Partida Rol por web

CARGAMENTO MALDITO

Bajo Cubierta

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02/04/2014, 11:26
William Drake

Sueños de Muerte me atormentan. En mis sueños, he visto el mar tragarse la tierra, y la luna caer. He visto como la vida abandonaba este mundo, los espíritus callaban y marchaban a un lugar más allá de la Umbra. Se perdían para siempre en el silencio de una noche sin luna sin un solo murmuro. He visto el final del camino.

Sabiendo lo que yo sé, es difícil mantener la cordura ¿Verdad? Pero aun queda esperanza, porque aun sueño, por que los espíritus aun murmuran, por que el lobo camina junto al hombre. No me he vuelto loco. No del todo, todavía. De verdad, así que escucha todas y cada una de mis palabras, y quizás aun tengas oportunidad para ver lo que yo vi. Aunque no te lo recomiendo. Toma esta reliquia para que te proteja. No, va alrededor del cuello. Ahora sí. Ya estas protegido, acojonado y dispuesto. Escucha.

¿Sabes donde esta Canterbury? ¡Da igual porque no volveré allí! ¡Nunca! ¡Nunca! Bueno, deja de desconcentrarme... Yo nací en Canterbury. No me preguntes como se llaman mis padres. No lo sé, nunca lo sabré porque tampoco quiero saberlo. Creo que por ahora no quiero saberlo. Pero sé que ella está muerta. La mató él por ser lo que era. La mató él por miedo, por envidia, por celo, por asco. ¡A la madre de su hijo! Hay que estar loco, luego dicen que yo estoy loco, pero no tanto. Tanto no. Ella me lo dijo. Me lo susurró. Él está vivo. Nos odia, nos odia a muerte, nos busca, lo toman por loco por lo que vio, por lo que sabe. Seguro que también sueña. Pero él está en lo cierto, está en el buen camino, como yo. Y lo toman por loco, como yo. ¿Dónde está la diferencia? ¿Dónde? Ni la vi, ni la imaginé ni la soñé. Así que no debe existir. No, no, no... No. Definitivamente no. Nos teme, nos busca. Desea acabar lo que comenzó con su mujer y no pudo hacer con su hijo.

¿Sabes lo que es pasar hambre? Los orfanatos no son sitios bonitos, no, no lo son. Digamos que sin un padre al que quejarte, al resto le da igual lo que te pase. Así que una sopa de pan y sal al día, y a morder la madera de las puertas. Que delicioso sabor, más exquisito, tan preciado después de una comida sin sabor, hasta tragar astillas te parece delicioso. Ahora no se si echo de menos morder la madera, pero seguro que el Capitán me lanzaría por la borda si me dedicara a morder el mástil. Eso si me ve, claro. Y luego tendría que recogerme. Él sabe lo que yo sé. Pero no todo. Si no se volvería loco.

Que me cansé de morder madera y las sopas de pan y sal con siete inviernos y me largué de allí con lo puesto. Entonces la gente comenzó a llamarme niño mendigo, y me daban restos de comida y me dejaban dormir con sus perros y caballos. ¿Por qué? No lo sé. No quiero saberlo. ¿No quiero saberlo? No quiero. Pero acabé cansándome de la pequeña ciudad donde me había criado y había pasado hambre. Así que me largué. ¿Y cómo me largue? ¡Caminando! ¡Caminando por la nieve y el frio bajo la noche y el abrigo de la luna! Y caminar con la sensación que los lobos te siguen, y que el miedo a lo desconocido te haga caminar más rápido ¡Que joven era! Si el Will del pasado supiera lo del Will del presente... bueno, seguramente me habría dado igual. Está bien así. Todo pasa por que la tejedora quiere que pase. Así crea el destino como una telaraña. Telaraña. ¿La has visto? Luego te explicaré.

Llegué a Dover. Esa ciudad olía a rayos, más o menos como yo, así que me sentí como en casa. Y allí la gente parecía estar siempre de aquí para allí, hablando en más idiomas de los que seguro una sola persona pudiera entender. Pero allí nadie te daba sus restos para comer, ni había donde refugiarse. Así que tenía dos opciones, morir de hambre, algo que nadie en su sano juicio aceptaría, o coger las cosas que los mercaderes olvidaban dentro de sus cajas, o en los puestos del mercado. Y correr, correr, correr. Correr sin parar, correr por que quieren cogerte y cortarte las manos. ¿Ves? Tengo las dos manos. Quiere decir que nunca me cogieron. Bueno, no, te estoy engañando. No pongas esa cara, las manos son de verdad. Lo que pasa es que llevaba dos o tres años con unos críos de mi edad, corriendo de aquí para allí, robando y ayudándonos cuando alguien tuvo la feliz idea de robar un barco mercante.

Y yo fui, y felizmente me colé, sin saber que era un Barco Español, el Toro Tuerto. Y que cuando estaba dando buena cuenta de sus provisiones y de su vino, pues... soltaron amarras. Eso quiere decir que el barco salió de puerto. Y que acabé en alta mar rodeado de un montón de tíos que no sabía que galimatías hablaban.

