Partida Rol por web

Bethlem Asylum Project

Escena primera: Una misiva - Edward

Cargando editor
19/02/2014, 22:32
Director

La noche se cierne sobre Londres. Una noche de luna llena y cielos plomizos de tono infernal. Para alguien como Edward, el hecho de que el sol se hundiese de nuevo en el Támesis, significaba algo parecido a volver a nacer. Porque moría con cada amanecer y resurgía con la oscuridad, como si el alma que era el motor de su cuerpo desapareciese transitoriamente de todo lo terrenal.

Despertó en el sótano del viejo almacén que hacía las veces de fortaleza y refugio para sus propósitos. Cajas, polvo y telas raidas amueblaban el lugar, aunque el vástago había tenido a bien acondicionar su particular escondrijo para tener un cómodo sueño de muertos cada noche. 

Una alimaña correteó, nerviosa, a su lado, escondiéndose entre los tablones de la escalerilla que llevaba hasta la trampilla que daba al piso superior, donde Edward no se podía permitir descansar debido a la luz. La Bestia que habitaba en él se removió, como el perro cazador que alza las orejas al escuchar los indicios de una posible presa, pero al percatarse de que aquella no cumplía las características necesarias para suplir sus necesidades exquisitas desechó la idea de ir tras ella. Aquella era una comida miserable comparada con la suculenta vitae infantil que tanto deleitaba a Edward.

Aquella pequeña intromisión le había desperezado del todo, y su cuerpo se había desentumecido, permitiéndole alzarse del lecho cuan largo era. Los pasos que alcanzaba a escuchar sobre su cabeza le indicaban que probablemente sus dos mascotas, sus dos buenos bribones, se encontraban a la espera de su aparición.

Cargando editor
20/02/2014, 04:12
Edward Lusk

Era momento de despertar y aprovechar la noche. Otra noche más. Una inconmensurable noche para explotar a los simios que dormían y rondaban encima de mi confortable y reservada morada. Esencial: reservado, silencioso y discreto. Esencial.

Seguramente Gentlemen me pondría al tanto de lo sucedido en el día y de las citas por venir en esta maravillosa noche por delante. Por esta simple pero importante razón, decidí apurarme. Tome mi abrigo, cuidadosamente doblado sobre una silla francesa del siglo XVII, con todas mis pertenencias en su interior (pañuelo, pipa, estilete, dinero). Puse en su lugar mi viejo ataúd de roble con incrustaciones plateada, tome mi sombrero y lo golpee contra la pared, como hago hace decenios.

Pienso un segundo sobre la ubicación de mi bastón-estoque. Siempre me sucedía. No podía acostumbrarme a dejarlo en un mismo lugar todas las mañanas. Me acerque a la trampilla, con el sombrero en mi mano, exasperado, donde lo encontré finalmente, colgando de la escalera.

Me pongo el sombrero, aliso mi abrigo con un gesto aristocrático y, con el bastón bajo mi brazo, subo las escaleras, desde donde se divisa una luz artificial que debe estar necesariamente prendida siempre cuando me despierte. Manías que vienen con los años.

Antes de ver cualquier cosa, doy un respingo y grito, alegre - Oh, pequeñuelos, la noche que nos espera. Divina como todas. Manos a la obra y que Nuestro Señor nos guíe. - Digo, soltando una risa. Cuando concluyo, ya me encontraba parado, con porte real, en el taller interno del almacén, mientras mecía el bastón, del cual su mango desprendía un brillo opaco: hueso... un mango hecho de hueso, que toscamente representaba un ojo humano.

Cargando editor
27/02/2014, 14:23
Mark "Durango" West

Señor- dijeron ambos al unísono, presentando de inmediato sus respetos, quitándose el sombrero en su presencia- Estábamos esperándolo, señor- continuó Mark Durango, escupiendo el palillo que llevaba mordisqueando largo rato- Un tipo ha venido balbuceando no se qué cosas de meter a su mujer en el manicomio. No quisimos darle una respuesta sin contar con su beneplácito. Practicamos la habitual etiqueta del oficio. Ya sabe. Un poco de respeto nunca viene mal y ese tipo meaba muy alto para mi gusto. Pero no sé qué opina usted al respecto de esa clase de negocios. 

Notas de juego

Me acabo de dar cuenta de que aún no había puesto la foto y no estoy en casa. Luego lo edito para ponerle cara a Mark. 

Cargando editor
27/02/2014, 15:22
Edward Lusk

Ladeo la cabeza, fingiendo confusión. Observo a Mark fríamente por unos segundos, hasta que golpeo de modo estruendoso el bastón contra el piso de madera. - Pequeño Mark, has estado bien en esperar mi bendición, orgulloso de ti estoy por tú lealtad, pero, ¿cuándo, nosotros, hemos rechazado un trabajo, a pesar de la naturaleza del mismo? - Camino hacia él, lenta y sigilosamente. - El trabajo dignifica. - Digo, al pasar por donde él se encontraba. Espontáneamente, mueve su cuerpo para evitar encontrarse en mi camino, pero sin lucir brusco en sus movimientos. Aprende bien las artes de la cortesía, pienso para mi. O teme demasiado. Nada es especialmente malo per se

- Lo importante es tener deudas a nuestro favor, como bien sabe Gentlemen. - Azuzar a uno contra el otro sacaba lo mejor de cada individuo. Además, los resultados, que sabían no podían llegar a la violencia pura, solían ser divertidos. - Y si el buen señor cree que... sigh, parafraseandote sin muchos ánimos, "mea muy alto", también significa que estaría dispuesto a deber más por resolver sus problemas, tan importantes como él los piensa. -

Comienzo a caminar hacia la oficina, subiendo lentamente las escalares. - Por esto os he mencionado insistentemente que la tan afanada teoría de la oferta y demanda es... incorrecta, por lo menos. Lo relevante es lo que este dispuesto a pagar el individuo, no la masa. Y el individuo suele creer, generalmente de manera errónea, que sus problemas, por más insignificantes que sean, son caros de resolver. -

Ya en el rellano superior de la escalera, alzo la voz, como si fuese un dictador salvaje ante su pueblo sometido. - Y ahí es cuando ustedes los exprimen en vuestro beneficio. - Golpeo con el bastón, nuevamente, la madera. - Así que traedme a ese noble hombre, mis pequeños lacayos. -

Notas de juego

Te recuerdo que en el apartado Notas están las fotos que seleccione para ambos criados.