Partida Rol por web

Entendido, ahora que me habian explicado lo que era una casa creo que empezaba a entender como iba funcionando esta escuela, si iba a pasar el resto de el año junto con estas personas seria mejor que empezase a presentarme, así podríamos romper un poco le hielo.

Bueno, creo que ya lo he empezado a entender, ya me acostumbrare a todo en un par de dias, o eso espero. dije intentando rellenar el silencio que se había creado tras la aparición de el amigo de Sipgua. Si no os parece mala idea podriamos presentarnos algo mejor ahora, contar algo que nos guste y algo sobre nuestra vida. Empiezo yo: como ya os he dicho antes me llamo Nero, siempre me han dicho que soy muy curioso, me gustan los libros y los acertijos, tambien los juegos de pensar, vivia en un lago no muy lejos de aquí junto con mis padres, pero por motivos de trabajo siempre solian estar bastante ocupados o de viajes. Como siempre he estado solo cogía los libros que habia por casa y los leia todos, de ahi mi aficion de leer.

Tras haber dicho esto mire a los demas a ver si alguno se atrevia a seguir con las presentaciones.

- Sí, bueno... - comienza a responde Arthur - mi padre estuvo aquí aunque estuvo en la torre de Gryffindor. Bueno, y aún sigue, ahí podéis verle - añade mientras señala a su padre, sentado en la mesa de profesores. - Pero no me ha contado casi nada acerca de Hufflepuff, así que no sé cómo es la sala común ni nada de eso.

El chico aprovecha para engullir un par de bocados antes de proseguir.

- Lo que sí me interesa saber es si continúa la prohibición de volar y jugar al quidditch para los alumnos de primero. Espero que no.

Me había quedado anonadado por la explicación del chico rubio. No sabía ni como asimilar todo aquello. Pero tenía una cosa clara: sus acciones repercutirían en su casa. Mas le valía portarse bien.

-Ahora yo-dije levantando la mano-. Soy Akira, y soy de Japón. Y pueeeeees, no hay mucho mas que contar. Me gusta jugar con la nieve-dicho esto me rasco la cabeza, intentando pensar algo mas que contar, pero no se me ocurría-. Estoy a su cuidado-dije haciendo una reverencia.

-Estoy casi igual que tu, aunque sin un padre en la mesa de maestros je. +confeso simplemente, mientras asentia con la cabeza. Aunque ni lo de volar ni el quiddich eran algo que le interesase demasiado, pero si lo era el tema de conocer un poco mas adonde el camino le conducia. Luke volvio la vista al resto de la mesa. era obvio que las criatruas magicas dificilmente tendrian algun conocimiento, pero tal vez el resto...+ ¿Y ustedes? +pregunto en general, buscando mas respuestas a su anterior pregunta. 

El profesor Neville ya había ido a su sitio en la mesa del profesorado, y fue en ese momento en que Minerva se alzó copa y cuchara en mano y dio tintineos sonoros, que hicieron que los murmullos cesaran. Entonces empezó un discurso.

-Queridos alumnos, es para mi un honor inaugurar un nuevo año escolar en este magnifico castillo. Tenemos este año incorporaciones nuevas en el profesorado, como son el señor Manfred y la señorita Sadaima.- En cuanto hubo dicho los nombres, apareció por la puerta del comedor un majestuoso caballo blanco con cuerpo de hombre, un centauro... Este, pasó tranquilamente mirando al frente majestuoso como toca y en cuanto llegó al lado del sombrero seleccionador se puso mirando a los alumnos en el lugar donde Neville había estado momentos antes. Entonces, entonando una canción bastante bonita pero algo estremecedora, se colocó sobre sus patas traseras, irquiendose completamente y empezó su transformación en humano, cubierto por la túnica de mago. Su cabello, tan largo que le llegaba a las rodillas, era liso y perfecto y su piel blanquecina hacía ver que venía de un lugar helado. Hizo una reverencia y se sentó finalmente en la mesa del profesorado, junto a Neville. Entonces, por toda la sala empieza a caer polvo dorado muy muy fino que desaparece en cuanto entra en contacto con vosotros y los objetos. Os sentís livianos como una pluma en estos momentos, y del techo descubierto, si os fijáis muy muy bien, de entre las velas flotantes revolotea algo chiquitito, del tamaño quizá de una mano, de colores vivos y bellos. Se posa al lado del sombrero seleccionador, sentándose en el posabrazos de la silla donde descansa este, y entonces un zumbido se emieza a escuchar a la vez que ese pequeño ser va tomando altura, para en pocos segundos dejar aparecer una niña de no mas de 5 años aparentemente, con la túnica de Hogwarts. El cabello recogido en una trenza que le llega hasta los piés y de anchura le ocupa la espalda entera, de color lavanda, decorada con miles de flores pequeñas y grandes de toda clase, así como con hojas bien verdes. Una corona de plata adorna su cabeza y tras ella, en su espalda, lucen dos alas gigantescas, que hacen dos veces ella, las cuales son de libélula. Se incorpora saltando del reposabrazos, hace una reverencia y revolotea soltando el polvillo amarillo de antes hasta posarse al lado de Hagrid, el semigigante.

