Partida Rol por web

Alana despertó sola, sin alarma, y eso fue sumamente agradable. La mudanza había finalizado por fin, y su nuevo departamento se le hacía encantador, tan pulcro y limpio...y completamente nuevo. Solía decirse que tenía gustos demasiado caros, pero es que le encantaban las cosas elegantes y ordenadas. Y siempre que pudiera le gustaba procurarselas.

Por eso es que había personalizado ella misma toda la decoración, predominaba el azul en todos sus tonos, muchos cuadros de paisajes oceanicos o con agua y una pecera del tamaño de un armario que daba la sensación de que los peces flotaban, y algun que otro peluche animal.

Una cama mullida, un televisor de buen tamaño frente a la misma, otro con una estación de videojuegos en la sala y un sofá grande...no veía nunca a sus padres y podía reprocharles de la falta de atención, pero internamente casi que lo prefería. Era como estar viviendo sola y tener muchos recursos sin esfuerzo, sabía que estaba un poco mal en el fondo pero no podía evitarlo.

También había una fuente de Feng Shui eléctrica de bien tamaño, no es que le gustara esa cosa china, pero tyener agua corriendo constantemente le ayudaba a pensar. De forma extravagante también había un reloj de pendulo de madera de ébano, ya que le habían dado carta blanca se le antojó uno como el de uno de los cuentos de Edgar Poe.

Abrió el refrigerador vestida con un camisón púrpura y frotandose la cara, y sacó leche y un trozo pequeño de tarta elaborada que había comprado y desayunó de forma agradable, en silencio y sin prender la televisión, y pensó en su primer paso. Lo había pensado ayer, así que hoy ya estaba preparada. Se vistió de forma normal con un pantalón de tela jean y una camisa blanca, peinó el largo cabello durante un rato y se lavo la cara entre otras cosas...y recogió del refrigerador una caja bastante bonita, de repostería. Tenía otra igual, pensó que sería una buena manera de comenzar visitando a sus dos vecinos mas cercanos con un obsequio y presentandose. Tomó aire, y abandonó su domicilio para visitar al vecino de la derecha.

Alana despertó sola, sin alarma, y eso fue sumamente agradable. La mudanza había finalizado por fin, y su nuevo departamento se le hacía encantador, tan pulcro y limpio...y completamente nuevo. Solía decirse que tenía gustos demasiado caros, pero es que le encantaban las cosas elegantes y ordenadas. Y siempre que pudiera le gustaba procurarselas.

Por eso es que había personalizado ella misma toda la decoración, predominaba el azul en todos sus tonos, muchos cuadros de paisajes oceanicos o con agua y una pecera del tamaño de un armario que daba la sensación de que los peces flotaban, y algun que otro peluche animal. El problema era que probablemente su madre había visto el azul como un color "muy feo" y lo había cambiado todo a rosa, hasta la limusina en la que se desplazaba. No es que lo odiara, pero se sentía viviendo en una caja de chicle, aunque de a poco fue acostumbrandose.

Una cama mullida, un televisor de buen tamaño frente a la misma, otro con una estación de videojuegos en la sala y un sofá grande...no veía nunca a sus padres y podía reprocharles de la falta de atención, pero internamente casi que lo prefería. Era como estar viviendo sola y tener muchos recursos sin esfuerzo, sabía que estaba un poco mal en el fondo pero no podía evitarlo.

También había una fuente de Feng Shui eléctrica de bien tamaño, no es que le gustara esa cosa china, pero tyener agua corriendo constantemente le ayudaba a pensar. De forma extravagante desentonaba también un reloj de pendulo de madera de ébano, ya que le habían dado carta blanca se le antojó uno como el de uno de los cuentos de Edgar Poe.

Abrió el refrigerador vestida con un camisón púrpura y frotandose la cara, y sacó leche y un trozo pequeño de tarta elaborada que había comprado y desayunó de forma agradable, en silencio y sin prender la televisión, y pensó en su primer paso. Lo había pensado ayer, así que hoy ya estaba preparada. Vistió el uniforme, peinó el largo cabello durante un rato y se lavo la cara entre otras cosas. Recogió el maletín, reviso tener su tarea y recogió la portátil para llevarla consigo. Estaba congeniando bien con un par de amigos, y las cosas para ella parecían ir de viento en popa.

Alrededor de 45 minutos tardo el chofer en dejarte en tu destino. Pasaste por el parque St Michaels viendo sus imponentes arboles y las flores cuidadas milimétricamente.

Cuando bajaste del coche viste la facultad de Psicologia. Estaba situada en el sur de la ciudad universitaria y era casi cuadrada entera y de ladrillo rojo.

Te fijaste en el cartel,como todas las mañanas,"Facultad de Sicología" la "P" se había caído tiempo a atrás y las letras doradas ahora presentaban un aspecto mugroso.Desde luego parecía una broma

Tu primera clase "Psicología de la motivación" empezaba en 15 minutos,en el aula 12 que estaba en la 3ª planta.

