Partida Rol por web

- "El momento de la huida ya pasó. Estamos rodeados. Sólo queda morir." -

Segui golpeando con mi lanza a diestro y siniestro haciendo un arco para intentar que los enemigos no se acercarán

-No desfallezcaís ni seaís pesimistas. Puede que todavía no tengamos que ver la seria cara de Bran.

Todavía podemos salir de esta. Y vos debeís hacerlo.

No querreís empezar un feudo de sangre entre los vuestros y los míos en un momento de necesidad ¿verdad?-

Saltando de mi lugar, agarré mi capa y la coloqué sobre mi cuerpo. Al escuchar las súplicas de mi hermana, me acerqué y posando la mano sobre el brazo de ella la miré, pero lejos de quedar callada hablé con suavidad.-Cómo bien dice mi hermana... Os suplico que nos dejéis ir con ustedes. Aquí poco hacemos y en el campo se necesita de nuestra ayuda. No podemos dejar a los caído a merced de su suerte.-Sentí cómo mi corazón se estremecía por el miedo de encontrarme a mi marido herido o quizás a nuestro hermano, mis ojos brillaron pero no amenazaron de lágrimas.-Dejad que vayamos... Mi señor.-Esa fue la última palabra, para después sonreír de manera tranquilizadora.

- Qué diantres - dijo Defi riendo con sus estruendosos modales- Que vengan. Alguien tendrá que cosernos las heridas - señaló riendo, mientras preparaba para marchar hacia el castillo, juntando sus fuerzas a las restantes fuerzas sitiadoras

En esta ocasión Blaine logró bloquear a dos de los sajones con su escudo, y adelantarse al ataque del tercero lo suficiente para clavar con fuerza su espada. Sin embargo el sajón no sólo no se desvaneció, sino que logró mantenerse en pié a pesar del fuerte golpe. Sin embargo, a sus espaldas... Mailcom no era tan afortunado. Había logrado, sí, golpear al primero de los sajones, y hacerle sangrar. Pero eso había abierto su defensa de forma fatal. El tercero de los sajones sin embargo...el hacha del sajón le golpeó vicisiosamente en las tripas, abriéndoselas y llenando de sangre el suelo. Notó el picto un dolor intenso y luego se desplomó en el suelo

Cómo si un peso desapareciese de mi interior, sonreí levemente.- Iré a por algunas cosas mientras terminan de formarse los que van.-Me retiré con suavidad, caminando hacia el lugar en el cual reposaban las pieles de nuestro lecho. Agachándome tomé unos cuantos saquitos de cuero que colgué en mi cinturón, al igual que una especie de riñonera en la cual siempre guardaba todo aquello que podía ser útil para una intervención rápida. Asegurándola a mi cintura me levanté y acomodando la capa de piel me protegí del frío. Mis largos cabellos caían sobre mis hombros y espaldas, pese a que estaban recogidos en un sencillo moño. Acercándome a Delfi hice un gesto con la cabeza, pero no mencioné ninguna palabra. Mientras esperaba mantenía las manos juntas orando por los que estaban en el campo de batalla. ”Lo acepto todo, Con tal de que se cumpla Tu voluntad en mí, pero protege aquellos que caminan por otros senderos y su vida peligra. No deseo nada más, señor.” pensé, mordiéndome el labio con suavidad, esperando que mis súplicas fuesen escuchadas.

Note como un corte me hendia la carne del brazo en un dolor solo superado por el del estomago.

Las tripas se salian por el agujero pero aún no habia dicho mi última palabra.

Aún aferraba mi lanza intentando apoyarme en ella. Si conseguia reunir esas fuerzas quizás, y solo quizás, pudiera caer sobre los sajones y abrir un camino para que Blaine pudiera escapar. Era mi deber

-Diosa, dadme fuerzas-

Echando espuma por la boca golpeo con mi espada al asesino de Mailcom.

- "¡Muere maldito, y afronta el juicio de Cernunnos!" -

A pesar de su deseo, la piadosa inconsciencia, que precede a la muerte, arrastra a Mailcom a su seno mientras convulsiona, vivo todavía pero, probablemente, no por mucho tiempo. El vicioso ataque enfurecido de Blaine sucede antes que los sajones cierren el círculo, pero pronto se verá atacado por todos los enemigos a la vez.

Nuevamente logró usar su escudo para bloquear a dos de sus enemigos y, al resbalar en la sangre el que ya había sido herido, le asestó una estocada con su espada en el pecho, haciendo que se desplomara con una fea herida. Sin embargo los seis sajones que restaban le rodearon por completo, y le atacaron

La pérdida de sangre, la desorientación, y el hecho de que mi espada no tiene sitio para golpear y sólo logra repiquetear inofensivamente entre las armas de mis muchos enemigos me hace fallar.

Sé que no me queda más tiempo en este mundo. Al menos tengo la satisfacción de que no caigo sin llevarme conmigo a algunos de estos malnacidos a las tierras de los ancestros.

Lo que peor me sabe es no haber dado lugar a un linaje. Dejo atrás a una viuda empobrecida, aunque todavía joven. Podrá casarse con otro guerrero más afortunado que yo...

Rodeado por enemigos, tras fallar en su ataque, el más rápido de los sajones acierta en el cuerpo de Blaine que, ante la multitud de heridas, aunque ninguna sea suficientemente grave, cae al suelo por la pérdida de sangre y el dolor, inconsciente. 

Ambos guerreros, vencidos ahora, se encuentran en una gravísima situación. Las múltiples heridas de Blaine aseguran que, de no recibir asistencia adecuada antes que caiga la noche, morirá. La única, pero brutal, herida de Mailcom, asegura que si en una hora no recibe asistencia, morirá. Y aunque la reciba es posible que la parca se lleve su cabeza de trofeo.

En cuanto a lo que hacen o no los sajones con ellos.... de eso nada saben ninguno de ambos guerreros. 

Mientras tus compañeras, Badb y el resto de hombres se preparan para el combate vuelves a tu tienda a buscar unas cosas. Tira percepción

Susurrando una maldición entre dientes caigo de rodillas. El cielo pasa de volverse rojo a volverse negro. Después nada.

Intento correr junto a Edar, pero aun estoy bloqueado, no puedo creer que haya previsto todo tan absolutamente mal. No esperaban reunirse con espías, ¡¡ellos eran los espías!!, y ahora con todas aquellas tropas no había nada que pudiéramos hacer. Deberíamos haber atacado cuando pudimos, cometí un grabe error. Y para colmo estaba el picto... llamando la atención, sacrificándose y probablemente sacrificándonos al resto...

-¿Que hace ese estúpido?- Pregunté a nadie en concreto maldiciendo al picto internamente.

- exacto mi señor, alguien tendrá que salvaros la vida - espeta la Alanna, claro que no le agrada que se rían y tampoco que Eire se ponga a suplicar para ir, en esos momentos no había que mostrar debilidad alguna, era la guerra, y de su padre había aprendido el valor y la terquedad que los hombres debían tener ¿y por qué no las mujeres? es decir, no con las armas, pero si con sus actos, con sus habilidades, como las de ella para tratar heridas, a los enfermos y salvarlos. 

Alanna corrió tras de su hermana, casi alcanzándola y metió todo cuanto pudo en un  morral, el que metió bajo su capa, también sacó uno de los puñales que tenían en la tienda, y en silencio se fue tras los hombres, hacia aquel asalto. Esperaba que Marcio estuviera ahí.

Partís con el grueso de fuerzas que van a atacar el castillo, intentando terminar con Vortigern "el traidor"

Ha pasado media hora...