Partida Rol por web

Bethlem Asylum Project

Todos juntos y muertos

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14/04/2014, 13:56
Director

Oscuridad. 

Es lo primero que ves cuando abres los ojos, y por un momento no eres capaz de distinguir si tienes los ojos cerrados o símplemente estás mirando al vacío. Un intenso olor a humedad, a sudor y a desperdicios humanos te asalta en cuanto comienzas a ser consciente de lo que te rodea. 

Sollozos. Alguien llora, en algún punto del lugar en el que te encuentas. Una risa nerviosa, un grito de dolor. ¿Dónde estás? Lo último que recuerdas es un intenso sabor amargo en la lengua. Entonces todo se desvaneció. 

Intentas moverte, y descubres tus brazos fijados a la pared por gruesas cadenas. Notas algo reseco sobre tus labios, tras hacer aquel esfuerzo, y al lamerlo un sabor ferroso impregna tu lengua, haciendo que un escalofrío recorra todo tu cuerpo. Estás nervioso. Inquieto. De una manera peligrosa que no sabrías describir. Aguzas el oido, casi sin querer, y lo que escuchas tensa tus extremidades.

Pumpum... pumpum... pumpum... - Hay personas. Personas vivas a tu alrededor. Varias. Desprenden calor. Desprenden hedor humano- Pumpum... pumpum...- tu estómago se encoge, con una anticipación desconocida para ti, mientras te preguntas nuevamente, ¿dónde estás? ¿qué te ha ocurrido?

Notas de juego

Pueden postear para todos. Si lo desean, pueden escribir pensamientos sólo para el director. 

Están en la más absoluta oscuridad. No pueden verse las caras. 

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15/04/2014, 00:33
Victoria "Tory" Withcombe

Me desperté confusa sin saber dónde estaba, todo a mí alrededor estaba tan oscuro que tenía dudas de si era oscuridad real o había perdido la vista. El miedo me atenazaba, el horrible olor y los gritos me trajeron recuerdos terribles, además no podía moverme, huir o esconderme. El pánico y el hedor impedían que pudiera respirar con normalidad, me sentía mareada y no conseguía controlar el pulso que resonaba en mis oídos.

¿Qué me había pasado? ¿Por qué estaba en ese lugar? ¿Dónde estaba y quién me había llevado allí?

Intenté concentrarme en mi respiración para tratar de calmarme, si seguía con ese ataque de pánico me desmayaría y sería aún peor si además estaba inconsciente. Aunque teniendo en cuenta los gritos, tal vez era mejor dejarse ir.

Quería preguntar si había alguien, alguna persona que me ayudara, pero tenía miedo, si quien fuera que me había atado ahí se daba cuenta de que había despertado, sería peor. Me quedé en silencio tratando de controlar el miedo y escuchando en la oscuridad.

Notas de juego

Estoy encantada de retomar. Si prefieres que sea solo al director eres libre de cambiarlo.

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16/04/2014, 01:14
Benjamin Jonhson

Despierto sumido en la oscuridad, intento abrir los ojos, pero todo está igual de oscuro, cuando la visión se acostumbra a la oscuridad apenas puedo ver algo, en cambio otros sentidos me indican cosas importantes.
Tacto: al intentar moverme compruebo que estoy esposado, no puedo moverme

Gusto: al abrir la boca para pedir una explicación de donde estoy un sabor conocido me inunda la boca, reconozco el sabor que tengo en los labios, lo reconozco pero las sensaciones que me provoca son diferente: placer, ansía de más. Aquello no puede estar bien, normalmente este sabor indicaba que me habían golpeado y que en los siguientes días tendría que molestias en la mandíbulas. Definitivamente aquel sabor era sangre...

Oído: No hago ningún ruido, pero me rodean otros que indican que hay otras de personas vivas a mi alrededor Intento moverme salir del maldito sitio donde me hayan metido, no sé como he ido a parar ahí, tal vez con alguna droga, no tengo ni idea pero cuando pille a los que me han hecho esto recordarán el nombre de Ben, a las buenas soy bueno pero a las malas, puedo llegar a ser un hijo de puta.

