Estación de Atocha, 23:00 horas

La normalmente abarrotada estación de Atocha se encuentra prácticamente vacía, solo quedan unas decenas de pasajeros que seguramente estén esperando a los últimos trenes que salen o pernoctarán en la estación esperando a los primeros del día siguiente.

La noche es clara en Madrid, aunque muy fría. Os han recomendando que llevéis ropa de abrigo ya que en Lugo en estas fechas las nevadas y heladas son muy comunes.

Dos policías armados os están esperando junto al inspector Mayo para enseñaros vuestros departamentos, el inspector no viajará con vosotros hasta dentro de un par de días ya que aunque ha sido puesto al mando de la unidad aún es necesario cierto papeleo para que sea oficial y legal; además debe dar parte a la cúpula del gobierno ya que este caso tiene implicaciones preocupantes para la seguridad nacional.

Llego a la estación cerca de las once y media; pago al taxista que me ha acercado a la estación de Atocha y empujo la pequeña maleta por la estación hasta el andén donde veo al inspector Mayo esperar junto a dos policías.

- Buenas noches. Veo que soy la primera en llegar, ¿se sabe algo del resto? - pregunto al inspector.

He ido a casa por mi maleta, tenerla echa por mis vacaciones. 
El taxi me deja en Atocha a pesar de dar una vuelta increible por donde le dio la gana. 
Tiro de la maleta con el maletin en la otra mano hasta el anden. 
Parece que las mujeres somos las primeras en llegar.

Buenas noches Maria, Inspector.

Jordi tarda unos instantes más en aparecer. Lleva un maletín cruzado de gran tamaño y una maleta de ruedas tras de sí. Su expresión es, como es habitual en él, de poca jovialidad. En su mano lleva un sandwich de Rodilla de 30 centímetros medio envuelto y con un par de mordiscos. Su otro brazo, el izquierdo, arrastra su maleta al tiempo que mantiene una bolsa del restaurante en dónde una bebida y una galleta es visible. El movimiento circular de su mandíbula indica que mientras camina está masticando su improvisada cena.

Su mirada fría observa a sus compañeros, al inspector, los dos oficiales y simplemente omite el saludo del todo. Continúa masticando y saboreando el mordisco de sandwich en su boca unos instantes más, sin dar a entender que tiene prisas por tragar o por poder comunicarse con los demás.

Cuando finalmente realiza un apenas perceptible movimiento con su garganta, tras unos instantes, decide hablar. -Creo que no quiero escuchar las excusas de Gutiérrez o de Cruz. Así que iré entrando al tren, si no os molesta- dice Jordi, pero sólo observa al inspector, dando a entender que su autoridad es la única que reconoce.

Cuando se dispone a avanzar se detiene un momento y se gira para dirigir una pregunta al inspector -Mayo. ¿De quién en la iglesia era amigo este cura?. Me refiero a nombres. Porque si le están ladrando como lo está haciendo la Dirección General de Seguridad, creo que valdría la pena echarles un ojo- cuestiona de manera desapasionada. -Nunca se sabe- 

Veo que ya han llegado varios de mis compañeros, los saludo y accedo directamente a mi compartimento ya que prefiero dejar la maleta allí y descansar un rato. Los próximos días seguramente sean duros.

- Buenas noches - digo al pasar a su lado mientras accedo al tren.

Mayo mira al inspector catalán que le acaba de preguntar algo importante aunque lo haga de manera desapasionada y decide contestarle a esa pregunta con parsimonia.

- Pues del pontífice máximo Jordi, el cura era amigo personal del actual Papa...así que ándate con ojo que la Iglesia es mucho peor que los políticos...no me extrañaría que intentaran involucrarse de alguna manera...

La verdad es que ese era un miedo que albergaba el viejo inspector. El gobierno dijo que no se entrometería, pero la Iglesia...eso era harina de otro costal, seguramente enviarían a alguien o intentarían tapar los trapos sucios.

