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A mitad del siglo XXI, el ser humano había puesto al límite la Tierra. Mediante ambiciosos proyectos espaciales, la Humanidad había puesto sus primeras colonias extraterrestres, primero en la Luna y luego en Marte. Pero la dificultad de los viajes, su prolongado tiempo y la incapacidad de solucionar los problemas acuciantes del planeta terminaron por abortar cualquier colonización a gran escala.

Con el mundo al borde del colapso llegó la respuesta. Un equipo internacional de científicos habían logrado desarrollar el Motor de Impulso, la capacidad de aumentar a velocidades cercanas a la luz a cualquier cuerpo en el espacio y entonces el hombre miró de nuevo a las estrellas.

Durante cien años la humanidad empezó a extenderse por el Sistema Solar, pero la inexistencia de planetas habitables condujo de nuevo la situación a un camino sin salida. Debían mirar más allá del Sol, buscar en los exoplanetas habitables que se habían encontrado a lo largo de las décadas anteriores. Trabajando en un ambicioso proyecto, la humanidad construyó las grandes naves colonizadoras: la Avalon, la Lemuria, la Atlantis, la Pengiai y la Mundus, y repletas de colonos en animación suspendida fueron enviados a los sistemas estelares con mayores posibilidades.

La colonización se prolongaría durante más de medio siglo, en el que las naves fueron llegando a sus destinos sucesivamente. Solo Lemuria, Atlantis y Pengiai tendrían éxito, pero se había conseguido: el ser humano había colonizado otros sistemas solares.

Entre los siglos XXIII y XXIV, la humanidad fue colonizando aquellos mundos lejanos que, durante mucho tiempo, estuvieron casi aislados del sistema solar. Pero el desarrollo de las Puertas de Gusano, que trazaban las hebras de los Agujeros de Gusano que atravesaban el espacio, se logró establecer el contacto periódico con los Sistemas Gliese, Eridani y Barnard. 

En el año 2400 es habitual el viaje entre los cuatro sistemas estelares, aunados bajo el gobierno de la Federación de Planetas del Hombre (FPH), se han evitado algunos conflictos entre los distintos gobiernos planetarios que fueron floreciendo sin control en las décadas posteriores a la Colonización. El peor conflicto que vio la Humanidad fue durante la Gran Guerra Solar, en la que, celosos de su independencia, flotas de los Sistemas Gliese y Barnard atacaron el Sistema Solar para establecer su control en las Puertas de Gusano. La respuesta de la Tierra fue tan contundente que aniquiló las flotas aliadas y estableció un férreo control del tránsito interestelar, a raíz de este conflicto se crearía la Federación como medio apaciguador de las tensiones planetarias.

En el siglo XXV la humanidad está en el apogeo de su civilización, pero también se encuentra atrapada en la molicie típicas que casi la conducen al desastre cuatro siglos atrás. Hay grandes contrastes en la sociedad, una altamente tecnificada y otra que prácticamente vive en el pasado tecnológico del siglo XXI. Muchos creen que un nuevo salto tecnológico es inminente, pero las tensiones crecen y se teme por una nueva y devastadora guerra. Pues los avances técnicos no han cambiado la mente del ser humano.

Anales del futuro

2028

Se establece la primera base lunar.

2049

Se coloniza Marte.

2061

Se abandona la base marciana.

2082

Se desarrolla el Motor de Impulso.

2097

Se establece una colonia permanente en Marte. Empieza la colonización del sistema solar.

2172

La humanidad se ha extendido por todo el sistema solar, pero la incapacidad de generar atmósferas respirables impide que el establecimiento de colonias sea total. En este contexto se desarrollan los primeros experimentos de terraformación: el primer mundo terraformado será Marte.

2176

Empieza el Proyecto Nuevo Edén que pretende lanzar varias naves a sistemas estelares cercanos con planetas aptos para la vida humana.

2183

Se construyen sucesivamente las naves colonizadoras: Avalon, Lemuria, Atlantis, Pengiai y Mundus. Llenas de voluntarios, se lanzan a la colonización más allá del sistema solar. Este viaje se alargará casi un siglo.

2203

La Pengiai llega al sistema Barnard.

2208

La Avalon, que tenía que llegar al sistema Sirio, no devuelve comunicaciones. Se dará por perdida tras certificar su desaparición un siglo y medio después.

2214

La Atlantis llega al sistema Eridani.

2230

La Mundus, que tenía que llegar al sistema Gliese 876, no devuelve comunicaciones. Se dará por perdida tras certificar su desaparición un siglo y medio después.

