Partida Rol por web

- ¡JODER! ¡Joder! ¡Debéis salir de aquí! ¡ESTAMOS EN PELIGRO! ¡JODER! ¡Esto no lo ha hecho un zombi! ¡Putos ferrolistas! ¡Deben ser ellos! ¡Cabrones! ¡Y os estarán buscando! ¡JODER! ¡Debo salir de aquí! ¡Tengo que irme! ¡Ostia! ¡Joder! ¡Claro! ¿No sabéis nada al sur de Ferrol? ¡Claro! ¡Espera! ¡Mira! ¡Os haré un mapa! ¡JODER! ¡MIERDA! ¡En este cartón! ¡No vayáis al norte! ¡OS ESTARÁN BUSCANDO! -empiezo a dibujar, usando la sangre de André y mi dedo- Esta P es Páramos, estamos aquí. Si seguís esa puta carretera llegaréis a La Baña -LB-, es el puto sitio más cercano, pero más allá ya no hay carreteras, es una mierda. ¡MIERDA! ¡Tenéis que ir un poco al norte! Hacia A Torre -T- ¡Pero no toméis el puto desvío a la derecha! ¿Habéis venido por ahí, no? De Ferrol... ¡por ahí no! ¡Seguid recto, toooodo recto, hacia poniente! La carretera pasa por... ¡mierda! Mmm... ¡ya! Loroño -L-... ¡hasta Moraime -M-! ¡Moraime es grande! ¡Hay muchos frateres! Pero... ¡joder! Y... en pocos kilómetros llegaréis a la costa... ¡El MAR! Jaja Allí hay un desvío... a la derecha Lires -L- y ¡al final Touriñán -T-! ¡Sí! ¡Touriñán está muy bien! ¡Podría estar bien, sí! Mmm... a la izquierda Ponte Olveira, Riomao y... ¡Prodemar! ¡Sí! ¡PRODEMAR! ¡Allí podréis coger un ferry! ¡Sí sí! ¡SÍ! ¡PRODEMAR! Del puto Prodemar podéis ir más al sur... pero será muy caro... ¡joder! Mmm... no sé... mierda... ¿Touriñán? ¿Podríais vivir como granjeros? Mmm... mierda... los ferrolistas andarán cerca... pero... ¿os reconocerían esos cabrones?

- ¡Ah! Jajaja ¡Os haré otro mapa! -y arrancando otro trozo de cartón empiezo a dibujar de nuevo- Esta línea es la puta costa... ¡Aquí la puta zona! ¡No entréis nunca! ¡No os acerquéis! Al norte los putos ferrolistas que os persiguen -F-... mamones... Aquí Touriñán -T-, los campos, las granjas... Más al sur Arousa -A-, son mercaderes de todo ¡lo que queráis! ¡TODO! Bueno y malo... mmm... ¡Ah! ¡Estamos aquí! ¡Justo en el borde de la Zona!... y... por aquí... ¡BÚA! ¡BÚA! ¡MI CASA! Con la puta furgo no llegaréis... no hay carreteras y el camino es una mierda... pero si lo conseguís... ¡pasad por casa!

- No os quedéis por aquí. No... ¡os encontrarán! ¿Quién habrá hecho esto? ¡Joder! Yo iré a La Baña... allí avisaré de la mierda que ha pasado aquí. ¡Puta mierda! ¡Luego tengo que ir a Loroño y Moraime! ¡Puede que nos veamos allí! ¡Sí! ¡Id allí! ¡NOS VEREMOS ALLÍ Y COMEREMOS MERMELADA! Jajaja ¡Yo me piro ya! ¡Ha sido un placer Sunhee, Nara y Jose! ¡Cuidáos! ¡Ah! Si vais por Búa, enseñadle este colgante a mi hermano y os acogerá... -entrego el colgante a Sunhee. -me despido con una sonrisa, sin dejar de fumar, empiezo a alejarme...

Toda la explicación fue tan rápida y precipitada que casi ni entendí que nos estaba dibujando. Por fortuna, estaba Nara y también Jose conmigo, así que esperaba, por el amor de dios, que ellos se hubieran enterado más que yo. Si no, quizás Gaspar podría entender el mapa que nos había dado Luska. Aunque, a decir verdad, daba un poco de grima que hubiera escrito con sangre de André...

—Gracias, Luska —dije, cuando la chica terminó la explicación—. ¡Nos veremos allí! Cuídate, ¿vale? Por favor... 

