Partida Rol por web

Los compañeros, llenos de suciedad, de polvo y de sangre se refugian en uno de los edificios elevados del pueblo, desde el que se ve la devastación y tratan de atender sus heridas como pueden, suben las escaleras exteriores hasta la planta más alta del edificio donde hay espacio de sobra para todos y también, en el techo se encuentra un acumulador de calor que probablmente recoja el calor del sol mediante un sistema del techo y lo convierta en energía.

Asomados a la plaza ven como cuatro figuras negras idénticas a las anteriores se acercan a sus compañeros caidos

Los cadáveres son humanos, llevan un rifle blaster de un modelo que no habías visto nunca al cinto y las picas de fuerza.

Eso sí, están en perfecta forma física, parecen guerreros entrenados.

Me acerco a los cuerpos de los enemigos de negro, aunque por dentro mi cuerpo aún sigue recordando fielmente como su pica casi me destripa.

Les echo una ojeada a fondo mientras Aznak y Dann me cubren.

Escucho las palabras de el primero de éstos y no puedo evitar que un escalofrío me recorra el cuerpo...

Más de estos seres... Y dos sólos casi consiguen quitarnos la vida a mí y a Turuk...

Me levanto una vez uqe mi trabajo está hecho y me giro hacia mis compañeros levantando un bláster de aspecto extaño para mí.

- No sé que queréis que os diga,... No encuentro nada identificable en estos tipos. Os puedo decir que son humanos, seguro, a pesar de los boquetes que tienen por los disparos; joder, y bastante entrenados, no son mercenarios cualquiera que se dejan llevar por el alcohol... Y, que además de las picas de fuerza llevaban estos blásters que no consigo identificar... ¿Por qué atacarnos a descubierto y cuerpo a cuerpo cuándo tenían armas láser?

Mi instinto de rufián se antepone cuando digo:

- En cualquier caso, si no hay nada más que hacer recomiendo que cojamos los dos blásters y nos pongamos a cubierto cuanto antes...

Los compañeros, llenos de suciedad, de polvo y de sangre, se refugian en uno de los edificios elevados del pueblo, desde el que pueden ver la devastación, suben las escaleras exteriores hasta la planta más alta del edificio donde hay espacio de sobra para todos y también, en el techo se encuentra un acumulador de calor que probablemente recoja el calor del sol mediante un sistema del techo y lo convierta en energía.

Una vez acomodados, tratan de atender sus heridas como pueden.

Asomados a la plaza a la que da el edificio ven como cuatro figuras negras idénticas a las anteriores se acercan a sus compañeros caidos y proceden a comprobar su estado para luego quedar inmóviles observando uno de los callejones que sale desde la plaza.

Alguien se está acercando desde ese lugar.

Leto dio un paso adelante. Escondido como estaba, como tantas veces había hecho en el pasado.

Se encontraba mucho mejor, y su respiración había dejado de estar entrecortada. Era un cazador y era experto precisamente en eso. Y ahora había varias presas a las que dar caza. Apoyó suavemente el rifle sobre uno de los muretes que sobresalían por encima de la construcción. Apuntaba a los enemigos de negro. Sabía de lo que eran capaces y era importante quitárselos de encima antes de que pudieran hacer nada más.

Él se encargaría de ellos.

Con un gesto a Farent y a Turuk, les señala a cada uno otra de las figuras negras. Ya estaban los cuatro. Él se encargaría de dos, Turuk de otro y Farent del último.

Leto siguió organizando. Dann era normalmente el jefe, pero cuando se trataba de estrategia de combate, éste solía defender las ideas del soldado. Moesla se encargaría de Neru, y vigilaría que nadie subiese las escaleras. Anzak y Dann vigilarían la entrada de los nuevos. Si tan inmóviles estaban las figuras, no les detectarían y además significaba que aquello que se estuviese acercando no iba a ser bueno.

Cogió aire, lo expulsó con lentitud y apuntó a través de la mirilla a una de las figuras, quizás con un par de disparos rápidos ésta caería y podría encargarse rápidamente de la otra.