Y me gritaban. Y venga gritarme sin yo saber que decían. ¡Ah, y me tenían atado de pies y manos! No sería por si me escapaba, no sabía nadar, así que tampoco iría muy lejos. Supuse que era algo así por mi seguridad, aunque claro, a mí lo que me decían los marinos mercantes de aquel barco, me sonaba a... me sonaba a español. Así que tocaba espabilar. Y el capitán, que parecía el más listo y sabía algo de inglés -un adelantado a su época- me ofreció quedarme con la tripulación y trabajar, o que me tiraran al mar. Bueno, eso es lo que entendí entre lo que él llamaba inglés y los gestos que hacía con las manos.

Me quedé a trabajar, puede que este loco, pero no soy imbécil. Y mi primera tarea fue recibir veinte latigazos por robar comida. Lección aprendida. Pero que muy aprendida ¿eh? Se comía cuando decían que podías comer. Limpiabas cuando tocaba limpiar. Cocinabas cuando te tocaba cocinar -y escupías en la comida de paso-. Y te daban latigazos cuando no hacías lo que tenías que hacer. Era sencillo en realidad. Hasta un crio de diez años como yo podía entenderlo.

Fue en la primera luna creciente que estaba en alta mar, que estaba yo durmiendo sobre unos barriles rotos en cubierta, cuando la luna me despertó. Pero cuando desperté, apenas podía ver nada, y el barco estaba desierto. Pude ver en el horizonte, como el mar golpeaba la costa, hasta destrozarla y tragársela.

Poco a poco, el agua fue consumiendo la tierra, engulléndola con la fuerza de un Dios, hasta que no había más tierra a la vista. Entonces, el mar pareció alzarse, como si de una pared de agua se tratara. Una milla de alto. No. Cien millas de alto. NO. Mil Millas por lo menos. Y según se alzaba el agua, y yo solo miraba, escuché el chirrido de una rata. De diez. De cien, o de mil. Cada vez más fuerte, ensordecedor, no podía escuchar nada más, ni siquiera el agua que ahora se precipitaba sobre el barco.

Y en el último momento, que iba a ser engullido por el agua... cuando la primera gota iba a tocarme... desperté una vez más. Esta vez, si estaba rodeado de marinos, en el lecho que me había fabricado, y con una rata que me miraba a la altura de mi pecho.

La idea de comérmela me pareció la más lógica y apetecible, hasta que descubrí que aquella rata era mucho más hábil y rápida que yo. Y en última instancia, cuando la atrapé, descubrí que solo era una ilusión. Una quimera que jamás había existido, y que simplemente había comenzado la senda de la locura. Una senda que a día de hoy, no sé donde me llevará.

Pero aquella rata comenzó a seguirme. Y si solo fuera una, aun me sentiría afortunado. De vez en cuando, veía manadas de esos animales corriendo por todas partes, y nadie parecía verlas, o hacerles caso. Y a mí me era imposible ignorarlas. Porque además de las ratas, los sueños me atormentaban, hablándome del fin del camino, del silencio de los espíritus.

Claro, que de aquella no tenía muy claro que quería decir "El silencio". Supongo que si volviera a aquella época me sentiría solo, sin estar escuchando todo el rato el ronroneo de fondo de los espíritus hablar, murmurar, susurrar... y a veces gritar. Eso último es lo peor, aunque suelen ser educados, normalmente. Casi siempre.

Toma, toma este pendiente hecho de plumas de una gallina africana, te protegerá de lo que voy a contarte. Bueno, de lo que voy a contarte dentro de un rato, tarda un rato en hacer efecto. De verdad. Póntelo. No, en la oreja no, en la boca. Pero no te lo tragues. No pongas esa cara. Vale, sigamos. Bueno, después de las pesadillas, de las visiones, y de todo eso... bueno, digamos la verdad. Estaba volviéndome un poco... loco. Comencé a protegerme con mis reliquias, las hacía yo mismo, y aun me protegen. Mira, mira esta. Es un vial con diente de diferentes peces. ¿Te gusta? Es mío. Lo necesito, déjalo donde está. Bueno, mis reliquias me protegían, pero seguía viendo a aquellos seres, aquellos espíritus, seguía escuchándolos por todas partes. Así que intenté hablar con ellos... pero era como cuando me subí al barco. No entendía nada de lo que me decían. ¡Nada! Así que decidí ignorarlos.

Y así, como quien no quiere la cosa, varios meses más tarde atracamos en el norte de España. Yo ya chapurreaba el castellano lo suficiente como para saber cuando alguien se cabreaba conmigo, y tenía que salir corriendo. Además, aquellos sueños a veces me hablaban del futuro. Me di cuenta cuando comencé a soñar cosas que luego me pasaban. Minucias, pero las casualidades estaban ahí. No haberse fijado en ellas habría sido una locura.