Abro la boca para pedir auxilio, pero en el primer momento saboreo lo que ya había olido hace unos momento, sangre; ¿cómo ha llegado la sangre a mi boca? No lo sé, pero me estremezco al saborearla, oigo los ruidos de los otros que hay alrededor, sus corazones..., un momento ... y el mío?, no oigo el mio latiendo... Ahora estoy convencido todo aquello es un sueño 
 

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18/04/2014, 13:02
Marion Forge

Cuando abro los ojos (o creo que los abro) no logro ver nada, pero no le doy demasiada importancia, pues aún me noto demasiado adormilada como para pensar nada claramente.

Un olor casi familiar llega a mi nariz. Me recordó a una de las primeras veces que había vuelto sola a casa de la taberna. Era de noche, no sabía por donde moverme, y el camino que había tomado había resultado ser bastante mala elección. El olor de excrementos, vómito y otro tipo de fluidos que no quería saber qué eran se arremolinaba en cada esquina que doblaba. Había querido vomitar, pero me había esforzado por llegar a casa tan pronto como me fue posible. Después no comí hasta el día siguiente.
Pero esta vez era peor. Mucho peor. Más intenso, algo que anteriormente no habría creído posible.

Con la mente aún nublada, llevé mi mano hacia la frente creyendo que tal gesto podría ayudar a que me despejase, y lo único que consiguió fue que me pusiese aún más nerviosa. Estaba encadenada. Abrí los ojos tanto como pude, y miré a ambos lados, aún sin ver nada. Tratando de ser más consciente de mi entorno fue cuando escuché sollozos.

¿Dónde estoy, y qué está pasando? ¿William?

Me revolví en el sitio, nerviosa, mientras me mordía labio y entonces noté cómo el sabor a sangre inundaba mi boca.

¿Por qué?

Volví a prestar atención a mi entorno y entonces lo oí. Tragué saliva. Había más gente allí. Viva. ¿Pero por qué...?
Quería hablar, preguntar qué estaba pasando, quienes eran... Pero, ¿y si aquello me condenaba? No quería morir allí.

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21/04/2014, 11:26
René Bradley

Sobresaltado me despierto, hice resonar unas cadenas, unas cadenas que pronto descubrí que estaban atadas a mi cuerpo como si yo fuera un animal salvaje. Abrí los ojos, pero fue en vano, no conseguí ver absolutamente nada excepto una absoluta oscuridad. 

Confusión, oscuridad, miedo....eso es lo que pasaba por mi cabeza. No entendía nada, ¿qué hacía allí? ¿Por qué? Me pregunté repetidamente buscando una respuesta que se encontraba lejos de mi alcance. Aterrorizado quise gritar, aunque mis labios no pudieron emitir ningún sonido que resquebrajara el silencio sepulcral.

Después de lo que me pareció una eternidad más ruidos de cadenas llegaron a mis oídos, no me encontraba solo. Supuse que habían más gente en mi misma situación, prisionera del destino. ¿Me quedaría atrapado hasta morir? ¿Sería ejecutado? ¿Torturado? Aquellos pensamientos me alarmaron, y el sudor empezó a cubrir por mi cuerpo fruto del terror que dominaba mi cuerpo.

Un nudo en mi garganta obstaculizó la saliva que intenté tragar, tenía la boca pastosa y un sabor extraño en mi paladar. Un olor desagradable y nauseabundo me hizo revolver el estómago.

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21/04/2014, 21:53
Director

Aquella sensación de Hambre y desasosiego no desaparecía. Mientras tanto, en medio de la oscuridad, resonaban unos pasos. El sonido, más intenso a medida que transcurrían los segundos, indicaba que alguien se acercaba.

Varios de los cuerpos que se encontraban en aquel habitáculo se encogieron, haciendo resonar sus cadenas. Sollozos de puro terror resonaron entre las paredes de aquella sala, que poco a poco, fue tornando hacia la penumbra, permitiendo a sus ocupantes distinguir los rostros de quienes compartían su cautiverio. 

La luz fue aumentando a medida que los pasos se aproximaban, revelando más detalles del entorno. Una celda, amplia y sucia. Gruesas cadenas, más gruesas de las que se deberían usar para mantener a cualquier reo inmóvil. Cuerpos tendidos sobre el suelo, sangre reseca sobre las paredes de ladrillo desnudo y sobre los cuerpos de varios de los ocupantes, incluidos los sorprendidos reos que miraban alrededor tratando de discernir qué estaba ocurriendo.

