Partida Rol por web

Bueno, creo que es hora de estirar un poco el juego. No es plan de quedarme sin ropa con tres manos perdidas seguidas. Creo que haré lo que había hecho ella al principio.

Hades sonrió mientras subía sus piernas encima de la mesa.

Con algo de fuerza, se quitó ambas botas de los pies y las dejó junto a su silla, dónde tenía colgada la camisa y la camiseta que antes se había sacado.

Ella volvió a repartir y el Dios cogió sus cartas para mirarlas como venía haciendo desde el principio.

Cuando las vió, sonrió y se quitó las gafas, para inclinarse sobre la mesa, acercándose a Lara y mirándola fijamente a los ojos.

- Doble o nada, ¿qué dices? Si pierdes te quitas dos prendas, si pierdo yo... bueno, creo que al fin conseguirás lo que deseas. - Dijo socarronamente. - ¿No me dirás que ahora te echarás para atrás no? -

Cuando me dice eso toca una fibra sensible en mí, mi ego.

-Nadie le dice doble o nada a Lara Croft, por supuesto que elijo doble.

Sonrío confiadamente, después de todo, haciendo cuentas si él se saca dos prendas más.

"Yuhuuu, botín, jackpot!"

 Con una sonrisa muy feliz repartí las cartas y esperé que tuviera más suerte. Saqué la primera, era un trebol, ahora un as pero de picas, comencé a sudar, la otra era un rey, "Oh God, oh god...." la otra un cinco.

Me puse una mano en la frente. Creo que me iba a dar fiebre...

Puse las cartas sobre la mesa. Él tenía una escalera real y yo habpia bajado varios escalones en mi ego.

Me paré y me fijé si podía quitarme algo delicado.

-Ok ni pienses que me voy a poner nerviosa.

Cerrando los ojos, para temblar menos me saqué el top de arriba. Y lo dejé sobre la silla. Luego, sólo para demostrarle que no tenía ningún reparo me quité los shorts. Tenía una especie de ropa interior deportiva oscura. Así que no me sentía tan desnuda. Me volví a sentar y ahora sí que no sabía que hacer si perdía.

Con voz inocente, pregunté:

-Si te aburre el juego puedes decirlo. Con tanta inmortalidad seguro que lo has hecho 10000 veces o más....

Hades se quedó completamente sorpendido.

Estaba ante una de las mujeres más hermosas que había visto nunca, además de una mujer con personalidad, inteligente y que estaba para comérsela.

Y estaba con el en ropa interior en un lugar encerrados solos. Dónde nadie iba a entrar.

Pero el rostro del Dios se mantuvo impávido. Aunque por dentro la sangre casi le llegaba a hervir.

Miró con una sonrisa a Lara y recogió nuevamente sus cartas.

- A mi sólo me quedan mis pantalones y mi ropa interior y a ti, el sujetador y tus braguitas. - Dijo con picardía mientras miraba tus cartas. - Un doble o nada ahora mismo dejaría al perdedor completamente desnudo, así que tu decides. Por mí no hay ningún problema de un doble o nada, pero si quieres una simple, puedo aceptarlo también. -

Hades sonrió al ver sus cartas.

- Puedo aceptar que te de vergüenza quedarte completamente desnuda ante mí, así que lo dejo en tus manos. Y por cierto, esta es la primera vez que juego a esto. Siempre había querido probarlo. -

Piensa Lara, piensa, si él pierde tú tienes lo que querías y te quedas vestida, pero si pierdes tú... Noo era demasiado en riesgo.

Tosí un poco.

Me tocaba repartir así que lo hice y puse el montoncito. Tenía calor. Estaba nerviosa. Y yo sola me había metido en esto. Típico diría Edgard y tendría razón.

-Bien, lo ha.. hacemos simple porque así te veo sufrir de a poco.

Le guiñé un ojo y me hice la superada, aunque creo que ni yo me la creía y miré mis cartas. Eran muy buenas. Sonreí feliz y las puse sobre la mesa.

-Bien, ahora darling que vas a...

Me quedé con la boca abierta como una O

-¿Otra escalera real??? Eros está metido en esto, ¿verdad???

Suspiré... "Aaaaaaaaah... my god..."

-Bueno, que nadie diga que la señorita Croft descuida su palabra. Me dispuse a quitarme el sujetador mientras el corazón me palpitaba por la nuca.

-click

Hizo el broche y bajé los breteles lentamente. Luego lo saqué del todo y lo dejé en la silla. Estaba totalmente avergonzada, pero no iba a demostrárselo.

