Partida Rol por web

BUSCANDO JUSTICIA

1 de Noviembre: Domingo

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16/03/2016, 20:02
Melissa Whedon
Sólo para el director

Al plantearle a mi hermano que el que él acudiera a la fiesta con Liss me dejaría mucho más tranquila, y que así estaría dispuesta a dejarla ir, este comenzó a responder a modo de broma. Sonreí algo avergonzada ante sus exageradas expresiones y aspavientos, siendo consciente de que en realidad si que era muy protectora con mi hija, pero ¿Cómo no serlo? Ya no sólo se trataba de lo sucedido con su padre, era esta ciudad, estaba podrida; y casi cada noche presenciaba actos que hacían que lo tuviera muy presente.

Al bromear sobre Melody me sacó una risa, pero ambos nos pusimos serios al tratar mi presencia en la fiesta. El simple hecho de mencionarle que me habían cambiado de puesto ya le causó extrañeza, pero al hablarle de qué se trataba en concreto su rostro se llenó de incredulidad. A su gesto siguieron sus palabras, tratando incluso de broma que pudiera ser escolta. Fruncí el ceño al ver cómo me miraba, algo molesta, aunque en seguida se disculpó. Pero lo peor vino después, cuando al saber que Allan Jefferson era mi protegido me habló como si aquello fuera una locura, dejando claro que Allan estaba muy por encima de mí.

Miré hacia arriba, y suspiré, cansada por sus comentarios; tratando de ocultar la inseguridad que todos ellos me generaban.

- Te parecerá que has dicho poco ya… - apunté algo molesta, empujándole suavemente cuando dijo que no diría nada. – Soy una enana, peso pluma, que pasa más tiempo en un teclado que practicando su puntería. No, no soy la mejor opción para proteger al súper soldado… Pero es un rollo político. Han puesto a mamá contra las cuerdas, así que no queda otra.

Al terminar de hablar, escuché a mi pequeña llamándome, girándome y viendo cómo corría por el pasillo con aquellas pintas. Me llevé una mano a la cara, sin creerme lo que veía, agarrando a mi hija cuando esta alcanzó el sofá y se tiró en mis brazos.

- ¿Pero qué hacías? ¿No te he dicho que te lavaras las manos porque íbamos a comer? – pregunté con un atisbo de desesperación, sentándola de lado sobre mis rodillas, observando aquellos morritos manchados de carmín, así como la ropa dada la vuelta y esos tacones que le quedaban enormes. - ¿Qué te he dicho cientos de veces sobre las cosas de mamá? ¿Y esa ropa? Te la has puesto al revés, ¿Ves? - le dije, mostrándole la costura. - Además es de verano, cariño. - cogí una servilleta y le limpié la boca, dejando después a mi hija otra vez en el suelo. - Quítate esos zapatos y vamos a comer... Pero en cuanto terminemos te quiero recogiendo todo y cambiándote de ropa, ¿De acuerdo? Si no te portas bien no podrás ir a esa fiesta... - le sonreí, dando un par de golpecitos sobre el sofá, a mi lado, indicándole que se sentara.

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18/03/2016, 11:40
~M~ Melissa Dixon "Liss"

Gary pone mala cara cuando le respondes así, dejando claro lo que piensas sobre ese encargo. Su gesto se vuelve serio, y parece que está a punto de responderte algo justo cuando aparece Lis, lo que le lleva a callar, sonriendo al ver a la pequeña de esa guisa.

Es que... quería ponerme guapa... como tú, mami. -Te responde Liss, y llegas a pensar que este tipo de cosas las hace a propósito, para deshacerte y que no la riñas. Pero es que lo hace mucho, tener esas salidas, ¿cómo es posible no ponerse tierna con ella?- Entonces... ¡¿Me dejas ir?! -Te dice, percatándose del detalle y lanzándose a tus brazos con fuerza, antes de salir corriendo por el pasillo, esperas que con la intención de recoger todo lo que ha puesto por medio.

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18/03/2016, 11:53
~M~ Gary Whedon

Gary toma asiento, a tu lado, mientras hablas con tu hija. Cuando le miras, descubres en su rostro una sonrisa sincera mirando a la pequeña, una gran ternura. Tu hermano ha salido de un infierno, pero increíblemente ha encontrado su pequeña porción de cielo particular, precisamente en tu hija. A veces es difícil saber quien le está haciendo más bien a quien, si él a Liss al cuidar de ella, o Liss a Gary, ofreciéndole motivos para sonreír y fuerzas para seguir adelante.

Mel... -Interrumpe tus pensamientos, una vez que Liss desaparece por el pasillo. Le miras de nuevo, y su sonrisa ha desaparecido- Sólo era una broma, ¿vale? -Te dice, en tono de disculpa- Te he visto entrenar, te he visto disparar, te he visto patear el culo de tíos dos veces más grandes que tú. Si tuvieras que zurrarte con ese soldadito, apostaría por ti. -Asegura, mostrando finalmente una agradable sonrisa- Y además, eres una cerebrito muy lista. -Añade, alargando una mano hasta tu rostro y golpeando tu frente con el índice, bromeando- Si ellos no lo ven, es su problema. Yo conozco a mi hermana. Y además de todo eso, eres la mejor persona que conozco. No te rendiste conmigo, no me diste por perdido cuando todos los demás lo hacían. Allan Jefferson no puede estar más seguro...