- El lobo... El lobo viene de nuevo... Ya se ha llevado a nuestros niños. Ya se ha llevado a nuestras hijas... El lobo se nos va a llevar. Nos hará gritar pronto...-musitaba una mujer, abrazándose a sus rodillas, escondiendo el rostro entre las mismas mientras se balanceaba hacia adelante y hacia atrás. 

Un sonido cercano de visagras poco engrasadas indicaba la apertura de una puerta. De otra celda quizá. Pronto una algarabía de gritos y sollozos se sumaron al horror del escenario. Una voz amortiguada monótona y fría hablaba en tono imperativo, y tras sus palabras indistinguibles se escuchaba un ruido ahogado, húmedo y desagradable. 

 

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22/04/2014, 16:18
Benjamin Jonhson

Ben no podía aguantar más aquellos sonidos, todo lo que oía no hacía presagiar nada bueno ni para él ni para el resto de presos que compartían celdas con él. 

Intentó luchar contra las cadenas que le inmovilizaban, comenzó a mover y agitar todo el cuerpo buscando un resquicio de debilidad en las sujeciones o en los soportes de las cadenas; todo fue en balde estaba condenado a continuar escuchando los quejidos y aquellos otros ruidos que no indicaban nada bueno.

Harto de esperar decidió tomar el asunto por los cuernos:
- Eh vosotros! Venid aquí y decidme por que me tenéis aquí, tengo una prole a la que cuidar. He despertado y sea lo que sea no me gusta perder el tiempo,- con u marcado tono de ironía- Traedme el desayuno tal vez vais a dejar que me muera de hambre para rematarme luego, pues lo primero ya lo habéis conseguido tengo mucha hambre- Luego se volvió a sumir en el silencio esperando haber atraído la atención de sus captores. Si tenía que terminar preferiría que fuese siempre una muerte rápida.
 

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23/04/2014, 12:35
Marion Forge

Me sentía mal, muy mal. Completamente débil, cansada y nerviosa, pero aún con todo, tenía hambre. Y no podía entender cómo, porque lo que la luz había revelado era muchísimo peor de lo que me esperaba.
Estaba la sangre, que la había por todos lados, los gritos, que eran demasiado próximosy desgarradores, y luego estaba aquella mujer, que balbuceaba cosas que aunque en un principio no parecían tener demasiado sentido, algo dentro de mi me decía que solo trataba de convencerme a mi misma de que era una locura. Apreté la mandibula, y tomé aire, haciendo que mi pecho se elevase considerablemente, luego lo expulsé lentamente. Tenía que hacer algo.

El sonido repentino de la voz de otro de los que se hallaban encadenados hizo que pegase un pequeño bote en el sitio, asustada, consiguiendo también ponerme aún más nerviosa.
Pero permanecí en silencio. Si le hacían caso, quizás lograría ver a quien nos tuviese encerrados y a partir de ahí pensar algo, aunque también estaba la opción de que perdiesen la paciencia y acabasen con todos nosotros...
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
 

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23/04/2014, 17:42
Victoria "Tory" Withcombe

Me mantuve muy quieta y en silencio mientras esperaba que sucediera algo. El hambre me torturaba me sentía débil y asustada, todo aumentado por aquella densa oscuridad que me rodeaba.

El sonido de pasos acercándose me distrajo un poco de mi sufrimiento, cuando la claridad de la luz comenzó a entrar en la sala miré a mi alrededor. No sabía cuánto tiempo duraría esa iluminación y necesitaba saber dónde estaba. La imagen era horrible, el corazón comenzó a latirme a toda velocidad. La sangre, las cadenas, los gritos, los cuerpos… ese lugar era una pesadilla.

No sabía cómo había llegado hasta allí, ni por qué alguien querría hacerme algo así, yo no era importante. Solo tenía algo claro, está vez no me libraría, iba a morir. Dejé caer el peso del cuerpo sobre las cadenas que me retenían abatida.

Un hombre gritaba pidiendo explicaciones, el estómago se me encogió en anticipación aumentando la sensación de angustia, a la espera de una respuesta.

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26/04/2014, 16:57
René Bradley

En vano intenté forcejear, se quedó en eso, en un mero intento de conseguir lo que anhelaba con tanta ansía, mi libertad. Fue privada en contra de mi voluntad y quería recuperarla. Para mi mala suerte que parece haber empezado no conseguí nada salvo provocar ruido al mover aquel molesto metal. 