- Jordi, si ves cualquier cosa extraña avísame. Tengo miedo que intenten tapar los trapos sucios, se encontró una bomba en casa de ese cura...si sale a la luz en la investigación que era un cura rojo te aseguro que algo pasará para que no salga a la luz, un cura terrorista es lo peor que les ha pasado desde el apoyo de los curas vascos a los etarras. Así que ojo avizor ¿entendido?

La preocupación del inspector ha pasado a Jordi.

Cuando llego veo al resto de mis compañeros que ya han llegado, debe faltar alguno porque no queda demasiado para que el tren salga de la estación.

- Buenas noches. Perdonad el retraso - saludo y me paro a hablar con los que están allí - ¿Queda alguien por venir? No veo a Antonio, ni al nuevo....¿Martín llegó?

Miro y veo a Martín por la ventana de su compartimento.

- Bueno Martín está así que sólo queda que llegue Antonio y el nuevo...¿por qué nos han endosado a un experto informático? Yo creía que ya bastaba yo para eso... - le pregunto directamente al inspector Mayo.

Bien es cierto que yo procedo del CNV y estoy más especializado en comunicaciones, pero hasta el momento había actuado como el experto informático del equipo y me defiendo en ese campo.

- Buenas Jordi...¿tú qué opinas del nuevo?

-Tanto secretismo Mayo, y voy a pensar que está de nuevo probándonos con sus juegos- espeta el investigador con poca delicadeza. Se decide a irse pero antes se detiene ante la pregunta de Castro

-Que hasta que no se gane su lugar entre la brigada, que nos sirva el café- responde Jordi con poco tacto. -O ya que estamos, que nos traiga la comida a las habitaciones- dice mientras da un mordisco a su sandwich y se va tan campante subiéndose al tren para acomodarse.

Estaba claro que tenía en este momento un humor de mil demonios, y no parecía demasiado alegre con la perspectiva del viaje, así que sería normal esperar sus bordes comentarios y su evaporable paciencia durante la duración de aquella misión de campo. Refunfuña un poco más en cuanto ve que el transporte se ha llenado y niega con la cabeza. -Un jodido vehículo oficial. Y una buena vía. - murmura cabreado, mientras saca el ordenador de su maleta para aprovechar el tiempo, mientras mantiene la esperanza de que no fuesen a haber retrasos.

Quisiera hacer algo. No sé si habrá internet, o si podré usar internet satelital usando el móvil. La idea es hacer una tirada de Análisis de Datos (?) para determinar registros de familiares o allegados políticos cercanos al cura en su pueblo de residencia. 

Adicionalmente, sacar una lista de los vecinos a la parroquia, nombres, apellidos, familias. O al menos una aproximación.

Antonio y Mario llegan justo antes que el tren parta. Pero por suerte para ellos no pierden el tren, se acomodan en sus departamentos y quedan en reunirse todos a las 00:30 horas en el vagón comedor para comentar algunos pormenores del caso y sobre todo para comentarle a Mario cómo suele operar la Brigada. 

El Talgo está prácticamente lleno, algo normal en esta época del año que la gente suele regresar a casa para disfrutar de las fiestas junto a su familia. 

Mientras os instaláis por megafonía anuncian que es posible que existan retrasos debido a las fuertes nevadas que se está produciendo en la meseta castellana y en el macizo galaico. 

El tren tiene conexión a internet aunque débil ya que se trata de una red wifi que tira de una conexión por satélite de hasta 80 Mbps (eso promete la compañía), pero en tu caso sólo logras 10 Mbps. La conexión es más que suficiente para que te conectes a la base de datos que utilizáis en la Brigada.

Revisas el historial de Fernando Lorenzano Álvarez (que ese es su segundo apellido como descubres al conectarte a la base de datos de la policía armada. 

Por lo que ves sus padres son naturales de Vilalba (Lugo) y miembros del partido desde la guerra civil, su padre fue voluntario en infantería pero no obtuvo ninguna condecoración. Un soldado normal y corriente. Su madre ama de casa toda la vida, poseían una granja y tras la guerra se dedicaron a la cría de capones y al cultivo de patatas.

