Partida Rol por web

Cuando Nicole se acerca a comprobar el estado del taxista, ocurre algo sorprendente. El hombre se incorpora de pronto como un resorte y lanza un grito agónico mezcla entre aullido y bramido. Nicole ve que la mitad de la cara del hombre se ha caido a pedazos y muestra un semblante muy parecido a un zombie de película. Lo siguiente que hace es mover la mano velozmente y agarrar del top a la joven.

Aún en el interior, vuelvo a toser, simulando estar aún peor, ¡este Jinete se cree que no soy consciente de lo que ocurre! Sin embargo...puede ser de ayuda...y creo que los que suben las escaleras no serán tan benevolentes. Sin mediar una palabra cojo al conserje por la pechera y de un empujón lo meto en mi guarida cerrando todo tras de mí. Sacó mi pipa especial y me escondo entre los muebles del despacho, sin que ni tan siquiera el conserje pueda verme. Tan sólo atisbo para esbozar un tímido....-Shhhhhhhhhhhh coja una silla o lo primero que encuentre y luche por su vida.

Chuck, más blanco que el papel, agarra a Joy de la mano y corre con ella hacia la tienda de informática. Pasa por el mostrador a toda velocidad, tropezando con la máquina del agua que se cae esparciendo su contenido por el suelo. Abre una puerta en la parte de atrás y pasa a las oficinas y la zona de trabajo. Dentro hay dos personas: su jefe y un compañero de trabajo. El jefe es un hombre mayor y de mirada severa que se levanta de la mesa en donde está escribiendo en el acto.

-Chuck, ¿qué demonios estás haciendo? -le pregunta.

Chillo aterrorizada cuando el taxista me ataca:

Horrorizada por la visión de la cara del taxista, el shock hace que me fallen las fuerzas de los dedos de la mano y deje caer el teléfono, en el mismo instante en que el taxista me agarra de la tela de top para atraerme hacia él.

Instintivamente me echo hacia atrás, forcejeando para que el taxista me suelte, sin apenas pensar en lo que hago y sin dejar de gritar, mientras le golpeo con el bolso esperando conseguir zafarme.

Observo anonadado como el taxista desfigurado agarra la camiseta de la chica y esta se debate desesperada y le golpea con violencia. Mi mente no da crédito a lo que está ocurriendo. Y de pronto recuerdo el hombre en llamas mordiendo el cuello de aquel bombero que iba a salvarle. Esto no tiene sentido. El taxista debe de haber sufrido un shock tras el accidente y no sabe donde está.

Hago los últimos intentos por arrancar el BMW, si no tendré que bajar y continuar en la silla, algo que no es muy buena idea en vista de como se desarrollan los acontecimientos.

-¿Eso es una pistola? -dice el conserje susurrando-. Que aspecto más raro tiene.

Después os quedáis en silencio oyendo fuera los pasos que hacen un número indeterminado de personas al caminar por el pasillo. A través del cristal ves pasar varias figuras humanas y casi jurarías que les has oído husmear como los sabuesos. El conserje está aterrorizado, encogido en una esquina y con los ojos fuertemente cerrados. Al rato, parece que se han ido.

-¿Qué vamos a hacer ahora, señor Owen? No podemos quedarnos aquí todo el día.

Mientras Nicole grita y golpea inúltimente al taxista enloquecido con el bolso, este acerca más y más a la joven hacia la ventana y a sus dientes babeantes. Throuman intenta poner el maldito coche en marcha de una vez maldiciendo y dando golpes en el volante. Por fin, el motor del BMW ruge al funcionar.

Me tomo unos instantes y escucho los argumentos de Abe, JD y Lenny. La verdad es que empatizar con la gente no es mi fuerte, y el viejo parece decidido a suicidarse en Providence. Última oportunidad.