Una voz grave llegó a mis oídos exigiendo lo que yo también quería, explicaciones. Otra voz carente de cordura mencionó algo referente a un lobo, lo cuál no entendí y posiblemente nunca llegaría hacerlo. De todas formas, tenía otras prioridades en mi mente.

Los nervios empezaron a dominarme, querían tomar control sobre mi maltrecho cuerpo. Respiré hondo para mantener la calma, otro vano intento que nunca llegó a nada. Estaba asustado, aterrorizado ante mi oscuro destino. Pasos, escuché pasos acercarse y una luz se intensificaba. No hizo más que acentuar mi desesperación.

Me mordí el labio para no sollozar, mi respiración se agitó, acentuándose entre balbuceos, quejidos y gritos. Y una sensación de hambre, posiblemente la tuviera antes, o quizá fuera creciendo conforme perdí la calma. Muchas cosas que me hacían perder la percepción de la realidad.

Quise gritar para expulsar todo mi terror pero no pude. 

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16/05/2014, 00:11
Director

Los pasos volvían a reanudarse tras un tiempo que a los cautivos presentes en aquella celda se les pudo antojar eterno. Uno, dos... Pasos medidos, metódicos, ligeramente pesados, seguidos por otros, más ligeros y apresurados, y por unos terceros, perteneciente a alguien que debía tener una gran envergadura. 

La luz iba aumentando de nuevo, hasta permitir que los allí encadenados pudieran distinguirse los unos a los otros sin problemas. Los sollozos entre los cautivos volvía a repetirse. Y aquel sonido, aquel tambor que repiqueteaba en sus pechos, aceleraba el paso. Pumpum... Pumpum... Pumpum... 

Abre la puerta, Willis-pronunció de nuevo, aquella voz monótona, más cerca, y la puerta metálica de aquella mugrienta sala rechinó, abriéndose, permitiendo el paso de un haz de luz que hizo que todos, acostumbrados a la penumbra, entornasen los ojos, molestos, y que algunos de los presentes incluso siseasen de puro dolor. 

El primero en entrar fue un hombre alto y fornido, que poseía unos rasgos toscos. Su pelo oscuro, corto, se adivinaba bajo un sombrero de calidad mediocre, y sus poderosos brazos se ajustaban a un sobretodo marrón lleno de manchas oscuras- Espero que vosotros os portéis bien, miserables sanguijuelas- dijo, como si masticase cada una de sus palabras, golpeando uno de sus puños contra la palma abierta de la mano contraria, en un gesto claro de amenaza.

Tras él, entraron dos personas más. Una mujer, que rondaba la treintena, cuya vestimenta evidenciaba su condición de religiosa. Sus ojos claros escudriñaron la sala con desprecio evidente. Su cabello rubio refulgía levemente con la luz. Junto a ella había un hombre alto y delgado, ataviado con ropas de buena manufactura, que fijaba su mirada gélida y desapasionada sobre cada uno de los presentes, y portaba una fina tabla de madera barnizada, con una pinza a la que se encontraban enganchados varios papeles sobre los que escribía metódicamente con una pluma estilográfica. 

¿Por cuál empezamos, doctor?- preguntó la mujer. El hombre levantó la vista de sus anotaciones, y apuntó hacia una de las mujeres. Una jovencita de cabellos oscuros y rizados, que parecía profúndamente asustada. Los otros dos sujetos comenzaron a acercarse a ella, mientras ésta comenzaba a debatirse, agitando sus cadenas en un intento futil por alejarse de la amenaza que consideraba, estaba a punto de cernirse sobre ella. 

- Tiradas (4)

Tirada oculta

Motivo: Per+Aler Benjamin

Dificultad: 6

Tirada (6 dados): 6, 9, 6, 6, 3, 4

Éxitos: 4

Tirada oculta

Motivo: Per+Aler Marion

Dificultad: 6

Tirada (6 dados): 10, 9, 9, 6, 5, 6

Éxitos: 5

Tirada oculta

Motivo: Per+Aler Rene

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 9, 1, 8, 5, 10

Éxitos: 2

Tirada oculta

Motivo: Per+Aler Victoria

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 2, 8, 5, 6, 3

Éxitos: 2

Notas de juego

  Doctor

  Willis

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16/05/2014, 00:45
Clarence

La algarabía de sollozos, ruegos y gritos aumentó cuando la mujer que acompañaba a aquellos extraños sacó de sus hábitos una jeringuilla. 