Se hace el silencio entre vosotros. Gary te mira con un gesto entrañable, echando mano del bolsillo y sacando algo, que mantiene entre sus manos. Entonces lo abre, sacando... ¿Un pañuelo de papel?

Vamos... -Dice mientras te lo ofrece, ampliando su sonrisa y luchando por no reírse- ...cógelo y admite que te he emocionado. -Bromea, echándose finalmente a reír. Ese sí es tu hermano, luchando por encontrar el humor en todo, la risa como terapia para la vida.

Además, si ese soldado era tan bueno, ¿por qué iba a dejar el ejército? Bah, no será para tanto... -Comenta, poniéndose en pie, aunque se detiene, pensativo- Espera, ¿ese no es al que le mataron al hermano? ¿Cómo era? ¡Austin! Ese tío sí que parecía querer cambiar las cosas, no se qué pintaba en el equipo de Johnson, si hubiera estado con Collins... -Medita en voz alta, girándose al darse cuenta de que debes pensar que es algo raro oírle hablar de política- Últimamente leo el periódico en el parque tras llevar a Liss al cole, jeje...

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26/03/2016, 00:05
Melissa Whedon
Sólo para el director

La conversación con Gary se vio interrumpida por la aparición de Liss, aunque tampoco sabía si merecía la pena continuar con ella. Todo lo que estaba sucediendo conmigo y con mi madre era una injusticia, y él tampoco podía hacer nada para solucionar eso; además, no sabía hasta qué punto podía incomodarle hablarle de nuestra madre y su trabajo policial.

Mi pequeña en seguida salió con una de aquellas frases que de ser pronunciada por un adulto hubiera pensado inmediatamente que estaba más que preparada. Puede que mi hija fuera muy inteligente, mucho, o que tuviera un encanto natural que nos encandilaba; en cualquier caso, a veces era realmente difícil resistirse a aquella pequeñaja.

La miré con una amplia sonrisa, asintiendo con la cabeza cuando me preguntó si la dejaba ir a la fiesta, y sosteniéndola unos instantes al lanzarse sobre mí; aunque en seguida salió corriendo nuevamente, seguramente a recoger lo que había dejado tirado.

- ¡P-pero…! – comencé a replicar, siendo ya demasiado tarde. – Pero si le he dicho que comamos primero… - comenté a Gary, quien miraba como se alejaba su sobrina.

Sonreí ante su rostro iluminado, sintiéndome feliz de que mi hija pudiera contar con él, de que ambas pudiéramos hacerlo. Pero además de eso, era obvio el bien que la niña le estaba haciendo a él. Ambos se querían y se ayudaban mutuamente y eso para mí era algo incomparable.

Pensando en aquello me puse a comprobar la temperatura de la comida, esperando que Liss no tardara demasiado, pero entonces Gary llamó mi atención. Me extrañó su rostro ausente de alegría, y en seguida lo comprendí cuando comenzó a disculparse, diciéndome que confiaba en mis capacidades y que de tener que enfrentarme a Allan apostaría por mí. Tras aquello esbozó una sonrisa, gesto que le devolví, haciendo alusión también a mi inteligencia con un gesto cariñoso y burlón.

- No tienes por qué disculparte, Gary. Ya sé que parezco inofensiva. – reí relajada, retomando mi hermano la palabra después.

Este insistió en el tema, en cómo él sí me conocía y sabía de mi valía, dedicándome unas palabras que me emocionaron. Me quedé callada unos segundos, sin saber qué responder, cuando Gary sacó un pañuelo de papel y comenzó a bromear sobre haberme emocionado. Él trataba de hacer un chiste, pero la verdad era que sí, que sus palabras me habían llegado; y se las agradecía profundamente.

- ¡Ayyy! Ya has estropeado el bonito momento entre hermanos. – suspiré a modo de broma, tras lo que añadió aquello sobre Allan, poniéndose en pie y girándose al finalizar; explicando sus comentarios sobre la situación política. – Las cosas no son siempre tan sencillas como parecen, Gary. – dije seria, ante su comentario sobre los motivos que habrían llevado a Allan a dejar el ejército. – Sí, Allan es el hermano de Austin. Parece que ambos ven la forma de cambiar las cosas desde el bando de Johnson. – me encogí de hombros. – Ahora mismo no es mi político preferido, pero Allan parece realmente comprometido con la ciudad. Puede que me equivoque, pero diría que va a ser definitivo en la reelección de Johnson, tengo la sensación de que es lo que esta ciudad necesita; y si consigue transmitir eso al resto de ciudadanos… - dije con seriedad, pensativa, hasta que me di cuenta de que Liss ya estaba tardando. - Habrá que comer, ¿No? Qué se enfría. – comenté a mi hermano con una sonrisa.

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29/03/2016, 01:14
~M~ Gary Whedon

Gary se encoge de hombros ante tu bromista suspiro, con una sonrisa de oreja a oreja.

Bueno, ya sabes, estropear cosas forma parte de mi amplio repertorio de virtudes. -Bromea, frotándose el pecho con las uñas de una mano, antes de ponerse a divagar sobre política.

Es tu respuesta la que le deja atónito, viéndote comentar tus impresiones al respecto. De hecho, cuando concluya con esa sonrisa comentando que habrá que comer, te percatas de que tu hermano te está mirando con los ojos como platos.