Tras llegar a España, me puse a viajar por el norte del reino, de aquí para allí, mendigando, robando o "tomando prestado" de los mercados y barcos. No me apetecía recibir más latigazos, ni perder mis manos, así que agudice el ingenio. Fue entonces cuando adopte a "Noah la Rata", una rata especialmente hábil que comenzó a seguirme por todas partes. Muy maja, pero tenía que darle de comer, lo que era una desventaja. Porque había dos bocas que alimentar. Pero me miraba como si me entendiera, me hablaba como si yo pudiera entenderla. Evidentemente, sus chirridos no me decían nada.

Y así pasaron los años, vagando, caminando, soñando y escuchando los murmuros que hacían que me sintiera siempre acompañado. Tenía voces en mi cabeza. Alrededor de mi cabeza, quiero decir. Creo. No, seguro, eran alrededor, no pongas esa cara.

¿Por dónde íbamos? Ah, sí, claro... Por los dieciséis años. Aquel año fue el principio de todo. Fue cuando cerré los ojos y abracé la gloria que por nacer me correspondía. Cuando una noche Noah la Rata escapó, y la seguí hasta un bosque cercano. La seguí hasta un bosque cercano, donde la perdí de vista, y se hizo el silencio en mi cabeza. entonces comprendí que era "El Silencio." Estaba totalmente perdido, solo y desorientado. Me había perdido en el bosque, y tomé asiento para recuperar el aliento.

Cayó la noche.

Y salió la luna. Creciente, pequeña, misteriosa. A penas conseguía iluminar nada de lo que había a mi alrededor. Lo primero que noté, fue como se aceleraba el corazón. Miré hacia abajo, como esperando verlo salir de un momento a otro. Pero entonces me faltó el aire en los pulmones, mientras sentía un fuerte dolor en las costillas. Me picaba la piel, me escocían los ojos, la boca se me secó. Caí al suelo de rodillas, con el estomago encogido, sintiendo que vomitaría de un momento a otro. El latir de mi corazón resonaba en todo mi cuerpo, dejándome sordo, y alcé la vista hacia la luna mientras rechinaba los dientes. Y al bajar la vista, vi a Noah, la Rata. Y sentí como el dolor anulaba mis sentidos.

No recuerdo exactamente que pasó, pero cuando abrí los ojos, aun era de noche. Mis ropas estaban rotas -lo que fue un fastidio, solo tenía esas- y todo me dolía horrores. Lo peor fue que al mirarme las manos, se habían transformado en algo más... salvaje. Me toqué la cabeza, y no tarde en darme cuenta que era.

La verdad, fue un alivio, porque todo lo que me había pasado era normal, o me había vuelto total y absolutamente loco. Así que, fuera lo que fuera, me pareció bien. Y Noah, la Rata, me habló. Y lo peor es que lo entendí. Simplemente me dijo "Sígueme" y yo, le seguí.

Y lo seguí ¿Cómo negarme a seguir a una rata que habla teniendo en cuenta que yo acababa de convertirme en una bestia? En una bestia ni nada menos. Llegamos a un rio, bañado por la luz de la luna. Se reflejaba perfectamente. Entonces, me dijo "Mira" y yo miré el rio, donde podía ver mi reflejo. No había ruido, no había sonido. Poco a poco, el sonido del agua correr desapareció, mientras observaba mi nueva forma. Parecía medio lobo. Medio hombre. No entendía nada, pero lo comprendía todo. Seguí mirando el agua, y poco a poco, el ruido fue desapareciendo, mis sentidos se fueron embotando hasta que finalmente, en un solo parpadeo, me vi en un lugar distinto.

Estaba desnudo. Y Allí estaba Noah, la Rata. Pero ya no era él, era algo más, más grande, más poderoso. Rodeado de cientos como él. Y cien veces cien voces susurraron "Sigue nuestros pasos" Miraba a mi alrededor y veía caminos bañados por la luna, en un paisaje extraño y bizarro. Un lugar gris, sombrío y fantasmal. Un lugar que no había estado y que recordaba de mis sueños, de mis pesadillas. Un lugar más lejos de la realidad, y a su vez, era más real que todo lo que había visto.

Todo era real. Real. De verdad. Caminaba, y caminaba siguiendo los pasos que dejaba Noah la Rata, pasos seguidos de cientos de pasos más pequeños, que bañaban el camino ante mí como la luz de la luna baña el mar todas las noches. En silencio, caminaba, buscando algo, buscando alguien, buscando una señal. Solo una. Pero no la encontré. Estaba perdido, y a la vez, en un lugar conocido.

Todo era conocido, todo era viejo. Todo era nuevo y todo cambiaba. Fascinante. No, era más que fascinante, pues me detuve y él, con esas cien veces cien voces me dijo "Escucha" y yo escuche. Y el bosque a mi alrededor se retorció, como si estuviera vivo. ¡Y lo peor es que estaba vivo! ¿Aun tienes el amuleto, la reliquia que te di? Ponte esta también. No, está en la boca no. Debes metértela en una de las orejas. Así. Muy bien. Ahora sigamos.

