Partida Rol por web

[Zork]04 -Bajo las sombras de Montnoir

Capítulo 1: Extrañas compañías

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01/08/2017, 20:07
Kaleb "El Grande"

-Tal vez en otro momento, Tancredo- le respondió con una sonrisa -Ahora creo que tenemos que recibir a estas personas, pero seguramente pronto te lo pida para experimentarlo-

Ya estaba más tranquilo al ver que el peregrino se había recuperado lo bastante como para caminar bien. Es más, se adelantó con sus largas piernas.

-Espera, tengo piernas cortas- dijo risueñamente -Bueno, ya te alcanzo-

Una vez llegó junto a los demás, sus ojos se abrieron de par en par.

-¿Iván?- preguntó Kaleb adelantándose con los brazos abiertos -No conocerás a los demás, ¡pero a mí sí!- agregó con una sonrisa acercándose al viejo gnomo.

Notas de juego

Disculpen si es un post un poco escueto, me estoy reincorporando y le tengo que tomar el ritmo de nuevo :) Además, me gustaría tener más información ;) ;) Especialmente si hay algún "Gran Historia" de la Casa o de Iván.

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01/08/2017, 22:30
Hugo Belmonte

Hugo miró a Tancredo, visiblemente preocupado. Todavía no terminaba de fiarse de los métodos del brujo, pero nunca antes le habían fallado y sería una necedad tomar sus consejos a la ligera.

—Gracias por el aviso. Alerta al resto, pero hazlo cuando estés seguro de que no te oye la otra compañía— le susurró, mientras aprovechaba que el resto se estaba presentando —. Y que piensen que eres un peregrino, mejor no darles motivos para sospechar de nosotros.

Notas de juego

Lo pongo en público porque se da por hecho que todos os enteráis tarde o temprano y así ahorramos tiempo.

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02/08/2017, 02:34
Iván Rytsarskiy

El viejo gnomo miró con incredulidad el símbolo que le mostró Le Maison. De sus ojos desapareció toda señal de desconfianza.

—¡Será posible! Disculpe mis modales, caballero. Alguien a quién tenía en gran estima formaba parte de su orden— dijo con respeto, adelantándose un poco —. Esperamos a la señora duquesa y a su cohorte, pues nosotros nos adelantamos al oír al perro.
A medida que el resto de aventureros se fue presentando, Iván los escuchaba pacientemente y asintiendo. Parecía que ahora le quedaba claro que la compañía no le supondría ningún problema y se le notaba mucho más relajado.

—Vaya, gracias por presentarme. No es común que alguien presente a un heraldo, esa suele ser mi tarea— respondió a Volk, sonrojándose. Se notaba que había fantaseado con el día en el que alguien le presentase a él por sus logros y no al revés.

***

Cuando Kaleb se adelantó a saludar, Iván meneó negativamente la cabeza:

—¿Conocerle? Me temo que me confunde con... ¡Un momento!— exclamó, visiblemente estupefacto— ¿Kaleb? ¿Eres tú? Te hacía entre los muros de esos arrastracueros de Montnoir. La última vez que nos vimos estabas investigando unos trinos que aseguraban que existía un arpa que hablaba y tocaba sola, o algo así. Tienes que contarme cómo terminó la cosa.

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02/08/2017, 02:42
El Narrador

Notas de juego

Iván Rytsarskiy se doctoró en la academia de Domenburgo, ciudad de la región fronteriza con Rhusiya, y comenzó a vagar por el mundo ofreciendo sus conocimientos, trabajando en numerosas bibliotecas y cortes. Era un filósofo, pero también experto en heráldica. 

Es probable que te formases tú también en dicha academia o provengas de una prestigiosa escuela de bardos, eso te lo dejo a tu elección, pero sí que necesito que contestes:

¿Cómo conociste Iván?

 

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02/08/2017, 02:52
Tancredo de Bergerac

Soy un peregrino. Entre otras muchas cosas, hermano Filemón. Todos lo somos, susurró Tancredo.
 

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02/08/2017, 03:04
Alek

La sonrisa de Alek se fue haciendo cada vez más amplia a medida que se fueron haciendo las presentaciones. Una vez más, había demostrado el buen juicio de Tarannis pese el escepticismo del viejo heraldo. El mastín alzo la cabeza sin dejar de mover el rabo y él le devolvió una mirada que parecía decir: "buen trabajo, chico".

—¡Ah, sootechestvennik! Volk, ¿verdad? Me alegra mucho que el camino haya cruzado nuestros pasos, ahora sí que no aceptaré que no por respuesta. Seguro que tendréis historias muy interesantes que compartir.