Veo los movimientos de Leto y rápidamente me pongo en guardia...

Observo lo que él está mirando y veo a las figuras de negro.

Prácticamente ya tengo el arma apuntando antes de que Leto me haga el gesto pernitente. Unos tipos iguales han estado apunto de sacarme las tripas hace 2 minutos y no voy a permitir que vuelva a pasar lo mismo. Me apoyo al lado del soldado y mi arma se dirige hacia uno de ellos. Con un poco de suerte caerán antes de que sepan de dónde vienen los disparos.

Siguiendo las sabias instrucciones de Leto que en tantas ocasiones ha salvado nuestras vidas, vigilo la llegada de lo que sea que esperan los tios de negro junto con Anzak, apuntando al lugar.

Turuk también sigue las indicaciones de Leto y apunta a su hombre, todo está preparado cuando...

De una de las calles aparece una figura cubierta con una túnica negra con un extraño cilindro en la mano, avanzado pegado a él podéis ver a un niño humano de unos diez años, lleva ropas típicas de Tatooine.

Los cuatro guardias negros armados hacen una reverencia a la nueva figura, y esta mira a los dos caídos, moviendo la cabeza de un lado a otro.

El recién llegado no alza la voz mucho pero le oís perfectamente. El niño le mira también como fascinado.

-Veo que habéis podido con dos de mis servidores, sois valientes y arrojados, lo admito, pero ya estoy harto de esperar... os ofrezco un trato justo, tenéis a una mujer que me pertenece, que huyó hace tiempo de una de mis instalaciones, si me la entregáis, os dejaré en paz y os devolveré a este chaval que acabo de encontrar vagando por las calles... si no lo hacéis me aseguraré personalemente de daros muerte ahora mismo, será muy doloroso.-

-Se que me estáis escuchando, os percibo cerca ¿que me respondéis?.-

Moesla respira entrecortadamente con la cara paralizada por el terror, como si estuviera recordando algo horrible... se acerca, se asoma al borde donde estáis apostados y se echa a llorar.

-Quien coño... dejo de hablar de repente al ver llorar a Moesla y le pregunto sin quitarle la vista a los enemigos -Acaso les conoces?? por eso lloras? no te preocupes, si estas con nosotros estas con nosotros, para lo bueno y para lo malo. Sabes quien es? Y echandole una mirada rapida a Leto -Espero que tengas su cabeza ya en tu mira amigo.

-Es el que vino a mi mundo y lo dejó en ruinas en nombre de su Emperador...-llora-mató a tanta gente, hubo una revuelta y exigió la vida de una persona de cada familia y si no la familia entera... dejó morir de hambre a las ciudades que se negaron...-

-Se hace llamar un Inquisidor Sith pero se asegura de que todo el que oiga ese nombre muera.-

Leto cambió inmediatamente su objetivo. Mantenía el arma en alto y permanecía en silencio. Su duda era la de disparar al sith y arriesgar la vida del niño, o tratar de sorprender a todo el grupo.

Claramente querían a Moesla, por alguna extraña razón. Quizás sólo ella fuese capaz de hacer frente al sith. Leto odiaba todo lo que tenía que ver con la fuerza. Él creía en el dinero y pensaba que todo se podía negociar. Pero no se fiaba en nada de un sith. Seguro que era una treta.

¿Arriesgaría la vida del niño?

Tenía que efectuar dos disparos certeros y asegurarse de que el niño estaría bien. Pero... desde allí no podría hacerlo.

Y si Anzak, en un cambio de planes, baja. Trata de moverse de manera sigilosa y, o bien despistales y en cuanto hiciese una señal con la mano, Leto disparara sobre el sith y Anzak trataría de salvar al pequeño. El objetivo era claro, tratar de sacarle de ahi. El grupo abriría fuego todos a la vez para ofrecerle cobertura al mecánico.

No, no era solución. Leto no quería arriesgar la vida de sus compañeros. Era mucho más sencillo si no fallaba. Apuntó y esperó la orden de Dann.