Partida Rol por web

Zaddion, Teccus y Caín se encuentran ya al otro lado mientras Albrek y Atellus vigilan el agua manchada de aceite.

Miro a Albrek Creo que debes de cruzar tú. Yo te cubriré desde aquí y zaddión desde arriba. luego yo me las ingeniaré para cruzar. Estaba seguro de que aquí había algo.

El sacerdote, atento a los temores de Atellus y a los suyos propios, comienza a caminar para cruzar el charco, apuntando constantemente con su revolver en todas direcciones en un estado de total paranoia.

-Alla vamos Atellus, estate atento, no quisiera que nos pillara por sorpresa lo que quiera que sea esa cosa.-

La última misión en la que participaste te llevó hasta Sepheris Secundus y acabó con la muerte de todo tu equipo y tu cuerpo tirado en el suelo. Tras semanas de recuperación en un edificio del Adeptus Administratum fuiste contactado por un acólito de rango superior que trabaja para tu inquisidor.

Ha habido una revuelta en la mina Gorgónida y se ha mandado a la Guardia Imperial. Se ha contactado con un grupo de acólitos que están a punto de llegar pero es necesario que te adelantes e investigues. El comisario Nihilius te informó que se había sellado la entrada porque del grupo de guardias imperiales que se internaron buscando a los rebeldes no capturados o eliminados solo volvió un soldado y está chalado (hablaba de ojos tentáculos y tal). Te da indicaciones para llegar hasta la zona de la Escombrera, donde se supone que se han retirado los rebeldes sobrantes.

Todo va bien hasta que llegas a una zona en la que se cruzan vías rotas y te equivocas de camino. Tras horas de internarte te percatas de que las indicaciones ya no coinciden y vas a volver pero es tarde y estás cansado. Tras unas horas de sueño regresas y tomas otro camino, esta vez el correcto que te lleva a un corredor que según dijo el comisario da a la sala de entrada a la Escombrera. Entonces oyes ruido a tus espaldas.....

Caín os da el alto y regresa con vosotros.

- Delante hay una luz que avanza en nuestra misma dirección, comenta serio.

Con un rápido movimiento desenfundo mi escopeta de guerra y me giro, apuntando hacia mi espalda, al lugar de donde proceden los ruidos mientras el puntero láser cumple con su cometido tratando de fijar un posible blanco. Sujetándola con una sóla mano y con el dedo acariciando el gatillo cual fiel amante espero agudizando el oído y la vista a cualquier otra señal que me de una pista de la naturaleza de los ruidos. ¿Al fin compañía? Bromeo en mi cabeza.

Una vez que Alrek ha llegado al otro lado de una sola pieza, empiezo a caminar bajando el terraplén. Y cuando introduzco el primer pie en el agua, murmuro. A cosas peores seguro que me he enfrentado en mi planeta.

Mientras atellus cruza, Cain se acerca alertando sobre una luz que avanza hacia nosotros, lo que hace que el sacerdote se alerte de nuevo.

-En teoria aquí no debería haber nadie mas, el comisario no informó de ningún rezagado ni nada por el estilo.- Comenta Albrek mientras vigila que su compañero cruza el agua sin problemas.

-deberíamos averiguar que es lo que tenemos delante, ¿crees que puedes acercarte para saber que o quien diablos es? - le pregunta a Cain,

A pesar de que la linterna delata mi posición, me mantengo en la pared pues es ventajoso para mi, además de que quien queira dispararme deberá desviar la mirada de mis compañeros y eso les dará la oportunidad de tener mejor blanco. Y siempre puedo camuflarme si hay peligro inminente...

Cuando el puntero láser se pierde en la distancia del pasillo ves que una luz brillante, probablemente una quimilámpara se mueve al final del corredor.

Antes de que Caín pueda responder veis un punto rojo que se acerca a vosotros ¿una mira láser?

Nada más ver la luz pego mi espalda a la pared con tal de que me sirva de cobertura a la vez que me ofrezca cualquier mínima opción de esconder mi figura entre las sombras del pasillo y evitar en lo posible que el foco de luz, y la mano que lo soporte, me descubra antes que yo a él. Dejo de apuntar con el puntero láser pero sin dejar de conservar el arma dispuesto a abrir fuego en caso de que la situación lo requiera. Mientras tanto me voy deslizando muy lentamente hacia delante, hacia la luz, siempre sintiendo el frío de la pared rozando en mi espalda.

El puntero láser se apaga y escucháis alguien que se corre hacia una de las paredes laterales.

-Apagad las linternas, rápido!!- Susurra el sacerdote a sus compañeros, mientras pone una rodilla en el suelo y apunta con su arma hacia el tunel, cubriéndose con una de las paredes.

-Atellus, preparate, creo que algo viene por el tunel. Caín atisbar a ver algo mas?- El sacerdote va realizando las indicaciones sin perder de vista el tunel.

-Zaddion, Teccus, apartaros a un lado y tened las linternas preparadas para encenderlas a mi voz-

Apago la linterna rápidamente, ante las indicaciones de mis compañeros. Presto especial atención a los sonidos que se produzcan, pues ya no veo nada. Sigo en la pared, fuera del fuego cruzado y sin molestar a mis compañeros para que disparen a placer a lo que sea que viene por el pasillo.

Caín levanta las tapas de la mira de su rifle y observa el pasillo: Es un tipo con abrigo largo, posiblemente blindado que se ha pegado a la pared de la izquierda según miramos. El puntero láser es una mira montada en una escopeta de combate...está mirando hacia aquí.