-Bien, de todos modos tenía calor.

"Me pregunto si soltarme el cabello para que me cubra sería hacer trampa..."

Cara de poker.

Cara de poker.

Cara de poker.

No digas nada, no la mires mucho y todo irá bien. Pensó el Dios del Inframundo mientras se volvía a poner las gafas de sol.

- Vale, aceptado. - Dijo mientras miraba espectante como ella se quitaba el sujetador.

Y no dejó de mirarla mientras cogía su siguiente mano, sólo lo hizo momentaneamente para mirar que tenía en la mano.

- Bueno, aquí se decide o seguimos una mano más. Creo que será un buen final. Reñido. -

Me temblaba las manos y se me caían las cartas. No tenía una gran mano y lo sabía.

Mostré mi mano ya sin tanto orgullo. Pero todavía me hacía la superada, aunque no lo creía, con esas manos...

"Aparte tiene muy lindas manos también"

-No, no pienses en eso.

"Lo dije en voz alta???"

-Esta es mi mano. Bien... muestra la tuya no hagas trampa...

"Por favor, por favor, por favor... quiero ganar, quiero ganar..."

Hades bajó su mano perdedora al mismo tiempo que se incorporaba de la silla y se colocaba de pie a un lado de Lara con una sonrisa de oreja a oreja.

Comenzó lentamente, desabrochándose uno a uno los botones del pantalón y cuando terminó con ellos, comenzó a bajárselo muy despacio, sin dejar de mirar los ojos de Lara.

No podía hacer nada. Había perdido, y el Dios del Inframundo siempre cumple sus promesas.

Cuando terminó con sus pantalones, se quedó allí junto a ella, con un simple boxer ajustado negro y con sus gafas de sol sobre los ojos.

- Como he dicho, una final de campeonato. - Dijo el Dios mientras se volvió a su asiento.

Recogió nuevamente su mano y volvió a mirar a los ojos a Lara.

- Aquí se decide todo, preciosa. Suerte. -

Pero él sabía que con esas cartas era muy difícil que gane la partida.

Aunque pensándolo bien, él había ganado ya bastante.

Me quedé anonadada, estupefacta y muchos sinónimos más cuando lo ví así. De vuelta me olvidé de repartir.

-Dame un segundo, le dije y tomé una botella de las que habían en la habitación. Una de agua, me serví un poco.

-Tengo sed... es que hace calor, yes.

"Mejor me la hecho encima con mucho hielo..."

Repartí, puse el montoncito y esperé. Tragué saliva y empecé a ver las cartas. Eran supremas. Casi perfectas.

Sonreí satisfactoriamente.

-Mnnnnnn... love, creo que yo gano....

Me puse sobre la mesa, los codos apoyados y lo miré arqueando una ceja y con la mejor cara de maldad que podía.

"Bien, ahora sí valió la pena..." 

-Ahhh que bonito es el azar.. mpfhhh es tan incontrolable.

Esperé que muestre su mano pero estaba segura de que le gané.

El Dios del Inframundo no mostró sus cartas. No las iba a mostras por que había perdido y ahora le tocaba quedarse completamente desnudo frente a Lara Croft. ( Que hablando en plata, ella también está sin sujetador ) No le gustaba perder, pero tampoco era un mal perdedor. Además, si había prometido algo, para él, lo prometido es deuda.

Se puso de pie y giró por la mesa redonda hasta colocarse al lado de Lara.

Con suavidad, cogió sus manos e hizo que la chica se ponga de pie a su lado, para que lo viera bien y también, para su venganza final.

Aún con sus manos entre las suyas, las hizo bajar por el costado de su cuerpo hasta meterle los dedos de la morena dentro del elástico de su ropa interior.

Hades no dejaba de mirarla a los ojos, con una sonrisa pícara y un poco traviesa. También, se podía ver en ella un dejo ( un mínimo dejo ) de maldad.

- Has ganado y como yo siempre pago mis deudas, aquí me tienes. Pero claro, si quieres ver lo que hay aquí debajo, te dejo a tí que me lo quites. - Le dijo mientras dejaba sus manos dentro del elástico del boxer y él las levantaba para cruzarlas detrás de su cuello.

No podía creer que yo estuviera tan tensa, y nerviosa y a punto de saltar con una brisa. Pero eso me daría cuenta de que la próxima vez que le apueste a un Dios sepa que no es ningún tonto. De todas formas yo no le tenía miedo. Sólo estaba totalmente obnubilada por su presencia.