En realidad, estaba preocupado por ella... la acababa de conocer, pero... ¡iba sola! Nosotros al menos éramos 4, pero ella... no me imaginaba a mí moviéndome por este mundo en solitario.

—Dejaremos la mermelada sin abrir hasta que nos veamos. ¡Prometido!

Sonreí amablemente, y le di un abrazo de despedida a la chica. Luego esperé a que montara en su moto y se fuera...

Hice un genuino esfuerzo para retener en mi memoria todos los datos que decía. Los nombres de los lugares, las carreteras, las recomendaciones... ¿Los ferrolistas? ¿Granjeros? Definitivamente había una civilización desarrollada (aunque fuera post-apocalitica, con sus deficiencias) y nosotros habíamos vivido 50 años aislados y fuera de ella. Puede que lo hicieran por protegernos, porque el ser humano es cobarde por naturaleza y prefiere quedarse en su caverna antes que salir a explorar de dónde vienen las sombras... Pero aún así no pude evitar sentir rabia hacia todos esos adultos que habían decidido año tras año no salir de allí, como topos asustados. ¡Cobardes!

Intenté también memorizar la zona en la que mencionó que había muchos fráteres para, desde luego, evitarla. Está claro que Sunhee seguro que quería ir a ver a Luska de nuevo, a su hermano... Desde que le dio el colgante me da la impresión de que le ha dado un rayito de esperanza. Pero yo no sé si es inteligente seguir a la primera que nos cruzamos. Tendremos que decidirlo.

Mil gracias por todo, Luska, esperamos volver a verte. Nos habría gustado hablar más rato para que nos expliques muchas cosas que desconocemos. ¡Buen viaje!

Todo era demasiado surrealista desde que salimos del refugio. La gasolinera- ratonera, el jinete, los fráteres-cadáver, y ahora una motera adolescente solitaria. El mundo exterior es una puta locura.

Al irse, cerré la verja.

Sunhee, creo que deberías inspeccionar este sitio de arriba a abajo, seguro que tú encuentras cosas muy valiosas, raras y difíciles de encontrar.

Luska se marcha. - ¡Tened cuidado! ¡Y espero que nos veamos en Moraime! Es su despedida, un "hasta luego". Sale del recinto con precaución. Camina un poco hasta perderse detrás de una casa, allí arranca su moto, y toma la carretera hacia el sur, hacia La Baña, el último bastión frater conectado por carretera, todavía más al interior de la Zona, o de la Frontera. Hacia el norte se extiende toda la red de asentamientos que os acaba de describir. Al noreste la región controlada por los ferrolistas, de donde ha supuesto que venís huyendo ; al oeste Touriñán, que ha descrito como zona de granjeros y agricultores. Al sur, inaccesible por carretera, pero sí por ferry y a través del peligroso bosque, la región de Arousa y otras islas y asentamientos de interior, entre los que se encuentra Búa, su hogar.

Nara cierra la verja y de nuevo estáis solos. En este lugar. En el Monasterio de Páramos. Por el momento parece seguro, sólido. Está bien equipado, hay comida de sobra, huertos, herramientas, camas, un establo sin caballos...

Gaspar sigue durmiendo... ni ha visto a Luska, ni ha oído nada de lo que ha ocurrido.

La chica se iba. Aparentemente no sospechaba de nosotros o, si lo hacía, era muy buena mentirosa. Apostaba por lo primero.

Nuestra llegada al Monasterio había sido muy movidita y estaba muy nervioso. Me temblaba un poco el pulso y la ansiedad me causaba un hambre atroz. Mi “despertar” también había resultado muy duro de aceptar y el rechazo de mis amigos todavía dolía un poquito.

Después de limpiar bien el cuchillo saco uno de esos chorizos que tan buena pinta tenían. Me lo había ganado. Lo voy cortando a trocitos mientras ojeo el mapa. Llenar el estomago me tranquilizaba un poco. No estaba seguro de si era por comer algo o porque los chorizos estaban…

¡Me cago en la puta que mierda mas sabrosa! ¡Pero como puede estar tan riquísimo!

Desde ese momento las latas me iban a saber a mierda.

No me fiaba de los ferrolistas, ni de los frateres, y los granjeros no se fiarían de nosotros. Tampoco teníamos suficiente información de ninguno de ellos como para poder juzgar. Necesitábamos saber más. Sin conocimiento estábamos perdidos.