2244

La Lemuria llega al sistema Gliese 581.

2261

Se desarrolla los primeros experimentos con la Tecnología Einstein-Rosen, se localizan agujeros de gusano naturales estableciendo las bases para crear los artificiales.

2277

Aunque existe comunicación entre los sistemas coloniales y la Tierra, la distancia y el retardo hace casi imposible una comunicación fluida. Habiendo desarrollado la tecnología de Puertas de Gusano, se envían naves ingenieras para construirlas en Gliese, Barnard y Eridani.

2334

Se construye la última Puerta de Gusano en Gliese, la humanidad vuelve a estar unida por estos portales estelares. Pero las intenciones de la Tierra es establecer un férreo control sobre las colonias que llevan casi un siglo siendo autosuficientes e independientes.

2352

Estalla la Gran Guerra Solar, el primer conflicto de proporciones estelares en el que se ve envuelta toda la humanidad. Las flotas aliadas de Barnard y Gliese atacan el sistema solar con intención de liberarse del yugo terrestre.

2355

La Batalla de Titán. En la última gran batalla de la guerra, la Segunda Flota de la Humanidad se enfrenta a las fuerzas coloniales derrotando y destruyendo el grueso de su flota. Las tornas cambian y los rebeldes empiezan a replegarse hasta sus sistemas de origen.

2356

La superioridad tecnológica de las naves terrestres se imponen a las mal equipadas fuerzas coloniales, en la Batalla de Honorine la resistencia de Barnard cede al empuje enemigo. El Gobierno de Wilde se rinde.

2358

En Gliese el enfrentamiento es más complicado, las fuerzas coloniales de este sistema están mejor equipadas que sus homólogos de Barnard. Pero con la derrota de estos, la Tierra mueve todos sus efectivos al frente de Gliese. En pocos meses la superioridad numérica y militar terrestre sobrepasa sus defensa. Stephane capitula y con ello llega el fin de la guerra.

2360

Los Acuerdos de Eridani establecen la rendición incondicional de los sistemas rebeldes, pero impulsa la creación de la Federación de Planetas del Hombre, la FPH, que busca forjar un nuevo futuro unido para toda la humanidad. Se evitan sanciones económicas severas a los vencidos, el espíritu de ese momento, impulsado por el marciano Sean Adamkus que desea dejar los conflictos atrás y evitar futuros enfrentamientos.

2400

Empiezan a proliferar grupos terroristas, pero la Federación mantiene la paz en los sistemas. La humanidad entra en su apogeo cultural, político, tecnológico y económico, pero no se libra de sus viejos vicios y flaquezas.

El Sistema Solar

El hogar de la humanidad ha visto como en poco más de dos siglos se ha extendido por sus mundos. Aunque la Tierra y Marte conforman el núcleo de este esfuerzo colonizador, los seres humanos han ido estableciéndose en otros cuerpos celestes del sistema, especialmente en las lunas de los gigantes gaseosos.

El desarrollo de técnicas de terraformación permitió ampliar la cantidad de mundos hábiles para habitarlos, pero este proceso es lento y, en ocasiones, infructuoso. Hasta el momento solo algunos satélites y planetas enanos, como Ceres, se han podido ver transformados para la vida humana. Sea como sea, en muchos lugares aún se sigue viviendo en colosales estaciones espaciales y aún quedan muchas lunas en proceso de terraformación.

La Federación de Planetas tiene su sede en la Tierra, la cual ejerce más como reliquia de la historia humana y elementos unificador de la humanidad.

Mercurio y Venus

Los dos primeros planetas del sistema solar fueron cercanamente estudiados como posibles candidatos a la colonización, pero aunque los sistemas de terraformación hubieran podido cambiar sus atmósferas para que fuera aptas para la vida humana, la cercanía del sol y sus altísimas temperaturas tornaron prohibitiva la idea de los asentamientos.

En la actualidad la estación científica Eros, en órbita alrededor de Venus, es lo más parecido a la presencia humana en los puntos más cercanos al sol. Eros es un punto de observación, prácticamente informatizado, que controla la actividad solar y la estudia. Ejerce un importante papel a la hora de advertir sobre las tormentas solares, calculando las trayectorias de las CME (Eyecciones de masa coronal).

La Tierra y la Luna

Para muchos una reliquia y un atractivo punto turístico, la Tierra ha perdido su antigua gloria tornándose un mundo árido y de clima violento. Sería injusto decir que, durante los siglos posteriores a la colonización, múltiples proyectos han afianzado la idea de la recuperación de la cuna de la humanidad.