El bosque... no. No sería correcto llamarlo bosque. Espíritus. Los Espíritus del bosque se retorcieron en mi presencia y sentí como miraban a través de mi. Hablaron entre ellos, hablaron entre ellos como solo los arboles del bosque pueden hablar. Y tras horas observándolos, todos me hablaron al unísono. "Continua" y continúe andando, siguiendo el sendero de miles de patitas.

Y camine, hasta salir del bosque, y encontrar una vieja ciudad de piedra. Allí, se perdía la senda, y me encontraba solo, en una ciudad de piedra. Había telas de araña. Tal y como lo escuchas. Cientos de ellas, por todas partes. Era como si compusieran un perfecto mural de la realidad. Y caminé entre ellas, sin tocarlas, sin acercarme. Entonces sucedió algo. Algo increíble. Estaba mirando uno de aquellos entramados perfectos de seda... o de lo que fuera, porque no los toqué, cuando escuché a niños reírse detrás mío.

Y me giré.

Pero no había nadie. Estaba solo, en aquel mundo gris y oscuro. Y entonces, cuando aun intentaba comprender donde estaba, que me rodeaban, escuché una vez más aquellas risas infantiles.

Y me giré una vez más.

Pero seguía sin haber nadie. Y otra vez alguien se reía. Niños. Niños, se reían. Pero no había nadie, estaba solo, y ellos estaban por todas partes. Giré, y giré, y giré, y giré... hasta caer al suelo. Nada salió de mi estomago, mientras agonizaba en el suelo, sintiendo como mi consciencia giraba dando círculos y escapaba a algún lugar lejos de mi. Y solo en el último momento centré la vista delante de mí. Y allí estaba él, delante mío, mirándome.

Allí estaba Noah la Rata.

Desconozco cuanto tiempo dormí. Pero cuando desperté, estaba en otro lugar. Diferente, extraño, amigable, familiar, natural. Poderoso, amenazante y a la vez, un remanso de paz. ¿Qué no lo entiendes? ¿No te habrás tragado la pluma de gallina africana, no? Abre la boca. No, no te la has tragado, pero puedes quedártela, ya no la quiero. No, eso no quiere decir que puedas tragarte la pluma. Cada vez que dices algo así, la pluma se pone triste, que lo sepas.

Si, el nuevo sitio. No sabía dónde estaba. Todo era verde, paradisiaco. Silencioso. Tétrico a pesar de todo. Todo en calma, todo tranquilo, pacífico, natural. Demasiado natural. Me acerque al estanque. Y lo miré. Fue como mirar al abismo. Algo se movió allí, y a mí me faltó campo para correr. No fue cobardía, solo... planificación estratégica. No me mires así, somos piratas, no vamos de frente, ni peleamos peleas que no podemos ganar. Primero observamos, nos acercamos como una sombra y el resto lo dejo a tu limitada imaginación.

Si me pegas no te contaré nada más, piénsalo. Así, muy bien, baja el puño. Así. ¿Ves que bien? ¿Por dónde íbamos? Ah, sí. Huir. No, no estaba huyendo, estaba replanteando la estrategia. Decidí que no merecía la pena pelear una batalla que no me aportaría nada. Así que seguí mi camino. Todo era extrañamente silencioso. Y podía sentir como todo y cuando digo todo es todo me observaba.

Y seguí caminando. Durante horas, durante días, sin descanso, sin cansarme. Era como si el tiempo se deformara en una extraña paradoja, una burla a la realidad. Un insulto a la lógica que me abandonaba a cada paso. ¿Cómo entender algo que no tenía sentido, que no paraba de cambiar? Solo podía adaptarme, y seguí caminando, caminando, caminando, caminando... Hasta que comencé a escucharlos.

¿Que qué escuchaba? ¡A ellos! ¡Estaban allí, por todas partes, rodeándome! ¡Observándome, como lo hacen ahora! ¿Acaso no los ves? Estas ciego. Ciego te digo. Si, ya sé que ves, pero no ves lo que yo veo. Si no, no estarías tan tranquilo. Créeme. Los locos y los niños siempre decimos la verdad.

Te diría que dicen, pero levantarías el puño otra vez, y prefiero seguir contándote lo que te estaba contando. Los escuche. El murmuro, el chirrido. Estaban detrás mío, pero cada vez que me giraba, no estaban. Preguntaba, pero no había respuesta. Jugaban, cuando yo no quería jugar. Me seguían, me acechaban y yo no los encontraba. Me miré las manos ¡Ahora tenía forma humana! No me di cuenta hasta aquel momento. Pero seguí adelante. Susurraban, me decían, me hablaban. Me guiaban. Giraba cuando aquella voz que era cien veces cien voces me lo decía. Me paraba cuando me decía que parara y caminaba cuando me decía que me parara.

Al final, dijo "Vuelve" y me di la vuelta. Allí estaba Noah la Rata, rodeado de cien veces cien iguales ratas que él. Y me dijo "Eres digno, sígueme" Y le seguí. Me mostró aquel estanque, del cual yo había huido, y me dijo "Te hablará, si estás dispuesto a escuchar. Y estaré al otro lado" Y miré el estanque, y cuando lo miré, ya no estaba. Y con su desaparición, desapareció aquel murmuro, aquella sensación de que me observaban, y aquella paranoia. Tranquilo, sosegado, miraba el agua, aquella puerta al abismo, sin comprender que debía ver.

