Partida Rol por web

La mujer permanecía fría como el hielo mientras se sentaba frente a ti. Con un gesto silencioso te invitó a sentarte frente a ella.

Por favor, señor Smith, siéntese. Mi nombre es Cassandra Dawson, soy operadora de seguridad de Universe Wonders. Queremos hablar con usted. dijo neutra pero con tono cordial. No se ponga nervioso, lo aclararemos todo si colabora. Aquí dentro soy su amiga.

Había algo en la voz de la mujer que daba miedo, aunque su aspecto no distaba mucho de ser la de una ama de casa convencional. Quizá era por eso que daba miedo, porque no sabías por donde podía salir. Pero a la par de esto, parecía honesta con lo que decía.

El militar tenía un aspecto imponente, no intervino en ningún momento y se limitó a quedarse en pie junto a la puerta. No se le veía armado, pero su semblante marcial junto con una armadura de combate, fabricada por TechCombat apreciaste, te advertía que no era buena idea hacer estupideces. En su hombrera distinguiste un emblema que no viste en la mayoría de los soldados que había por la nave.

Él solo se te quedó mirando, esperando a que respondieras a la mujer. 

El tono de voz de Elliot se alteró un poco por tu reacción, como el cocinero novato que ve que la cocina le empieza a arder por no tener ni idea como gestionarla.

Bueno, yo.. es decir, el Dr. Masters esta muy ocupado con el proyecto y me pidió que me pusiera en contacto con usted, doctora. titubeó al hablar, casi te lo imaginaste mirando a todos lados en frenesí como siempre hacía cuando se ponía nervioso. No quería molestarla en sus vacaciones, de verdad. ¿Está bien? ¿Está disfrutando del descanso?

El asistente alargó la conversación con preguntas inconexas, siempre nervioso y sin atinar nunca. Ah, el amor que nos vuelve locos, pero para pena de Elliot, Juliette no se daba por aludida.

-Tanto Harvy como su acompañante del café, LeCompte, trabajan en Human Insight. Espero que eso no signifique nada... Maldición... Jason ¿tampoco puedes decirnos cual es su camarote? Cualquier detalle podría servir. No quiero depender solo de una línea para investigar ésto.

Se llevó la mano a la cabeza y negó con la misma. Resopló y acarició su cabello recogido. Esperaba que todo fuera más sencillo, aunque por otro lado agradecía un poco de acción, aunque eso conllevara atentados terroristas en una nave espacial con cientos de civiles a bordo.

Sonriendo ampliamente, asiento antes su comentario. 

- Bueno, todas las familias tienen sus problemas, y yo no soy el favorito, precisamente. - Digo dando otro pequeño sorbo al whisky. Tras ello me cambio de postura levemente en el taburete, de forma que la pared quede a mi espalda y que pueda mirar mejor a Laura pero, principalmente, para poder mantener un ojo en el potenciado que nos está observando sin tener que girar mucho la cabeza para hacerlo. - En efecto, señorita Durham, el tiempo libre es importante, pero llevo tanto tiempo sin disfrutarlo que no se muy bien que hacer con el. - Termino con una media sonrisa de resignación y de aceptación de lo inevitable. - Por eso estoy repasando los índices bursátiles y tomando algo decente a la espera de llegar a nuestro destino. La verdad sea dicha, ver una nave militar no es algo que me apasione.

Cuando me dejan en la celda empiezo a tranquilizarme, me siento en la silla y respiro poco a poco. Tardo unos diez minutos más o menos en recuperar mi estado normal. Empiezo a pensar que todos estos que me tienen aquí retenidos se van a cagar. Los voy a empapelar a todos. Los denunciaré, sí, eso voy a hacer. Han matado a mis guardaespaldas, joder, los han matado, me tendrán que pagar por todo esto. Y luego está el tema del contrato, me van a matar cuando les diga que no lo he conseguido, es verdad que está muerto, pero eso no era necesariamente un problema, si hubiera firmado antes...

Pero lo primero es que me saquen de aquí.

- Mas les vale que me saquen de aquí, yo no he hecho nada y os voy a dar por el culo a todos- me quejo desde mi jaula dando golpes en la puerta.

Me vuelvo a sentar muy seguro de mi mismo. Hasta que entra la puerta. Me levanto como un salto para encararme, pero algo me dice en esa mirada que no estaban para bromas. Después de casi media hora quejándome y protestando, sólo acierto a tragar saliva, asentir y sentarme.

Sam se tomó su tiempo antes de pensar. Se frotó el mentón, un gesto muy característico suyo mientras asimilaba la información.

