Partida Rol por web

Cuando aparecen las ruinas de lo que fue una casa, me dirijo a mi compañera - ¿Te parece si nos quedamos ahí para poder pasar la noche? - me detengo y le señalo las ruinas 

-El viento sopla cada vez más fuerte. Podemos aprovecha la poca claridad que aún nos queda para hacer un pequeño refugio ahí dentro- intento dar todos los argumentos, que el viento frío me deja decir, entre tiriteo y tiriteo

Aquellas ruinas... eran un desastre. No tenía techo, y sólo se mantenían firme (o eso esperaba) algunas paredes. Pero... por desgracia, era lo mejor que teníamos. Esta noche pasaríamos frío.

—Sí, me parece bien, Declan—contesté—. Es mejor que nada.

Al menos aquellas paredes nos resguardarían del viento. Además, aún teníamos tiempo para hacernos un pequeño refugio que nos protegiese algo más. Con suerte, encontraríamos algo de utilidad.

—Voy a por algunas ramas con las que podamos hacer un fuego —luego señalé las puertas medio podridas que yacían en el suelo—. Podríamos usar eso para protegernos mejor del frío. Quizás usarla para hacer una... «pared» más.

En cualquier caso, yo dejé mi mochila y exploré un poquito los alrededores... en busca principalmente de ramitas finas, hojas secas y cualquier otra cosa que prendiera fuego fácilmente; pero también de cosas comestibles y, por supuesto, posibles zombies que anduvieran cerca y que pudieran ser un peligro al anochecer... Nunca había que bajar la guardia.

Sunhee da una pequeña vuelta por los alrededores, explorando un poco en busca de cosas que os puedan servir y para asegurarse de que no hay más zombis cerca. Estáis solos, completamente solos, al menos en un buen área a la redonda. También encuentra unas bayas, rojas y moradas, y rastrojos con los que poder empezar un fuego.

Entre los escombros hay tablones y vigas de madera, con esto podríais improvisar un techo y un par de paredes para protegeros del frío y de la humedad, ya que puede que llueva o nieve esta noche. No será muy espacioso pero estaréis más o menos cómodos.

El paseito en busca de cositas fue de lo más fructífero. ¡Bayas! ¡Madera con la que mejorar nuestro nuevo lugar de descanso! ¡Y cositas para hacer fuego fácil! Me sentía contenta conmigo misma, tanto que no dudé en enseñarle todo a Declan cuando por fin pudimos descansar después de mejorar (si es que mejorábamos algo) aquel sitio.

—¡Mira lo que he encontrado! —le mostré especialmente las bayas—. Aunque no tengo ni idea de si serán comestibles o no... ¿tú qué opinas?

Quizás en el libro de las plantas de Xose viniera algo... pero no lo teníamos con nosotros. Bueno, podría guardarlas hasta que volviésemos al refugio. Y... hablando de refugio...

—Voy a contactar con Gaspar —le dije a mi compañero—. Empieza a hacerse de noche, estoy segura de que ya se habrá quedado sin uñas delante del walkie esperando que le diga algo... ¡seguro!

¡Segurísimo! Lo conocía ya muy bien, tanto que... aunque sonaba a broma, y además lo había dicho soriendo, ¡no lo era! Estaba 100% convencida de que de verdad estaría delante del walkie esperando.

—¡Hola! ¡Hola! ¡Aquí Sunhee en la llamada de buenas noches! ¿Me recibes, Gaspar?

Mientras Sunhee se fue a dar una vuelta para ver qué encontraba, yo me dediqué a rebuscar entre los escombros de la casa. Me hice de varias vigas y tablones, algunos enteros y otros rotos, pero aún así me servirían. 

Elegí una de las esquinas de la casa porque todavía conservaba las dos paredes contiguas bastante altas y enteras, además tenía unos restos de algo que en su día sería un tabique en uno de los lados y en el otro, algunos ladrillos bien colocados dejaban sospechar que ahí hubo una especie de armario empotrado. Me venía perfecto para colocar las vigas que tuviesen más o menos ese largo y sobre ellas los tablones de madera. De esa manera, tendríamos una esquina bastante aislada del frío y delante podríamos hacer fuego, pero sin el peligro de que nos viesen desde lejos.