¿Te dije ya que allí el tiempo es extraño? Pero no en el sentido de extraño de... raro. Extraño en el sentido de... Abstracto. ¿No lo entiendes? Quizás deberías verlo para comprenderlo. Te entiendo. A mí me pasó igual. Tapate los oídos. Un momento. No hables. Ya, ya está. ¿Me oyes? ¿ME OYES? Vale, te decía que ya esta, que no hace falta que te tapes los oídos.

No sé cuánto tiempo estuve allí sentado, solo y desesperado. No tuve hambre, ni me aburrí. Ni dormí, ni me moví. Pasó una vida entera y no pasó más que un segundo. Me levanté, y mire al abismo. Miré al lago, y no vi nada. Lo miré, y lo seguí mirando, y seguí mirando, y me lo quedé mirando. Y entonces, llegó aquella señal.

"Ahora"

Y ahora salté. Me lancé al agua, sin dudar. Porque aquella era una prueba de confianza. De confianza en los espíritus. algo se rompió y cerré los ojos, intentando nadar -como si fuera un perro- hasta la orilla. Y cuando salí del agua, ya no estaba en aquel lugar paradisiaco. Estaba allí.

Salí del agua, tendiéndome en el suelo, jadeando, cuando una pequeña rata se acercó a mí. La reconocí. "Este es el final del camino" me susurró al oído. "Vuelve y cuenta lo que aquí has visto, así, serás un miembro de la Nación. Te estaré esperando" Entonces, desapareció.

¿Has estado alguna vez solo? Solo.... de verdad. Sin el sonido del viento, sin el sonido del mar. Sin el rumor de la gente, y el Silencio de los espíritus. Solo. ¿Da miedo, verdad? Yo he estado solo. Allí, estaba solo. Todo era noche sin luna. Todo era cambio. Una llanura eterna, en la noche. Sin rumor, sin pasión, sin deseo, sin miedo ni odio ni ira. Sin nada.

Caminé por el desierto de lo irreal, por el desierto de lo cambiante, por la llanura de la locura. Allí cosas horribles, imposibles. El verdadero olor de la muerte. La esencia más pura de la creación. La más profunda corrupción. El caos infinito del principio. Nada tenía sentido, y me di cuenta que todo aquello, no era más que un reflejo de lo real. O más bien, que lo real era un reflejo de todo aquello. Porque aquello era "el final del camino". No había nada más allá. Era imposible seguir adelante. Porque allí estaba el inicio de todo. 

¿No lo crees? Yo tampoco lo haría. ¿Pero sería una mente tan aleatoria como para inventarme algo así? No, la realidad supera la fantasía. Siempre la supera. Porque la fantasía es la realidad deformada. Y sin nada que deformar, no hay fantasía posible.

Estaba perdido, solo en la noche, solo en el principio. Pero ese no fue el verdadero problema. Allí hay cosas que no pueden explicarse con palabras o dibujos y solo el hecho de mencionarlos, de imaginarlos y por error hacerlo de forma correcta, desconectan la cordura del alma. Yo era joven. Y mi cuerpo se retorcía con el dolor de cada paso que daba, cambiando.

Y cada vez que miraba mis manos, tenían una forma distinta. Allí todo es cambio. Nunca esta igual demasiado tiempo. Yo tampoco. De lobo a hombre y de hombre a lobo. Una y otra vez hasta que el dolor solo fue una compañera más de viaje, y el continuo cambio incontrolado, lo normal. Vi a los Poderosos observarme como tú me miras ahora. Y como me juzgaban y comentaban entre susurros que hacía, porque lo hacía. Susurraban en la noche. Si miraba, no los veía. Si no los miraba, estaban ahí, en el rabillo del ojo.

Si, se que dije que todo estaba en silencio, y que vi como susurraban. No los escuché, no con las orejas al menos. Cada palabra atravesaba mi alma como si fuera una lanza afilada. No comprendí el propósito de mi visita hasta que no caí en la desesperación. Aquella era mi prueba, mi demostración. Debía abandonar aquel lugar, y contar que había visto. ¿Que había visto?

Entonces lo vi. No existe palabra en ningún idioma que pueda explicar lo que vi. Ni sentimiento. Ni gesto. Ni nada. Porque allí vi El Inicio. El principio de todo, sin forma, pero con todas las formas a la vez. Cambiaba a cada parpadeo, y nunca tenía forma, pero podía ver lo que había sido, y lo que sería, además de lo que estaba siendo.

Esa imagen se gravó a fuego en mis ojos. Para siempre. Para siempre. ¡Para siempre! ¿No lo entiendes? Cada vez que cierro los ojos lo veo. He sido bendecido con todo el conocimiento, toda la sabiduría, pasada presente y futura. Y Maldito para que no pueda comprenderlo jamás. Por eso, si la encuentro, si ella le pone orden, podré conocerlo todo. Podré murmurar junto los Grandes Espíritus. Ser algo más.