Saco de La Pulga el libro de geografía para compararlo con el ¿mapa? que nos había dibujado.

Bueno, realmente no esta tan mal ¿no?

Después dejo el libro donde estaba y me guardo el mapa en mi mochila.

¿Qué os parece chicas? ¿Qué hacemos? Por mas que me encanta este refugio debemos suponer que los frateres lo reclamaran antes o después. Y quizás los próximos sean aun menos tolerantes que estos. Yo me marcharía.

Cuando Luska se fue, miré a mis compañeros y sonreí. Por una vez, todo había ido medio bien...

—Luego le contaré a Gaspar lo que ha ocurrido —dije—. Pero recordad, nosotros no hemos matado a nadie. Llegamos anoche, y esto estaba ya así... al único que matamos fue a André, y porque era un zombie cuando llegamos, ¿entendido?

Después de todo, era lo que quería creer. Luego, asentí con la cabeza a Nara. Pensaba explorar todo el lugar, pero después de que contara un par de cosas importantes.

—Anoche estuve revisando la capilla y —hice una pausa dramática—, creo que teníais razón, chicos. Os pido una disculpa... quizás podíamos haber hecho las cosas de otra forma, pero fue así y ya es mejor olvidarlo. En fin, lo que vi fue mucha sangre... no sé si de animal o no, pero también encontré esto y esto —saqué la daga de ritual y la biblia con sangre—. Aparece escrito muchas veces la palabra pecador con letra escrita en sangre. No lo he leído a fondo, pero pienso que tal vez... a los pecadores...

Estaba hablando suposiciones, pues realmente no había abierto la biblia. En cualquier caso, era momento de hacerlo para salir de dudas... así que, la abrí y traté de leer con calma un poco más antes de irme a explorar el resto de habitaciones que faltaban por mirar.

Todo había pasado muy rápido, y lo que nos contaba Sunhee desde luego me hizo sentir un poco mejor.

Está claro que los hijos de puta no eran inocentes tampoco.

Me daba cuenta de que últimamente soltar tacos me ayudaba a desfogar rabia contenida.

¿Qué os parece si nos sentamos juntos a desayunar un festín y revisamos nuestro plan a partir de ahora? Yo desmantelaría está lugar entero. Pero bueno, sentémonos a discutirlo juntos, incluido Gaspar, que parece que está sordo o se le han pegado las sábanas...

Y con fuerza doy unos golpes fuertes en el lateral de la Pulga para despertarle.

Empecé a andar hacia la cocina: Jose, el libro de geografía es demasiado útil como para que lo dejes aquí, tira el puto tirachinas inútil. Que por cierto, ya va siendo hora de que uséis el cerebro y le fabriqueis un arma a Sunhee que pueda usar con una mano. Que para algo tienes el cerebro, ¿o es que eres un zombi ya?  Y le di un empujón amistoso. 

A lo mejor no estuvo tan mal degollar al abad.

Es pasado ya mediodía, os sentáis a la mesa a almorzar, no a desayunar, aunque para vosotros es la primera comida del día. En la cocina encontráis comida de todo tipo, y coméis hasta hartaros. Durante la tarde, mientras exploráis el lugar, también podéis descansar y os relajáis un poco*. Os permitís disfrutar de la momentánea seguridad que os brinda el lugar, y de las comodidades que os ofrece.

Jose estudia los mapas que os ha hecho Luska, y los compara con los antiguos mapas de antes del Xacobeo que aparecen en sus libros. Es curioso, parece que una civilización se está desarrollando al margen de la civilización anterior. Las antiguas ciudades han sido abandonadas (aparentemente), ya que Luska no ha dicho nada de ellas al respecto. Sólo Ferrol y la isla de Arousa son nombres que aparezcan. Los demás nombres de asentamientos o eran lugares naturales, enclaves, aldeas o ni siquiera aparecen. Es como en vuestro caso con Pedroso; un refugio resistió y prosperó en una vieja estación de telecomunicaciones en lo alto de un monte... Por otro lado con las carreteras ocurre lo mismo, no coinciden con las grandes autopistas, sino que van serpenteando evitando los antiguos lugares más poblados, tomando a veces el trazado de una carretera para desviarse luego por caminos y otras sendas que ni siquiera aparecen en los viejos mapas... es un mundo nuevo, levantado sobre los restos del antiguo. Sobre los frateres no encuentra nada.

