Partida Rol por web

Bethlem Asylum Project

Escena primera: Y de pronto... Oscuridad - Marion

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05/02/2014, 12:19
Director

Londres, Candem, 15 de Octubre de 1883.

La luna llena preside en lo alto el cielo de Londres, difuminada por una espesa capa de nubes plomizas, producto del humo de las chimeneas de las fábricas y las casas. Las estrellas están cubiertas, y la luz de las farolas a gas le da a la atmósfera un tono rojizo infernal, que se filtraba a través de las ventabas de la taberna de las tres cruces.

A la clientela de habituales borrachos, que en este rincón de la ciudad llevaban ropas más refinadas pero seguían padeciendo una sed insaciable y etílica, se le añadía un gran grupo de distinguidos caballeros, que acudían en tropel a esas horas tempranas de la noche, antes de acudir a sus hogares, donde debían asumir obligaciones indeseables y soportar la carga del estoicismo masculino ante la adversidad de la familia y el matrimonio. 

También los había que acudían a tomar una buena copa de vino antes de ir a la reunión de su Club habitual de caballeros, o que acababan de disfrutar de una de las obras expuestas en alguno de los teatros que poblaban Picadilly.

Aquella parecía ser una noche larga para Marion, como siempre ocurría a finales de semana. Los hombres posaban sus relucientes peniques sobre el mostrador, esperando ver sus jarras y copas llenas cuanto antes, y a medida que pasaban las horas los modales de aquellos distinguidos caballeros se iban pareciendo más a los propios de los clientes habituales de cualquier taberna de mala muerte de Whitechapel. 

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06/02/2014, 00:40
Marion Forge

Había aprovechado el principio de la noche para dejar lo más limpia posible la taberna, pues sabía que según se fuese oscureciendo el cielo aquel lugar estaría demasiado lleno, y que incluso me faltarían manos para poder atender a toda la clientela. Era rápida sirviendo, pero no tanto como ellos bebiendo.

Con una ligera sonrisa amable en el rostro, me preocupaba de llenar aquellos vasos que quedaban vacíos antes de que el cliente alzase la voz más de la cuenta. Lo cierto era que allí no eran comunes los líos ni las peleas entre borrachos, si bien era cierto que el ambiente según pasaba el tiempo se iba transformando en algo que a ninguna mujer le gustaría presenciar, sabía que tenía que estar agradecida por no estar en una situación... peor. A veces incluso le hacía gracia ver los comportamientos de los caballeros allí presentes. A saber qué cara pondrían sus dulces prometidas, o esposas.

Yo en ese aspecto tenía suerte. O la había tenido. William era todo lo que una mujer podía esperar de un marido, pero la suerte no pareció estar de nuestro lado. La vida era injusta, pero había que salir adelante. Y esa era mi motivación para aguantar todo peso que cayese sobre mis hombros. Él.

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16/02/2014, 20:56
Director

Marion se mantuvo en movimiento, rellenando presta las copas y las pintas que se alzaban hacia ella, exigentes. 

La visión de aquella hermosa muchacha sirviendo alcohol deleitaba a los hombres, y aquel era uno de los motivos por el que muchos acudían a la taberna de las tres cruces. Marion sentía sus miradas posarse sobre las zonas pudorosas de su cuerpo, sobre sus labios y sobre su cabello oscuro y abundante. 

No era la primera vez que ocurría y no sería la última. El asunto nunca había trascendido a mayores, pues el tabernero le habría cortado la mano a cualquiera que hubiese osado propasarse con su empleada. Pero él no tenía ningún poder fuera del negocio, y Marion no podía evitar experimentar cierto nerviosismo al volver a casa. 

Una mano alzada entre la multitud de caballeros llamó su atención. Reconoció el anillo de sello de Thomas de inmediato. 

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16/02/2014, 20:56
Thomas Brewer

El inmaculado y elegante Thomas saludó a Marion con una leve inclinación de cabeza en cuanto ella se acercó a atenderle, como de costumbre.

