Partida Rol por web

McGonagall permanecía en silencio, no había ignorado en ningún momento a la pequeña niña que estaba frente a ella hablándole, pero tampoco le respondía. Sin duda parecía esperar a alguien más. Mientras tanto hizo un suave movimiento con su varita para dejar una separación entre la mesa y la silla.-Siéntese, señorita Belacqua-Su voz salió segura y potente. Pero no era un tono agresivo, era más bien todo lo contrario, tranquilo. Quizás todos los años que llevaba allí la habían hecho aprender a llevar a los muchachos.

Con un suave gesto, su dedo índice acabó sobre el puente de la nariz. En ese movimiento hizo que sus finas gafas se acomodasen en su lugar, por un momento ese gesto fue incluso tierno, pero la expresión de serenidad y calma no desapareció de su rostro. Sentada frente a la niña hizo tamborilear los dedos sobre la madera de la mesa, pero esos toques se frenaron justo cuando la puerta detrás de ellas se abrió, dejando que una pequeña raya de luz pasase.-Creo que estamos todos. Siéntese usted también.-Le indicó a Akira. Sin hacer ningún toque de varita indicó con su cabeza la silla libre junto a la Belacqua.

Maldita sea, ya llegaba tarde. No podía creerme que tuviera una reunión con la directora y que fuera a llegar tarde. Abrí suavemente la puerta. Entonces oí la voz de la directora invitándome a entrar. Terminé de abrir la puerta y entre para sentarme donde me había dicho. Miré a la otra chica que estaba allí, incluso tras la burbuja de agua sus ojos azules eran impresionantes. Miré a la que parecía su madre. Pensé que estaría bien que mi madre hubiera venido, pero era mejor que no. No le gustaba tener que coger forma de humana y estaría que no sabría como ponerse. Mejor estaba en casa.

-Kocho-sama-dije mientras hacía una reverencia desde el asiento-, he de mostrar mi mas sincero agradecimiento por aceptar mi petición-una vez cumplido el formalismo que mi padre me había hecho prometer cumplir, me giré a la chica y haciendo una leve reverencia le sonreí-. Hola, me llamo Akira.

Luego me quede esperando la respuesta de alguna de ellas, con la sonrisa en la boca y las manos jugando con el anillo que tenía en mi dedo.

La pequeña sirena se mantenía sentada en la burbuja como la directora le había indicado. Al oído de alguien llegar se sobresaltó un poco y se giró rápidamente con un breve gesto para ver bien quien se sumaba a la pequeña reunión.

Sus ojos se abrieron un poco demás, visiblemente curiosa. ¿Podía ser el pelo de aquél chico tan blanco de verdad? Parpadeó y lo miró detenidamente hasta que éste se giró hacia ella, dedicándole un saludo.

-A-ah- balbuceó, no se lo esperaba. Movió sus manos sin mucho sentido y lo primero que se lo ocurrió fue imitarle con una torpe reverencia lo más parecida que pudo a la que había hecho él-Ah...Hum...Saludos- dijo sin mucho sentido. ¿Debo decir mi nombre ahora? Él lo dijo. Claro, no seas tan tonta-Yo soy Belacqua- comentó ya incorporada tras una breve mirada a su madre y volvió su mirada a la directora, expectante de la situación.

La Directora se mantuvo al margen de las presentaciones. Después de todo creía importante que ellos se conociesen pues era el primer contacto con el lugar. Tras unos minutos, la mujer de avanzada edad se inclinó sobre la mesa, dejando los brazos descansando. Su clara mirada se clavó primero en el niño, después pasó a la niña y finalmente se fijó en la mujer que la acompañaba. Con un asentimiento de cabeza y una leve sonrisa, dio su aceptación.- Bien, bien.-Se volvió a colocar de manera correcta, dejando la espalda recta.- Antes de nada, debo daros la bienvenida al Colegio de Magia y Hechicería. Siempre es una sorpresa tener nuevos alumnos en el lugar.-Sus largas manos se entrelazaron, colocándose por delante del rostro.- Mi nombre es Minerva McGonagall.-Su mirada se posó en la mujer que acompañaba a la niña, algo le decía que tenía preocupaciones y eso solo consiguió sacar una leve sonrisa.- No deben preocuparse, Hogwarts es un lugar seguro como todos saben.

Mirando en esta ocasión a los dos jóvenes, formuló una pregunta.- ¿Por qué estáis aquí? Quiero saber que es lo que os da esa ilusión de aprender. Es interesante escuchar las respuestas de los jóvenes.

-En mi caso lo que quiero saber es como se vive siendo humano y estar rodeado de gente que no es mi familia-dije con la mayor sinceridad del mundo-. Quiero aprender magia, pero si solo quiero eso tengo libros en casa. Mi padre dijo que a eso se le llamaba tsukiau, aunque no se lo que es exactamente.

La presencia de aquella directora era palpable. Belacqua se sentía casi inspirada por aquella mujer, aquél despacho... Hogwarts.

El que se había presentado con el nombre de Akira habló convencido y franco. Aunque tenía una forma de hablar un tanto rara, sabía que ella también lo tendría de hablar la lengua humana.

