Partida Rol por web

¡Vaya! ¡Qué gran idea, Senés! Si quieres puedo acompañarte la próxima vez, tengo muy buena vista. Me encantará aprender de ti y de tu amiga - y miré a la lechuza con admiración y envidia.

¿Hablaban un dialecto del gallego? Es increíble... Por supuesto no quiero creer que sea verdad, pero confío en que Xose no nos mentiría sobre algo tan importante, no tiene motivos. Debemos informar a todos los demás e intentar encontrar más información... Esto puede tener serias consecuencias, si es que la inteligencia de nuestro enemigo ha aumentado tanto.

Me siento dejándome caer, abatida y con las manos en la cara. La cosa se complica, quizás tengamos que poblar los alrededores de trampas. Ya no sirve la simple violencia, habrá que anticiparse a seres con inteligencia si se demuestra que esto es cierto.

Tras todas estas conversaciones, que se han venido produciendo en las últimas semanas, se hace necesaria la celebración de una Asamblea para tratar algunos temas candentes. Hay importantes decisiones que tomar que competen a todos, así que hoy, esta tarde, ahora mismo, empieza la Asamblea. La moderadora es Anuncia. El refugio principal está atiborrado, con gente sentada en los niveles de las camas con los pies colgando, los abuelos en sillas y los más jóvenes de pie o sentados en el suelo. Las dos niñas también están aquí. Rut hace guardia desde la atalaya y Vaikus merodea por los alrededores.

- Buenas tardes. A ver, ¡silencio, a ver! Hay muchas cosas que hablar hoy. ¡A ver! Lo primero es el tema de las mejoras, el invernadero y el foso para el garaje. ¡A ver, escuchad, coño! Sí, pero hay otros temas también. Sí, a ver. Sé que estos días habéis escuchado cosas. Alguien está diciendo que hay zombis que pueden hablar. Y también Tulio nos ha contado que han visto a un grupo grande pasando la frontera por Páramos.

- ¡Eso es una tontería! ¡El que me lo dijo es un flipao, es Dabril de Loroño! No tenemos a hacerle caso, ¿no?

- ¡A ver! ¡Callarse! ¡Luego hablamos de eso, coño! ¡Primero el invernadero! Eso es, ¡gracias! No sé quién quiere hablar... ¿Sunhee? ¿Declan? ¿Gaspar?

¡Vaya! ¡Qué gran idea, Senés! Si quieres puedo acompañarte la próxima vez, tengo muy buena vista. Me encantará aprender de ti y de tu amiga - y miré a la lechuza con admiración y envidia.

Miré a los dos mientras charlaban sobre la lechuza de Senés, y decidí acercarme a ellos, y meterme en la conversación: - Es un hermoso pájaro. Nunca había visto uno, aunque he oído algunas cosas en los mercados a los que iba. ¿Es de esos que puede pescar? Me encantaría verlo volar... aunque yo no volvería a volar...  

- ¡Y otro más! ¡Pero bueno! ¿Tú también bebes lo mismo, Xose? Nara tiene razón, son seres sin consciencia. ¿Cómo van a hablar?

¿Hablaban un dialecto del gallego? Es increíble... Por supuesto no quiero creer que sea verdad, pero confío en que Xose no nos mentiría sobre algo tan importante, no tiene motivos. Debemos informar a todos los demás e intentar encontrar más información... Esto puede tener serias consecuencias, si es que la inteligencia de nuestro enemigo ha aumentado tanto.

Los miro, aún con miedo, pero con certeza en los ojos. Digo: - No eran zombis normales, no se si lo eran del todo, o eran medio podridos solo. Pero podían convertir a la gente en podridos, chapurreaban... y los fráteres lo sabían. Ojalá no fuese verdad, Lateiro, pero yo lo he visto... y mis amigos murieron por ellos. - De nuevo, me estremecí. - Deberíamos hablarlo, en lo posible. 

Cuando Tulio hizo todos aquellos comentarios a nuestras apreciaciones sobre los fráteres, y consideró que había que hacer una asamblea, asentí. Me pareció lo más adecuado, que se pudieran poner todas las cosas en común, porque era posible que entre todos tuviéramos una vista mayor de lo que estaba pasando que cada uno individualmente. Los fráteres, me temía, estaban planeando algo. Por desgracia. 