Wuuuuuuuuuuuau... -Dice, exageradamente- Una sola mañana con él y ya tiene tu voto... ¡Es bueno! -Dice antes de echarse a reír, guiñándote un ojo- ¿Y qué? ¿Es tan guaperas como dicen? -Añade dirigiéndose al pasillo- Voy a buscar a la renacuaja...

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29/03/2016, 01:30
Director

Justo cuando Gary sale al pasillo, suena el tono de mensaje de tu móvil. Lo sacas y compruebas que te ha llegado un mensaje de whatsapp.

Cita:

Buenas tardes, soy Allan. Que aproveche, supongo que estarás comiendo con la pequeña. ¿Te parece bien quedar en un par de horas? Ya he hablado con el sastre, nos espera. También tengo novedades sobre tu amigo.
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29/03/2016, 02:19
Melissa Whedon

Como siempre, Gary continuaba bromeando, primero siguiendo mi broma de haber echado a perder el bonito momento, y después con el tema político. Su actitud era realmente admirable, y no pude evitar mirarle con ternura al verle de aquel modo, aunque cuando me guiñó el ojo e hizo aquel comentario sobre si Allan era tan guapo como se decía, mi rostro cambió. Tragué saliva, mientras el rubor asaltaba mis mejillas, justo antes de comenzar a protestar.

- ¿Q-qué insinuas? – repliqué, mientras se alejaba por el pasillo diciendo que iba en busca de Liss. – Sí, ahora huye… - murmuré, suspirando.

En ese momento escuché el teléfono, concretamente el tono del whatsapp, así que cogí el móvil para ver de qué se trataba. Era Allan, concretando la cita de la tarde y contándome que había novedades respecto a Rick. Le respondí rápidamente, mientras esperaba a que Gary y mi pequeña volvieran.

Buenas tardes, gracias. Ha surgido un pequeño contratiempo, pero espero que empecemos a comer en seguida. En dos horas te recojo. ¿Novedades? ¡Estupendo! Muchas gracias y que aproveche :)

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07/04/2016, 13:19
Director

La comida se desarrolla con total normalidad. Cuando Gary regresa con Liss, no retoma los temas de convertirla que habéis dejado a medias, siguiendo la norma que tú misma impusiste en su momento: no hablar de trabajo durante la comida. En realidad era idea de Aidan, sólo que fuiste tú quien la puso en marcha al final.

Liss se lo pasa en grande, disfrutando de la comida grasienta con los morros y las manos sucias, bromeando y haciendo que Gary y tú os portáis con sus monerías. Al terminar, recogéis la mesa entre todos y Gary se ofrece a lavar los platos, invitándote a descansar un rato con Liss.

Más vale que duerma algo ahora, o a la noche si no...

Notas de juego

Tú verás si quieres seguir jugando esto o pegas un salto temporal hasta el momento de ir a buscar al "soldadito".

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07/04/2016, 19:56
Melissa Whedon
Sólo para el director

Gary y Liss no tardaron en regresar, poniéndonos al fin a comer y a disfrutar de un rato en familia. Dejamos los temas más serios a un lado, sobretodo el trabajo, y es que eso ya se había convertido en una norma de esta casa; una que mi difunto marido había comentado alguna vez que estableciéramos, sin poder llegar a verla hecha realidad.

Para él, el trabajo era una parte muy importante de su vida, pero no la más importante; y al llegar a casa y al fin poder reunirnos todos juntos alrededor de la mesa, prefería centrarse en nosotros, en su familia. Aquello era algo que yo también compartía, pero me resultó difícil el cambio. Estaba demasiado acostumbrada a tratar ese tipo de temas en la mesa o en cualquier reunión familiar, siendo mi madre la causa de ello. Desde joven escuchaba las historias y opiniones de mi madre en lo referente a su profesión, y ahora, Ethan también colaboraba en ello; siendo él muchas veces quien llevaba la voz cantante.

Tampoco se trataba de no hablar nunca del trabajo, pero establecer ese pequeño espacio libre de él me ayudaba a no perder el norte; a recordarme que mi profesión, del mismo modo que sucedía con mis actividades clandestinas, podía ser una parte esencial de mi vida, pero no lo más importante. Lo más importante era ella, esa pequeña pecosa que mientras comía no parada de hacerme sonreír, viendo como disfrutaba y era feliz.

Todos disfrutamos de esos momentos en familia, bromeando, riendo, simplemente estando juntos. Al terminar de comer, limpié las manos y la carita de mi pequeña y recogimos la mesa entre todos; momento en que Gary se ofreció a lavar los platos y me invitó a descansar con mi hija.

- Sí, tienes razón… ¿De verdad que no te importa? – le pregunté, cogiendo a la pequeña en brazos. – Ya has oído al tío, tienes que dormir para aguantar en esa fiesta. – le dije a mi hija, sonriendo ampliamente.

Me despedí de Gary, avisándole también para que me despertara, antes de dirigirme a mi habitación. Una vez allí, nos pusimos algo más cómodas y nos echamos sobre la cama una junto a la otra, acercándome en seguida a mi pequeña para abrazarla por detrás; acurrucándonos juntas.  

- Descansa, mi vida. – le dije con dulzura, dándole un beso entre el pelo, antes de cerrar los ojos para tomarnos ese descanso.