 

Notas de juego

Sootechestvennik: (un) compatriota

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02/08/2017, 03:04
Kaleb "El Grande"

Kaleb lo abrazó afectuosamente. Iván había sido profesor suyo en la Academia de Domenburgo... luego de una intensa "cacería" de Kaleb por un cupo en su clase. Él era titular en un seminario llamado "Interpretación exhaustiva de la Heráldica antigua y moderna, y la influencia de ésta en el comportamiento de sus integrantes". Sólo algunos podían acceder a esas lecciones, donde se abordaba de una manera muy peculiar, y controvertida, las casas nobles de diversas regiones.

El otrora inexperto bardo había insistido a más no poder pero lo que finalmente lo ayudó a que Iván aceptara a tan peculiar alumno, fue una serie de saberes poco comunes de hechos "no trascendidos" de casas nobiliarias con cierto poder en la Academia, que luego el viejo profesor utilizó en sus disertaciones. Si eso fue motivo para que poco después éste se retirara de la institución, nadie lo sabrá salvo él.

-Estaba entre los muros de la Casa del Patricio, pero de vez en cuando hay que recuperar la costumbre de caminar y viajar con hombres llenos de historia- dijo el bardo cuando se separó del abrazo -Es más, puedo adelantarte que pronto escucharás baladas de uno de estos valerosos y nobles caballeros- y le guiñó un ojo en dirección a Le Maison.

Miró a los demás, y luego al guía.

-Tal vez me conozcas, tal vez no, pero si tu trabajo te ha llevado para descansar a las tabernas de Montnoir, seguramente hayas escuchado alguna de mis canciones o historias- comenzó su presentación Kaleb haciendo una salutación con su sombrero -Mi nombre es Kaleb, mal o irónicamente apodado "El Grande", a ti te quedaría como anillo al dedo, como verás por mi estatura me quedaría mejor otros calificativos, aunque confío en que ha surgido por la serie de crónicas que redacté sobre las hazañas de Lord Benthor en su lucha con los ictianos- estaba orgullosos de ese trabajo.

Y se encaró hacia Iván, al cual no le había respondido, y quería hacerlo.

-Si pasaremos la noche poniéndonos al día, entonces te podré contar sobre aquella arpa- le dijo haciendo un revoleo de los ojos -Fue más y menos de lo que esperaba... sí, las dos cosas a la vez-

- Tiradas (1)

Motivo: Exhibir conocimientos

Tirada: 2d6

Dificultad: 10+

Resultado: 5(+3)=8 (Fracaso)

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02/08/2017, 03:08
Hugo Belmonte

—Ya sabéis a qué me refiero, monseñor Tancredo— susurró, matizando un tono irónico en aquel tratamiento de cortesía mientras echaba un rápido vistazo a los saquillos donde el "peregrino" guardaba las hierbas —. Si hay un hechicero entre ellos, habrá que estar atento y ser cautos.

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02/08/2017, 03:09
El Narrador

Sobre Iván

Aunque se pasó media vida rodeado entre libros, Ivan Rytsarskiy nunca pudo cumplir su sueño de ser un escritor reconocido en todo Zork (pese a que la imprenta no se había inventado todavía, aunque los gnomos están trabajando en ello).

Pese a ser alguien distinguido y letrado, es bastante aficionado al licor y al vino. Cuando la gran guerra[1] asoló los reinos colindantes a Montnoir, Iván asistió a su amigo don Enrique, que por aquel entonces era caballero del santo pendiente. Aunque el gnomo no era demasiado diestro en batalla, tenía nociones de estrategia militar y algo de dominio en la alquimia y las artes arcanas académicas.
Finalmente, la guerra terminó y Enrique de Avellaneda fue condecorado con honores y premiado con el título de marqués y guardián de la marca. Así, su casa se constituyó con el lema: "Nuestro escudo es inquebrantable". Iván fue nombrado mayordomo y heraldo de la familia por sus servicios. 


 

Sobre la familia Avellaneda:

Existen numerosos cacareos y graznidos alrededor de la figura de doña Lorena de Avellaneda. Todos dicen que es demasiado joven para gobernar, otros que falsificó el testamento, la mayoría que coquetea con las artes oscuras y algunos aseguran haber visto a un extraño y sibilino brujo por los alrededores del marquesado.

Doña Lorena es la pequeña de tres hermanas, pero ha heredado la mayoría de los bienes y el título de marquesa tras la muerte de su padre. Algunos achacan este hecho a la formación militar de la joven y a las ocupaciones de las otras hijas. Leonor, la hija mayor, ha sido ungida como paladín del santo pendiente; igual que el fallecido don Enrique[1]. Por su parte, Laura ejerce como catedrática y docente en la Universidad de Montnoir tras doctorarse en metamagia y arcanología aplicada.

Notas de juego

[1]:lo dejo con cierta ambigüedad para que podáis bautizarla vosotros y darle forma.