Cuando Sunhee abre la pesada Biblia, encuentra pasajes tachados, texto añadido a los márgenes, correcciones, pasajes subrayados... con sangre. Los márgenes, la cubierta, el lomo... están llenos de manchas de sangre. Entre los textos que le llaman la atención puede leer:

Sobre los zombis:

Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas (Génesis 1:2)

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Salmos 23:4)

Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca (Zacarías 14:12)

Se abrieron los sepulcros, y muchos santos que habían muerto resucitaron. Salieron de los sepulcros y, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos (Mateo 27:52)

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne vivas, sino contra pecadores, impíos, contra las huestes de maldad en las regiones celestiales (Efesios 6:12)

Y en aquellos días los hombres desearán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte no les será dada (Apocalipsis 9:6)

Sobre el Pecado:

Si la hija de un sacerdote se prostituye, será quemada viva (Levítico 21:9)

Saca al blasfemo del campamento y que muera apedreado (Levítico 24:13)

El que toque un cadáver y no se purifique debe ser eliminado de Israel (Números 19:11)

El que no obedezca al sacerdote ni al juez morirá (Deuteronomio 17:12)

Cumplió Jehová su enojo, derramó el ardor de su ira y encendió en Sion fuego que consumió hasta sus cimientos (Lamentaciones 4:11)

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna (Romanos 6:23)

Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de la desobediencia (Efesios 5:6)

Luego, inspeccionando también el pequeño librito que sacó de entre las ropas de Eselvio, encuentra la Regla de los Frateres, es decir, los principios por los cuales se rige su doctrina, su comportamiento, su rutina:

Regla Fraterense:

1 Obedece al Obispo y a los Abades.

2 Ten mente serena y mano firme.

3 Preserva la vida por encima de todas las cosas.

4 Castiga a los pecadores, sin excepción.

5 Sé la espada de Dios que purga este mundo del pecado.

6 Aguarda paciente la llegada del Mesías.

7 Él liderará la reconquista de Tierra Santa sobre los muertos.

Nara, por su parte, inspecciona los bordes del monasterio, la seguridad, las opciones de supervivencia... busca armas, busca puntos débiles... finalmente concluye que el lugar es muy seguro frente a zombis, y que es prácticamente imposible que un ataque os pille por sorpresa. Sin embargo un ataque de humanos, o de frateres que conozcan bien el monasterio, podría ser devastador. El monasterio es muy grande, y es difícil vigilar bien todo el perímetro. Casi todo está rodeado de un alto muro de piedra, excepto la verja de entrada y el fondo del cementerio, que es un mera tapia de algo menos de una persona de alto y otra verja, más baja aún... La iglesia era sin duda el lugar más sólido, de piedra,  con ventanas estrechas desde las que disparar, y con tres accesos de los que habéis dejado sólo uno en condiciones. El edificio principal es el más cómodo, con un patio central, pero con demasiadas ventanas y habitaciones sin salida que podrían convertirse rápidamente en ratoneras, además algunas ventanas tienen rejas mientras que otras no. Concluyendo, el lugar es seguro frente a zombis, sería un buen refugio, de no ser porque no os pertenece, y como bien ha apuntado Jose, los frateres tarde o temprano lo reclamarán.

Explorando un poco más el lugar, alguno de vosotros encuentra otro mapa en la Sala Capitular, sobre la mesa del Abad:

mapa de la red de monasterios fraterense

No me sorprendían para nada las palabras de Sunhee. Estos hijos de puta estaban como una cabra. Los fanáticos son de lo peorcito de cualquier sociedad y entre ellos, los fanáticos religiosos son los mas peligrosos. Pese a que nunca debimos venir aquí, al final las cosas no han salido tan mal.

Nos vamos con un brazo roto, que sanará, y a cambio estamos descansados, alimentados, equipados y con mucha más información de la que teníamos. Al final el abad era un mierda y le he dado su merecido. Me sentí muy bien cuando lo mate y me siento mejor ahora.

He librado al mundo de un pedacito del cáncer que lo consume. ¿Y que si me gusta? Lo que está bien… está bien…

Tranquila Nara. El libro lo tengo guardado en La Pulga porque pesa mucho. Y lo volveré a dejar allí. Si en algún momento tuviésemos que abandonarla ya veríamos. El que llevo siempre encima es el de medicina, por si tengo que hacer algún vendaje de emergencia.