Cuando casi lo tenía montado apareció mi compañera con su botín. Y cuando me preguntó si conocía las bayas me quedé pensando - Pues...no sé déjame que las veas bien, a ver si consigo reconocerlas-  tenía las bayas en mis manos y las examinaba por todos lados 

Mientras Declan examinaba las bayas, yo estaba pendiente al walkie, que no tardó en hacerse sonar. Sin embargo, la voz... que sonaba rara porque el walkie andaba mal, no era la de Gaspar sino la de Nara. ¡Qué extraño!

Sunhee, ### oyes? ###### bien? ¿Cómo ## ##### Rut ###### Tulio ## muerto, # ahora Gaspar ## ## ### con ### a ######## Me ## quedado ## #### para proteger##. ¿Me ########

La sonrisa en mi rostro iba cambiando poco a poco... primero por la sorpresa de escuchar a Nara, luego por la concentración de tratar de entender lo que decía y... finalmente, cuando escuché la palabra "muerto".

—¡Declan! —llamé rápidamente a mi compañero—, ¡creo que ha pasado algo en el refugio!

Sunhee, ¿me oyes? ¿estás bien? ¿Cómo ## ##### Rut ###### Tulio ha muerto, y ahora Gaspar ## ## ### con ### a ######## Me he quedado yo aquí para proteger##. ¿Me escuchas?

Había partes que entendía, o que creía entender... y otras que ni idea. Pero una cosa estaba clara...

—Ha dicho que Tulio... ha...

Pulsé el botón rápido en cuanto la voz de Nara dejó de sonar y volví a hablar por el walkie. Mi voz sonaba preocupada y confusa.

—¡Nara! ¿Qué ha pasado? Te oigo mal. ¿Tulio ha muerto? ¡Mierda! ¿Han sido los zombies? ¿Los fráteres?

Miré a Declan desesperada. Debíamos volver... pero, ¡ya era de noche! Pero si estaban en peligro...

—Tenemos que volver, Declan...

No podía dejar que les pasara algo a Nara a Gaspar, ni tampoco a Made ni a Draina... ni a Senés, ¡ni a nadie! Les había prometido que todo estaría bien si se quedaban en Hoke... que allí estarían seguros. Les había convencido para quedarse...

Declan termina de montar el refugio improvisado para esta noche, y entre los dos hacéis un fuego. Aún queda un rato de luz, pero podéis descansar. La disposición de los tablones, aprovechando esa esquina de muros de piedra, hace que el calor se concentre contra el lugar en el que dormiréis, y además las llamas no serán visibles desde la lejanía.

Declan recuerda las bayas moradas, son una especie de arándanos silvestres, comestibles, aunque no tienen mucha enjundia. Los rojos no los conoce así a simple vista. Aunque los arándanos son comestibles, Declan conoce otro uso para ellos, quizá más útil: un ungüento que puede calmar el dolor.

Entonces Nara habla por la radio. Son malas noticias.

-¿Qué? pero...¿cómo?- me sentía muy preocupado ante las palabras de Sunhee. Pero aún así, la idea de volver podría ser un poco locura, pero también lo sería quedarnos allí porque el peligro estaba más cerca de Hoke.

-A ver, tranquilízate vamos a pensar...- tenía malos presentimientos y no sabía si era mejor decirlos o callarlos, eso sería en circunstancia normales, pero ahora no lo eran. - Creo que Hoke es una trampa y deben salir de allí cuanto antes, intenta comunicarte con ellos y diles que se preparen para salir ya. Nosotros nos pondremos en marcha ahora mismo, aprovechemos que queda algo de luz e iremos en su busca, nos encontraremos con ellos en el camino y los traeremos aquí porque podemos hacer fuego sin que nos vean y las niñas necesitaran calor tras el camino- tras mis palabras me levanté rápidamente y comencé a recoger mis cosas.

 

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 —¡Mierda! Declan...

Empezaba a notar como el pecho se me comprimía de la angustia. Aun así, traté de respirar hondo y calmarme. Ponerme nerviosa no iba a servir para nada...

Se suponía que era yo la que iba a estar en peligro... no ellos...

Respiré hondo una vez más... Luego miré a Declan. A pesar de todo el ruido que producía el walkie, había logrado entender algo a medias.

—Creo que me ha preguntado que cuándo vamos a ir a Hoke. Que Gaspar y Rut están en Moraime, y que ella se ha quedado para proteger el refugio.

No sabía que hacer. Quizás Declan tenía razón, pero... y si no escuchaban bien mi mensaje y... salían de Hoke en otra dirección y no los encontrábamos. Y si nos perdíamos. O les hacíamos vagar por la noche... podrían morir congelados. Pero... ¡qué podía hacer!