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02/08/2017, 03:13
El Narrador

El grupo parecía, en general, bastante más tranquilo una vez realizadas las pertinentes presentaciones. Sin embargo, a medida que el sonido de pisadas se aproximaba, el risueño Tarannis parecía cada vez inquieto. Iván y Alek también parecían nerviosos, pues callaron de pronto y miraron en dirección a la algarabía que se aproximaba.

No tardaron en ver a una docena de soldados bien armados, con un tabardo similar al de Iván y un escudo blasonado con las llaves cruzadas. Los que abrían la compañía, a la vanguardia, portaban sendas alabardas de acero. Detrás, marchaban alternando ballestas o lanzas. Todos parecían llevar una espada colgada del cinto.
En el centro de la formación, sobresalía un ostentoso palanquín cargado por cuatro hombres fornidos que apenas llevaban protección. Junto a ellos caminaba una ominosa figura encapuchada que se apoyaba en un bastón. En cuanto estuvo más cerca, pudieron comprobar que ocultaba su rostro con una curiosa máscara.

Cuando ya estaban a pocos metros, se detuvieron. El encapuchado, tras acercarse al palanquín y compartir unos susurros inteligibles con quién fuera que viajase en él, comenzó a aproximarse lentamente al grupo.

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02/08/2017, 03:30
Salvatore Surrel

—Vaya, vaya, vaya— dijo arrastrando mucho las palabras —, ¿quiénes son tus amigos, Alek?

Su grave voz sonaba amortiguada por la máscara de metal. Además, había ignorado por completo al heraldo para dirigirse directamente al guía pero sus ojos estaban fijos en el perro, que ahora se había interpuesto entre su dueño y el extraño consejero.

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02/08/2017, 08:47
Babaccar

Babaccar mantuvo las distancias durante las numerosas presentaciones, poco le interesaban a él los humanos y más aún en grandes grupos. En lugar de eso, acarició al perro y trató de unir sus mentes para establecer una relación de confianza.

Finalmente, iniciaron su camino en busca del séquito de la dama. Curiosamente, conforme se acercaban los supuestos aliados de sus nuevos compañeros parecían mucho más incómodos, incluso nerviosos.

El trote de numerosos caballos anunció la presencia del séquito mucho antes de verlos aparecer tras un recodo del camino. Babaccar se colocó en un discreto segundo plano, cerca de los árboles que circundaban la vía de paso y trató de conectarse a la mente del perro, ya que seguramente le contaría mucho mejor qué era lo que estaba ocurriendo.

Notas de juego

Pues eso, que trato de entender qué le ocurre al perro, cuales son sus sentimientos o qué es lo que piensa.

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02/08/2017, 10:56
El Director de Juego

Notas de juego

@Babaccar: en principio no dije que fuesen a caballo pero me gusta la idea, por lo que la voy a dejar como válida.
Así quedan más patentes los rangos, pues los porteadores del palanquín tienen que ir a pie.

El consejero, por tanto, también va a caballo.

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02/08/2017, 11:15
Tarannis

Entre el jaleo, Babaccar logró distinguir las palabras que rumiaba Tarannis. Estaba visiblemente nervioso y parecía querer transmitirle una advertencia al druida y a su amo:

—Cuidado... no es de aquí... es un errante.

Parecía referirse a la figura encapuchada, pero sus palabras resultaban confusas y entrecortadas. ¿No se suponía que los mastines de tundra ayudaban precisamente a quienes se habían extraviado, viniese de donde viniese?

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02/08/2017, 15:23
Iván Rytsarskiy

El viejo heraldo carraspeó para llamar la atención de los presentes. El encapuchado dirigió su mirada hacia el gnomo, con sumo interés.

—Se presenta doña Lorena de Avellaneda— pronunció, con gran seriedad y solemnidad —, marquesa de Recondia y guardiana de La Marca.

Había hecho aquello cientos de veces, y aún así parecía realmente orgulloso de representar a aquella familia.
Cuando hubo terminado, los soldados hicieron un rimbombante saludo militar. Los porteadores se mantuvieron donde estaban.

—Salvatore, debo mantener unas palabras contigo y con la marquesa— dijo, ahora en un tono más bajo y acercándose al consejero enmascarado.
Este asintió y se acercaron al palanquín para hablar en privado[1]. Parecía que había cierta familiaridad entre ambos, aunque el gnomo parecía tratarlo con frialdad.

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02/08/2017, 15:47
El Narrador

Alek se mantenía bastante serio y echaba ocasionales vistazos hacia el palanquín mientras trataba de calmar al mastín. Resultaba extraño verle tan preocupado cuando hacía unos instantes parecía radiante de alegría.

Iván y el tal Salvatore mantenían una conversación con la figura que se ocultaba en el palanquín; parecía que el heraldo trataba de convencer a la marquesa de algo, y a juzgar por su lenguaje corporal, el consejero no terminaba de estar convencido.

