Partida Rol por web

Las palabras de Xose me conmovieron - Gracias Xose- 

Escuché a todos y cada postura era bastante respetable, teniendo en cuenta lo que cada uno buscábamos. Me dirigí al grupo para proponerles una idea - Tal vez, tengamos una oportunidad de poder ganar tiempo. Propongo que le quitemos la radio y les digamos a los que están al otro lado, que Anea fue atacada, pero que está negociando con La Purga y que tienen que retrasar el bombardeo hasta que regrese. Puede parecer una locura pero, ¿quién sabe si esa cosa habla? Voto por que nos deshagamos de Anea y todo el que la siga- miro a Vaikus- él sabía los planes desde el principio y no nos ayudó. Ganamos tiempo y vamos todos a buscar a los que faltan, como sigamos separándonos sólo conseguiremos ser más débiles. Es una locura, pero sacrificar dos personas a cambio de toda Galicia, ¿no os salen las cuentas?-

Tienes razón, sería raro encontrar un tridente marino aquí, pero hay una horca... del Leroy Merlin, no sé para qué la usarán los ferrolistas, pero lo mismo te gusta (aunque para el arma marina tendrás que esperar...). También te he puesto pantalones xD

Lo de los pantalones, maravilloso XD 

¿Habría algo de café/cosas que despierten? Y un pañuelo negro, como el de Xena. No sería el de ella, pero sería algo que usaría para él recuerdo. 

En lo de la horca, con tiempo, será fácil ajustarla...

Veo el plan de las chicas, y el de Declan. Y miró a Anea, y a Vaikus. La decisión es muy difícil. Y la verdad, no se qué decir, ni hacer. No pienso que Anea tenga tanto valor para los ferrolistas como para anular el ataque, y, por otro lado, si se parecían lo más mínimo a los narcos de Arosa...

-No se se eso cambiará su plan, chicos. Si son más organizados que los narcos de Arosa y tienen un plan, probablemente lo ejecuten. Anea, de verdad, ¿el bombardeo que arrasará? ¿De verdad es necesario? Hace apenas una hora, antes de encontraros, hemos visto a la horda y la Purga. ¿No podéis ir a por ellos? Sabéis el área y podéis atacarles... Y darnos el tiempo para sacar a nuestra familia de ahí... ¡Que hay dos niñas y un muchacho! Gente que Clemente puso para que protegieramos... Y a vosotros también. Quizás... Habría sido mejor que Xena estuviera aquí, o Xervasio. Ellos eran más útiles que yo. 

El ambiente se Caldea por momentos y tras la amenaza de neutralizar a Anea, previendo su reacción y por si va armada, saco rápidamente una flecha y la cargo en el arco. La dejo apuntando al suelo pero si alguien saca un arma para amenazar a Declan yo estaré preparada primero.

La perspectiva de que Declan tuviera en su sangre la cura era reveladora, realmente deberíamos ir con Anea, pero yo ya no me fiaba de nadie. Bueno, de casi nadie... De mis hermanos sí.

Tras las palabras de Declan, agarrando su cuchillo con fuerza, y mirando a Anea con dureza:

- A mí tampoco me han gustado nunca los ferrolistas...

Anea retrocede unos pasos ante las palabras de Declan y la actitud de Anuncia y Nara, sobretodo de Nara cuando carga una flecha en su arco:

- Vaikus... ¿qué es esto?...

Vaikus se interpone entre todos vosotros y Anea, como para protegerla, y levanta ambas manos mostrando sus palmas vacías y sus pacíficas intenciones:

- Vamos, tranquilos todos... chicos... Nara ten cuidado con eso. Sunhee...

Cuando Vaikus se pone delante de ella, Anea sale corriendo hacia atrás, hacia el bosque. Huye apresuradamente y os abandona. Vaikus no se lo espera, ni Anuncia tampoco. Ambos se quedan inmóviles, el uno frente al otro. Anea lleva con ella la mochila, con la radio y los documentos del Bebé entre otras cosas.

—Xose, no sé cómo eran Xena y Xervasio... pero estoy segura de que no podrían haber hecho más de lo que has hecho tú por Hoke. Eres importante para nosotros.