Bueno... después de verlo, solo durante un segundo, caí al suelo, inconsciente. Con el profundo sueño de la negrura eterna. No sé cuánto tiempo estuve así, pero cuando desperté, me encontraba en aquel bosque donde estaban mis ropas. Estaba en el mundo real otra vez. Pero mis ropas estaban viejas y destrozadas, como si hubieran pasado años. El bosque, había cambiado. Todo era distinto.

El bosque había cambiado, y miré mis ropajes cuando comenzaron a moverse ligeramente. Y de entre las ropas, apareció Noah La Rata. Que subió hasta mi hombro, sin decir nada. Y me puse en pie, y comencé a caminar, y seguí caminando, y finalmente, andando como un humano, llegué a un claro bañado por la luz de la luna.

Sentía la paz del lugar. La luz de Selene. La compañía de la Nación.

Y salieron de los arbustos, de la copa de los arboles, de la sombras del bosque. Me llamaron Cachorro y me invitaron a sentarme junto a ellos. Me invitaron a quedarme. Y me quede. Y mientras ellos me enseñaban los secretos de la Nación, yo les enseñaba lo que había visto. Como tú, fueron incapaces de creerme, pero siguieron escuchando. Baile con espíritus, hablé con espíritus, me bañe en la luz de Selene y fabriqué reliquias que me protegieran de lo que debía pasar, de lo que debía venir. Ellos siempre tienen algo que decir si tienes ganas de escuchar ¿Sabes?

Pero no siempre es agradable escuchar.

Con las lunas y los inviernos, aprendí de la Nación. Pero cada vez que hablaba, cada palabra que salía de mis labios, era ignorada por joven, por loco. Y marché en busca de mi lugar, condenándome a vagar por el mundo en solitario. Fue el mayor acierto de mi vida, después de todo, los nacidos como yo somos incapaces de quedarnos quietos en un sitio ¿No?

Vagué de ciudad en ciudad, de bosque en bosque, siguiendo los susurros, siguiendo los sueños, siguiendo las visiones. Nunca quedarme más de una semana en el mismo lugar. Y entonces lo encontré. Santiago. Y lo seguí, y lo seguí por ciudades, por barcos, por tierra y por mar. Hasta que se dio cuenta de lo que hacía. Y le hablé. Le hablé de lo que sabía, de lo que sabía de él. Se lo susurré como los espíritus me lo susurraban a mí.

Un hombre singular. ¿Qué te voy a contar? Sus palabras son música y la música se vuelve palabras cuando salen de su boca. Te cuenta tu historia mejor que tu mismo, te recuerda cosas que jamás le has contado. Tiene secretos, como todos. Yo los escuché, no te los voy a contar. Yo se los conté, por eso ahora estoy aquí.

Servía en un barco, un barco de bandera pirata, claro está que cuando lo encontré yo no lo sabía, me enrolé para ser pirata sin saberlo. ¿Qué más daba? Me había abandonado a los espíritus hace tiempo, y ellos me habían hecho subirme a aquel barco, siguiendo a Santiago.

¿Sabes cómo olía? Imagínate el peor olor a pescado podrido, mezclado con ron derramado -menudo un crimen- y con el salitre del mar. Un olor singular, parecido al de Pedro el Muerderrodillas. Si no te lo crees huélele la boca cuando duerme. Sabrás lo que te digo. Bueno, nos subimos a aquel barco, Santiago y yo. Éramos él y yo, chico, pero teníamos un plan. Bueno, lo tenía Santiago, la verdad... aunque a esta altura de vida dudo que no estuviera improvisando. ¿Cómo saberlo? Cada vez que le pregunto, cuenta una historia diferente. ¿Sabes lo peor? Todas las versiones son verdad. O no.

No me mires por como sonrió, no lo entiendes, ni entenderás, pero eso es porque no has visto lo mismo que yo. ¿Por dónde íbamos? Ah, sí, claro. Nos subimos a aquel barco... y resultó ser que el Capitán, cuyo nombre ahora mismo no recuerdo y te recomiendo que preguntes a Santiago, sabía que éramos. No me preguntes como lo sabía, pero lo sabía. Y los espíritus le acompañaban, decía que era sangre de la sangre de la Nación. Pero no era parte de la Nación. Algo así como un punto intermedio. Eres un poco torpe si no sabes a lo que me refiero... ¿A ver? Si... no, espera. Espera. He dicho que esperes. A vale, que estas esperando. Vale. Aquí. No, aquí no, aquí. ¿Que donde estoy buscando? ¡En mi cabeza! ¿Donde crees que estaba buscando?

El capitán tenía sangre de la Nación. Pero no era como nosotros, era diferente, era humano. Posiblemente su abuelo fuera de la Nación, fuera un hombre lobo como nosotros, pero no sus descendientes. Por eso sabe que somos y como somos, pero solo es un humano. Normal, corriente y muy feo como era aquel miserable desgraciado.