"-Mike Durant; no te dejaremos atrás. - aguardo un instante en silencio mirando a Abe. - El 3 de octubre del 93, unidades Delta y Rangers de Infantería fueron enviadas a Mogadiscio bajo bandera de la ONU para atrapar a dos tenientes del Señor de la Guerra somalí Mohamed Farrah Aidid. La operación se jodió. Se jodió como se suelen joder las operaciones cuando son realmente importantes. Seguro que en Vietnam esas cosas también ocurrieron. Dos Black Hawk fueron derribados y uno de los pilotos, Mike Duran, fue capturado. - suspiro pesadamente al recuperar recuerdos que hubiese preferido que ya no estuvieran aquí. - Yo conocía a Mike Duran. Tenía una hija pequeña. Y jugaba al póker de puta pena, pero era un buen tío. -otra pausa para digerir el momento.- Dos Deltas murieron conteniendo durante 2 horas a una horda de bastardos flacuchos armados con Ak-47, pistolas y machetes hasta que agotaron la munición. Murieron para proteger a Mike en su helicóptero, esperando una ayuda que no llegó. Día y noche los helicópteros sobrevolaban la zona en la que creiamos que tenían prisionero a Durant y con altavoces y a través de la radio repetían Mike Durant, no te dejaremos atrás. Los Marines jamás abandonan a nadie a su suerte, y queriamos que Mike lo supiera. Yo no quería dejar a nadie atrás. Pero un bastardo lanzó un RPG que estalló a cuatro metros de mi posición. La onda expansiva me reventó el oído izquierdo y me llenó el cuerpo de metralla. Ahí acabó mi carrera en el ejército. No pude sacar a Mike Durant de allí."

Miro fíjamente a Abe. Veo a Mike Durant. Veo a Gary Gordon y Randall Shugart. Veo a cada uno de los 19 muertos y a cada uno de los otros 72 heridos de la Batalla de Mogadiscio.

"-Abe, no te voy a decir lo que tienes que hacer. Eso ya lo sabes. Solamente quiero que escuches una vez más lo que te aguarda en Providence. La población civil atrapada allí ya ha muerto o lo hará en las próximas horas. Los supervivientes acabarán en un Hospital de Campaña de la Guardia Nacional, probablemente en cuarentena. Si tu sobrino fue astuto, quizá se encuentre en otra ciudad o huyendo como lo hacían todos esos -una vez más señalo la carretera por la que transitaban vehículos cargados de equipaje- Puedes ir a Providence. Pero no encontrarás a tu sobrino. En el fondo de tu alma, ya lo sabes. Si aun así, quieres ir, yo te acompañaré. Y moriremos los dos. Una vez eres un Marine, siempre eres un Marine. Y un Marine jamás abandona a nadie a su suerte. Y ahora, en tus manos tienes la elección..."

Joder!- Exclamo cuando por fin oigo el ronco vibrar del moter del coche. La situación es extraña y las apciones pocas. Si saber muy bien por que, pero sin dudar ni un momento, acelero al máximo y vuelvo a estrellar la parte delantera del vehículo contra el taxi, procurando no hacer daño a la chica. Con la esperanza de que la inercia del golpe haga soltar al hombre su presa y aleje el taxi de donde la joven se debate.

El BMW negro, aunque el espacio es corto se estrella con fuerza contra la puerta trasera del otro coche y...

Permanezco en silencio escuchando las palabras de Curtis, no se si está echando un farol para convencer al viejo y esto le ha tocado la fibra sensible mazo. Dejo unos segundos para que las palabras se asiente.

Es una historia muy bonita – pienso – pero joder, soy un tío práctico, no merece la pena que se jodan muchos para salvar a un soldadito, tenía una hija dice, y los demás que palmaron supongo que también…

Abe – digo al fin – sabes que Curtis tiene toda la puta razón del mundo, eso lo podemos ver en tus ojos, ya le has escuchado a él y a nosotros, si vas a Providence y tu sobrino está a salvo en otra zona y te pasa algo ¿qué hará él? Piénsalo bien macho -

Intento defenderme como puedo, intentándo quitármela de encima con los pies empujándola lejos (no echo mano del cuchillo hasta que vea que me intenta morder o algo así).

Si me intenta morder ya intento golpearla con el mango del cuchillo o cualquier cosa que tenga a mano (por ej. la caja del maletín... que espero que sea de metal o de madera y no de plástico). Si la cosa se pone muy fea le clavo el cuchillo en un costado para que se me quite de encima (si las patadas y empujones no funcionan).

Si logro quitármela de encima, saco ya el cuchillo y me voy alejando caminando hacia atrás sin perderla de vista, pidiéndo ayuda a gritos. Intento llegar hasta mi tienda y la del tendero vecino.

Maldita sea. Maldita sea. Maldita sea.

Mi padre no crió a ningún sarasa cobarde, pero aquí estoy yo, tragándome las ganas de llorar. ¿Qué clase de hijputa es este negro que me está llevando de vuelta a mi juventud? Tan bien como él parece estar viendo su historia sobre Mike Durant estoy yo reviviendo Vietnam como si se tratase de una película de cine mudo. Las explosiones y los estallidos de las balas no importan, sólo veo los cuerpos cayendo a cámara lenta. Y me veo a mí mismo allí, muriendo entre mis compañeros y mis amigos, envuelto en una nube de gas naranja. Maldito hijo de puta negro. Estás haciendo que crea que Billy está muerto ya o que está a salvo. En cualquiera de los dos casos, joder, el jodido Obama está a esta hora refugiándose en el desierto. Si hace eso quien se supone que debe dar imagen de estabilidad y seguridad, ¿cómo deben estar los civiles?

