una visita familiar.

El cruel pizzero salta agilmente a la parte trasera del vehículo, empuñando su recortada y cubriendo a Wilmor.

El ex-policía es el último en llegar al vhículo. Recula de espaldas a la furgoneta, sin quitarle la vista de enzima a los no-muertos que se abalanzan lentamente sobre él. Las manos extendidas, los ojos vacíos, la boca semiabierta en ese característico gesto grotesco... y siempre ese sonido, gutural y primitivo...

UGHHHHHHHH...

Todos estais demasiado ocupados en la retirada como para advertir nada en la acción. Las miradas se centran definitivamente en Tom Truck, el superviviente caído de este apocalipis zombie.

Permanece arrodillado en el suelo, sujetándose la herida de su hombro y absolutamente abatido. La escena es cruel. Hay que abandonar a un humano a su suerte justo cuando la salvación está al alcance de la mano. Aunque para Tom, la salvación nunca llegará. Desde el suelo os mira de hito en hito y os suplica con la mirada...

Los helicópteros están encima de la facultad. Sus focos espantan las tinieblas lluviosas de esta madrugada. El sonido es ensordecedor.

Por Dios. No me dejeis aqui. No dejeis que me lleven... no dejeis que me coman en vida! Matadme. Acabad conmigo!!! Por favor...

Aunque los helicópteros pueden ser su salvación, Tom Truck sabe que está acabado. La noche eterna se cierne sobre su condenada alma.

Tengo frío... me muero... ME MUERO!!! Me voy a convertir en uno de ellos. Dios, no. No lo permitas por favor. No me castigues de esa forma tan cruel, ten misericordia de mi!

A pesar del llanto, la súplica es clara y la podeis oir todos. Aunque no estais seguro de si se dirige a vosotros o a Dios. Lo más probable es que sea a ambos.

Matadme, matadme por favor...

Baja la cabeza y aparta su mirada agonica de vosotros. El agua de la lluvia le empapa absolutamente. El rojo de la sangre que mana de su hombro escurre por su camisa, tiñéndola del color de la vida. Llora audiblemente. Su cuerpo se convulsiona por los espasmos e hipidos.

En voz más baja, más íntima, más para sí que para vosotros,entona una letanía por todos conocida...

Padre nuestro que estás en los Cielos, Santificado sea tu nombre. Venga a nosotro tu Reino. Hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo. Danos hoy el pan nuestro de cada día. Perdóname, oh Dios, mis ofensas, como también yo he perdonado a los que me ofenden. No prmitas que caiga en tetación y líbrame del MAL. AMÉN

Tras el rezo permanece sumiso. Los zombies se le echarán encima en unos segundos. No se mueve. De una manera o de otra, morirá en los próximos minutos.

Al egoísta de Jim se le encoge el corazón. Sus abatidos ojos miran al suelo y tras esto trata de ignorar al superviviente. Mira hacia delante ignorando el mundo, ahora mismo le daría igual tener un zombi echándole el aliento en un moflete, no giraría la cabeza.

Arranca. Ese hombre está muerto, así que no es necesario rematarlo.

Un lágrima cae por la mejilla de Jim.

Joder, vaya puta mierda de día. Y yo que sólo quería pasar por la fiesta de la facultad. No me voy a encariñar de un desconocido. ¡Vamos arranca!

Todos estais demasiado ocupados en la retirada como para advertir nada en la acción. Todos menos tú. Miras al cielo y se te encoge el corazón.

Son ellos! Los responsabls de esta mierda! El ejército!

Los helicópteros se mantienen estáticos sobre la facultad, con los focos apuntando al suelo. La luz te deslumbra, pero los ves ahí arriba.

Oh no! Soldados equipados para guerra biológica!

No sabes loque va a suceder, pero algo te dice que las cosas pueden no ser tan bonitas como aparentan.

Uno de los helicópteros se mueve y os sobrevuela en dirección norte. El resto, cuatro, permanecen sobre a facultad y la zona hospitalaria.

Los zombies en tierra se mueven sorprendidos por la claridad, desorientados.

- Joder...

El sucio corazón del pizzero parece reblandecerse ante la escena que tienen delante. El cansancio y la tensión acumulada le hacen flaquear y aunque jamás lo confesaría, siente auténtica lástima por el superviviente. La idea de abandonarlo a su suerte, a sabiendas de lo que le espera, parece realmente inhumana. Sus súplicas son patéticas, y mira a Wilmor confiando en que el viejo ex-policía sepa qué hacer.

En ese momento, recuerda algo y echa mano a su cinto cogiendo la pistola que aún guardaba por si acaso. Sosteniéndola en la mano, se la muestra al segurata mientras la lluvia les empapa en la parte trasera de la camioneta. No abre la boca, pero su intención parece evidente. Al menos le darán la ocasión de defenderse o darse una muerte digna.

Subido ya a la caja de la furgoneta, Wilmor observa la escena con un nudo en el estomago. Las suplicas de Tom le calan hondo. Pobre hombre…

Wilmor observa la pistola que le enseña el pizzero. Si tiene intención de lanzársela a Tom, puede que ya sea demasiado tarde. Los zombies ya están casi encima del “superviviente”, y no le dejaran oportunidad de maniobrar para disparar o dispararse a si mismo. Además, tal vez todavía necesiten ellos el arma.