Fue entonces cuando sucedió, un espíritu apareció en mis sueños. Me habló al oído, me susurró y me enseñó el camino. La ruta a lo largo del mar, como una estela de luz que pensaba que todos podían ver. Se lo dije al más sabio entre nosotros, al más listo, o al menos, al que parecía más listo.

Santiago.

Un Garou encadenado. Un hermano, un compañero, un hijo de la Nación, atado de pies y manos por los amigos del Oscuro, del Destructor y de aquel que rompe la tela de araña. Encarcelado, privado de la luz de Selene, un crimen por si mismo, un insulto a todos nosotros.

Y los espíritus creyeron que esto era importante por algún motivo. Bueno, no le daré más misterio, los espíritus me dijeron que las cadenas se las puso un poderoso agente del wyrm, un enemigo de la Nación. A veces es un poco aburrido, los espíritus no saben callar y siempre te cuentan la fábula comenzando por el final. Así pierde casi siempre la gracia. Bueno, pues nos pusimos manos a la obra. Los espíritus me sugirieron de una manera muy amable que buscáramos al hijo de Alicia. Menudo un nombre humano. Alicia. ¡Ja! ¿Pero qué tipo de nombre es ese? Todo el mundo sabe que es Alice. Ah, claro, que tu no hablas inglés. Paleto.

No, no. No he dicho nada. Paleto quiere decir en inglés amigo. Ves a decírselo a los demás, pero cuando acabe de contarte esto, que no me apetece comenzar a contárselo a otro. Necesito más ron.

Como te iba contando, resulta ser que Santiago convenció al capitán. No sé como lo haría, el capitán llevaba meses enfadado con nosotros. Bueno, enfadado con Santiago. Bueno... si, vale, enfadado con nosotros. Pero yo no le hice nada, que conste. Además, me daba muy mal espina, hacía tiempo que los espíritus no estaban con él. Solo aquellos que no deben ser nombrados. No te puedo decir el nombre, porque si lo dijera, vendrían, te comerían la imaginación y te volverías loco.

Pero son feos. Como mujeres deformes, con cabellos de serpientes y gusanos, ojos grandes y rojos como el sol del crepúsculo, piel de lagarto gris escamado, unas uñas largas como dagas y finas como agujas. Dientes como afiladas astillas, y con la misma forma.

Tampoco es que estuvieran todo el rato con él. Solo cuando nos observaba. Es mejor donde está ahora, de verdad. Bueno, lo convencimos. Y navegamos durante seis días y siete noches hacia el oeste - o creo que era el oeste- hasta llegar a una pequeña cala, donde se alzaba un castillo como los que podían verse en las tierras de León.

Uy, aquello fue muy divertido. El capitán gritando. Otros disparando como si les fuera la vida en ello. Santiago mirándome -Creo que no entendía lo que estaba haciendo-  y yo bailando con los espíritus. Quizás no era el mejor momento, pero parecía muy entretenido, y por contra muy aburrido el redoblar de los cañones. Enfadado, el capitán nos arrojó a una de las barcas para que asaltáramos el castillo por el agujero que habían hecho con los cañonazos.

Por suerte, dejaron de disparar. En aquel momento me pareció genial, un gesto de aprecio el dejar de disparar mientras estábamos dentro.... pero la realidad -que después me contaron los espíritus- es que se les había acabado las balas de cañón.

Bueno, total, Media docena de marinos de la peor calaña, Santiago y yo estábamos allí, entrando por aquel agujero. Y sin remos ni velas, solo hay que pedir amablemente a los espíritus que te ayuden un poco. Ya sabes, eso que va de ser amable... "Educación". ¿Cómo? ¿Que qué es la educación? Pues eso de pedir las cosas por favor y dar las gracias. Así que les pedí por favor a los espíritus agua que empujaran la barca, y a los espíritus aire que desviaran los proyectiles. Fueron buenos espíritus, todo hay que decirlo. Y cuando llegamos allí, les di las gracias.

Dentro era... como cualquier castillo de piedra y tierra. Largos pasillos estrechos con pequeñas aperturas para disparar. Allí no había espíritus, rehuían aquel lugar como si fueran a morir. ¡Qué ironía! ¿No? Bueno, allí no había espíritus. Y los malos parecían intentar ganar tiempo, atrancando puertas y rompiendo cerraduras.

Bueno, te puedes hacer una idea de lo que paso allí. Que si disparamos a este. Que si apuñalamos aquel. Nos separamos de nuestros compañeros, Santiago y yo fuimos por otro lado y pudimos adoptar la forma hibrida. Ya sabes, la que está a medio paso entre lo que somos y lo que representamos. Monstruos de largos colmillos, largo pelaje, largas garras. Y puedes hacerte una idea de lo que pasó. Que si le arrancamos los brazos a este, que si Santiago muerde a aquel, que si yo desmiembro a este. Lo típico, vamos.

Después de muchos meses juntos hacíamos buen equipo. Creo que el no encontraba divertido que mientras el agarraba a uno de los humanos para interrogarlo, yo lo cogiera del otro brazo para arrancárselo. Decía que entonces no querían contar lo que él quería, y que solo gritaban. Pero a mi me parece que siempre gritaban, no sé porque se ponía así.

