Partida Rol por web

La solícita IL enseguida respondió a tu petición.

Los pasajeros Isaac Bailey y Diana Bailey se encuentran en la cubierta principal, en la cafetería de la zona de piscinas. ¿He de retenerlos, señorita Agnarsson?

Mientras te dirigías a cubierta principal por el pasillo cuatro, el que te llevaba más rápido a tu destino, te viste interrumpida por tres soldados que te cerraron el paso.

Disculpe, señora. Esta zona está restringida temporalmente, deberá ir por otra ruta. informó la mujer de forma asertiva.

Advertiste que la cabo, identificaste su rango fácilmente, llevaba el emblema de lo que parecía ser su escuadrón. Un escorpión.

La mujer asintió levemente a tus palabras, degustó ligeramente su café a la par que te servían el tuyo. Comentó en voz de confidente.

No te mentiré que esta situación me escama, Isaac. La presencia de militares no augura nada bueno cuando esto es una nave civil, no me gusta un pelo esta situación. reflexionó la mujer su taza. Que en el informe de la compañía, la presencia de la AF sea un anexo de última hora.. o bien ha sido algo precipitado o no se quería que se supiera la presencia de ellos hasta última hora. Temo que sea por alguna amenaza terrorista, estoy atenta.

Cassandra jugó con el borde de la taza, dibujando el círculo de la misma pensativa. Siempre hacía eso cuando le preocupaba algo, aunque no habías hablado profundamente de aquel asunto hasta ahora, era obvio que a ella también le traía de cabeza aquella situación.

El chillido agudo de un niño os llamó la atención, vuestro instinto os hizo volver en el acto para ver que se trataba de un crío que se lanzaba en bomba en la piscina para luego ser amonestado por el socorrista.

Joder con el crío. farfulló interrumpiendo sus cavilaciones. Por eso no tengo..

-Ya, pero en ese caso, no tiene el menor sentido que no nos avisen. A no ser que no se fíen de nosotros, en cuyo caso, lo que no tiene sentido es que estemos aquí. Sospecho que tiene que ser algo ajeno a la compañía, algo que se escapa de su control. Posiblemente un cónsul o algo así que ha tenido que embarcar urgentemente por motivos de seguridad y ha preferido mantenerse en el anonimato o algo así. Si viaja con su propia seguridad, eso explicaría que prescindieran de nosotros. 

Sam esboza una mueca de desagrado al probar su café. Bebe un poco más para hacer sitio y pide al camarero con un gesto que añada un poco más de whisky.

Frunció el ceño y miró a los ojos de la mujer cabo. -Joder... -se giró y llevó su vista hasta el omnipad mientras tomaba una ruta distinta para alcanzar a la pareja. -Si... retenlos. Le comunicó a la IL Jason.

Arrugo la nariz y frunzo el ceño con disgusto cuando se auto invita Harvy. Pero en cuanto le llaman por teléfono, aprovecho para hacer mi propio planning del día, sin él, claro.

-Jason, reserva las entradas para esa película... Y una plaza para mi sola en el spa esta mañana, que el señor Harvy no se entere de esto último- quiero unos segundos de tranquilidad.- ¿Tenéis algún almacén de información? ¿Algún lugar tranquilo donde pudiera leer y pasar mi aburrimiento? No le encuentro placer alguno a los ambientes festivos que ofrece el crucero- me masajeo la sien con el índice y el corazón. Me apresuro a terminar el desayuno, mirando la cara de drama de Harvy- ojalá se tenga que marchar de vuelta a Deimos y me deje el resto del viaje en paz...

La voz masculina con trazas electrónicas te respondió por el comunicador.

De acuerdo. Hecho, señorita Agnarsson. Le recomiendo el pasillo dos, se encuentra menos transitado y su ascensor se encuentra disponible. Se lo moveré a su cubierta y bloquearé para usted. informó Jason mientras mantenías el paso alejándote de los soldados. Por el camino te cruzaste con dos más que patrullaban pendientes.

La inteligencia enseguida atendió a tus peticiones sin perder la sonrisa agradable.

Está hecho, señorita LeCompte. Tiene hora en el Circuito Calipso a las 12:00h en la Cubierta 17. hizo una breve pausa como si tuviera que tomar aire. Tiene acceso a nuestra biblioteca virtual, señorita LeCompte. Puede descargar cualquier título en su omnipad, también tenemos una selección de clásicos literarios en papel en la cubierta 23 a su libre disposición. Puede tener una lectura agradable en el jardín botánico de la cubierta principal, es el ambiente ideal para lo que busca.