Es tarde, amigo. Tendremos que hacerlo nosotros por el. ¡Vamos, dispárale!- con esas palabras, Wilmor apunta su recortada directamente contra Tom. Sabe que es lo más piadoso. Mejor morir de un tiro que comido lentamente por esos monstruos. El disparo resuena entre el ruido de los helicópteros y las plegarias de Tom.

Corniack se abalanza sobre la escopeta del guardia de seguridad y sin llegar a tocar el cañón por miedo a quemarse, la golpea desde abajo para que el disparo salga desviado hacia arriba.

¡NO! ¡Puto gordo asesino! Dejaos de decir que lo mejor es que lo matemos nosotros mismos. Sois una pandilla de asesinos. Una cosa es que un contagiado venga con nosotros y otra muy distinta es que antes de que haya muerto, nos encarguemos de él nosotros.

Jack, al entrar en la furgoneta, deja de lado aquellos zombis, aquella pequeña puerta le daba cierta seguridad. Los gritos de sus compañeros y a los pocos segundos el disparo de atrás quedaban lejos para él. Sus sentidos estaban puestos en los helicópteros

—¡NOOO!¡SON ELLOS!¡ACELERA JODER!¡MÉTETE POR LAS CALLES ESTRECHAS!¡VAMOS! —empieza a gritar girándose hacia el conductor, Conrad, haciendo numerosos gestos con los brazos, aunque sin tocarle, para no molestar cualquier posible movimiento-. ¡¡Si quieres sobrevivir hazme caso!! Sácanos de aquí YA —tras la última palabra, da un fuerte porrazo sobre el salpicadero, descargando así parte de la tensión, temor e incertidumbre.

A Jack Torrance parece que le hubiese vuelto aquella locura que le envolvía, pero ahora parecía diferente, era por algo, aquel estado se lo provocaba la situación. Aquello parecía real y con fundamento. Nada parecido al enfermo mental que había golpeado la puerta de la facultad al inicio de aquella fatídica noche.

Lo ves claro como el agua cristalina. Por un momento tu mente vuelve al pasado, pero no en una alucinación como hasta ahora, sino en un recuerdo normal.

Los militares proyectaron todo esto. El Proyecto Creación era lo más ambicioso desde la creación de la bomba atómica y el Proyecto Manhattan.

Crear un soldado inmortal. Un guerrero capaz de caer y levantarse una y otra vez. El arma más poderosa. No sabes cuanto hace de aquello; semanas, meses... tal vez años.

Jack Torrance formaba parte del equipo médico científico. Presenciaste los múltiples fracasos de los experimentos en humanos. Te quejaste de su ética y moral. Ellos te amenazaron con quitarte de en medio si seguías con eso. Es probable que "ellos" te mandaran al hospital con los recuerdos borrados y la mente manipulada. Pero la tensión y los sucesos de esta noche han servido de terapia regresiva. Tal vez...

Así que no han abandonado el Proyecto! Aunque esta vez han fracasado a una escala global, apocalíptica. Pero todo esto debe ser secreto, y harán lo imposible por que así sea... No dejarán supervivientes... No dejarán que se les escape de las manos.

Lo ves claro. Tan claro como los helicópteros que tienes encima de tu cabeza.

El disparo resuena bajo la lluvia y los focos de los helicópteros como en un sueño. Por una vez, "la voz" de la recortada suena ofensiva y desagradable. No es para salvar una vida, sino para arrancarla.

Wilmor sabe que sobre sus hombros pesa la responsabilidad de hacer de verdugo. Piadoso, pero verdugo.

BLAM!

Los perdigones vuelan letales e impactan sobre Tom Truck. El "superviviente", debilitado por la herida sufrida cae abatido plegándose sobre sí mismo y dando de cara contra la acera. El agua de lluvia que corre en riachuelos por las baldosas cuesta abajo, se tiñe de sangre humana.

Jim intentó evitarlo desde la cabina delantera, y el no conseguirlo solo ha incrementado su frustración.

El loco parece de nuevo fuera de sí:
- ¡¡Si quieres sobrevivir hazme caso!! Sácanos de aquí YA-

Conrad maniobra para sacar la furgona del lugar de estacionamento sin entnder muy bien lo que quiere decir Jack.

Cuatro helicópteros iluminan con potentes focos la facultad, el hospital y la zona hospitalaria. Permanecen estáticos sobre la zona. Un quinto "pájaro" os sobrevuela en direción norte desapareciendo.

Mirais al cielo y veis como de cada helicóptero caen cuerdas hasta el suelo. Por elas comienzan a bajar lo que parecen soldados, aunque van uniformados de una manera muy extraña. Como preparados para una guerra biológica. Se descuelgan con gran habilidad haciendo rapel bajo el ensordecedor ruido de las aspas.

Mientras, a vuestro lado, dos no-muertos caen sobre el cadáver aun caliente de Tom Truck. Se echan encima como hienas sobre la carroña. Hunden sus dientes en brazos, cuello y cabeza. Dos zombies más se unen al fastín un segundo después.