La joven de cabellos rizados comenzó a negar con el rostro- No... No... nononono.... No, por favor, a mí no... -balbuceó, con un hilo de voz, mientras un llanto angustiado comenzó a brotar de su garganta.

Estate quieta- respondió la religiosa, con el mismo desprecio con el que había inspeccionado la sala instantes antes. Con un gesto brusco, rompió las costuras de la manga izquierda de su vestido, dejanto el hombro de su víctima desnudo y a la vista. Su piel pálida, ligeramente sonrosada. Bajo la costura rota del vestido se intuían sus blancas enaguas, y en medio de su llanto la joven se sonrojó profundamente e hizo un ademán por taparse, pero en aquel momento la aguja atravesó su carne, sumergiéndose en su brazo, haciéndola arrugar el rostro en una mueca de dolor.

¿Entera, doctor?-la mujer miró durante un instante hacia el hombre que tomaba anotaciones, y tras su asentimiento, apretó el émbolo de la jeringuilla, poco a poco, mientras la joven empalidecía y comenzaba a temblar. 

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16/05/2014, 00:56
Director

Cuando el haz de luz exterior penetra en la habitación, sientes un intenso dolor en los ojos que te hace sisear, al mismo tiempo que algo en tu interior te dice que es peligroso enfrentarte directamente a la luz. Sientes que debes refugiarte entre las sombras. Y que éstas son más seguras que la cercanía con la claridad.

Parpadeas, repetidamente, cegado, tratando de ubicarte de nuevo, y miras alrededor, mientras diversas motas de colores incandescentes aparecen y desaparecen en tu campo visual. 

Poco a poco, en medio de aquella algarabía, vas recuperando tu visión, mientras notas un extraño y desagradable cosquilleo bajo tus párpados. Tras ello, notas la garganta aún más seca, y aquel Hambre vuelve a aguijonearte el estómago. Llevado por un instinto primario y desconocido para ti, vuelves a mirar a tu alrededor, con intenciones inciertas. Y es entonces cuando tus ojos se encuentran con algo que te horroriza y que no esperabas. Algo en forma de jovencita desamparada, desaliñada y sucia, encadenada junto a todos vosotros, sollozante y aterrada.

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16/05/2014, 01:04
Director

Cuando el haz de luz exterior penetra en la habitación, sientes un intenso dolor en los ojos que te hace sisear, al mismo tiempo que algo en tu interior te dice que es peligroso enfrentarte directamente a la luz. Sientes que debes refugiarte entre las sombras. Y que éstas son más seguras que la cercanía con la claridad.

Parpadeas, repetidamente, cegada, tratando de ubicarte de nuevo, y miras alrededor, mientras diversas motas de colores incandescentes aparecen y desaparecen en tu campo visual. 

Poco a poco, en medio de aquella algarabía, vas recuperando tu visión, mientras notas un extraño y desagradable cosquilleo bajo tus párpados. Tras ello, notas la garganta aún más seca, y aquel Hambre vuelve a aguijonearte el estómago. Llevada por un instinto primario y desconocido para ti, vuelves a mirar a tu alrededor, con intenciones inciertas. Y es entonces cuando tus ojos se encuentran con algo que te horroriza y que no esperabas. Un hombre obnubilado, desorientado y desaliñado, que sin duda reconoces. 

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16/05/2014, 01:06
Director

Cuando el haz de luz exterior penetra en la habitación, sientes un intenso dolor en los ojos que te hace sisear, al mismo tiempo que algo en tu interior te dice que es peligroso enfrentarte directamente a la luz. Sientes que debes refugiarte entre las sombras. Y que éstas son más seguras que la cercanía con la claridad.

Parpadeas, repetidamente, cegada, tratando de ubicarte de nuevo, y miras alrededor, mientras diversas motas de colores incandescentes aparecen y desaparecen en tu campo visual. 

Poco a poco, en medio de aquella algarabía, vas recuperando tu visión, mientras notas un extraño y desagradable cosquilleo bajo tus párpados. Tras ello, notas la garganta aún más seca, y aquel Hambre vuelve a aguijonearte el estómago. Llevada por un instinto primario y desconocido para ti, vuelves a mirar a tu alrededor, con intenciones inciertas. Y es entonces cuando tus ojos se encuentran con algo que te horroriza y que no esperabas. 