Terminamos por quedarnos dormidas, despertándome un rato después, al sentir como tocaban a la puerta suavemente. Era Gary, que me advertía de que ya era la hora, y con sumo cuidado me separé de mi hija, tapándola despacio con la colcha antes de coger algo de ropa y abandonar la habitación.

- Tengo que ir a buscar a Allan, debo acompañarle al sastre. No sé si volveré antes de que os marchéis a la fiesta, si no es así, nos vemos allí, ¿Vale? – le dije a mi hermano en voz baja, yendo justo después a cambiarme.

Me di una ducha rápida y me preparé, volviéndome a colar a hurtadillas en la habitación para darle un beso a mi pequeña, y tras darle otro a mi hermano y despedirme de él, cogí mis cosas y bajé a la calle.

No tardé en localizar el coche elegido, acercándome a él con rapidez para ponerme al volante, y es que iba ya con el tiempo un poco justo. Metí la dirección de Allan en el navegador y conduje hasta la imponente casa que había visitado pocas horas atrás. Cuando me dieron paso a la propiedad, entré y avancé con el coche hasta la entrada principal. Aparqué este en el lugar dispuesto para ello y me dirigí a la puerta, tocando esta en cuanto la alcancé; presentándome esta vez en la residencia con un atuendo mucho más informal que el de esta mañana, vestida con unos vaqueros pegados, unas botas altas, una blusa y un fino suéter bajo el abrigo.

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08/04/2016, 10:03
Director

Al tocar el timbre del interfono de la entrada a los terrenos de la mansión, no llegas a tener que decir una sola palabra. Al parecer, para quienquiera que haya atendido la llamada, es suficiente ver tu rostro a través de la cámara instalada en el propio interfono. Las puertas se abren inmediatamente, dándote paso a través de la carretera privada que lleva a la casa.

Al llegar, rodeas la amplia rotonda ajardinada frente a la entrada, deteniendo el vehículo. Desciendes y te diriges a la puerta, pero finalmente no llegas a tocar. Por un lateral de la casa, oyes un silbido que te detiene, viendo cómo Allan se acerca a grandes zancadas desde el garaje, con una amplia sonrisa.

Agente Whedon... -Bromea, claramente, volviendo a hablarte formalmente- ¿Lista para su cita? -Añade con picardía- Con el sastre, quiero decir...

Su broma, su buen humor, no evita que te fijes más en él. Acude vestido también de forma informal, con unos vaqueros y una camiseta blanca, así como una cazadora de piel. Pero hay algo más. Algo que no te encaja. Se nota que se ha arreglado, se ha aseado, su pelo está ligeramente húmedo y recién peinado, y despide un aroma a jabón y colonia bastante agradable. Sin embargo, no es eso lo que hace que te pongas alerta. Sobre el cuello de la camiseta, apenas perceptible por la cazadora, te parece ver una pequeña herida, apenas un rasponazo. También su mano izquierda tiene algo peculiar, una coloración algo más oscura en torno a los nudillos. Detalles que, según crees, habrías detectado por la mañana.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Te iba a pedir una tirada de Percepción, pero casi que te la hago yo ;)

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08/04/2016, 18:04
Melissa Whedon

Al abrirse la puerta de la propiedad de los Jefferson sin que tan siquiera me preguntaran nada, no me costó imaginarme a Geofrey al otro lado, y aquel pensamiento me sacó una sonrisa. El hombre me había caído muy bien y las palabras que me había dedicado me parecieron muy sinceras.

Rodeé la rotonda ajardinada y aparqué, dispuesta a llamar a la puerta, pero antes de hacerlo un silbido hizo que me detuviera en seco. Miré hacia un lado en seguida, dándome cuenta de que se trataba de Allan, acercándose hacia mí a grandes zancadas. Me sorprendió verle con aquel aspecto tan informal, y…

Atractivo. Está realmente guapo así.

Estaba claro que había gente a la que no le hacía falta arreglarse especialmente para resultar atractiva, y Allan era una de esas personas. Un vaquero, una camiseta blanca y un cazadora eran suficientes para él; aunque el cabello ligeramente húmedo y el olor que desprendía también sumaban al conjunto.

Estás trabajando, Melissa.

Pero el buen humor de Allan y su broma no me permitieron centrarme de inmediato, no pudiendo resistirme a darle una respuesta.

- Ohhh… - dije poniendo cara de desilusión. - ¿Era con el sastre? Lástima… - susurré la última parte, riendo después.

Pero mientras reía, mirando a Allan en espera de su reacción, algo llamó mi atención. Sobre el cuello de la camiseta observé una marca, a pesar de que la chaqueta no dejaba verla bien. Aunque me extrañó no haberla visto por la mañana, no parecía nada grave, así que no le di importancia. No hasta que vi como no era la única marca en su cuerpo, y es que en los nudillos de su mano izquierda tenía una zona de su piel oscurecida, como si hubiera dado algún golpe.

Di un paso al frente, acercándome más a él y retirando ligeramente su chaqueta, de forma que se viera mejor aquel rasponazo.

- ¿Y esto? – le pregunté en tono neutro, alzando la vista para mirarle a los ojos.