Al final, Tom sirvió para algo. Teniéndolo a él, no irán a por nosotros. Vamos Conrad, sácanos de aquí ya..., debeis pensar.

Franky se había incorporado hacía delante, metiéndose practicamente entre los dos asientos delanteros mientras que con sus manos apretaba fuertemente ambos reposacabezas. Contuvo la respiración en el momento en que aquellos pitados daban la entrada al parte de noticias y escuchó con atención.

Nada. No llegaban noticias de lo que estaba sucediendo desde la radio. Sin embargo, parecía que la policia debía estar al tango de la situación. Sabía de sobra que lo que la radio llamaba pillajes cometidos por extraños maleantes no eran sino zombies que deambulaban por las calles matando a todo aquel que encontraban en su camino. Las autoridades estaban actuando y esos helicopteros que se aproximaban eran la muestra.

- No!- le gritó a Oliver cogiendole por la manga la mano con la que apretó el claxon- Vas a hacer que nos oigan- giró rápidamente la cabeza hacía el frente y los lados oteando alrededor por la posible presencia de esas criaturas- ellos...-dijo con tono extraño- no los helicopteros, como van a oirnos allá arriba?
Alargó su mano y pulsó el botón del alumbrado de emergencia. Ipso facto, las intermetencias del vehículo comenzaron a parpadear siguiendo todas el mismo ritmo del sonido que avisaba de su funcionamiento en el cuadro de mandos- No sabes poner las luces de emergencia- dijo a Oliver algo extrañado- pero apuesto a que sabes hacer trompos, me equivoco?- por lo poco que conocía al joven, sabía que éste se preocupaba enormemente de tener una apariencia rebelde y no sabría las normas de circulación pero seguro tendría una gran pericia al volante para hacer ese tipo de trucos peligrosos- tienes toda la calle para tí y, lamentablemente, la policia no esta aquí, ni para ayudarnos ni para llamarte la atención así que podrás lucirte ante los de ahí arriba.

Entonces Oliver dejó de ver la cabecilla redonda de Franky asomando entre los asientos, que volvió a echarse hacía atras, al tiempo que se escuchaba un chasquido. Cuando el joven giró la cabeza hacía atras para ver que diablos hacía pudo ver al informático perfectamente sentado con su cinturón de seguridad cruzando su pecho, y sus brazos sujetando el cuerpo de la niña que dormía en el asiento todo lo larga que era...

Corniack ve como el superviviente cae muerto y lo devoran. Por un momento piensa decir algo, pero al fin y al cabo están ganando tiempo.

A tomar por culo.

Pone la mano a un lado del asiento del conductor y le dice.

Oye no es broma, necesito pasar por casa de mis padres para saber si siguen vivos. Sé que creéis que soy un cabrón egoísta, pero me gustaría poder hacer algo por ellos.

Franky saca sus conclusiones acerca del parte de noticias que acaban de escuchar. No dicen nada sobre los zombies aunque el informático infiere que "los extraños maleantes" hace referencia a esos indeseables de andar lento.

Ann Marie duerme en el asiento trasero del Sedan. Ambos dos mirais a ambos lados de las calles buscando la presencia de no-muertos. Pero no distinguís nada. Parece que esta parte de la ciudad está más tranquila. Sigue a oscuras y aparentemente deshabitada, pero estais esperanzados al pensar que el apocalipsis zombie al que os estabais enfrentando no es tan grave como temíais.

El sonido de un helicóptero es ensordecedor sobre vuestras cabezas. El "pájaro" os ilumina desde el cielo con un potente foco que da de lleno sobre el vehículo. Nadie os habla desde arriba dando instrucciones, sólo os siguen en apariencia. El "bicho" parece estar bastante cerca sobre vuestras cabezas. La luz desde el cielo aparta la negrura de la noche y atraviesa el aguacero lluvioso de la tormenta que castiga la ciudad.

Jack empezaba a entender la situación, aquel último recuerdo le había iluminado, incluso más que los focos de los helicópteros. Sin dudas empieza a rebuscar debajo del asiento para comprobar si el antiguo propietario del coche había dejado algo allí. Luego, casi con movimientos espasmódicos, abre la guantera y empieza a revolver el contenido buscando cualquier cosa que le pueda ser útil. En todo ese tiempo, desde su última intervención, no vuelve a hablar hasta que terminar de rebuscar.

—¡VAMOS! Sino nos meterán cinco balas por el culo. ¡Joder! ¡¡No vienen a salvarnos, quieren matarnos!! —los gritos vuelven a salir, aunque ahora acompañados con proyectiles de saliva.

Torrance traga saliva con fuerza, sonoramente, incluso bajo la intensa lluvia y el ruido de los helicópteros, se puede escuchar el ruido que hace. Tras eso parece que se relaje instantáneamente.
—Necesito vendaje. Estoy jodido. ¡NO! No es por culpa de los zombis. Fue a causa de la mierda de asfalto. ¡Maldita sea! —afirma, adornando la frase con unos cuantos improperios más.