Guiño a Sunhee, y hago un amago como si fuese a darle un golpecito amistoso en el brazo roto. Mi familia esta bien. Soy feliz. Sonrío.

He perdido el miedo que antes me acompañaba a cada rincón. No tengo miedo a matar, ni tengo miedo a morir. Aun podría decir más. El miedo se había transformado en ansiedad, en deseo, en necesidad.

Me parece buena idea Nara. Aunque yo ya he almorzado… tomaría algo de postre de esa despensa tan repleta que nos han regalado. Y estudiaremos  juntos el mejor plan mientras tanto.

Ya no había duda alguna... no había nada de lo que sentirse culpable, y es que esta situación, tarde o temprano, habría acabado pasando. No pensaba darle más vueltas de cabeza.

—No quisiera estar aquí cuando vengan otros de los suyos —dije, cerrando el libro.

A decir verdad, no quisiera encontrarme nunca más con nadie que pudiera estar relacionado con esta religión.

Tras arrancar y romper en mil pedazos las páginas de la biblia para hacerla inservible, la tiré en una de las habitaciones, junto con el diario de Estelvio. No quería portar aquello, ocupándome espacio y siendo un peso inútil que llevar encima. Luego fui al huerto y recogí todo lo que pudiera ser salvable y comestible antes de volver a la Pulga y depositarlo allí si es que había espacio... En cuanto al puñal de páramos, cavé un hoyo profundo en la arena y lo escondí allí. Por alguna razón, pensaba que portar ese arma no haría más que traernos problemas... no quería tener nada que ver con él, pero tampoco quería que los fráteres lo encontraran. Por eso había roto la biblia, y por eso lo escondía con recelo.

Una vez hecho todo esto, miré a mis compañeros.

—¿Qué os parece si arreglamos un poco la Pulga antes de irnos? —propuse—. Presiento que el viaje va a ser duro... Más nos vale tener a la Pulga en buen estado.

Además, así también hacíamos un poco de inventario... empezábamos a tener el vehículo cargado hasta arriba.

Al despertarme me desperezo a gusto. Hace años que no estoy tan satisfecho en el estómago y tan descansado en los músculos. Un nuevo día un nuevo comienzo. Salgo de La Pulga con una espléndida sonrisa, ya es el medio día. Quiero darme un buen baño, pero se me pasa por la cabeza la cantidad y variedad de deliciosa comida. Creo que estoy listo para un bocadillo, luego me bañaré.

Llego a la mesa relajado y silbando. – Buen día – suelto a mis compañeros justo antes de coger algo de la mesa para empezar a masticar. Me estoy sentando cuando escucho la propuesta de Sunhee. – No termino de estirarme que ya me están mandando a trabajar – digo en tono burlón. – Cuenten con eso, a mí también me gustaría dejar La Pulga a punto.

El tiempo pasa, ya es media tarde...

Como con satisfacción. – Te veo bien esta mañana, Sunhee. ¿Cómo está tu brazo? – Doy por concluido el almuerzo estirándome en la silla. – Los arreglos de La Pulga pueden llevar por lo menos un día. No creo que sea prudente quedarnos más que ese tiempo aquí. El mapa que tenía el abad va a ser de utilidad para eso. ¿Puede creer que el mierda de Estelvio me había robado nuestros mapas mientras veníamos hacia acá? – Pongo unos cuantos bocadillos en un plato para más tarde y empiezo a caminar con ellos hacia la puerta. – Voy a darme un buen baño y luego estaré con La Pulga hasta que oscurezca, envía a alguien para que me ayude si ves a los demás.

Busco dónde asearme sin importarme que en un momento esté todo sucio nuevamente, arreglando nuestra casa. Hasta la noche me dedico a la mecánica de La Pulga.

Es una auténtica pena que tengamos que irnos de aquí tan rápido. Este lugar es cómodo, seguro, con comida abundante... Pero está el inconveniente de la orden que seguramente vendrá a reclamarlo y a intentar quemarnos. Tendremos que irnos de aquí rápido.

Mientras Gaspar arregla la Pulga,  retiro el cuerpo del monje al que destrocé el cráneo para cuando tengamos que salir, y cerré la verja. No me pareció bien dejarlo a la entrada, así que lo llevé al fondo, tras la iglesia. Al cementerio. Ya que estaba allí, hice lo mismo con el abad. Y me pareció raro no poner allí también a Estelvio, así que también lo arrastré. Tarde unos 10 minutos pero allí se quedaron, tumbados boca arriba unos al lado de los otros, sobre la tierra húmeda y oscura junto al muro perimetral. 