Fernando Lorenzano entró en el seminario de Mondoñedo a los 14 años en 1978, terminó allí el instituto y posteriormente se graduó en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca y curso un máster en Ritos Ancestrales Cristianos en la universidad de Roma. Alcanzó el rango de exorcista del Vaticano en 1997 y se reunió varias veces con el Pontífice desde esa época. 

Aunque no hay datos sobre los exorcismos realizados, puedes comprobar que en las anotaciones libres un inspector de la provincia de Lugo llamado Alberto Ares indica que ha podido constatar 5 exorcismos hasta 2009.

No hay vinculación con ningún político directa aunque por su fama ha asistido a numerosos eventos donde si que había altos cargos del partido, lideró una campaña de recogida de alimentos para el Sáhara y Marruecos en 2010 y lo ves junto al Gobernador Civil de Lugo y anterior Ministro de Turismo en España, Don Manuel Fraga Iribarne (también natural de Vilalba). Se conocen pero no hay datos que confirmen o desmientan una relación de amistad entre ellos.

No encuentras nada sobre los vecinos, ya que no puedes comprobar desde vuestra base de datos quiénes viven cerca de una persona.

Encuentras una dirección de correo electrónico. florenzano@iglesiacatolica.es.

Todo el mundo tiene muy fácil dormir en el tren, pero Martín no, por lo que parte de su equipaje son un par de novelas cortas de tapas blandas y desgastadas que suelen prestar buen servicio cuando se va de viaje. Si no consigue dormir nada, probablemente empiece la segunda en la misma ida. Y si los retrasos por nevadas son demasiado pronunciados, es posible que tenga que hacerse con algún otro librillo desgastado para la vuelta…

Por un lado confía en que el ajetreo y el caos con las maletas le facilite el descanso, pero por otro duda que su mente se vacíe de lo que ha oído del caso. A decir verdad no cree que vaya a ser una noche en la que concilie fácilmente el sueño. Y encima en un tren…

La alarma del móvil suena. Las 00.10. Come una manzana, bebe un vaso de agua, se arregla un poco el pelo… y se dirige hacia el vagón comedor.

Esta vez, al menos, es poco probable que alguien llegue tarde…

Me acomodo en mi lugar en el tren, saco el informe y comienzo a revisar lo que tenemos, añadiendo notas a pie de pagina, en los laterales y donde me haga falta para luego ocuparme de lo minimo en la autopsia, tener todo controlado.

Termino cerrando el informe tras un rato, me froto los ojos y  me estiro un poco antes de levantarme y salir al pasillo Nieves, retrasos, trabajo.

Apoyo la frente en el cristal, es muy tarde, deberia dormir, pero no tengo muchas ganas.

Accedes al correo del fallecido párroco, pero no logras encontrar nada de utilidad. Tenía una vida aparentemente normal, se mensajeaba con conocidos y no encuentras a nadie digno de mención a parte de algún correo en latín con el pontífice máximo y algunos cargos del Vaticano. También cargos del partido locales y el obispo de Mondoñedo.

Media hora después de arrancar el tren rumbo a Lugo, notáis cómo el frío empieza a inundar los vagones a medida que os acercáis a la sierra de Madrid en dirección a la meseta castellana. Tenéis reservadas un par de mesas en el vagón comedor por si queréis cenar algo y sobre todo comentar el caso con lo poco que os ha comentado el inspector Mayo.

El caso va a ser peliagudo, ya que al estar involucrada la iglesia traerá consecuencias casi seguro. Examináis a la gente que compartirá el viaje con vosotros, la mayor parte es gente que regresa a su hogar por Navidad. Podéis ver gente de toda clase y condición, en los vagones dormitorio sobre todo a familias o a grupos de estudiantes que regresan por vacaciones. En la case económica podéis ver incluso a algunos feriantes con todos sus pertrechos, un par de monjes con sus hábitos, un agente de la policía armada con su característico abrigo gris. 

El silencio aún no se ha hecho en el tren pero se nota que casi no hay apenas movimiento, en cambio en el vagón comedor sí que hay todavía gente cenando y el ambiente es más festivo ya que RENFE está invitando por estas fechas a todo el mundo a una copa de cava, turrones y mazapanes.