"Pero él tampoco me conoce... Creo que se cree que me va a sorprender, pero yo también puedo sorprenderlo"

A todo esto no moví todavía mis manos que se me estaban enfriando, tampoco quería darle malestar.

Tenía tantos deseos juntos que no sabía por cual empezar. Pero bien, empecemos por este dije y lentamente comencé a bajar sus shorts mientras le susurré al oído.

-Si tu piensas que eso me intimida, definitivamente no sabes quien soy.

Y como para que se dé cuenta de que lo decía en serio le dí un rápido y breve mordisco en la oreja. Luego bajé sus boxers y cuando miré casi me muero realmente de un infarto.

Tomé la botella de agua y me la heché encima.

-Bien..... gané...... bie..nn... eh... mnn sí... gané.

"GOOooo!!!!!"

-Bien si si si quieres puedes vestirte... digo eh... quieres ir a comer...

"Me mareo..."

Hades sonrió cuando se quedó completamente como Cronos lo trajo al mundo frente a la morena. No se sentía cohibido, pero notaba como la chica se ponía cada vez más nerviosa. Tirarse una botella de agua encima tampoco era algo que iba a hacer bajarle la temperatura al ambiente, ni siquiera a ella ni a él.

El Dios del Inframundo la escuchó asintiendo, pero lo que en realidad hacía era esperar que terminara de hablar, cosa que no parecía ser pronto.

Entonces, Hades se acercó un paso más a ella y le pasó un brazo por la cintura, atrayendo su cuerpo hacia el de él, haciendo que sus pechos se aplastaran contra el suyo y la miró a los ojos.

- ¿Estás segura que tienes ganas de salir de aquí allí fuera? Por mi parte estoy muy cómodo así desnudo y así pegado a tí. - Le dijo susurrándole al oído.

Casi grito cuando me puso la mano en la cintura porque me recorrieron 220 voltios por la espalda. Y cuando me pegó a él simplemente no pude decir nada.

"Yo hago suspirar a los hombres, no al revés, no... yo soy la que... ¿en qué estaba pensando?"

Me costaba pensar así, la cabeza me daba vueltas, tantas que me acordé de cuando caí en esos ventiladores submarinos que protegían una estatuilla india y me hicieron girar como una condenada. Pero era más fácil escapar de su poder de succión que de mis deseos.

-Es ...glup... que...

"Lara usá tu inteligencia, eres inteligente, vas a dejar que te derrita cual manteca??????!!!"

-Yo...

Lo empujé despacito más que nada porque no tenía fuerzas de tan sobrecalentada que estaba.

"Pero que no se note"

-No quiero que... pienses que no me interesa conocerte y que sólo quiero "devorarte como al plato más exquisito del mundo, yeah!" aprovecharme de tí.

Empujé un poquito más sobre todo porque se iba a notar que estaba mintiendo si seguía sintiendo mis pechos que ya estaban cobrando vida.

-Sí, eso... no voy a aprovecharme. Suficiente con haberte robado la pada, saga, daga... sí.

Hades bajó la mirada para mirarle un segundo los pechos y cuando notó que tartamudeaba y se quería apartar de su lado, él también avanzó para quedar aún más pegado a ella que antes. Su brazo casi le daba vueltas por la espalda ya que Lara tenía una cinturita de avispa.

Y que quiera escaparse, pero no, hacía que el Dios de los Muertos se sintiera algo más que excitado.

- No digo que no me quieras conocer, ni tampoco digo que te quieras aprovechar de mí. - Dijo susurrándole al oído otra vez. - Lo que pongo sobre la mesa es que ambos somos dos adultos, que además, están desnudos pegados uno a otro y que en ese rincón hay un sofá en el cual podríamos caber los dos muy cómodos. No es que te aproveches, el cumplir lo que estabas deseando desde hace algún tiempo -

La mano que tenía libre subió por el costado de su cuerpo, acariciándola con el dorso de los dedos hasta quedar apoyada justo en el centro de su espalda, entre sus hombros.

- No eres tú la que se aprovecha, soy yo, como buen caballero, que me ofresco a tí para lo que desees. -

"God... por un millón de momias, me muero..."

No pude evitar la tentación de aunque sea saber como se siente un Dios. Puse mis brazos detrás de su espalda y con uno subí hasta que mi mano tocó la parte de atrás de su cabeza. Me puse en puntas de pie y pegué mis labios a los suyos. La sensación de calor me traspasó como una flecha de fuego. Se sentía tan sabroso como podía imaginarlo. Ni siquiera me separé para hablarle o decirle algo, la reacción mía fue inmediata. Mi lengua buscó la suya para probar su textura, sabor y fuerza.