Veo que hoy te encuentras muy atareada. Por mi parte sólo requeriré de ti un whisky doble, no te robaré el tiempo que esos egoistas de garganta seca procuran sacar de ti.- dijo, con una cálida sonrisa.

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20/02/2014, 01:53
Marion Forge

Con el paso de las horas comencé a actuar de forma prácticamente automática, olvidándome de todo aquello que no fuese trabajo en si mismo. Según pasaban los años había aprendido a llevar tal acción a cabo, aunque a veces resultaba bastante difícil mantenerse entera, y en esas ocasiones, era cuando agradecía de sobremanera que alguien conocido se encontrase allí, como hoy pasaba con Thomas Brewer.

Me acerqué a él mostrando una sonrisa amable, pero no como la que habitualmente llevaba en el rostro, sino una de las más sinceras que tenía.

- Buenas noches, señor Brewer. -Le saludé tras una breve inclinación de cabeza.- Y no se preocupe. Ya lo sé. -Me alejé nuevamente hacia la barra para preparar lo que me había pedido, aunque sin perderle de vista.

Y que Dios no me malinterpretase, pues bien sabe que quiero a mi marido con todo mi ser, y que soy únicamente suya. Pero de verdad que ver a aquel hombre en la taberna me alegraba. Me hacía sentir más segura y por lo tanto, mejor.

Acabé de preparle el whisky y volví junto a él, limpié su mesa con la bayeta y posé la bebida frente a él.

- Si necesita algo más... Llámeme con lo que sea, de verdad. Nunca estaré lo suficiente ocupada como para no atenderle. -Bajé el tono de voz, aunque no creía haber dicho nada irrespetuoso hacia ningún otro cliente, el ambiente podía verse alterado de forma muy sencilla, por lo que prefería prevenir cualquier posible altercado.

Caminé por la taberna limpiando mesas y quitando vasos vacíos de mesas que ya no tenían cliente alguno.

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26/02/2014, 13:41
Director

Thomas tomó la mano de Marion disimuladamente, con delicadeza y una sonrisa en el rostro- Oh por Dios, querida, me alegra que me dediques esas palabras, pero como he dicho, seré piadoso y no requeriré de ti más que una copa esta noche- la soltó, y se llevó el whisky a los labios, guiñándole un ojo a Marion antes de dar un pequeño sorbo.

Marion se dispuso a limpiar las mesas. Los caballeros, que comenzaban a entrar en un considerable estado de ebriedad, no perdieron detalles de sus idas y venidas, de cada vez que se estiraba o se agachaba. Recorrían su cuerpo con los ojos. Al fin y al cabo, ella era una mujer atractiva, y se la veía poco con su esposo. Algunos ni siquiera creían que en realidad estuviese casada, y así se lo habían hecho saber, ofreciéndose "amablemente" a proporcionarle la protección que necesitaba.

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02/03/2014, 21:35
Marion Forge

Agaché levemente la cabeza cuando tomó mi mano, con cierta vergüenza. Por lo general me daba igual lo que otros pensasen, pero en el ámbito matrimonial... no. William no se merecía ni la traición verdadera ni que se hablase sobre algo así.

Me alejé de Thomas con una sonrisa amable en el rostro, tampoco sabía cómo se tomaría él el hecho de que de alguna forma le replicase su acción. Lo dejaría estar por esta vez, si volvía a ocurrir trataría de explicarle las cosas lo mejor posible. Sabía que el no tenía ningún tipo de intención para conmigo pero aún así... Y lo sabía porque no se comportaba como estaba haciendo el resto. Intentaba ignorar el hecho de que me siguiesen con la mirada allá donde fuese, pero que además se insinuasen hacía que todo aquello fuese más difícil de manejar, consiguiendo que me comenzase a sentir algo asustada.

Intenté manejar el asunto como pude, negando con la cabeza a sus propuestas mientras me mantenía todo lo alejada que podía de ellos.

Lo peor era que tampoco quería que llegase la hora de marchar, pues temía que tendría que hacerlo sola. Esperaba que o bien William apareciese por sorpresa o que le tocase quedarse hasta el día siguiente en la taberna.