Finalmente, el gnomo regresó para comunicar la resolución de la marquesa.
—Doña Lorena a accedido a compartir hoguera con ustedes, pero deberán evitar cualquier contacto con su séquito o con ella misma a menos que ellos se os dirijan personalmente. Por tanto solo podrán hablar con Alek y conmigo, me temo. 

El sol ya comenzaba a ocultarse tras el horizonte, por lo que no tardaron en ponerse a la obra para montar un improvisado campamento. El rhusiyano y algunos soldados se adentraron entre los árboles para buscar madera con la que preparar una hoguera.

Hugo se quedó parado, probablemente preocupado por las noticias de Tancredo, mirando al resto de la compañía para saber qué deseaban hacer a continuación.

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02/08/2017, 17:05
Tancredo de Bergerac

Tancredo parecía disfrutar de su acierto a la hora adivinar la presencia de fuerzas ocultas, especialmente delante de un futuro o probable inquisidor. No dejaba de hablar a Monsieur Hugo entre surrurros:

—¿Veis a ese hombre? No me gusta decir te lo dije, Hermano Filemón, pero... ¡te lo dije! 

 

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02/08/2017, 18:40
Volk

Las contadas ocasiones en las que había entrado en contacto con miembros de la realeza era para realizar trabajos más propios de su profesión, y no se sentía especialmente cómodo en su compañía, así que le parecía perfecta la idea de obviar el contacto directo con la marquesa. Compartiría experiencias con Alek e Iván, y disfrutaría con el resto de sus compañeros, pero no dejaría de prestar atención a los hombres de la marquesa, y a ella misma.

Escuchó las palabras de Tancredo. Podía ser muchas cosas, pero nadie podía negar que su magia era poderosa y fiable, y sería una necedad ignorar sus sensaciones.

- Tancredo, ¿hay algo que te inquiete? Si sospechas que algo o alguien puede suponer una amenaza, tal vez pueda ayudar. Dime ¿qué percibes que está sucediendo aquí?

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02/08/2017, 19:27
Kaleb "El Grande"

Kaleb enmudeció ante la aparición de tantos soldados y caballeros. No es que les tuviera miedo, una parte de él ya buscaba los salvoconductos del Patricio, pero sí quería estar atento a lo que pudiera pasar.

El gnomo observó toda la situación, buscando indicios en los rostros de todos, excepto el del consejero, al que Iván había llamado Salvatore, ya que tenía esa extraña máscara. Tendría que hablar largo y tendido con Iván para sacarle más información sobre esa persona peculiar.

Cuando finalmente Iván volvió de su reunión con la marquesa y el consejero, Kaleb sonrió.

-Será un honor para nosotros compartir hoguera y campamento con tan notable y respetada figura. Hace un momento me presenté, pero ante tan noble presencia no puedo más que volver a hacerlo, por las reglas de caballerosidad y etiqueta- su voz sonó ligeramente distinta, más armónica y segura aún, pero siempre mirando a Iván y a los demás sirvientes de la marquesa.

-Mi nombre es Kaleb "El Grande", cronista, historiador y compositor, autor de "Mil y un formas de diplomacia errada" y "Las aventuras del Capitán Patafeliz"- esbozó una sonrisa ante el recuerdo de tan peculiar persona -En este momento Cronista de la Corte y biógrafo del Patricio de Montnoir-

Podría seguir, pero también podía llegar a notar ciertas miradas de cansancio, por lo que prefirió cortar allí las presentaciones.

-Iván, ¿caminamos? Tengo un vino de... la zona- le guiñó un ojo acercándose a su congénere -Que amablemente el abad me ha cedido- y soltó una corta y melodiosa risa.

- Tiradas (1)

Motivo: Exhibir conocimientos

Tirada: 2d6

Dificultad: 7+

Resultado: 8(+1)=9 (Exito)

Notas de juego

¿Qué sé de la Doña? Supongo que será un Exhibir conocimientos, y si se aplica mi Área de Conocimiento, mejor, después le agregás el bonificador.

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02/08/2017, 21:45
El Narrador

Pese a los cacareos que dudaban de cómo alguien tan joven iba a poder gestionar el gobierno de todo un marquesado, doña Lorena de Avellaneda había demostrado grandes dotes de mando. El mismísimo patricio elogió una vez cómo la heredera de don Enrique hacía honor al lema de su familia defendiendo la marca con férrea dedicación.

Todavía había graznidos que auguraban tiempos oscuros y la relacionaban con malas artes, pero ninguno tenía fundamentos reales. La joven marquesa había seguido la estrategia de su padre, pero estrechando todavía más su círculo de personas de confianza y resolviendo los problemas más peliagudos en persona. La única persona que se mantenía a su lado en todo momento era su antiguo mentor y consejero: Salvatore Surrel.