Al cabo de un minuto regresó Alexandre visiblemente afectado por algo. Realmente lo que había hablado con quien fuera le había tornado mohíno.

Se sentó silencioso en la mesa, probó el desayuno con lentitud, como si cavilara en algún pensamiento lejano.

Un buen desayuno. dijo con voz baja. Luego se centró en terminar la comida, sin abrir la boca. Un cambio muy brusco.

Le doy mi botella de agua a Lara, para poder estrecharle la mano con cordialidad. Miro la habitación con asombro y dejo escapar un silbido.

- Menudo despacho tiene usted Sr. Orlov, a su lado el mío parece una pensión barata en las Fabelas- levanto los ojos y observo el bosque nevado y asiento con la cabeza- Precioso.

Tomo asiento con las piernas cruzadas y me desabrocho la chaqueta, y dejo mi maletín en el suelo al lado.

-Muchas gracias, agua por favor- le pido a mi anfitrión-.

-Joder Jason... eres más útil y amable que muchos de los que aquí hay. Si fueras un ser humano... te follaría-. Por supuesto la última parte de su frase la omitió hasta encontrarse sola, sin que nadie pudiera juzgarla por sus palabras malsonantes. Saludó a aquellos dos que vigilaban y siguió sus pasos, pasos lentos pero tan firmes como los de un soldado curtido. Continuó hasta llegar al ascensor, que, si no sucedía nada, continuaría hacia la pareja.

Respiro aliviada al ver que cesa con sus vanos intentos de que tengamos relaciones sexuales. Acabo mi desayuno y, sin mirar si mi acompañante ha acabado me levanto.

-La película es a las 17:00, ya reservé sitio- le informo como dato, no me importa realmente si piensa acompañarme o no. Total es una película, no es una actividad que haya que hacer con alguien obligatoriamente, no es como jugar un deporte que tú sólo no puedes hacer todo. Estiro las arrugas de mi falda, retirando las migas residuales de lo que ha sido mi desayuno.- El resto de la mañana no quiero ser molestada.

Sin esperar respuesta me encamino a la cubierta 23. Leer en papel es algo excitante que no hago desde hace mucho, desde mi época universitaria cuando algunos viejos registros no estaban digitalizados. Voy a pasar la mañana oliendo y acariciando esas preciadas páginas llenas de información por desentrañar. Sonrío para mi de recordar el tacto y olor del papel.

Siempre pendiente de las necesidades, la Inteligencia Limitada enseguida atendió a tu petición y un robot rellenó el café con más whisky. Luego dijo en tono amable.

Espero que ahora esté a su gusto, señor Bailey. Cualquier cosa que pudiera necesitar, por favor, no tenga reparos en hacérmelo saber.

La mujer reflexionó con ayuda de un trago de café.

Es posible, pero que haya militares siempre me pone nerviosa. Me gusta tener las cosas bajo control, y esto escapa a él, Isaac. hablaba en voz baja, ambos erais profesionales para esas cosas. En todo caso, espero que de pasar algo tengamos ayuda extra.

Hizo una breve pausa escapando del resumen diario y se relajó un poco.

¿Cómo están Martha y los niños? 

Alexandre te miró mohino y asintió lánguido, incluso para ti era evidente que había lo que fuera que le hubieran dicho por el omnipad le había afectado. Otra cosa es que te importara.

Julietta.. musitó mientras te levantabas. Yo.. . . lo siento, ten cuidado. parecía costarle decir aquello, seguramente porque no era normal en él.. ¿pedir disculpas? Quizá alguna estrategia para dar pena.

Sin dejarte tiempo a responder se levantó y se marchó de la cafetería.

El representante sonrió levemente por tu cumplido, por su propia mano te sirvió el agua.

Muy amable, señor Smith. respondió sobrio, mas luego añadió intrigado. He de admitir que siento curiosidad por su empresa, Armotec ha destacado muy rápidamente en el mercado. Espero que tal evolución se apoye con lo que me enseñe hoy. fue comedido en su comentario, pero claramente mostraba escepticismo ante lo que fueras a venderle. Había sido muy difícil concertar una cita con él, era la gran oportunidad de Armotec, tu gran oportunidad.