En menos de lo que yo recordara estaba comiendo su boca con total pasión.

Algo en mí me decía que estaba yendo muy rápido pero mi cuerpo hablaba su propio idioma. Cerré los ojos y me dediqué a explorar su boca mientras me mantenía pegada a él. Estaba descontrolada.

"Un beso no mató a nadie..." pensé aunque yo ya estaba muriendo.

Hades dejó que lo besaras todo lo que quieras, durante todo el tiempo que quisieras. Él también buscó tu lengua dentro de tu boca con pasíón, mientras sus manos bajaron por tu espalda hasta cogerte del culo y apretarte más hacia su cuerpo. Entre uno y el otro no pasaba ni el aire.

Tras unos minutos se separó un poco de tí, y te sonrió.

Era una sonrisa dulce, pero en ella podías ver un atizbo de su maldad, una maldad malsana, pero verdaderamente excitante.

Se acercó a ti lentamente, cogiéndote de la cintura y colocándote de un rápido movimiento contra la pared. En ese lugar no había nadie, nadie que os pudiera ver, nadie que escuchara lo que allí iba a pasar. Una de sus manos se apoyó sobre tu vientre, empujándote contra la pared de la sala mientras que la otra, bajó hasta tu muslo y comenzó a subir por tu pierna, hasta llegar a tu sexo, el cual comenzó a masajear lentamente y con suavidad.

Sus labios se apoyaron sobre tu cuello, el cual comenzó a besar de arriba abajo, centrándose después en tu oreja, la cual chupaba y mordisqueaba, hasta que en un momento, la mano que tenía entre tus piernas movió tu ropa interior a un lado y sus dedos entraron en tí, lubricados por el flujo de tu interior y una vez dentró, comenzó a masturbarte con rapidez.

No podía creer que simplemente me estaba pasando ésto... Estaba intentando controlar la situación pero la situación me superaba. Contra la pared no había mucho espacio para moverse y cuando una de sus manos recorrió mi muslo, empecé a pensar que realmente iba a desfallecer. Luego me frotó en el lugar, o uno al menos, de los más sensibles que tenía. Pegué un gemido que me asustó incluso a mí.

Estaba siendo el artista de este acto y yo me estaba derritiendo entre sus manos. Pensé en decir algo pero cuando abrí la boca sólo podía exhalar jadeos fuertes y desincronizados.

"Dios sino llevo la delantera me va a matar..."

Me mordí el labio para volver en mí. Los sentidos estaban como hiper alterados, sentía todo con demasiada intensidad. Quizás si pudiera...

Sin saber qué otra cosa hacer y esperando que él también se sintiera desbocado de placer bajé una de mis manos hasta su miembro y comencé a acariciarlo con ternura pero rápidamente. Concentrándome en pasar mis dedos suavemente por la punta, en círculos.

"God... please, me muero..."

Apreté más mis labios hasta que sangraron, todo para controlarme. Si seguía dos minutos simplemente así yo iba a explotar. Así que seguí acariciandolo abajo, había hecho muchas veces estos movimientos con muchos hombres y en general los dejaba jadeando y atontados.

Estaba esperando que eso pasara pronto.

Hades te dejó hacer sin ningún problema. Es un muñeco en tus manos y no pone objeciones a nada de lo que comienzas a hacerle, simplemente, se quedó junto a ti mientras os masturbabáis mutuamente. Dejó que sigas con tu ritmo durante unos minutos, sin embargo después, comenzó a mover su pelvis ya que su miembro estaba lubricado, para imprimirle más velocidad al movimiento. 

En ese momento, comenzó a apretarte más contra la pared quitándote tu mano suavemente con la suya y cuando te volvió a meter la lengua aprentándote contra la pared, sentiste su pene duro entre tus piernas.

Tu ropa interior no fue un problema para él, ya que la corrió a un lado con su mano y con suavidad, metió su miembro en erección dentro tuyo, sin dejar de besarte por un segundo, sin dejarte reaccionar. Su pelvis comenzó a moverse hacia delante y hacia atrás y su mano te cogió por debajo de uno de los muslos, para hacer que tu pierna le rodeara su cintura.

