Partida Rol por web

Entiende lo que dice, pero también se pueden decir las cosas de forma amable y no como si estuviese enfadado. Quizá ella es la única que está nerviosa ante la expectativa de participar en una corte. Quizá los otros nunca se han puesto nerviosos, ni siquiera cuando asistieron a su primera corte de invierno.

Además, ella es una extraña. Ella no va con si familia. Y también es la primera vez que está tan lejos de casa. 

-Perdonadme... es solo que no quiero que digan que habéis escogido mal a vuestro karo. Y quizá podríais darme consejos para la primera corte. ¿No estabais nerviosos al acudir a la primera? Además, yo no conoceré a nadie... temo hacer algo inapropiado.

Sonreí suavizando mi expresión. - Akiko-san, yo no escojo mal a mi karo. - dije con seguridad. Mis decisiones las tomaba con mucho cuidado y en su caso no iba a hacer alguna expresión. - La verdad es que si estaba nervioso, pero todo fue sobre ruedas. No temáis, la gente tiene mucho cuidado con sus modales en una corte de invierno al estar en presencia del emperador. Aplicad todo lo que habéis aprendido, preguntadme cualquier duda y recordad que la política, por muy cortés que sea es una lucha de poder. No os fieís de nadie hasta que demuestre ser digno de confianza. Y recordad en todo momento los intereses del clan. -
 

- Y aunque Yoshi no lo diga, os lo digo yo Akiko-san. Divertíos. Esta es una oportunidad única para conocer gente de todos los rincones del imperio, su cultura, sus tradiciones e ideas. Disfrutad aprendiendo y no desperdicíeis el momento con excesivas preocupaciones. -  afirmé con una amplia y encantadora sonrisa.

-Lo intentaré, Hoturi-sama. Intentaré aprender rápido, Yoshi-sama - sonríe.

Un poco más relajada, se acaba el contenido de su taza. Comprueba que el contenido de la tetera aun está caliente y se dispone a servir un poco más.

-¿Deseáis un poco más de té? Aun está caliente y el olor es delicioso - vuelve a sonreír.

- Se que lo haréis bien Akiko-san. - respondí mucho mas tranquilo. - Hai, arigato gozaimasu Akiko-san. - afirmé sobre el té mientras pensaba en la situación. - Y bien, ¿Que os gustaría hacer en la corte de invierno? ¿Hay alguien a quien os gustaría conocer personalmente? -

Se queda un tanto pensativa mientras sirve el té. Duda entre si servir primero a Hoturi-sama o Yoshi-sama, pero decide que el orden correcto es servir primero al joven Heredero del Clan y luego al Daimyo Kakita. Por último, se sirve ella misma otra taza.

-Pues, estoy un poco indecisa. Me gustaría conocer a la corte imperial. Sería un gran honor y quizá la única oportunidad de hacerlo.

- Bueno la corte imperial no se suele mostrar habitualmente pero dado que Yoshi-san está muy bien considerado por sus habilidades diplomáticas es probable que puedas conocerlos. ¿Has tratado alguna vez con la familia Miya u Otomo? - le pregunté con curiosidad mientras probaba el té.

Niega con la cabeza.

-No he tenido el honor de tratar con ellos, pero sería un gran honor poder conocerlos. Alguien de mi posición...

Su padre no es lo suficientemente importante dentro del clan como para atraer la atención de las familias imperiales, ya no decir el tener tratos con ellos. Aunque, como bien sugiere Hoturi-sama, ahora quizá pueda conocerles.

- Bueno, entonces para vos esta corte de invierno será un regalo. Yo la primera vez que vine ya conocía a casi todos los presentes ya que mi padre suele tratar habitualmente con ellos como campeón de clan que es. - le respondí encantador para tranquilizarla. y haciéndole ver el lado positivo para ver si así se relajaba.

-Es una gran ventaja, Hoturi-sama.

Sonríe. Bebe un poco de su taza para no dejar el que té se enfríe demasiado. Está pensando que quizá pueda ofrecerles una ceremonia del té con un poco más de tiempo.

-¿Qué hicisteis en vuestra primera Corte? - pregunta con curiosidad genuina.

Se nota en su mirada que no pregunta por ser cortés, sino por sincera curiosidad. Es ese tipo de chica... se interesa por lo que le rodea y muchas veces trata de entender el mundo en el que se mueven. Los pequeños cambios entre las estaciones, el diferente canto de las aves... ese tipo de cosas.

Le ayudan a concentrarse mientras practica.

Sonreí encantador mientras recordaba mi primera corte. - Ah, mi primera corte fue muy aburrida. Fui acompañando a mi padre tras haber pasado mi primer gempukku de manera que apenas podía abandonar los aposentos destinados para el clan, básicamente pasé la mayor parte del tiempo hablando con Yoshi-san y solo pude salir en una visita que hizo Toshimoko-sensei que me llevó con el a algunas reuniones. -

-Espero que Yoshi-sama no me retenga en mis aposentos, entonces... - sonríe.