Lo decía de todo corazón. Xose había ayudado como uno más en Hoke, y había hecho todo cuanto había podido por cuidar de nosotros. Oírle menospreciarse, cuando no había motivos para hacerlo... no podía permitirlo. Así que traté de animarle.

Sin embargo, cuando Anuncia y Nara sacaron sus armas contra Anea, traté de impedir que todo llegase a más. Aun así, tampoco pude hacer mucho antes de que la propia Anea saliera por patas. Me quedé con cara de... "¿eh?"... pero bueno, quizás era lo mejor.

—Chicos, calma —dije mirando a todos, por si acaso alguien intentaba alguna locura—. Anea nos ha ofrecido ayuda, no es nuestra enemiga.

Luego centré mi atención en Vaikus. Le había escuchado cuando había tratado de que fuera con ellos, pero... no podía hacer nada. Mi decisión ya estaba tomada.

—Vaikus, yo... no puedo irme sabiendo que las niñas están atrapadas, junto a Gaspar, Senés, Antón y Asunta... No puedo dejarles aquí. Ellos son importantes para mí, igual que lo eres tú y los demás —le puse una mano en el hombro y sonreí amablemente—. No puedo pedirte que te quedes con nosotros. Ésta es una decisión que debemos tomar cada uno por nuestra cuenta... Pero, si decides ir con Anea... cuídate, ¿vale? Aprecio todo lo que has hecho por nosotros, Vaikus. Es una pena que... Hoke no haya podido funcionar, pero estoy contenta de haber podido vivir al menos la ilusión de crear una sociedad justa con todos vosotros.

Ante la repentina marcha de Anea, no puedo más que alegrarme. - ¿Y tú Vaikus, vas a dejar escapar el barco? - le digo irónicamente con una sonrisa.

-Bueno, arreglado- me dispongo a recoger de los alrededores del bebé, cosas que pueda encontrar útiles para fabricar explosivos. Una vez tengo lo necesario - Si no me necesitáis para algo, emprendo mi camino-

-​​​​​​-Vaikus, nos conocemos poco, pero diría que esto no es lo que quieres, ni lo que Clemente quería. ¿Un lugar seguro y protegidos? Me encantaría. Pero, Anea, ¿no puedes darnos más respuestas, más detalles, más cosas de las que van a pasar y de lo que harían con el pobre Declan? 

Yo lo decía intentando saber las intenciones y la capacidad real, ¿podrían arrasar Galicia en una noche? Y además, sabía de peleas entre narcos de Arosa y ferrolistas, y no me gustaría salir de la sartén para caer en las brasas. 

Pero todo se complicó. Parecía mentira que todos los que tendríamos que hacer frente común de pronto nos encontrábamos peleando unos con otros, hasta el punto que Anea salió corriendo. Huyendo de nosotros como si fuéramos el enemigo... Intento salir tras de ella, gritando: 

-​​​​​​--¡Anea! ¡Por favor! ¡Danos respuestas! ¡No somos enemigos! ¡La Purga lo es!...

Cuando no lo conseguí, y vi que se iba, maldije mi cuerpo lento de pescador, más acostumbrado a la paciencia y la espera que no a la lucha. Maldición. Sunhee me estaba intentando animar, pero aunque lo que ella decía era verdad, yo seguía sintiéndome culpable de la muerte de ambos, Xena y Xervasio, y sabiendo que ella hubiera peleado contra la Purga, y él negociado con Anea... Yo... Ni siquiera había podido conservar sus recuerdos, o saber si mi madre estaba bien, o mal... 

-No se qué hacer, no lo sé ... Declan, si quieres esperar un poco, vemos si podemos restaurar algo de lo que teníamos en Hoke... Has sido, has sido un gran apoyo, siempre Te agradeceré tu ayuda para huir.

Solo quería asegurarme de que ella no atacara, como ha amenazado con llevarse a Declan por la fuerza...

Ante la carrera de Anea, encojo los hombros, y guardo mis flecha y mi arco. Cobarde...

Sunhee, vayamos a rastrear el camión. Podemos tomarnos esto, que creo que nos hará más rápidas, y cansarnos menos. Lo necesitamos. 

Y le tiendo las pastillas a Sunhee.

Nara da la mitad de sus 'Pirulas amarillas' a Sunhee:

Veis cómo Nara da unos cuantos blisters de unas pastillas amarillas a Sunhee.