-Yo por contra, creo que debemos contar conque sí signifique algo. Creo que lo más acertado sería intentar vigilar a Le Compte discretamente, sin descubrir nuestra tapadera. A ver si Harvy intenta contactar con ella. Jason, ¿podrías conseguirnos una imagen de Alexander Harvy? Cualquier cosa nos puede servir, una foto en la red de cualquier evento de la compañía, redes sociales,...lo que sea.  Debemos saber qué aspecto tiene.

La inteligencia reaccionó a vuestros requerimientos rápidamente.

Ambos se hospedan en el camarote 83 de la cubierta 18. La señorita LeCompte se encuentra allí en estos momentos. analizó Jason, luego se prestó a responder a Sam.He analizado la StarNet, señor Thorn, pero alguien ha sido muy concienzudo. No localizo ninguna imagen disponible del señor Harvy, aquellas que pudieran estar disponibles se encuentran en servidores y accesos privados a los que no puedo acceder. Lo siento. se lamentó la IL con frustración, al final no dejaba de estar programada para la gestión interna de la nave, acceder a según que zonas le era imposible debido a ello.

Luego continuó el reporte mientras seguíais adelante.

Si me permiten la observación, he analizado el comportamiento de la señorita LeCompte hacia el señor Harvy. He percibido una gran hostilidad hacia él, no parecía cómoda con él. Ha recibido dos llamadas. De acuerdo con los protocolos de seguridad las he analizado y confirmo que no existe un patrón criminal en ninguna de ellas.

Jason fue exponiendo los datos mientras os iba facilitando la ruta más rápida hacia la cubierta 18. El pasaje permanecía inalterado, ajeno a lo que ocurría a su alrededor. La cubierta principal estaba atestada, era hora punta, pero pudisteis sortear aglomeraciones con las indicaciones de la IL.

La mujer sonrió algo coqueta, cruzó las piernas pensativa.

Bueno, se me ocurren métodos más divertidos para pasar el rato que leyendo los índices bursátiles. anotó mientras tamborileaba la mesa. ¿Quizá tomar algo en un lugar menos público? Sé de una cafetería francesa en la cubierta 21. ¿Le apetece?

Mientras atendías a la conversación con Laura, también estabas pendiente de aquel tipo que no se había movido. La verdad es que te sorprendía que fuera tan poco disimulado, parecía ir de negro en medio de un campo nevado.

Laura te miró expectante.

La mujer te miraba inexpresiva, tus amenazas no parecieron haberla amedrentado aunque tampoco cabreado, eso ya era algo. Cruzó las manos mientras no perdía detalle de tu cara.

¿Quiere algo para el dolor, señor Smith? Golpear una mesa de metal suele causar molestos hematomas. ofreció en primera instancia. Tuviste la sensación que respondieras lo que le respondieras, la siguiente pregunta iba a ser la misma.

Explíqueme, ¿qué ocurrió? ¿por qué había cuatro muertos, dos armas no autorizadas y una IL modificada en ese camarote? ¿Ajuste de cuentas? aventuró Cassandra generando una hipotesis. Arriesgada, aún así. Lo cual me inclina a pensar que pueden habérsela jugado. Pero tampoco hay grabaciones del interior del camarote. Alguien interfirió en la señal, por eso es importante que me convenza y deje de gimotear. era una zorra con el corazón de hielo, ahora estaba más claro que el agua. Ni parpadeó, ni sonrió. Joder, te dolía hasta que te mirara de aquella forma tan inhumana.

Le escucho.

-Estoy bien, aburrida. Espero volver cuanto antes al laboratorio- explico desganada, luego escucho sus incongruencias e intentos de sacarme conversación.- Que el doctor Masters me confirme con un mensaje que accedió al archivo. Volveré en unos días- cuelgo sin despedirme. 

Retomo mi camino a comer algo ligero y luego a la habitación que comparto con Harvy para dormir una media hora, o quizás más. Mejor estar descansada antes de ver a mis padres, mi madre a veces llegaba a ser agotadora.

Respiro hondo intentando calmarme. Niego con la cabeza mientras la zorra esa, me acribilla a preguntas. Me pongo ambas manos sobre las orejas sin querer creer todo lo que ha pasado. Cuando me da permiso para hablar. hablo, primero bajo y luego voy subiendo el tono.

-No lo se... No lo sé, no tengo ni idea que ha pasado, no se muy bien quien ha disparado, mis guardias, eran leales a mí, no se como cometieron esa atrocidad- intento buscar en mi memoria- sus ojos, sus ojos tenían una mirada rara- pongo ambas manos sobre la mesa y me reclino un poco hacia ella- no parecía que fueran ellos mismos.