Maldito hijo de puta negro, sí. Pero la gente sale de Providence quemando rueda, con el infierno en los ojos. Sabe Dios que no temo al infierno, pero Johnson tiene razón. Iría a buscar a cualquiera que tuviese mi sangre al fin del mundo, que no quepa ninguna duda. Pero si Billy está muerto o a salvo y lo único que hago llevándome a este negro conmigo es ponerme en ridículo o hacer que nos maten, yo mismo le diré a Dios que me eche al puto infierno.

Frunzo la boca. No quiero decirlo, pero tengo que hacerlo.

-Hijo, vámonos al sur.

Puedo ver la lucha interna de Abe entre su mente y su corazón, pobre hombre, siento lástima y a la vez envidia – Si mi padre o mi madre se hubieran preocupado por mi la mitad de lo que este hombre se preocupa por su hijo tendría otra vida completamente distinta –

Cuando escucho que dice que nos vayamos al sur me siento como si hubiera perdido 20 kilos, al relajarse lentamente los músculo del cuerpo me doy cuenta de que estaba más tenso de lo que creía.

Se que es duro amigo- le digo intentando darle ánimos – pero es lo mejor que podemos hacer,  ¡No te preocupes! – Vocifero dándome un par de golpes en el pecho- ¡Con que tu sobrino tenga la mitad de cojones que tú seguro que estará bien! – No me lo creo, ¡me siento hasta un poco alegre!, pero el ver pasar otro coche hacia el sur como alma que lleva el diablo me vuelve a bajar el ánimo.

Señores, entonces ¿a que esperamos para quemar rueda? – Pregunto al grupo mientras arqueo levemente una ceja.

Entramos los dos al cuarto, lo hacíamos cada día pero aquel era diferente... ¿Que coño era eso? tomamos nuestras posiciones, yo en el sillón y David tirado en la cama mirando al techo, pasamos 10 minutos sin hablar, sin poder abrir la boca y sin mirarnos... cada uno a lo suyo.

Hazte un porro.
Va.

Esa fue toda la conversación hasta otros 10 minutos después, me lié uno y nos lo echamos a medias, totalmente en silencio, sin siquiera mirarnos.

¿Ruta?
Ruta.

Nos miramos y salimos a la calle, y después de recoger el estropicio del jardín y regar bien para diluir la sangre, tiramos el cuerpo 3 callejones mas para allá aprovechando que aun era de madrugada y no había ni un alma por la zona.

Y comenzamos nuestra ruta parkour, subir al edificio recorrer unos cuantos tejados, saltar por la barandilla deslizarnos por las escaleras de emergencia subir subir y mas subir... hasta uno de los edificios mas altos de Providence, ahí nos paramos y miramos el amanecer, eso era la paz para nosotros respirar profundo el aire limpio de por la mañana antes de que la ciudad se llene de coches, ruidos y bullicio...
Los dos sentimos que aquel... era el primer día... de algo muy gordo...

¿Que vamos a hacer tio? La curiosidad me va a comer...

"Los recuerdos duelen más que el impacto de una bala. Cuánta certeza se esconde tras esas palabras." - pienso mientras JD parece estar hablando en la lejanía y el mundo parece girar más lento. Lo único que me devuelve a la cruda realidad y me saca de mi infierno particular es la frase lapidaria de Abe:"-Hijo, vámonos al sur."

Miro a mi alrededor. Otro coche cruza ante nuestros ojos como si el diablo le persiguiera, devorando asfalto en su huída hacia ninguna parte. Intento tragar saliva. El cuello me arde y los ojos me escuecen como si hubiese brasas candentes en ellos.

"-No cometamos los errores que están cometiendo todos esos.- señalo hacia la carretera arqueando las cejas y con un leve movimiento de mi cabeza, mientras una camioneta GMC con unos fardos azules revolotenado al viento cruza en su particular huida - Si hay que mover el trasero no podemos irnos con lo puesto, pero tampoco podemos cargar con exceso de equipaje. El ajuar de la abuela no es nuestra prioridad, pero no sabemos lo qué nos va a deparar el destino, no sabemos lo que nos encontraremos ahí afuera. Para evitar problemas deberiamos tomar vías secundarias, dar rodeos si es necesario, pero no podemos caer en la telaraña de controles de la Guardia Nacional ni en las colas kilométricas de capullos tratando de huir."