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11/04/2016, 12:06
Allan Jefferson

Salgo por el garaje, evitando cruzarme con mi padre que se encuentra en su estudio. Cuando era pequeño ya aprendí a desenvolverme mejor en el ala del servicio que en las zonas familiares, sobre todo cuando pretendía hacer alguna travesur y evitar que mi padre me viera. Es curioso el modo en que ciertas cosas, aparentemente inútiles en principio, resultan ser todo lo contrario.

Me encuentro ya cerca de los coches cuando oigo el timbre de la entrada. Me apresuro a la salida de la cochera , avisando a Geofrey de que no es necesario que acuda a abrir, y salgo al exterior a toda prisa, recorriendo a saltos la distancia entre el portón y la entrada. Efectivamente, es ella, con el deportivo aparcado frente a la entrada y un aspecto mucho más informal que esta mañana. Un aspecto que le queda realmente bien, por cierto.

Bromeamos, ambos con semejante picardía, aunque a ella le sienta mucho mejor. La picardía, y todo lo demás.

Sin embargo, me sorprende acercándose algo más seria, echando su mano al cuello de mi chaqueta y desvelando ese rasguño de mi cuello. Mierda, creí que no se daría cuenta, que la cazadora lo cubriría. Igual debería haberme puesto camisa, el cuello alto lo hubiera cubierto mejor. Ni siquiera se cómo logró hacerme eso en el forcejeo, debió rozar el propio cuello del traje con algún golpe. Al menos, tras la ducha, tiene mejor aspecto de lo que parecía en un principio.

¿Esto? -Digo volviendo a cubrirme el cuello, sonriendo con nerviosismo oculto bajo una sonrisa pícara- Te prometo que no ha sido ninguna mujer... -Bromeo, sugerente. Al menos, no es mentira, pero se que no será suficiente, que esta vida que me ha tocado vivir... que he elegido vivir, me obliga a mentir a la gente a la que aprecio. ¿Espera? Si, me doy cuenta de ello, que he conocido a esta mujer esta misma mañana, y ya siento por ella un gran aprecio- Bueno, ¿nos vamos? -Propongo, apresuradamente, con una amplia sonrisa, dando una palmada. No sólo quiero cambiar de tema, también quiero alejarme de casa lo antes posible, no sea que mi padre tenga la ocurrencia de acercarse por aquí y deleitarnos con algún comentario de los suyos- Me dejarás conducir esta preciosidad, ¿verdad? -Digo encaminándome a la puerta del conductor, con las manos unidas y alzando los hombros, suplicando las llaves con una amplia y brillante sonrisa.

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11/04/2016, 21:20
Melissa Whedon

Al preguntarle por aquel rasponazo, Allan en seguida se lo cubrió, bromeando sobre el tema con una pícara sonrisa; aunque algo distinta de lo habitual.

¿Prometerme? ¿Pero qué quiere decir con…?

- ¡N-no lo decía por eso! – protesté con mis puños cerrados sobre mis caderas, inclinándome ligeramente hacia delante, a modo de regañina. – Eso no es asunto mío, pero sí lo que te pueda pasar. - añadí al erguirme, pensativa.

En realidad no hasta ese punto, no tiene que darme explicaciones de nada que quede fuera de nuestra relación laboral, pero… Me preocupa.

Por un momento su sonrisa y su broma me despistaron, pero no, no me había pasado desapercibido cómo había evitado responder. Además, en seguida cambió de tema, preguntando si ya nos íbamos con una sonrisa y una entusiasta palmada. Preguntándome si le dejaría conducir, comenzó a encaminarse al asiento del conductor, juntando sus manos a modo de súplica.

Saqué las llaves, mostrándoselas y cerrando mi mano alrededor de ellas justo después, acercando esta a mi cuerpo para alejar las llaves de él.

- ¿Estás seguro de que puedes conducir? – le pregunté como si nada, haciendo acto seguido señales con la mirada hacia su mano con los nudillos oscurecidos. - ¿Qué ha pasado? – insistí, mostrándome abiertamente preocupada. – Puedes contármelo…  - le hice saber, acercándome algo más a él. – Además… Si me lo cuentas, te dejaré conducir. – Accedí a modo de broma, con media sonrisa, tratando de rebajar un poco la seriedad del momento.

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11/04/2016, 21:55
Allan Jefferson

Sus protestas ante mí respuesta esquiva y cargada a propósito de picardía y buen humor, me dejan claro que no va a ser tan sencillo. Del mismo modo, aunque trato de cambiar de tema centrándome en el coche, nada cambia. Bromea ocultándome las llaves, demostrando que se ha dado cuenta de lo de la mano. Ya podría haberme cubierto mejor, aunque desde luego la mano era mejor que mi cara, al menos cuando se trata de una barra de hierro.

Me pregunta si puedo conducir, insistiendo en saber qué ha sucedido. Pero no puedo contárselo. No puedo contarlo. A nadie. Ahora entiendo por lo que pasaba Coulton, y Vargas, y Connor. Entiendo sus expresiones mientras escribían aquellas cartas a sus familias, llenas de fábulas acerca de un destino tranquilo, playas paradisíacas y descubrimiento cultural. Esas cartas que muchas veces se escribían durante la tensa calma entre combate y combate, únicamente para dejarles vivir tranquilos, no compartir con ellos su pesadilla. Para eso ya estábamos nosotros, los hermanos de armas. Para eso y... para entregar la última de las cartas, que no tuvo tiempo de enviar. Ese fue el caso de Vargas. Me tocó a mí hacerlo.