Me dejo caer de nuevo pesadamente sobre la silla. agotado y aturdido por las circunstancias.

-Parece que LeCompte no está muy de acuerdo con las condiciones que le muestra Harvy. Quizás deberíamos hablar con ella y enfatizar eso... ¿Que crees? O podemos dividirnos, hablar o investigar varias situaciones a la vez. A mi me da igual, dejaré que usted tome la situación, parece más experimentado- aunque por un lado sus palabras sonaban respetuosas, albergaban cierta burla ante la clara vejez del hombre.

Tras considerar varias opciones, entre las que está que ella sea una "compañera de profesión", sonrío levemente antes de mirarla a los ojos y decir:

- Seguramente tenga usted razón, señorita Durham. - Me encojo levemente de hombros antes de continuar. - Pero como le dije, no estoy acostumbrado a estar de vacaciones ni en un crucero de vacaciones. Tal vez sea una buena idea la de ir a esa cafetería más tranquila.

Con un gesto lánguido hago un gesto para que me guíe mientras bajo un pie del taburete.

Laura no hizo ningún gesto o atención hacia el hombre que os observaba. Estaba pendiente de ti, sonriendo y charlando cuando os pusisteis en marcha. Se puso a tu lado al caminar, pero mantuvo una educada distancia de ti sin pretender tomarse confianza excesiva contigo.

He escuchado maravillas de esa cafetería. Productos de la Tierra, ¿sabe? Solo he estado una vez, hace años. comentó con una sonrisa.

Y es que la manufactura que salía de la Tierra seguía poseyendo el aura de original, la etiqueta de que todos los productos cultivados o generados en las colonias podían tener un acabado exquisito, pero siempre estaría la denominación de origen nacida en la cuna de la Humanidad. A veces esta alma superaba las expectativas, y muchos comerciantes se aprovechaban de la etiqueta "fabricado en la Tierra" para sumarle créditos al precio final.

Mientras caminabais hacia la cubierta 21 viste que el tipo que os observaba no se había movido, pero pronto lo perdiste de vista. Cuando te las ingeniaste para ver si os seguía la pista no lo viste, claro que tu intuición no te invitaba a creer que había perdido el interés por vosotros.

Ya hemos llegado. anunció Laura tomando asiento.

La cafetería tenía un aspecto vintage muy cuidado, como el de una cafetería de principios del siglo XXI y acabados de madera noble. En este caso un equipo de camareros humanos os atendía con vuestras necesidades.

Yo tomaré un capuccino, ¿y usted, señor Wong?

La mujer escuchó tu exposición con tranquilidad, si se mostraba suspicaz a tu explicación no lo demostró en ningún momento. El militar junto a la puerta parecía una puta pared, rostro pétreo e inhumano. Cuando terminaste, Cassandra tomó la palabra.

¿No eran ellos mismos? ¿A qué se refiere? invitó a responder con una pizca de extrañeza. ¿Eran aumentados, señor Smith?

Samuel asintió a tus palabras.

Vayamos a ver que tiene que decirnos la señorita LeCompte.

Enfilasteis camino hacia el camarote de Alexandre Harvy y Juliette LeCompte, tal como indicaba Jason la mujer se encontraba en su interior. La gente con la que os cruzabais iba y venía ignorando vuestra cruzada, todo era normal y mundano, mientras vosotros sabíais que la circunstancia no era ni normal ni mundana.

Al cabo de diez minutos lograsteis sortear a los pasajeros hasta la puerta del camarote 83, había poca gente en el pasillo y ninguno os prestaba atención. Jason os confirmó de que LeCompte se encontraba dentro.

Finalmente estabas en la habitación para relajarte, quedaban algunas horas para la película y ahora eras reina del camarote. Sin tenerlo que compartir con Alexandre, lo cual era un gran avance en tus vacaciones.

Era un camarote amplio, quizá no el más caro, pero desde luego fuera del alcance de la mayoría de los mortales. Era una pequeña casa dentro de la nave, llena de todo lo que alguien ocioso pudiera desear. Claro es que, para ti, el tiempo ocioso era una tortura y querías volver a tu laboratorio cuanto antes.

Había pasado una hora desde que llegaste al camarote.

Me doy toquecitos en un lado de la cabeza con el índice. Y me hecho hacia adelante, en plan confidente.

-No parecían que fueran dueños de sus actos- me echo de nuevo hacia detrás con los brazos cruzados- Dispararon al señor Orlov, a su guardaespaldas y luego entre ellos.

Pongo la mano como una pistola y hago como si la disparara a ella, al de la puerta y luego a mi cabeza.

-Bam, Bam, Bam- enumero.