Miro hacia la tienda de Lenny y hacia el garaje en el que suelo reparar los coches. "-Antes de largarnos, tenemos que asegurarnos de que vamos provistos de todo lo necesario para enfrentarnos a falta de suministros, alimentos, agua y a cualquier otro tipo de problema." - afirmo mientras en mi cabeza empiza a aparecer una lista de la compra. "-Puede que la amenaza sean armas químicas. Pero también podrían ser biológicas o radiación. Olvidad consumir alimentos frescos o agua que no esté embotellada. Necesitaremos herramientas, linternas, pilas y baterías, bebida, comida, botiquines, ropa y combustible. Una radio nos vendrá bien. Y teléfonos móviles. Quizá logremos hacerlos funcionar en otra parte. Cojamos todo lo que podamos y vaya a ser útil. Lo que no encontremos aquí -señalo la tienda del pobre Lenny- lo buscaremos en otra parte. Hay que mover el culo."

Asiento con la cabeza mientras escucho a Curtis - Tienes razón – añado – tenemos que aprovisionarnos de todo lo imprescindible, no sabemos cuanto tiempo vamos a estar dando tumbos ni lo que nos deparará el futuro, además tendríamos que buscar algo para defendernos además del fusil de Abe, cuando la gente está cagada de miedo es capaz de cualquier cosa y hay que disuadirles –

En mi moto no podemos llevar mucho pero en caso de atascos o accidentes puedo pasar entre los coche e ir de avanzadilla para ver como están las cosas – digo señalando con la cabeza a mi pequeña.

Se la “ganamos” a una banda rival hace ya casi 8 años, no es el modelo alto y la pobre ha sufrido varias modificaciones y adaptaciones, pero en el fondo sigue siendo una Harley y hemos pasado mucho juntos.

- Claro! Este pobre hombre aún no se ha enterado de que le están robando.. - Pienso mientras me paro en seco, cuando me doy cuenta de que puede estar pensando cualquier cosa. Antes de que mi acompañante pueda decir nada, hablo yo, ya que a él se le veía algo nervioso e incapaz de hablar..

- Tiene cámaras desde las que se vean las cajas? Creo que le están atracando y debe de haber algún problema grave, ya que aquí, su dependiente o lo que sea, ha venido murmurando algo sobre sangre.. Sería una buena idea llamar a la policía lo antes posible..

Con un poco de suerte se arreglaba todo antes de que los que quiera que estuvieran asaltando el establecimiento nos encontraran, lo cual me resultaba alentador.. hasta había olvidado lo estresada que había venido al supermercado..

Nada mas cerrar la puerta salgo disparado hacia mi piso. Si mi vecina sigue arrastrándose la ayudo a llegar hasta mi domicilio.

Una vez dentro compruebo que ella este bien, si necesita que le cure una herida, si necesita agua...Tras ayudarla a que se acomode en un sofa o cama ojo el teléfono y llamo a la policía al mismo tiempo que hago zapping buscando más información sobre lo que esta sucediento en el centro de la ciudad.

 -Shhhhhhhh son Jinetes del apocalipsis, he leído mucho sobre ellos, son rápidos, peligrosos...y están aquí para acabar con la humanidad, es mejor no salir aún....-Le digo entre susurros, mientras me llevo un dedo a los labios para que no diga nada más...y por supuesto que mi pistola para atacar a espíritus expulsados del inframundo dispara...y acabará con estos seres...Palpo entre mis bolsillos para cerciorarme de que tengo munición necesaria mientras continúo agachado sin perder detalle de lo que ocurre ahí fuera.

La estancia en la casa  de Tae fue bastante silenciosa,yo había estado reflexionando sobre lo ocurrido sin duda aquello parecia sacado de una pelicula de terror gente muerta que cobraba vida o al menos es lo qué parecía con quel cartero,no hablamos demasiado un porrillo un par de palabras mal entonadas y después habíamos salido a hacer la ruta habitual hasta los edificios mas altos de providence desde que la vista del amanecer era preciosa y nos daba un poco de paz y tranquilidad en nuestras ajetreadas vidas adolescentes,nos detuvimos en lo mas alto del edificio y me puse de cuclillas casí al borde de la azotea del edificio

-No lo se tio esto es muy chungo,podríamos ir a ver a Alice a ver que tal esta, ¿Qué te parece?

Después de decir esto oteé el horizonte con la mirada semi perdidda, pero siempre atento a mi entorno