Hoy la población de la Tierra es de unos cinco mil millones de personas, menor a su máximo de doce mi millones a principios del siglo XXII. Esto es debido a los estrictos controles de natalidad y a las masivas emigraciones sufridas en el período de la Gran Colonización. Hoy la Tierra conserva la geografía política heredera del siglo XXI, una herencia que en la Federación parece anacrónico pero que funciona como elemento integrador para la mayoría de sus habitantes. En realidad los viejos países funcionan a modo de regiones políticas, pues el gobierno recae, como en todas las colonias, en el Senado de la Tierra con sede en la Nueva ISS que orbita el planeta.

La Luna cambió el día en que la masiva explotación minera de su superficie, en busca de helio-3, horadó un enorme agujero que deformó nuestro satélite para siempre. Cuando se establecieron las minas de Júpiter y Saturno, se prohibió la explotación lunar y se convirtió en un puesto científico de renombre: El Instituto Copernico, llamado así por estar ubicado en el cráter que le da nombre.

Marte

Si existe una primera colonia esa fue Marte. Si la Tierra es el alma de la humanidad, Marte es su espíritu porque, aunque nadie lo admitirá jamás, si debiera existir una capital del sistema solar sería el dinámico planeta rojo. Sus desiertos carmesíes hoy son extensas urbes marcianas, bañadas con sus tonos cálidos y el continuo vaivén de vehículos y gente.

Grandes corporaciones tienen sedes en Marte, el motor de la economía de la Federación encuentra residencia en este planeta que es uno de los lugares más caros de los sistemas colonizados. Claro está, en la zona rica, porque los suburbios y barrios pobres se apiñan como lo hicieran en las grandes ciudades terrestres en pasados, y actuales, siglos.

Fobos y Deimos, las lunas de Marte, se encuentran hoy bajo control de dos de las principales corporaciones mercantiles de la Federación: La InStar en Fobos y la Human Insinght en Deimos. Los nombres procedentes del griego: Miedo y Terror, han generado toda clase de rumores malintencionados acerca de estas dos grandes empresas.

Ceres y el Cinturón de asteroides

En el Cinturón que separa las órbitas de los planetas interiores de los exteriores del Sistema Solar se establecieron los primeros puestos mineros de la humanidad. Fueron colonizados Ceres, que ejerce de cuerpo principal de la órbita, Vesta, Palas, Higia y Juno que poseen pequeñas bases mineras hoy en desuso. Como pasara en la Luna, la creación de nuevos puestos de explotación en Saturno y Júpiter, y más tarde en los masivos campos asteroidales de Eridani, su importancia decreció.

Hoy las operaciones mineras persisten, pero los bases militares han sustituido el paisaje de la región desde que en Ceres se estableció el Centro de Control de Puertas (CCP), que gestiona el tránsito de las Puertas de Gusano que comunican los sistemas colonizados con el solar. La presencia militar es muy fuerte, en Palas se encuentra el Puesto 117, una de las principales bases de la Armada Federal y que controla la zona desde sus potentes sensores sembrados a lo largo del cinturón.

Júpiter y Saturno

Los grandes gaseosos del sistema solar ejercen la primordial función de suministradores del valioso helio-3 a la Federación. Aunque al principio los puestos mineros de ambos planetas eran un destino poco agradable y duro, la terraformación de sus lunas convirtieron esos planetas como una zona de contrastes. Mientras en las lunas de Ganímedes, Europa, Titán o Tetis se iban poblando de colonos deseosos de empezar una nueva vida, otras como Calisto, Hiperión o Japeto eran destinados a factorías y puestos mineros.

Si tiene algo de importancia el conjunto de estos dos gigantes, especialmente para Júpiter, es que las Puertas de Gusano se encuentran en órbita alrededor del gran planeta gaseoso. El nexo neuronal que es este punto en el sistema solar ha convertido a Ganímedes en uno de los mundos más densamente poblados de la Federación. Innumerables empresas mercantiles tienen encuentro en esta luna de Júpiter, en la que se encuentra la Bolsa Federal de las Colonias y la sede principal de la StarNet.

Los gigantes helados, Urano y Neptuno

Objeto también de la extracción de materias primas, los mundos azules de Urano y Neptuno son un destino poco querido por la mayoría debido a que la distancia del Sol empieza a generar ambientes fríos en sus lunas colonizadas. Algunos de sus satélites, como Titania, Oberón o Tritón se encuentran terraformados desde hace algún tiempo, otros como Proteo y Umbriel se encuentran en pleno proceso. El resultado son mundos aptos para la vida humana, pero con climas parecidos a las de las regiones escandinavas de la Tierra.