Melissa... -Desvío la mirada a la puerta de la casa, teniendo que pueda abrirse en cualquier instante, agobiado. Me fuerzo a sonreír, como si no pasara nada- No ha pasado nada, un accidente doméstico, nada más. -Miento, odiándome por ello- Si no quieres que conduzca, Hazlo tú, da igual, pero ¿podemos irnos ya? -Le pido, mirándola a los ojos, dolido por tener que actuar así, de este modo tan despreciable- Por favor.

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12/04/2016, 19:48
Melissa Whedon

La forma de Allan de pronunciar mi nombre, y el modo en que desviaba la mirada hacia su casa, en seguida me llevó a pensar que no me contaría nada. Creía saber qué había pasado, y aquel gesto con su posterior explicación me hicieron convencerme de ello. Mi protegido sonreía, pero su forma de renunciar a conducir y la petición de marcharnos me hacía pensar que no estaba demasiado bien.

No me cuesta imaginar una discusión con su padre, sin extraños presentes, y a Allan desatando después su rabia contra lo primero que encontrara…

- Claro, nos vamos. – le concedí, del mismo modo que hice con su anterior petición. – Toma, son tuyas… Pero sólo por esta vez. – le advertí con seriedad mientras le daba las llaves, para dedicarle una dulce sonrisa justo después. – Debería ser yo quién conduzca como agente al cargo. Que mis vaqueros no le engañen, estoy de servicio. – volví a sonreír, esta vez con picardía al retomar el hablarle de usted.

Y subí al coche, esperando a que Allan también se montara y nos alejara de allí, tal y como quería.

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13/04/2016, 11:12
Allan Jefferson

Madre de dios, que estupidez he dicho. Un accidente doméstico, eso no se lo va a creer. Podría haber inventado una excusa mejor, tengo que buscar excusas mejores. Tengo que... verme obligado a mentir continuamente para ocultar a Armour.

Por un breve espacio de tiempo, llegué a creer que era una buena persona al hacer esto.

Sin embargo, Melissa accede sin reparos, cediéndome las llaves del coche. Sonrío cuando me cede las llaves, pero su dulce sonrisa me hace sentir un miserable. Incluso sabiendo que esto lo he hecho por ella. Me oculto bajo una fachada de buen tipo, pero el buen tipo era mi hermano. Él luchaba por limpiar la ciudad a cara descubierta, sin mentir ni engañar a nadie. Yo me oculto a su sombra, fingiendo ser alguien bueno, pero no es verdad. Me estoy rodeando de oscuridad, porque sólo la oscuridad puede hacer algo en esta ciudad.

¿Vaqueros? -Pregunto con la vista fija en el frente, sin mirarla, aguantando una sonrisa pícara- No me había fijado... -Digo abriendo la puerta del coche, mintiendo descaradamente. Claro que me he fijado en sus vaqueros, y en lo bien que le sientan- Por cierto, se ha dejado una hebilla del cinturón, agente Whedon...

No es cierto, pero pienso reír cuando se de cuenta de ello tras buscarla. Arranco el coche y acelero al rodear la rotonda de entrada, enfilando el camino hacia el muro exterior, dispuesto a salir de esta casa cuanto antes, alejarme de una vez.

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13/04/2016, 20:39
Melissa Whedon

Ante el comentario sobre mi atuendo y el estar de servicio, Allan respondió con extrañeza, diciendo no haberse fijado en que llevaba vaqueros mientras se disponía a entrar en el coche.

¿En serio? Vale que yo no llame tanto la atención como él, pero ni siquiera fijarse en cómo voy vestida… Al final Claire tendrá razón, estoy fuera del circuito, pero lejos, muy lejos. ¿Y por qué me importa esto? ¡Argh, Claire!

Comencé a ajustar la posición del asiento, cuando mi protegido volvió a hablar, esta vez para decirme que me había olvidado meter el cinturón en una de las trabillas. Le miré sorprendida, ¿No decía que no se había fijado? ¿Es que lo hacía ahora? Pero al levantar ligeramente la blusa para comprobarlo me di cuenta de que no era así.

Volví a mirar entonces a Allan, ya sentado en el asiento del conductor listo para salir, mientras enarcaba una ceja.

- ¿Está usted vacilándome, Señor Jefferson? Muy osado por su parte, teniendo en cuenta que estoy al cargo de su seguridad… - bromeé en una fingida amenaza, echándome a reír después.

Cesé la carcajada en cuanto me percaté de lo que estaba haciendo. Me había relajado demasiado, bromeando y riendo como si aquel encuentro fuera algo distinto a mi trabajo; no era así y no podía permitirme ese tipo de cosas.

- D-discúlpame, eso ha estado fuera de lugar… - dije avergonzada por mi actitud. – No puedo relajarme tanto. – admití con una forzada sonrisa. - Y después del sastre... ¿Tienes algún plan más? ¿Algún lugar al que tenga que acompañarte antes de la fiesta? – pregunté cambiando de tema.

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14/04/2016, 22:42
Allan Jefferson

No tardamos apenas nada en alcanzar la puerta de salida de los terrenos de la casa familiar. Melissa comprueba que su cinturón esté correctamente insertado en todas las trabillas del pantalón, momento en que me echo a reír de forma muda. Lejos de adoptar otro tipo de reacción, Melissa bromea volviendo a tratarme de usted, recordándome que es la encargada de mi seguridad. Sin embargo, no tarda en retractarse de sus palabras, empleando esas palabras que tan inapropiadas me resultan.