Se acaba su té y deja la taza con delicadeza frente a ella. Con las manos calientes se siente un poco mejor, aunque seguro que dentro de poco va a hacer un poco más de frío.

-¿Y la vuestra, Yoshi-sama? ¿Cómo fue? - pregunta con curiosidad.

- Sería un desperdicio. - respondí riendo ante el primer comentario de Akiko antes de suspirar ante su pregunta. - Acudí acompañando a mi hermana. La verdad es que era un crío que todavía no había superado sus complejos por la incapacidad marcial que se espera de alguien de mi famila. - revolví el té sonriendo a ambos.

- Me sentía francamente incómodo y no fue hasta el final, gracias a mi hermana, que aprendí lo importantes que podrían ser las artes de la diplomacia para el clan. Tras conseguir que se firmara un beneficioso tratado de comercio con el clan Escorpión tras el ascenso al poder de Bayushi Shoju-dono. Ella apeló a mi reponsabilidad con el clan y me obligó a participar pese a que yo no quería. - un gesto nostálgico atravesó mi rostro, aún echaba de menos a Teinko y su recuerdo no se había borrado.

- Fue duro para mi, pero aprendí muchas cosas y se marcó el camino que seguiría después. -

Un silencio incómodo invadió la estancia ante el recuerdo de Doji Teinko, hermana de Yoshi y madre de Hoturi. La mujer había muerto hace cinco años en extrañas circunstancias porque gozaba de buena salud y nunca se había sabido que le había ocurrido.

Es raro escuchar a Yoshi-sama reír. Siempre está serio y siempre está pendiente de todo lo que se pueda decir o hacer y de como aprovecharlo. Sonríe ante eso... Aunque su otra pregunta no es tan acertada como debería.

Un silencio pesado se cierne sobre ellos. Ha sido su culpa por hacerles recordar a un ser tan querido por ellos.

-Perdonadme. No era mi intencion haceros entristecer.

- No hay nada que perdonar Akiko-san, mientras sus enseñanzas perduren en nosotros ella siempre nos acompañará. - Sonreí a la joven karo, al fin y al cabo ella no era responsable de lo ocurrido. - Y si mi anecdota ha servido para que podáis aprender y entender mejor las cortes de invierno entonces habrá valido la pena. -

Tras eso opté por un cambio de tema, mirando hacia Hoturi. - Bien, Hoturi-dono, vuestro padre me ha pedido que suavice las relaciones con el clan fénix. Al fin y al cabo el anterior campeón ya pagó por sus crímenes. - Revolví el té y me giré hacia Akiko. - Bien, ¿Tenéis alguna sugerencia?  -

- Sois adorable Akiko-san, preocupandoos por nosotros en vez de criticar nuestra debilidad. Os lo agradezco, domo arigato gozaimasu. - dije sonriéndole encantador antes de rozar mi mano con la de la joven karo en un momento en el que Yoshi no miraba. - Y Yoshi-san tiene razón, su recuerdo nunca nos abandonaré. -

Tras eso escuché el cambio de tema y suspiré, agobiado. Aquella situación me disgustaba bastante. - Hice lo que debía, Yoshi-san, pero no creo que el clan fénix sea tan difícil de apaciguar, son gente estudiosa y racional. -

Esa suena caricia por parte de Hoturi-sama la pilla por sorpresa y además, es algo que sabe que no quiere que Yoshi-sama vea porque lo ha hecho justo cuando el daimyo no miraba. Lo mira de soslayo e intenta disimular el sonrojo. Quizá sea normal... no puede saberlo.

Mira a Yoshi-sama cuando requiere su opinión.

-Pues... creo que el Clan Fénix sabe que su campeón hizo algo deshonroso y su castigo fue el apropiado. Ellos sabrán aceptar que era lo que se debía hacer. Creo que podremos retomar una relación cordial.

- Ciertamente, pero nos enfrentamos aún así a la muerte de un campeón de clan. - comenté con suavidad mientras me atusaba uno de mis plateados mechones de pelo. - Bueno, supongo que es una cuestión de intentar tratar con ellos y comprobar como se encuentran los ánimos. Quizá esa pueda ser vuestra primera labor como karo Akiko-san. -

Le dediqué la mejor de mis sonrisas. - Sí, lo haréis bien. -

Le dediqué una suave sonrisa cuando miró hacia mí pero sin arrebatarle su atención de Yoshi-san, simplemente mientras trataba de asuntos de política prefería mantenerme en un plano secundario, escuchando y viéndoles actuar.