Frente a ti, el rostro de un hombre demacrado, sonríe lascivamente. Su lengua repasa sus labios gruesos y grasientos con lujuria mientras te mira, con detenimiento, con una malicia que bien sabes identificar y temer. Sus manos desabrochan la lazada de sus pantalones, y comienzan el acariciar un bulto prominente que asoma entre sus piernas frente a ti, mientras su sonrisa se vuelve más aguda y perversa, más lasciva y malintencionada. Mientras sus ojos no se despegan de ti ni un solo instante.  

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16/05/2014, 13:53
Benjamin Jonhson

Al principio se quedó cegado por el cambio de luminosidad en la sala al abrirse la puerta, pero poco a poco la vista se le fué adaptando a la nueva luminosidad de la sala. Al observar al primero de los tipos en la sala, ben creyó que su desafío sería respondido, era el típico esbirro con más músculos que cerebro y con ganas de bronca, podía cruzarse con él en cualquier callejón oscuro y se evaluarían para saber si merecía la pena enfrentarse con el fin de obtener una escasa recompensa.

Estaba apunto de comenzar a dirigirle los siguientes improperios, cuando vio aparecer a otros dos en la sala; aquellos dos eran distintos, ¿un doctor y una enfermera?,donde cojones me he metido! - pensó para si mismo.

Con la nueva luz, pudo examinar con más detalle donde se encontraba allí había muchas personas encadenadas, lamentando en las condiciones que las tenían... asó la mirada por ellos y descubrió para su pesar una cara conocida, Maggie. Que hacía allí, tal vez los habían cogido a los dos a la vez, lo cierto es que tenía un vacío en la cabeza, no recordaba nada de los últimos días. 

Aquello lo cambiaba todo, no podía dejarse matar, no ahora que sabía que su muerte supondría la tortura de la pobre Margareth, una duda le surgió y si utilizaban a uno para presionar al otro a hacer algo que no querían..., mientras su cabeza daba vueltas sobre las implicaciones de la presencia de la muchacha, escuchó la breve conversación entre los tres, no sabía que estaban haciéndole a la pobre chica, pero estaba claro que no era nada bueno, parecía alguna especia de droga, al menos los efectos eran parecidos a los que había contemplado en otros.

Cuando escuchó el comentario del alto farfullo entre dientes:

- Sanguijuela? No, pero más tarde o temprano te prometo que tu sangre estará esparcida por el suelo al alcance de cualquier bicho que quiera alimentarse.- Lo dijo en voz baja, pero entre alarido y súplica de los allí presentes se pudo apreciar claramente el odio que emanaba cada palabra que dijo.
 

Y encima aquella extraña hambre que le exigía ser saciada no cesaba...

Notas de juego

Una duda: ¿Seguimos en oscuridad ? Lo digo por el "extraño y desagradable cosquilleo bajo tus párpados." 

A ver si va a ser una primera pista de la disciplina que me ha tocado :)

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16/05/2014, 14:35
Director

Notas de juego

No, es porque te has hecho daño, y tu cuerpo ahora repara esos daños de manera "antinatural". Por cierto, no es una pista de tus disciplinas. Es una pista de tu clan.

Apuntate "defecto de los Seguidores de Set"

Edito tu post que se supone que los demás te oyen también ^^ 

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17/05/2014, 12:03
René Bradley

Una combinación desagradable formaba por todo mi ser, miedo, desprecio, ira, y un hambre muy particular que no paraba de crecer. La tensión era palpable, el hedor que parecía provenir por todas partes, la sensación metálica en contacto con mi piel, el sabor pastoso y seco en mi boca.

Los pasos se acercaron, y abrieron la puerta, la brusquedad de pasar a la más absoluta oscuridad a una luz cegador me desconcertó, tuve que desviar mi mirada. Me costó apreciar las figuras, pero parecían dos hombres que ya superaban con creces la treintena, y una mujer algo más joven, pero lo más destacable para mí fue su indumentaria, un hábito. Sin duda era una monja.

Llevaba una jeringuilla y no tenía duda alguna que la usaría, la primera víctima fue una joven que estaba en mi misma situación, tan vulnerable y tan impotente. A la vez habían otros dos más aparte de mí, otra joven más y un hombre que de sus labios salió una encantadora amenaza. Todos compartíamos destino. 