¿Fuera de lugar? Me parece que hay pocos lugares más apropiados para que puedas relajarte, Melissa. -Le concedo con una amplia sonrisa- Sólo estamos nosotros, ¿no te inspiro suficiente confianza? -Mi sonrisa disminuye al percatarme de lo que ocultan mis palabras.

Confianza. Esa palabra sí que está fuera de lugar. ¿Quién soy yo para hablar de eso, siendo alguien que se oculta bajo una máscara? ¿Por qué debería merecerla?

Disminuyo la velocidad para incorporarme a la carretera general en el cruce, y acelero inmediatamente hasta situarme justo en el límite de velocidad permitida.

¿Planes para después del sastre? -Respondo a Melissa cuando pregunta por ello- Realmente no, nunca se lo que voy a tardar cuando acudo al sastre, las primeras veces fue desesperante. -Admito, fingiendo cara de agobio antes de dedicarle a Melissa una divertida sonrisa- Pero, si acabamos pronto... -Tuerzo el gesto, pensativo- ...puedo hacer tiempo de alguna manera, y darte un rato libre por si quieres ir a casa con Liss hasta que acudamos a la gala, si quieres. -Propongo, cediéndole esa libertad para dedicar tiempo a eso que Johnson le ha arrebatado en mi nombre- Y, por cierto, tenemos que hablar de tu amigo Rick...

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15/04/2016, 18:53
Melissa Whedon

Al disculparme por mi actitud, afirmando que no podía relajarme tanto, Allan discrepó, añadiendo si es que no confiaba en él. Lo hizo con una sonrisa, esa que casi siempre mostraba, pero aquella pregunta me dio qué pensar.

Recordé la conversación frente a la comisaría, donde le dije con total sinceridad que podía contar conmigo, del mismo modo que Allan me dijo que podía contar con él. ¿Acaso no implicaba eso tener confianza? Me inspiraba confianza, sí, y Geofrey también me había hablado de que era una persona de fiar. La más de fiar. Pero estaba trabajando, no se trataba de Allan, ni de lo de fiar que pudiera resultarme o no, la Melissa policía a veces distaba mucho de la verdadera Mel.

Si alguien puede romper ese escudo…

- Claro que confío en ti. – respondí, con demasiada firmeza habiéndonos conocido esa misma mañana, lo que provocó que me ruborizara ligeramente. – Es sólo que… - bajé un momento la mirada, sin estar segura de compartir aquello con él; pero quería hacerlo, quería continuar confiando en él, y que él también terminara sintiendo aquel deseo. – Ya conoces a mi hermano Ethan, también a mi madre… - comencé a explicar, mirándole, mientras él conducía. – Ellos son así, algo serios, muy correctos, perfectos agentes del orden… Pero yo no. – admití, encogiéndome de hombros.- No puedo permitirme ser yo misma en mi trabajo, mas que con unas pocas personas, como Rick. – añadí. – Soy una Whedon, debo demostrar mi valía de forma continua, esforzarme el triple que cualquier otro. – suspiré, cansada de aquello. – Ya no sólo por mi familia, sino por el resto de la policía, como si me hubieran regalado el puesto. Me costó mucho obtenerlo. Demasiado, tuve que superar mucho. Así que estoy acostumbrada a ser muy seria en mi trabajo, y me cuesta cambiar el chip ahora contigo. Quiero, pero… - volví a sentirme algo avergonzada. – ¡Oh! vas a pensar que soy idiota. – me llevé la mano a la frente un momento, riendo, aunque temiendo estar haciendo el ridículo.

Al preguntarle por los planes posteriores al sastre, me comentó como no tenía ninguno en especial, ofreciéndose a hacer tiempo para que pudiera estar un rato con mi pequeña. Le sonreí con ternura, agradada por aquella consideración para conmigo, pero también hacia mi hija.

- No te preocupes por eso, al final… - me detuve un instante, pensando en cuál sería su reacción después de lo que iba a decirle. – Liss irá a la fiesta. – dije con cara de circunstancia. – Los de su clase iban a ir, la niña se ha enterado antes que yo… Y en fin, no he podido negarme. – sonreí enternecida, pensando en la emoción de la pequeñaja. – Cenan allí, así que irá bastante antes que nosotros. De hecho quería comentártelo, porque en algún momento supongo que mi hermano y ella se acercarán… Espero que no sea un problema. – quise hacerle saber, aunque suponía que no lo sería, incluso había manifestado su deseo de conocer a Liss mientras desayunábamos.

Al mencionar a Rick me mostré sorprendida, y es que por unos momentos me había olvidado de aquello por completo. Era como si estar con Allan hiciera que me olvidara de lo demás, de comportarme formalmente, del tema de asuntos internos… Estaba totalmente centrada en él. Pero eso era lo que debía hacer como escolta, ¿No? Preocuparme por mi protegido…

Aunque me da la sensación de que Claire tendría una opinión bien distinta.

- Claro, Rick. Te lo agradezco, cuéntame, ¿Qué has averiguado? – le pregunté con sumo interés.