—Tengo miedo de que no escuche bien lo que le diga y malinterprete mis palabras, Declan. Si les digo que salgan, puede que no nos encontremos... o que les ataquen los zombies en mitad de la noche. O quien haya matado a Tulio... Tulio había salido con Rut, no estaban en el refugio. Quizás, quien le haya matado, no sabe aún dónde está el refugio...

-Bueno, yo creo que sí saben dónde está el refugio. Hay demasiadas evidencias de que están buscándolo y no tardarán en encontrarlo- ella estaba muy nerviosa y entendía que no era capaz de pensar con claridad. Me acerqué y la agarré por los brazos para transmitirle seguridad, la miré a los ojos - Vayámonos ya, aquí estamos perdiendo el tiempo, recoge tus cosas. Todo saldrá bien, llegaremos a tiempo-  hice un esfuerzo titánico para que no notase mi preocupación

Ya fuera de nuestro refugio improvisado, me detengo un momento e intento orientarme para retomar el camino que nos llevó hasta allí. Mientras tanto, me meto unas cuantas bayas en la boca- algo nos aportarán-  le digo a Sunhee mientras le ofrezco unas cuantas.

Asentí con la cabeza cuando Declan dijo de volver y que todo estaría bien. Con sus palabras, me sentí un poco más reconfortada. Aun así, no tardé ni un segundo en recoger mi mochila, meter dentro las ramitas por si finalmente teníamos que parar en mitad del camino, poder encender al menos algún fuego; y, por último, volver a pulsar el botón del walkie.

—Vamos para allá —dije, y lo repetí—. Vamos para allá. Vamos para allá. Vamos para allá.

Un mensaje corto, repetido varias veces. Quizás así pudiera llegarle bien...

Por favor, que no les ataquen...

El camino os es fácilmente reconocible en este momento, con las últimas luces del día. Incluso aún hay pisadas sobre la nieve que habéis dejado hace un rato. La prisa y los nervios os hacen caminar a ritmo forzado, inquietos, y sin prestar atención a vuestro alrededor.

Camináis hasta que oscurece por completo, y aún no habéis llegado al borde de la planicie de la cima con la ladera del monte. Al menos estáis seguros de que no os habéis perdido. No veis nada, ni siquiera las estrellas, sólo un brillo lejano que debe ser la Luna tras la densa capa de niebla. Tampoco lleváis nada con lo que poder hacer luz.

Empezaba a pasarme factura la caminata, pero podía aguantar aún. Lo que me motivaba a continuar era que no nos habíamos perdido. Miraba a mi compañera de reojo y aunque no había apenas luz, intuía que su preocupación era el motor que la hacía tirar hacia delante sin echar cuenta del cansancio. 

-Si quieres parar un poco, me dices, yo intentaré aguantar todo lo que pueda para llegar cuanto antes- 

Empezaba a notar el cansancio. Cada vez me costaba más mover los pies, y la nieve hacía que el paso se hiciera lento y pesado. A pesar de todo, cuando Declan me dijo si quería parar, negué con la cabeza.

—Estoy... bien —dije, con la voz entrecortada.

No quería tardar ni un minuto más de lo debido.

Seguís caminando en la oscuridad, guiándoos simplemente por la intuición de Declan. Sunhee tiene la impresión de haberse perdido, aunque Declan sigue avanzando a paso firme en la misma dirección. Todavía estáis en el llano de arriba de los Montes do Pedregal. No hay ninguna luz ni ninguna señal que os ayude a orientaros.

Lo peor era que seguíamos en la planicie y se me estaba haciendo eterna. Sobretodo por la sensación de estar desprotegidos cuando llegase el momento de descansar. Porque doy por hecho que tarde o temprano tendríamos que hacerlo. Ahora me arrepentí de haber salido tan apresuradamente.

Tenía la sensación de que el viaje de vuelta estaba siendo más largo que el de ida. Era comprensible que tardáramos más, teniendo en cuenta que había menos visibilidad, y el frío acusaba nuestro paso. Pero... ¿tanto habíamos andado? Andaba por inercia, pero empezaba a temer que si parábamos aunque fuera para tomar un pequeño descanso, no pudiera continuar.

—Ya debe quedar poco.

Era una manera de engañarnos. No sabía si de verdad quedaba poco... pero no podíamos perder el ánimo. Si lo perdíamos, no llegaríamos a Hoke esa noche...