Partida Rol por web

La sala es poco más que un almacén sin salida ahora repleto de restos humanos.

Espero fuera de la sala cubriendo el pasillo, ya que soy el hombre de retaguardia. Cuando en un momento miro dentro de la habitación percatandomede que no hay ningún tipo de salida. Chicos, no se si os habreis dado cuenta, pero la cosa que se montó aquí un festín no tuvo forma de salir al estar la puerta cerrada. Andaros con cuidado, y revisar los cadavares, porque a lo mejor alguno es el culpable de esa matanza. miro un momento al techo de la habitación , no vaya a ser que allí haya un inexperado amiguito, que necesite plomo

Este es uno de los momentos en los que aprecio la mascara anti-gas. huele a rosas perfumadas sonrio mientras vuelvo a aubrir el pasillo  

-Eso es lo que estaba pensando Atellus, lo que fuera que hizo esto debería de estar aqui dentro.- responde Albrek a la acertada observación del marine.

TRas escrutar la sala y no ver nada, coge una de las linternas de sus compañeros y alumbra el interior de la sala, mientras accede a la misma con el revolver en una mano y la interna en la otra pendiente de todo cuanto hay a su alrededor, intentando ademas no pisar los restos humanos que están desperdigados porla habitación.

La sla no contiene más que restos humanos, algunas cajas rotas y un par de estanterías descolgadas. No hay nada vivo dentro.

Un examen mas minucioso de la sala aclara al sacerdote que en aquel lugar, salvo muerte y desolcaión, no iba a encontrar nada mas, asi que enfunda su arma y dejando la lámpara en el suelo, eleva una modesta oración al emperador rogando por aquellas almas. tras eso, y con un suspiro de pena, abandona de nuevo la sala sin remover ni tocar nada.

Una vez fuera, le tiende la lámpara de nuevo a sus compañeros, mientras se dirige a Atellus.

-Podemos proseguir, ahi dentro no hay nada, pero me queda la duda de que ha podido pasar Atellus, como bien dices, lo que fuera que hiciera eso no ha podido salir.- Comenta mientras echa un vistazo al pasillo,  y apoya su mano sobre su arma.

-Avanzamos igual, con Cain a la cabeza y Atellus cerrando el grupo cubriendonos la espalda. Confiemos en que el emperados nos ayude en esta misión, y que Cain siga pasando desapercibido.-

Seguís avanzando pero pasados unos cinco minutos el corredor desciende en una pronunciada pendiente hasta desembocar en una charca de agua estancada en cuya superficie flota una reluciente mancha de aceite.

Está claro que estos pobres se habían encerrado a cal y canto en aquel almacén, a modo de defensa contra algo... que seguro se había colado de alguna manera con ellos, y los destrozó cuando más seguros se sentían.

A ver si tenemos esto en cuenta, cuando nos enfrentemos a lo que sea que está ahí abajo, en los túneles...

Ya sin nada que hacer ni mirar, cojo de nuevo la lámpara que le había dado a Albrek y espero a que nos pongamos en posición de avance.

Cain, mucho cuidado y avisa por el comunicador ante la más mínima sospecha de algo raro.

Al rato de comenzar, un obstáculo algo raro en el camino: ¿Aceite en el agua? ¿Cual será su origen? Miro hacia todos lados a ver si distingo su procedencia.

Tanto el suelo, como el techo o las paredes están libres de tuberías o desagües que puedan ser el origen de la mancha ¿quizás alguna bajo el agua?

MIentras el grupo avanza, empiezo a observar el lago con manchas de aceite por distintas áreas. Sigo detrás del grupo esperando encontrar algún rastro de vida. Me aposto en un lado del camino con el arma preparada. Esperando la salida de algún engendro desde las profundidades de la mina.

- ¿Vamos a seguir mirando o lo cruzamos?, dice Caín rompiendo el tenso silencio que se ha generado.

Alb rek caminaba un tanto abstraido pensando intrigado en la matanza que había ocurrido en la sala, cuando de pronto, las voces de sus compañeros le sacaron de sus pensamientos.

-¿Pero que? Vaya, si no hay forma de rodear la charca lo mejor será cruzarla, y cuanto antes mejor. Imagino que no será profunda, aunque habría que tener cuidado de si hay algún agujero.-

El sacerdote observa la sala, tratando de examinar todos los huecos que alcance su vista.

Crucémoslo entonces.

¿De donde provendrá? Creo que me estoy volviendo paranoico, solo será un escape. Nada más. O no...

Con la duda en mis ojos, espero a que alguien más lo cruce.

Caín cruza el primero para cubrir a sus compañeros desde el otro lado y Zaddion queda el último, esperando a ver lo que pasa.

Pego un sobresalto dando un bote en el suelo. Intentando buscar en todas direcciones que es lo que me había tocado la pierna. Chicos, algo largo me acaba de rozar la pierna. Grito instantes después de que sucediera, y me preparo para lo peor.

mierda... mierda... mierda... MIERDA!!!!!

Si ya sabía yo... ¿esto no acabará nunca? Esta vez no son alienígenas, serán demonios, mutantes o lo que sea... ¿Pero nunca dejarán de acosarme?

Con mis turbios pensamientos, cambio el rifle por la pistola. Ya de perdidos al rio, da igual con qué apunte porque no veo nada más que lo que me deje la lámpara, así que...

Segundos...minutos...una eternidad que solo trae vuestras respiraciones y el fluir del líquido con vuestros movimientos. Nada ataca, nada se revela....estáis ¿solos?

Me concentro en la disformidad, para ver si algo hay que lo altere en las inmediaciones.

Caín apunta con su rifle al agua y espeta a los demás: Qué ganas de buscar follones, cruzad de una vez ¿o acaso queréis que salgo lo que sea y os pille con al agua hasta la cintura?

Le doy la linterna a uno de mis compañeros para que ilumine la zona mientras yo cruzo.

Me concentro de nuevo unos segundos para invocar la disformidad. Despues, confiando en mis aptitudes, comienzo a caminar a gatas por la pared lentamente, con una mano libre para sujetar el rifle y apuntando a la charca. Una vez al otro lado, me mantengo en la pared un rato más para cubrir a mis compañeros...