-Habéis visto que no son humanos. Hace ya unos años que aceptamos criaturas mágicas como alumnos, pero jamás habíamos tenido profesores, así pues, es para mi un honor recibirlos como tal. En este curso espero que haya paz y harmonía, y que todos aprendamos los unos de los otros la convivencia entre criaturas mágicas y humanos. Dicho esto, buen provecho jovencitos, podéis empezar a cenar.-

Sonrió y se sentó la señorita McGonagall, haciendo aparecer toda clase de manjares sobre la mesa, mas de los que ya había sobre esta con un simple aplauso leve.

La cena había comenzado, y Reed estaba encantado, el ambiente en general era muy festivo, y la gente parecía muy contenta de todo lo que estaba pasando.

Los profesores satisfechos, y los alumnos nuevos en una nube. Los que llevaban más tiempo, como la preciosa hermana de Alma, parecían tenerlo todo bajo control.

Pero Reed tenía en mente acercarse a Merlinda y preguntarle como estaba. Porque había visto una nota de disgusto en ella cuando le toco su casa. Se lo anoto lentamente.

Aprovecho que había permiso para comer, para seleccionar un poco de comida, y servírsela en un plato. Lo cierto es que había muchas cosas, pero él prefería una dieta equilibrada, así que consumiría lo justo y necesario.

Tengo curiosidad por saber quiénes son los jefes de las casas, bueno, en realidad solo tengo curiosidad por saber quién es el jefe de la nuestra.

El se sentía cómodo en aquella casa, aunque también se sentía cómodo siendo un Ravenclaw. Lo único que escapa a su control, y que le daba cierto reparo era la dama gris, estaba por allí, pero aun no se había acercado a saludarla.

No sabía cómo abordar ese tema de conversación.

Vaya dos profesores van a ser magicos no humanos , cuando mi padre se entere se pondra loco de alegria , pienso divertida para mi. El mundo estaba cambiando demasiado rapido para el.

Despues de terminar el discurso de la directora las mesas se llenaron de comida de todo tipo y de todas las variedades que pudiera imaginar. Mire por la mesa y vi una gran fuente de alitas de pollo de las cuales me servi.

-Bueno Cristopher buen provecho. mientras levanto una alita a modo de brindis.

Cristopher aplaudió junto a los demás durante las presentaciones. Se sorprendió al ver a los dos nuevos profesores pero no tanto como algunos de los alumnos. Al fin y al cabo, si se quedaba boquiabierto con cada cosa nueva que viese no daría una impresión demasiada buena.

Una vez acabadas las presentaciones y el discurso de la directora, Cristopher admiró la mesa llena de comida. Su estomago le recordó el hambre que había olvidado gracias a la conversación con Merlinda.

-Igualmente- fue lo único que respondió, mientras sus se paseaban por la mesa, tratando de decidir por donde empezar.

Alba estaba al lado de su hermana, ya todos sentados en la mesa,  reía y comentaba con sus amigas, sin tomar mucha atención de la pequeña Alma hasta cuando escuchó una de las preguntas de uno de los chicos de primero, eso le causó que sonriera, lo que fue suficiente como para que sacara su atención de los dos nuevos profesores.

- de nuestra casa es el  Profesor Filius Flitwick- en realidad una de las criaturas semi mágicas que estaban en la escuela desde los 50, él era semi duende.- es el profesor de encantamientos, es bonachón, pero no demuestres que no sabes nada - le guiña un ojo riendo.

- el profesor Longbottom es el jefe de Gryffindor- indicó al profesor de herbología - el profesor Ernie Macmilla, es profesor contra las artes oscuras y es el jefe de Hufflepuff, - señala a un hombre como de la edad de Longbottom, con un bigote y cabello cano - y por último... el profesor Horace Slughorn Jr, de pociones, es el jefe de la casa de Slytherin- indicó a un mago no muy alto pero demasiado gordo, de cara redonda con el cabello gris-rubio y con un bigote de morsa.

Prestaba atención a lo que comentaba la chica mayor mientras comía. La verdad es que resultaba cuanto menos curioso que algunos de esos profesores dieran clase o fueran compañeros desde hace tanto tiempo. ¡Que aburrimiento mas grande!

Aunque habiendo comida así todos los dias, no me quejaría mucho la verdad. El plato te ponia lo que querias y la copa hacía lo mismo. Ya habia comido estofado con guarnicion de patatas, rosbeef con guisantes, steak tartar con limon y un revuelto de espinacas, huevo y ajo. Estaba todo delicioso.

-¿Quien da pociones?- Pregunte tras limpiarme la boca con una servilleta. 

- lo acabo de decir - salta Alba clavando sus ojos en el chico de primero, levanta una ceja y su gesto se vuelve bastante serio - el profesor Horace Slughorn Jr - repite el nombre con una entonación más fuerte y lenta, para que el chico nuevo le prestara atención.