Adelante. Le escucho. Sorpréndame. dijo con un gesto de la mano mientras se aposentaba en el sillón.

Mantengo las manos cruzadas sobre mi regazo en actitud relajada.

- Señor Orlov, poco más puedo decirle yo, de lo que usted seguro se ha informado. Armotec es una empresa agresiva, que se hace un hueco entre las demás con fuerza, levantando de sus viejos sillones a aquellas que llevan años acomodadas- toco mi maletín con la mano- aquí dentro tengo una réplica de nuestra mejor arma corta y delante de usted hay dos modelos con nuestro buque insignia, la armadura Hachiman.- hago una pausa dramática- Pero una vez más, todo eso ya lo sabe usted- abro los brazos- ¿entonces que vengo a ofrecerle? Nuestra inmejorable capacidad para bajarnos los pantalones. Nuestros productos son tan buenos como los de nuestra competencia, pero no queremos una negociación que esté en una balanza. Armotec, sabe de la importancia de tenerlo a usted como cliente. Y se inclina hacia usted.

Sigo hablando calmado, aunque mi corazón va a mil. Ataco con toda la artillería. No saco los prototipos, una vez visto su talante y su profesionalidad, su IA le habrá puesto al corriente de los números, balances y demás. Yo le voy a ofrecer otra cosa. Control.

- Le ofrecemos un puesto en la junta de administración para alguien de su confianza,-levanto un dedo- un puesto para otra persona que usted designe para dirección en nuestra principal planta de producción- levanto un segundo-, para que haya la mayor transparencia. Un importante sueldo para usted, como consejero externo de nuestra compañía-levanto el tercero- y como última deferencia a usted, cambiar el nombre de la armadura de Hachiman, por la Armadura Napoleón- cierro la mano y me quedo con ambas apoyadas en mis rodillas, ese último me lo acabo de inventar en esta semana que llevo aquí, es mi as en la manga, le estoy dando poder, dinero y repercusión histórica.

A la orden de decir Napoleon mi IA conecta el holograma que hace sale de mi ordenador hacia la armadura y esta cambia del gris normal y básico, a un negro brillante y una línea roja ancha se forma lentamente, que lo atraviesa del hombro izquierdo a la cadera derecha y con un último brillo se queda fija. Tal como había visionado en los cuadros del siglo XIX.

¿"Yo... lo siento (...)"? ¿Qué?

Definitivamente no entiendo estos protocolos sociales del todo, quedándome mirando cómo se marcha con cara de situación. Acabo retomando mi camino a la cubierta 23, rememorando aún el tacto de ese papel con media sonrisa. Voy perdida en mi nube de conocimiento por descubrir y cosas productivas a hacer, antes de ir al spa.

-Bien, bien. El pequeño está ahora haciendo el ingreso para segundo ciclo y el mayor está con el fútbol. Se le da bien. El entrenador del instituto dice que tiene cualidades, así que hemos decidido apoyarle con eso siempre y cuando siga estudiando. 

Sam se apura el café y paga la consumición de los dos.

- Bueno, ¿vamos a dar una vuelta a ver qué ambiente se respira por la nave?.  

Tu discurso estaba bien preparado, te lo sabías al dedillo, pero quizá los nervios te jugaron una mala pasada y te lanzaste demasiado obstinadamente a soltar toda la información de golpe pretendiendo atontar al rival. El rostro de Nikolai no cambió, se mantenía imperturbable frente a la retahíla de concesiones que le ibas dando y, a pesar de ello, el semblante del posible inversor no cambió.

Hablas mucho. Ofreces mucho. Demasiado incluso, lo cual me da mala espina acerca de la calidad que puede ofrecernos Armotec si tanto ha de maquillar su efectividad con regalos. dijo con aire astuto y se inclinó hacia ti con una sonrisa de zorro. Hijo, llevo esto más de veinte años. No quiero que te bajes los pantalones, para eso tengo a una fulana. He venido a hablar de armas. Ofréceme el producto, no humo.

A pesar de que el discurso no le había impresionado, Nikolai parecía dispuesto a seguir dándote tu oportunidad. Quizá una invitación a relajarte, quizá porque estaba realmente interesado más en el producto que en los regalos o porque quería darte la oportunidad de defender el material sin apoyarte en los mensajes corporativos.