-Yo... quiero aprender magia, quiero adquirir todo el conocimiento que pueda, quiero poder volver a casa siendo mucho mejor que ahora...- se tomó una pausa para girarse y sonreir madre y volvió a mirar a la directora-Pero sobretodo quiero conocer el mundo en Tierra Firme. Quiero saber cómo és la vida fuera del agua- Aunque era consciente que respecto a las conductas sociales humanas, ella era aún una completa ignorante.

La mujer atendió a las palabras de los dos jóvenes y una sonrisa adornó aquel rostro. Su mirada aguamarina paseó silenciosa, hasta que finalmente pareció animarse a responder.- Ganas de aprender, de superar obstáculos.-Unió sus manos delante de su cara, pero las retiró de igual forma. Sus movimientos eran suaves, ligeros.- Pero sobre todo, ganas de conocer. Sin duda sois grandes promesas.-Retirando la silla hizo un gesto a los dos muchachos para que se levantasen.- Me gustaría hablar con la madre de Belacqua ¿Por qué no esperáis fuera? Los jardines son tranquilos, incluso el pasillo. Pero nada de alejarse.-Cuando dijo esas palabras miró a ambos muchachos severa.

Tras unos minutos os deja salir a los dos de allí.

Me gustaría hablar con la madre de Belacqua ¿Por qué no esperáis fuera? Los jardines son tranquilos, incluso el pasillo. Pero nada de alejarse.-Cuando dijo esas palabras miró a ambos muchachos severa.

Tras unos minutos os deja salir a los dos de allí.

Tras las palabras de la directora, Belacqua vio como su madre asentía. Se giró hacia ella y se tomaron las manos a modo seco de breve despedida. Tras ésto, su madre le indicó que se apartara de ella hasta el otro extremo de la brubuja y empezó a entonar un dulce canto. La burbuja empezó a ensancharse a una forma ovalada hasta que poco a poco parecía hacer una mitosis, separando finalmente la gran burbuja en dos: una para la madre y otra para la hija. Tras la separación, Belacqua notó que la burbuja la transportaba con el simple pensamiento, así que le era posible moverse libremente.

Así pues, la sirena se giró hacia Akira y miró brevemente la puerta. Quizás desconocía la conducta social en tierra, pero la invitación había sido clara.

-¿Partimos?- preguntó a Akira. Un "Vamos" habría bastado, pero no sabía si era momento de lenguaje coloquial o no. Tras una reverencia a la directora, flotó hacia la puerta del despacho y pasar las escaleras hasta el pasillo, donde aguardó, esperando a su futuro compañero.

-Hi, Belaqua-chan-dije sonriente mientras me dirigía a donde estaba ella casi dando saltos. Era perfecto poder librarse de una vez de las formalidades que mi familia me obligaba a seguir todos los días. Era divertido poder ser mas libre, evitar usar el -sama todo el rato.

Casi corriendo me dirigí directo al jardín que había visto al llegar. Cuando llegue me quede mirando un momento al verde campo y su brillo bajo el sol. Mire el blanco mármol que me recordaba a mi hogar, y finalmente gire la cabeza arriba para ver un cielo azul con el astro rey de iluminación. Respiré profundo y me dejé inundar por el calor del sol. Jamás en la vida había sentido el calor del sol en mi cara. Había visto el sol, pero en lo alto del monte Fuji incluso los días mas calurosos eran fríos. No me molestaba, pero era agradable sentir algo nuevo en la piel. Entonces me di cuenta que Belaqua también estaba allí y me gire rápido. No era de educación ignorar a la gente.

-Perdón, Belaqua-chan. Es que todo esto es nuevo para mi. Bueno, creo que para ti también, como eres sirena y tal...-sinceramente no sabia que tenía que decir, estaba bastante perdido.

Belacqua se giró al oir a Akira llegar y lo observó, con curiosidd visible.

Parecía ser que el entorno le producía un bienestar que se podía comprobar a simple vista. Casi sumido en sí mismo y en lo que lo rodeaba. Sintió complicidad, pues ella misma se sentía así bajo el agua. Echaría de menos el lago, pero sabía que siempre estaba a tiempo de volver, así que no sentía ninguna ansiedad.

Parecía que Akira volvía en si y se acordaba de su presencia, así que ella se acercó.

-¿Nuevo? Bueno, toda mi vida he observado Hogwarts desde el agua, pero hasta ahora no había llegado hasta aquí-flotó hacia él y con la mirada señaló el basto lago que se veía desde ahí-Hasta ahora siempre he vivido en el Lago Negro, y es mi primera vez más allá de la Superfície.-El Lago Negro, majestuoso y peligroso...Volvió a mirarlo a él, no sonreía pero tampoco parecía enfadada, simplemente algo así como expectante. Era su primer contacto con alguien terrestre, y ni siquiera sabía qué decir-Entiendo que no eres alumno, ni que conocieras antes Hogwarts... Espero que no te moleste mi pregunta pero, ¿de dónde eres?-No parecía humano, y preguntar 'qué eres' parecía demasiado descortés.

Dudó un instante y frunció el entrecejo, otorgándole una expresión graciosa.

-Disculpa, pero... ¿qué significa ése "chan"?- sus ojos se abrieron ligeramente, y bajo la luz del sol, su turquesa era más vivo y llamativo que nunca.