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16/04/2016, 06:05
Allan Jefferson

Melissa no tarda en confirmar su confianza en mí. Incluso de un modo demasiado firme, algo que se me clava en el pecho, recordándome lo poco digno que soy de su confianza. Sin embargo, ese no parece ser el problema. Mi sonrisa se desvanece mientras expone su situación, lo perfectamente correcta que es su familia en las labores policiales, el modo en que se ve obligada a comportarse de un modo triplemente perfecta para que los demás la sientan merecedora de su puesto. Es un tipo de injusticia que conozco bien, esa sensación que te corroe por dentro al no sentirte digno de tus predecesores, al ver cada uno de tus actos examinado con lupa. Es un buen motivo para verte obligado a ser más serio de lo que eres en realidad, para que ser tú mismo se vuelva una tarea complicada.

Yo mismo a veces me pregunto si Armour es una vía de escape, una forma de dejar salir al verdadero Allan, en lugar del señor Jefferson-Kennedy.

No creo que seas idiota. -Digo con rotundidad- Se que no lo eres. Se que eres todo lo contrario. -Añado, con absoluta fe en mis palabras- Se muy bien lo que se siente, cargar con un apellido que pesa como una losa sobre todos tus actos. "Un Jefferson no puede ser como cualquiera, debe ser mejor", así nos educaron. -Reduzco la velocidad, al encontrar un coche en la carretera que va más despacio que nosotros- Pero, si quieres, y te ves capaz, puedes ser tú misma conmigo. -Le propongo, sin apartar la vista del automóvil que tenemos delante, un utilitario familiar- No me importa tu apellido, y se que eres una buena policía. Porque ser un agente de la ley no consiste en mantener las formas. Consiste en hacer lo que se debe, hacer el trabajo, defender lo que es justo. Y, ante todo, se que eres una buena persona. -Mejor que yo, sin duda.

Con ese pensamiento en la cabeza, y tras comprobar el estado de la carretera y que disponemos de una buena recta libre por delante, acelero y cruzo al carril contrario, adelantando al utilitario con facilidad. La conversación continúa por otros derroteros, la posibilidad de que Melissa pidiera estar un rato con Liss antes de la fiesta. Sin embargo, me sorprende al afirmar que la pequeña acudirá a la gala. Frunzo el ceño, recordando que la idea no le gustaba en absoluto, aunque en seguida explica los motivos por los que no ha tenido más remedio que claudicar.

¡Oh, sí, un gran problema conocer a tu pequeña devoradora de galletitas... -Bromeo, ilusionado ante la idea- Espera, voy a poner cara de persona intransigente a quien algo así puede parecerle un problema... -Frunzo el ceño exageradamente, extendiendo mis labios en una mueca de seriedad excesiva, y le dedico esa expresión a Melissa, antes de echarme a reír. Creo que, en el fondo, acabo de imitar a mi padre. Aunque tampoco él pensaría en eso como una mala idea, sólo es intransigente hacia mí- Jajaja, estoy deseando conocerla, y a tu hermano. Tu otro hermano. -Y es que a uno de ellos ya lo conozco.

Al sacar a colación el tema de Rick, no puedo evitar recordarme que, por encima de las mentiras que me vuelven alguien horrible, también estoy tratando de hacer un bien. Armour está para eso, para ayudar a la buena gente de esta ciudad. Por eso no importa lo que Allan Jefferson deba sacrificar en el proceso.

Bueno, averiguar, averiguar... -Comienzo a decir, con fingida modestia. Sí, he averiguado cosas, pero desvelar lo que se realmente destaparía el modo en que he conseguido esa información, algo que no me puedo permitir. En lugar de ello, me veo forzado a soltar meras pistas, suficientes para exonerar a Rick, y que además el mérito no sea mío- Es más bien una teoría. -Me defiendo- He estado hablando del caso con un compañero de instrucción, que está ahora en Inteligencia Naval. Me ha dado algunas ideas interesantes. -Comento como si tal cosa- Si los de Asuntos Internos están tras tu amigo, es porque tienen algo contra él. Dado que confiamos en su inocencia... -Me incluyo, no porque le conozca y me fíe de él, sino porque me fío del criterio de Melissa- ...no pueden ser huellas dactilares ni grabaciones de vídeo. De modo que ¿qué nos queda? La tarjeta de acceso. -Sentencio, con una amplia sonrisa- Esas tarjetas dejan un registro, y cualquier acceso no justificado puede dar el cante. Por ejemplo, un acceso fuera de su horario de trabajo. Pero supongo que Rick se daría cuenta si le faltara su tarjeta, de modo que mi amigo me ha sugerido otra opción. -No ha sido un amigo, y no ha sido una sugerencia. Ha sido una confesión en toda regla, una que no puedo presentar ante un juez pero que debe servir para ayudar a salvar a ese tío- Una tarjeta clonada. Marcaría los datos de Rick igual que la suya, inculpándole, pero debería poder descubrirse la diferencia entre ambas a través del código del sistema. Algo que una buena poli del departamento de delitos informáticos seguro que puede hacer. -Le concedo toda mi confianza, alegre ante la idea de que finalmente mi trabajo quede en la sombra, y ella pueda llevarse los laureles- Ya se que te encuentras temporalmente apartada de tu puesto de trabajo, pero se me ocurre que en algún momento podrías concederme una visita guiada por tu departamento y mostrarme cómo es tu trabajo... -Propongo con una cómplice mirada.