Alana iba distraída escuchando algo de música movida por los auriculares. No le prestaba atención a la letra, simplemente se entretenía con el paisaje y bajaba el vidrio para dejar que el viento le acariciara el rostro.

Monotonía.

Aquel sitio se le hacía demasiado perfecto. En parte era genial salir y saber que uno ib a estar bien y seguro, pero empezaba a perder la esperanza de encontrar alguna cosa extraordinaria. Al menos sus relaciones sociales mejoraban en comparacion a su anterior hogar, se había integrado perfectamente hasta alcanzar la normalidad. Nadie se imaginaría que hacia poco era una maldita antisocial.

Tenía la puerta de aula del ante, sus propios pies le habían llevado casi sin darse cuenta. Entró.

La puerta de doble hoja se abrió y mostró,ante ti,la clase que te dispondrías a ocupar. El antigua aula magna antes de que hicieran el aula 32,la nueva aula magna.

Un golpetazo de olor a narciso y caléndula inundo tus fosas nasales hasta que un pequeño golpecito en la espalda te hizo volverte.

Allí estaba un chaval con barba de pocos días mirándote con cara de sueño.

Era William Haywood uno de los conocidos que habías hecho en la facultad de psicologia

Ey Alana! Que pasa ,buenos dias De sus labios una voz cansada que arrastraba las palabras salio.

Odio esta clase,tu no? Decía mientras se asomaba dentro del aula y se ajustaba la mochila

Mierda ya solo queda las primeras filas. Por cierto no te lo dije!. El decano Robertson quiere verte

-Buenos días, Haywood -comentó en tono relajado frotandose los ojos. Había ocupado un lugar cercano al frente, en la segunda fila.

-¿Decano? Pero si no hice nada -se quejó, levantandose resignadamente.

Pues no se. Has pedido beca o algo? Dice sacando un pequeño portatil de la mochila

Deberias de ir cuanto antes,Robertson no es un hombre paciente.

-No, pero ya voy...

Suspiró resignada y recogió sus cosas.

-Ojalá no me haga llegar tarde a clases. Guardame lugar ¿si?

Claro! Si no,no te preocupes que te paso los apuntes En ese momento el ordenador arranco su sistema operativo con una musiquilla característica

Alana se levantó con cierta ansiedad por saber que sucedía como para que le llamaran. Se fue a paso rápido, movida por la curiosidad ya que estaba segura de no haber hecho nada que acarreara algo negativo.

Alana salió de la clase antes de que esta comenzara, evitando así que el profesor la mirara molesto cuando abandonara el aula. Se movió con soltura por los pasillos de la facultad, observando la gente que iba y venia. Cuando se encontró situada frente a la puerta del decano, dió unos golpecitos en la puerta y una voz femenina le invitaba a pasar.

Alana se sentó frente al decano, que se encontraba leyendo unos documentos. A su lado un hombre alto y fornido esperaba de pie, sin dejar de mirar a Alana. Una mujer (probablemente la secretaria) colocaba en orden unas carpetas sobre la mesa. Miró al decano y este asintió, luego salió del despacho sin decir una palabra y cerró la puerta tras de sí.
Bueno, Srita Michaelis dijo sin dejar de mirar los papeles Veo que en todas las pruebas y exámenes que has echo en las diferentes asignaturas has sacado una nota bastante mediocre.
El hombre levantó su vista hacia Alana y le tiro las calificaciones con cierto desdén. Eran calificaciones con su nombre,de su otra universidad; notas que rondaban el 3 de media, lo cual no era cierto.
Pero bueno no esperaba mucho tampoco rió divertido Al fin y al cabo tienes la vida resuelta viviendo en Lost Paradise con tus papis. ¿Verdad?

Alana ase dejó atontar por el ambiente de la oficina, pulcro y ordenado, incluso olía distinto del resto del lugar y tenía una temperatura ideal y perfecta.

-¿Eh? -dijo observando el papel cuando comenzaron a hablarle- creo que se confundieron, estas no son mis notas.

Soy algo vaga pero no tanto. ¿Media de 3? ¡Lo mas bajo que he sacado hasta ahora es un 4!

-En casa tengo varios boletines viejos del otro sitio y le aseguro que no coinciden los números -luego añadió confundida- Y no, no espero tener todo resuelto aqui. No se que insinúe.

No creo que haya confusión señorita Michaelis dijo el decano poniéndose muy serio En esta institución no se tolera la incompetencia ni a los mentirosos.
El decano levantó el teléfono y miró a Alana de forma amenazadora. Podemos aceptar su renuncia ahora o podemos llamar a la policía para que nos aclare este malentendido. Pero dudo que a sus padres les preocupe alguien que falsifica sus notas para entrar en un centro vanguardista ¿Querías se popular verdad ,niñata?

-Mire, que ustedes sean los incompetentes no me hace a mi la mentirosa -dijo encarandosele- Si quiere probar algo puede ponerme examenes de todas las materias hoy mismo. Llevo los temas al día asi que si es con lo dado nada me va a costar. Si quiere usar los del otro insti, adelante, tengo mucha confianza.

No me importa que haga escandalo, prefiero volver a ser antisocial a que me traten de esta forma.