Alma se encoge de hombros, pero no se atreve a decirle nada a su hermana o a su compañero, luego sería mejor explicarle a Johan, que Alba detestaban que no tomaran atención de las cosas que explicaba, era algo nazi con eso.

Me encojo de hombros mientras doy un trago de mosto de la copa con gesto de deleite. Vaya, claro que lo había dicho, que despiste mas tonto. Además Slughorn, debería ser hijo del otro Slughorn, el que fué profesor de pociones durante el ataque del desnarigado.

-Ah si, perdona, estoy un poco despistado.- Digo con una sonrisa inocente.- ¿Y tu eres...?

Se parecia a la chica mona que tan amablemente me había saludado antes, pero la verdad es que no se había presentado. No quería llevarme mal con nadie de la casa tan pronto de empezar el curso, menos aun con una alumna de las mayores.

Reed se quedo bastante cortado cuando la hermana de Alma saco tiempo de su propia conversación para responder sus inquietudes, así que musito un solitario

…gracias…

Sin embargo, la chica que parecía todo encanto estaba regañando a Johan por no prestar atención. Mala situación, y no iba a meterse por el momento.

Prefirió centrar su atención en otras cosas.

Crees que empezaremos las clases mañana Alma. ¿Estaremos en la misma clase verdad?

Tenía dudas sencillas, que se podían solventar de manera sencilla, pero que significaban mucho para él.

Mientras todos los alumnos paseaban y comian no dejaba de pensar lo que diria mi padre y lo contento que estaria de que estubiera en Slytherin aunque yo no compartia su punto de vista. Necesitaba pensar en otra cosa.

-Que tal la comida magica Cristopher? Supongo que despues nos llevaran a la zona de Slytherin, sabes que la sala comun de Slytherin da a el lago y que a veces se puede ver un calamar gigante? Me lo dijo mi padre hace algun tiempo , tambien dice que el sonido del agua es muy relajante.

Habia estado en silencio durante todo el viaje, no queria ensuciarme por la saliva de alguno de estos sangre sucia.. Mi madre siempre me dijo que los hijos de muggles solo tenian poder porque lo robaban o no sabia muy bien porque y por eso los odiaba.

 Hice todo el recorrido por el agua como a mi madre le habian dicho, luego espere junto a la fila de los chicos esperando ser llamado. Mire a la cantidad de gente que habia alrededor y a la unica casa que deberia pertenecer.

 Al llamarme comence a caminar y de repente un sexto sentido o algo parecido me advertia de algo, alguien que conocia estaba cerca o que creia. Era una sensacion rara pero conocida.. Segui igual esperando que el sombrero feo me eligiera para una casa en particular.

 Al subir miro a todos y tan solo tarde un segundo, el gorro rozo mi cabello y dijo: SLYTHERIN!!!

Cuando me fui a la mesa de mis nuevos amigos, luego escuche el discurso del director y comence a comer.

Estaba escuchando atentamente a mis nuevos compañeros los cuales pareciamos mas de todos los chicos nuevos que estaban empezando.

- Digan de donde vienen ustedes?..

Luego escucho atentamente al discurso del director y comienzo a ver una cantidad de comida que antes no estaba, empece probando todo, esto era como magia... Y queria comer una buena comida, nunca habia probado nada parecido.

El ultimo niño fue elegido para Slytherin, el sombre no parecio dudarlo mas que un segundo y se le veia bastante feliz de estar en Slytherin. Justo despues empezo el discurso y le perdi de vista y mas despues con la aparicion de la comida. Estaba hablando con Cristopher cuando le vi y decidi presentarnos.

-Hola soy Merlinda Galbraith y el- señalo a un chico rubio- es Cristopher Taylor.

 Me vuelvo hacia una personilla que esta en mi casa, le sonrio y luego se presenta.

- Soy Tom Andrews mucho gusto... Veo que han sido seleccionados para la mejor casa, mi madre siempre me conto lo que lleva pertenecer a Slytherin... Pero comamos y luego podremos hablar bien.

Seguia mirando para la casa Gryffindor ahí entre ellos lo sentía..

El chico nuevo no habia hablado mucho estaba mas absorto en comer. Pero no podia evitar pensar en que el sombrero apenas habia tardado un segundo en seleccionarlo para Slytherin y su comentario sobre que habiamos sido elegidos para la mejor casa y que su madre le habia contado lo que era pertener a Slytherin. Esperaba equivocarse pero esas cosas se las habia dicho muchas veces su padre...

- Alba Blanchett - le respondió con una mediana sonrisa - soy la hermana mayor de Alma - vuelve a responder, y Johan notaría que en realidad ambas hermanas no se parecían mucho,Alba era rubia de ojos verdes, mientras que Alma tenía el cabello castaño y los ojos grises, - y soy la prefecta  - levantó las cejas, y se giró para seguir conversando con sus amigos.