Cuando la buena de Anuncia inició la asamblea, me sonreí. Me recordaba a cuando los ancianos de Baroña contaban cuentos en las noches de tormenta, a la luz de las velas, pero en esa ocasión era algo serio. Asentí a todo lo que dijo, y sabía que el punto primero era el propio refugio, pero antes quise aclarar lo de los zombis que hablaban. 

- Si, Anuncia, luego si me permites, querría hablar de mi experiencia con lo de los que hablan. Se que Lateiro no cree a Dabril, pero yo querría comentar alguna cosa, después de lo de los invernaderos. Por cierto, con respecto al tema de mejoras, necesitaré mañana un poco de ayuda para desbloquear un poco la entrada de la piscina de los peces, una hora, o menos. Se ha quedado algo congelada la llegada de agua. Luego podéis contar conmigo para trabajar en el invernadero. 

- ¿En serio vamos a hablar de las mejoras sabiendo que una horda de zombis que hablan vienen hacia aquí? ¡No me lo puedo creer! ¿¡Cómo podéis estar tan tranquilos!?

No sólo Sasari está angustiada con estas noticias y estos rumores. Muchos asienten ante su intervención.

Di un paso al frente cuando Anuncia buscó a alguien para hablar de lo del invernadero.

—Si queremos tener comida durante las épocas de frío, debemos hacer un invernadero para el huerto —dije, tomando la palabra—. No será difícil de hacer. Sólo necesitamos un plástico transparente y colocar vigas de madera. El plástico servirá para cubrir todo el huerto, de manera que no entre el frío pero deje pasar los rayos de sol. ¡Quizás podamos conseguir muchas verduras para hacer ricos estofados!

Sólo de imaginarlo me hacía ruidito la barriguita. ¡Qué bien! ¡Qué bien!

Sin embargo, toda la ilusión por el posible estofado de verduras se vino abajo cuando empezaron a hablar de los zombies.

—¿Zombies que hablan?

Era la primera vez que escuchaba algo así. ¿De verdad los zombies podían hablar? ¡Nunca había visto a ninguno así! Y, eso no era lo peor... lo peor era el miedo y el desconcierto que empezaba a haber en el grupo. Muestra de ello eran las palabras de Sasari.

—Aquí estamos seguros —dije, tratando de tranquilizarla—. Somos muchos. Tenemos defensas. Dediquémonos a mejorar las vallas también y doblemos las guardias. Podríamos hacer grupos de limpieza también durante el día. Ya sabéis, ir por los alrededores y acabar con los zombies que hayan cerca.

En ese momento miré a Nara. Ella era la experta en acabar con zombies, y estaba segura de que estaría encantada de tomar ese papel.

—Podríamos pedirle a Clemente si no tenemos nada que nos sirva por aquí —le contesté—. Pero busquemos por aquí primero por si acaso.

Ante lo que dice Sunhee sobre el plástico transparente, y tras las largas conversaciones con Gaspar intentando convencerla de que done la lona del dirigible al refugio, Elica explota:

- ¡No! ¡No vais a destripar a mi bebé para cultivar verduritas! ¡NO! Necesito esa lona para reconstruirlo y volver a casa, tengo que devolverle la vida a mi bebé. ¡Mi bebé no os pertenece!

Ante  aquellas palabras empecé a recordar varias cosas del pasado y comencé a sentirme agobiado, normalmente soy un tipo muy tranquilo pero, no siempre.

Y en ese momento, no teníamos ninguna información precisa de los zombis parlanchines y lo único que estaba en nuestra mano era intentar sobrevivir y resistir todos juntos, es por eso que las egoístas palabras de Elica fueron la gota que colmó el vaso - Elica, ¿has visto cómo quedó tu "bebé"? de verdad ¿crees que puedes arreglarlo? sé realista, todos hemos perdido cosas y personas por el camino que queríamos, pero seguimos adelante y no nos aferramos a ellas, porque ya no están, porque ya no se puede hacer nada. Lo qué si puedes hacer por todos nosotros, que ahora mismo es lo único que tienes, es dejar que utilicemos la lona para poder seguir cultivando en el invierno. No olvides quienes te ayudamos cuando casi te mueres- al soltar esas palabras yo mismo me asombré, no me sentía bien, no estaba cómodo...

-Tengo que salir, lo siento- salí a la puerta del refugio.