El principal núcleo poblado se encuentra en Titania, seguida de cerca de Oberon, en la órbita de Urano. En Neptuno, Tritón es el único enclave colonizado y a pesar de haber sido terraformado sus bajas temperaturas impiden una vida normal en su superficie. Es un centro habitual de turismo, el esquí y los paisajes de Tritón son apreciados por sus incontables visitantes anuales. En Nereida se encuentra el Puesto 89, una estación repetidora que se encuentra en contacto con las bases más allá de Neptuno en el sector de los planetas enanos.

Los planetas enanos: Plutón, Haumea, Makemake y Eris

No se debe considerar que los pequeños mundos más allá de Neptuno estén realmente colonizados. Enormemente alejados del calor del Sol y de cualquier ruta transitada, estos cuerpos celestes poseen pequeñas bases de investigación y observación del espacio profundo. Aquí también se acumulan comunidades de forajidos y, en el peor de los casos, piratas y demás escoria. Estos suelen evitar los centros científicos y sus naves de suministro, aunque no siempre, por temor a atraer miradas más peligrosas por molestar a quien no deben.

Destacamos Plutón y Caronte, donde sobre sus superficies se extienden enormes complejos científicos que se alquilan a diversas empresas y se promete confidencialidad. El Complejo Hades ha tenido enorme éxito dando esta oferta, pero a costa de crecientes rumores de prácticas prohibidas por las leyes federales, claro que los inspectores apenas se alejan tanto del centro del sistema.

El Sistema Gliese

Este sistema descubierto a principios del siglo XXI fue el iniciador de la fiebre por el descubrimiento de mundos fuera del sistema solar. Rico en mundos rocosos con posibilidades de colonización, fue uno de los primeros objetivos en la Gran Colonización. La nave Lemuria arribó a Gliese en 2244, donde se inició el ambicioso proyecto de colonización del sistema.

La primera colonia fue Stephane, pero poco a poco la humanidad se fue extendiendo a los otros mundos aptos para la vida del sistema. La exitosa adaptación en Gliese permitió a sus habitantes a establecer una poderosa industria tecnológica, en la actualidad las mejores universidades y centros de formación de la Federación siendo vanguardia en el desarrollo tecnológico de la humanidad.

Mientras en el Sistema Solar se han visto los mayores avances científicos, ahora la vanguardia la está tomando Gliese, gracias a sus prestigiosas universidades y centros de investigación. Los más atrevidos llaman a Stephane como la Nueva Tierra, cosa irónica ya que en el pasado, cuando este mundo fue descubierto, recibió el nombre de Terra Nova.

El Sistema Eridani

Si se puede definir a un sistema estelar como inhóspito, ese sería Eridani. La nave Atlantis llegaría a la órbita de su estrella naranja en 2214, con las mediciones de varios mundos habitables para el hombre, pero esos estudios previos se mostraron gravemente erróneos. Donde tendrían que haber hasta tres posibles Tierras, encontraron un sistema que apenas sustentaba cuatro planetas y, eso sí, abundante campos de asteroides.

Los colonos se establecieron en el único mundo apto para la vida, Eridania, y se dispersó por los múltiples planetoides y planetas enanos que sembraban el sistema. Cuando se recuperó el contacto con el Sistema Solar, Eridani se convirtió en la principal fuente de recursos primarios de la Federación. De sus minas salen innumerables cantidades de metal, helio-3 y agua, que permanece helada en el corazón de muchos asteroides.

Su población es pragmática, cuando estalló la Gran Guerra Solar prefirieron mantenerse neutrales al conflicto. Tampoco poseían una gran flota, y la victoria de un bando u otro no cambiaría mucho la vida en el sistema. Hoy Eridani es poco visitado por los forasteros, pero posee de los paisajes más bellos de la Federación: la luz anaranjada de su estrella refleja bellas estampas cuando se refleja en la nube de polvo que rodea gran parte del sistema.

El Sistema Barnard

Barnard es el único sistema que carece de gigantes gaseosos, cuando la Pengiai llegó en 2203 se mostró muy difícil acceder al vital helio-3 para mover las naves y la maquinaria. La primera colonia se estableció en Wilde, pero la acertada gestión de los recursos disponibles permitieron a los colonos establecer bases mineras en la luna en órbita del planeta que era rico en este material.

Poco a poco se fue colonizando el resto del sistema, siempre a expensas de los escasos recursos disponibles, pero cuando se arribó al Gran Cinturón de Dick la cosa cambió. Los miles de pequeños asteroides se convirtieron en una fuente casi inagotable de recursos, la explotación de estos fue el empuje final para terminar de asentarse en los otros mundos aptos para la vida en Barnard.