Al terminar, sudando, no sabía por qué lo había hecho, y me sentía un poco avergonzada. No le debía nada a aquellos hombres, ni tenía creencias en el más allá. Supongo que lo hice por respeto a mí misma. No soy un animal, lo hice para sobrevivir, y así me lo recuerdo. Además, será útil apartar de la vista los cadáveres por si viene alguien más.

Ya que Gaspar arreglaba la Pulga, y Sunhee y Jose buscaban cosas útiles, deduje que lo mejor que podía hacer es volver a lo que se me da bien: vigilar y proteger. Cogí unas ramas junto al huerto, me dirigí a la entrada, y desde la verja, me puse a vigilar mientras fabrico flechas. 

Estaría bien tener flechas buenas. De metal. Que hagan más daño, más veloces, que lleguen más lejos. Más mortíferas. ¿Verdad?

Le hablaba a Gaspar mientras cada uno trabajaba en lo suyo. Quizá pudieran hacerme flechas especiales con algo que encontremos en el almacén.

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Durante el resto del día no ocurre nada reseñable. La tarde transcurre tranquila y da paso a la noche, que pasa silenciosamente. Gaspar pasa toda la tarde reparando la Pulga y poniéndola a punto para el viaje que os espera mañana. Nara hace guardias y se farbrica unas flechas. Los cuerpos de los tres frateres yacen apilados en el patio del cementerio.

A la mañana siguiente, muy temprano, os reunís en el patio del monasterio. La Pulga está cargada con algo de comida que habéis robado de la despensa de los monjes. Pero aún no habéis decidido qué hacer.

—Estoy mucho mejor, Gaspar —dije, esbozando una sonrisa de agradecimiento por que preguntara por mi estado. Luego hice mano del mapa de carreteras y se lo tendí—. Sí, lo tenía Estelvio... Lo recogí cuando revisé su cuerpo. ¿Sabías que te lo había quitado?

En cuanto a la idea del baño, fue decirlo Gaspar y brillarme los ojos al instante. ¡Agua! Necesitaba una ducha como fuera, que ya empezaba a oler mal...

—¡Te acompaño! —exclamé, aunque luego me di cuenta de que eso podía sonar un poco pervertido—. ¡Ehm! Cuando termines tú... claro...

Mis mejillas se ruborizaron un poco, y mi sonrisa pasó a una algo avergonzada... Rápidamente intenté cambiar de tema antes de que se me notara más...

—Por cierto, ¿no deberíamos enterrar los cadáveres?

Nara pasa como un gato detrás de mí mientras yo tengo medio cuerpo metido debajo de La Pulga. Por eso me sobresalto cuando me habla repentinamente. Dejo un momento mi trabajo para hablarle con una sonrisa. – Pero si es la heroína del momento. Cómo te luciste anoche, ¿Eh? – Me acerco un poco a ella con el semblante mucho más serio – Ya, en serio, no tuve oportunidad de agradecerte por salvarme de Estelvio. Es una tranquilidad muy grande saber que puedo contar con alguien que cuide mis espaldas. Quiero que sepas que también puedes contar conmigo para lo que sea. – Tras una pequeña pausa cambio el tono a uno burlón – Pero no creas que te voy a dejar sumarte al grandote. ¡Yo ya lo había partido al medio cuando llegaste! Para tu cuenta es un zombie más.

Con todas las necesidades que puedo tener satisfechas puedo concentrarme. Bien comido, descansado y aseado nada parece estar mal. La locura de la noche anterior aparece lejana. Hicimos lo necesario para sobrevivir, estamos vivos y en abundancia. Todo está bien. No veo la hora de partir de este lugar. Antes de dormir lleno mi equipo personal de toda la comida que me entre. No he tenido tiempo de revisar el lugar, ya no me interesa mucho. Recojo la llave inglesa que había dejado junto a La Pulga y dejo todo listo para partir. Duermo en nuestra casa, como de costumbre.

A la mañana siguiente me reúno con mis compañeros en el patio. - ¿Listos para viajar? – Pregunto animado. – Yo digo que no dirijamos al norte, evitando los monasterios.