Sentías como te penetraba, ahora ya con más fuerza y dejándote de besar, separando sus labios de los tuyos, te susurró al oído: - Creo que puedo decir que es la mejor partida de poker de mi vida. -

Mis movimientos no lo atontaron para nada y simplemente entró en mí con inusitada fuerza y suavidad. Cerré los ojos y me dejé llevar por la sensación de placer que surcaba cada milímetro de piel y me daba pequeñas descargas eléctricas. Sentí que no podía resistir a sus embistes y menos tratar de ser yo la que lo dejara a él sin aliento. Pero que lo logre tan fácilmente, era imperdonable. No iba a dejarme llevar a su orgasmo tan rápido... Me puse a pensar en cosas desagradables. Como esa vez que los capos de la mafia china me arrinconaron en uno de sus restaurantes y tiraron a sus perros contra mí. Tuve que treparme en dos candeleros para escaparme y así y todo me llevé una buena mordedura en una pierna. De no ser porque llegué a una casa amiga rápido se hubiera infectado.

"Piensa en eso Lara... en eso..."

No, no iba a sucumbir ante él como todas seguramente lo hicieron anteriormente. Concentrada en cosas espantosas, comencé a moverme mucho más rápido y llevé ambas piernas a su cintura.

-Y ni tienes idea lo que te falta -le dije.

Usé mis manos para rasguñarle la espalda y lo mordí en el cuello como una vampira sedienta de sangre.

"A qué no se imaginaba que me gustaba violento...", pensé y entonces sentí tensarse mi cuerpo y seguí imaginándome todos los momentos tensos de mi vida. Si me concentraba mucho podía lograr lo que quería, que él sucumbiera a mí.

El Dios del Inframundo sintió las uñas de ella sobre su piel y no pudo hacer más que sonreir.

Se separó de ella, sacando su miembro completamente duro y lubricado por el flujo de su interior y con un suave movimiento, la colocó de espaldas a él, con las manos apoyadas en la pared. Con dulzura, una de sus manos abrieron las piernas de Lara y lentamente se acercó a ella por detrás.

Su miembro no tardó en penetrarla, ambos estaban más que preparados y fue en ese momento cuando Hades soltó un suspiro de excitación sobre la nuca de Lara.

Una de sus manos que descansaba sobre la cadera de la morena cruzó hacia delante hasta su abdomen, para después descender hasta su entrepierna y comenzar a masajear por delante el clítoris de la aventurera, el cual estaba duro y húmedo. Comenzó a presionarlo mientras sus caderas comenzaron a empujar su sexo dentro del de ella, una y otra vez.

Su otra mano pasó por delante también, y agarró uno de los pechos de la chica, presionándolo con algo de fuerza y apoyándo todo el pecho sobre la espalda de ella, empujando cada vez con más fuerza, quitándose toda la rabia acumulada con cada empujón.

Su boca se apoyó sobre el hombro de la muchacha, el cual comenzó a besar, subiendo por él hasta su cuello, pasando su lengua de arriba abajo. Con cada empujón, no podía resistirse al soltar un poco de aire de sus pulmones. La penetraba una y otra vez, con fuerza pero a la vez, con pasión.

Todo mi plan de someterlo y seguir sin ni atisbo de orgasmo se me fué al demonio cuando simplemente me puso de espaldas. Empecé a respirar con dificultad y entre su miembro internándose en mi y su mano acariciando y presionando en cada parte yo me estaba por desmayar. Ni siquiera el corte que tenía en mis labios, producto de la mordida que dí para desconcentrarme había logrado algo. Su boca también me volvía loca y comencé a jadear sin control. Todo lo que yo le había dicho, las amenazas de poder cansarlo eran rídiculas y lo de resistir era tan díficil que pensé que simplemente iba a estallar en dos segundos. Lo peor es que aunque él respiraba pesadamente no notaba ni la mitad de exitación que yo sentía.

Usé cada céntimo de voluntad que me quedaba para no sucumbir. No iba a dárselo tan fácil pero yo, en esa posición, tampoco podía usar algo contra él.

"Es un dios y vas a perder y ganar al mismo tiempo."

Desesperada intenté sacar su mano de mi entrepierna y la llevé a mi boca para chupar con fuerza sus dedos. Mis caderas lo acompañaron moviéndose con voluptuosidad y energía. Usé más de mi resistencia para acomodarme a su ritmo, e intensificarlo.

"Dios no duro otro round... ¿de qué está hecho?"

Con otros hombres hace tiempo que hubiera logrado que explotaran para mí pero éste me estaba llevando a la locura y ni lo sentía llegar a ese punto. Me concentré en su pulgar y lo lamí con fiereza mientras dije:

-Si quieres puedo comp... comprobarte qué otras cosas puedo lamer....

Mientras el sudor de mi frente se agolpaba y las piernas comenzaban a temblarme.