Los habitantes de Barnard siempre se han mostrado muy celosos de su independencia, herederos de generaciones que vieron como su existencia pendía de un hilo, son duros supervivientes y, para tal fin, construyeron una enorme flota militar que se utilizó como punta de lanza durante la Gran Guerra Solar. Con la derrota a manos de los preparados marinos terrestres, la mayor parte de la flota barnardiana fue adherida a la de la Federación o destruida en los combates.

Hoy quizá no sea el sistema más avanzado, pero sus colonos están muy orgullosos de su procedencia y su dureza es reconocida por la Federación. Los principales movimientos anti-federación nacen aquí, pero también existe un fuerte sentimiento de pertenencia a la FPH que suele generar conflictos entre las dos partes.

La Tecnología

En el siglo XXV la tecnología que ha permitido al hombre viajar a las estrellas es la cúspide del progreso científico. En otras ramas de la ciencia, los avances se han sucedido mejorando enormemente la vida diaria y añadiendo nuevos problemas éticos en las investigaciones. El progreso es desigual en los distintos planetas, aunque se comparte un corpus tecnológico básico (como la existencia de la StarNet o elementos de uso diario) se pueden encontrar enormes diferencias como, por ejemplo, pudieran darse en Stephane o Eridanus.

La StarNet

Se podría definir como el internet del futuro, todos los mundos colonizados están conectados a esta red intergaláctica mediante a los Repetidores Rosen y su enlace con las Puertas de Gusano: todo lo que uno pueda buscar se encuentra aquí, en sus servidores de realidad virtual o pantallas. Está totalmente presente en la vida diaria.

El Motor de Impulso y la Tecnología Einstein-Rosen

Estas dos tecnologías son complementarias. La primera permitió a las naves viajar a velocidades cercanas a la de la luz, la Gran Colonización nació de naves equipadas con estos motores (y el trayecto más corto duró dieciocho años). Solo las naves de tamaño medio o grande poseen estos motores, se rumorea que algunas más pequeñas pueden tenerlas, pero son con versiones menores de los auténticos motores de impulso.

La Tecnología Einstein-Rosen es el hito tecnológico de la humanidad, desarrollada en base a las teorías que aseguraban la existencia de Agujeros de Gusano, los científicos lograron localizar los que surgían de forma espontánea y replicar, de forma estable, uno. Con el dominio de esta técnica se crearon las Puertas de Gusano que conectan los cuatro sistemas de forma permanente. El Centro de Control de Puertas (CCP) se encuentra en Ceres, en el sistema solar, y se encuentra fuertemente vigilado por la Federación.

Se dice que algunas naves avanzadas poseen Motores de Salto Einstein-Rosen (SER), pero solo en los modelos militares más avanzados y en naves de gran envergadura debido a la complejidad del sistema, además del obvio riesgo de los cálculos que requiere la creación de un agujero de gusano espontáneo.

El helio-3

Es el petróleo del futuro, un combustible abundante y mucho más limpio que el generado por los combustibles fósiles. Sus residuos radioactivos son efímeros, y su procesado se ha perfeccionado hasta casi ser inexistente el residuo. Abunda en cuerpos rocosos sin atmósfera y en gigantes gaseosos. Se puede considerar que es la base de la economía de la Federación.

La medicina y la genética

Uno de los mayores campos científicos de progreso ha sido la medicina. Mientras que los males del siglo XXI han quedado atrás, otros nuevos han surgido para sustituir a estos. El contacto con nuevos gérmenes nativos en mundos colonizados que, en el momento del establecimiento humano, ya poseían formas de vida primitiva, han generado una nueva galería de enfermedades.

La genética, que tenía que dar grandes alegrías en el pasado, ha permitido la curación de muchas enfermedades hereditarias y se han ido descubriendo muchos de sus secretos. Ahora, mediante terapia genética, se puede elegir las condiciones del feto que va a nacer (algo prohibido) o mejorar las capacidades de adultos (algo muy popular en deportistas). Hoy los genetistas aún siguen profundizando en los oscuros secretos del código genético: se tienen las piezas, pero no cómo encajarlas.

Lo militar

Las armas láser existen, pero la mayoría de armamento ligero es de proyectiles dejando estas para armas pesadas o para naves estelares.

El concepto de escudos protectores no existe, solo el blindaje metálico de las naves es lo que separa del peligro de un ataque. Es habitual que el armamento básico de una nave de combate sea de misiles.