Les dediqué una mirada desafiante a los tres que me mantenían cautivos cuya razón para ello era desconocida por ahora, y ,mis palabras no se quedaron atrás. Burlonas incluso. - Vaya, y yo que creía que por mi cara bonita sería el primero.  - Quizás nos matarían por las provocaciones, aunque ahora mismo dudaba de si eso era lo peor que nos podía pasar.

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17/05/2014, 16:36
Victoria "Tory" Withcombe

Los pasos se acercaban haciendo que el corazón me latiera descontrolado, un miedo atroz me inmovilizaba aún más que las cadenas, mientras esperaba a quién fuera que estaba en el pasillo.

Dos hombres y una mujer entraron en la sala, la luz me dañaba los ojos y lo entrecerré para poder verles a la vez que me echaba hacia atrás, intentando fundirme con las sombras. Tenía sentimientos enfrentados, por un lado estaba aterrada y, por otro, no podía evitar mirar alrededor buscando algo que me calmara la terrible sed que me resecaba la garganta.

Durante un segundo un pequeño resquicio de esperanza se instaló en mi pecho, había una monja y las religiosas ayudaban a la gente. Estuve a punto de pedirle ayuda pero, al ver que no decía nada ante la forma de hablar de uno de los hombres, me quedé muy quieta tratando de pasar desapercibida, tal vez me ignorarían.

Observé aterrorizada como seleccionaban a una chica y se acercaban a ella con una jeringuilla, me pegué a la pared con fuerza, como si con ello pudiera desaparecer.

Dos hombres se encontraban en la misma situación que yo, uno con amenazas y otro con descaro se enfrentaban a los captores, pero no dije nada, el miedo y la sed me impedía hablar.

Intenté no mirar lo que le hacían a la joven y entonces le vi. Un hombre horrible me miraba con evidentes malas intenciones, cuando se tocó la entrepierna y empezó a soltarse los pantalones, una nueve de pesadillas me vino a la memoria. Fue como si todo volviera a suceder, el callejón, el olor, el dolor, el miedo, su peso sobre mi cuerpo…  Intenté marcharme pero las cadenas me lo impedían.

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18/05/2014, 22:28
Marion Forge

Al escuchar los pasos más cercanos que nunca, mi respiración se acelera. ¿Habrían sido las voces de aquel hombre las que habían llamado la atención de sus secuestradores? ¿Y ahora qué? No tenía muy claro si quería averiguar esa última respuesta, porque aquello no parecía que fuese a mejorar de ningún modo y pocos finales posibles había.

Mi mente comenzó a volar, deteniéndose de vez en cuando en distintas opciones, pero quedándose con ninguna.

Realmente... ¿qué puedo hacer?

Miré hacia la puerta, expectante por ver quién la cruzaría, pero en cuanto el primer rayo de luz entró en la sala, un siseo de dolor se escapó de entre mis labios.

Cerré los ojos con fuerza, y en ese momento di gracias de tener las muñecas encadenadas, porque solo Dios sabe que en ese mismo instante me habría arrancado los ojos del dolor. ¿Cómo podía sentir algo como aquello?
Aparté la cabeza hacia un lado, de modo que la luz quedase fuera de mi visión, y tras unos cuántos parpadeos intento mover mi cuerpo buscando el refugio de las sombras.

Oigo voces, y creo que son de los dos hombres que entraron. Aunque, luego escucho una más aguda, de mujer y después gritos. Otra vez. Pero me importa poco, lo único que quiero es que la luz esté lo más lejos posible de mi. Ni siquiera quiero que un ápice de ella caiga sobre mi piel.

Cuando por fin consigo relajarme a pesar de notar molestias en los ojos soy consciente de que nuevamente noto el estómago extraño, como vacío... Hambre. No sabía cuánto hacía que no comía, pero sin duda estaba más hambrienta que nunca. Mi cuerpo reacciona por si solo y dirige mi mirada sobre los presentes en la sala, deteniéndose en un hombre que no parecía encontrarse mucho mejor que yo misma. Por alguna razón no puedo dejar de mirarlo, y no tardo en darme cuenta del por qué.

¡¿Señor Brewer?! Le miro horrorizada. ¿Algo había pasado en la taberna? Levanté la mirada y volví a mirar al resto. No parecía posible, ninguno de los otros le sonaban lo más mínimo.

- ¿Señor Brewer? -Susurré, intentando llamar su atención y la de nadie más (aunque no creía que eso fuera realmente posible).