Caminando por los pasillos, nos enfilamos por un largo pasillo de piedra sin decoración ninguna. Bueno, si había algo. Estaba él, un agente del Wyrm, un vampiro que respondía al nombre de Francisco. Lo reconocí a primera vista, pero no fueron los espíritus quien me lo contaron, tampoco fue torturando a ninguno de sus lacayos.

Lo vi en un cuadro en uno de los pasillos y lo reconocí. ¿A qué te esperabas algo épico? Pues no.

Nos enfrentamos Santiago y yo al Vampiro. Se movía rápido, era fuerte, y hacia extraños trucos propios de un corrupto y un desalmado. El combate se alargó durante parte de la mañana, y según se alzaba el sol, el vampiro parecía más cansado, más dormido. Acabó por retirarse por los oscuros pasillos de su castillo. No lo volvimos a ver en aquel día... en aquel día. Quédate con eso ¿eh?

Al final, Santiago insistió en volver a nuestra apariencia homínida. A los espíritus les pareció una buena idea, así que volvimos a convertirnos en humanos. Es de agradecer, cuando no estás peleando, el pelo se me mete en los ojos. No sé si a los demás les pasara, pero es un verdadero incordio.

Nos reunimos con los pocos marineros que quedaban, y bajamos hasta las mazmorras. Allí estaba todo el mundo muerto. Menos el callado. Como había soñado estaba atado de pies y manos, encadenado. Tal y como había soñado.

Y sus cadenas parecían de plata, y como yo solo toco la plata cuando tengo que protegerme de los Deres, dejé que fuera Santiago quien abriera la celda. Runihura Un-Nefer. Debo decir que al principio llevaba un papel con su nombre apuntado. Y eso que decía que Alicia era un nombre rarito. Loco de mi. El pobre estaba cubierto de sangre, pero no era suya. Así que más bien pobre de quien era la sangre. Bueno, no, seguro que se lo merecía.

Abandonamos aquel castillo, saqueando todo lo que pudimos -Oye, te recuerdo que somos piratas, no me mires así- Pero al capitán parece que no le hizo ni puta gracia que subiéramos al barco a otro Garou. a decir verdad, estaba muy cabreado. ¿Recuerdas cuando te hable de los que no deben ser mencionados? Pues tenía mogollón a su alrededor. Y después de aquello, siempre iban con él. Yo lo evitaba, claro. Él no me daba miedo, aquellos espíritus sí. Por suerte, yo me hice un pañuelo para cubrírmela cabeza de tela de seda de gusanos sudamericanos. Como lo oyes. Es este que llevo puesto. También impide que la gente pueda leerme la mente.

Y así pasaron... pues no sé, mucho tiempo, porque yo iba un poco borracho la mayoría del tiempo. Pero supongo que fue algo así como seis meses. Poco a poco, al capitán se le fue la cabeza, pero no en el buen sentido. Y todo estalló cuando mandó a Santiago caminar por el tablón sin motivo alguno.

Runihura, que a partir de ahora lo llamaré Runi, fue el primero en saltar. Y en saltar de una manera literal, por que saltó encima del segundo de abordo, agarrándolo y tirándolo por la borda. Y entonces se lió.

Yo, que era muy educado, le pedí a los espíritus viento que empujara a los malos por la borda, y a los espíritus agua que engulleran a los caídos para siempre. Noah la Rata, que no se movió de mi hombro, observaba lo que estaba pasando sin decir nada. Así que le pedí también amablemente que si tenía alguna buena idea. Entonces me susurró que el capitán había sido corrompido por el Wyrm.

Y ahora que lo decía, tenía sentido.

Así que mientras Runi y Santiago luchaban, yo me acerqué al segundo para explicárselo. Al principio decía que estaba ocupado, pero tras disparar por la espalda a los soldados con los que luchaba me atendió.

A veces no entiendo porque no me hicieron caso.  

Bueno, entonces acabamos por dirigirnos hacia el capitán. Ese sí que estaba loco, con una espada en la mano, y el timón en la otra mientras se defendía. Bueno, no te voy a explicar el combate por que fue muy desagradable, pero dejémoslo en que un brazo del capitán acabó ahí. El otro ahí. De cintura para abajo acabó allí. Si, en la otra punta del barco. Y la cabeza acabó colgada del mástil mayor.

No... no sé donde acabó su torso, pero qué más da. Santiago tiene la calavera del antiguo capitán en su camarote. A veces me deja hablar con él para preguntarle cosas, o arrancarle dientes cuando necesito materiales para mis amuletos de protección.

Y así es como Santiago se nombró capitán. A los que esto les enfadó, los tiramos por la borda. ¡Pero la mayoría sabían nadar! Así que nos esperamos a que el frio y el cansancio los matara.

Santiago entonces me recordó el pacto que tenía, así que hablé con Noah la Rata para convocar al espíritu Rata. Rata apareció -evidentemente, Noah la Rata y yo lo habíamos llamado, y Rata es muy educada- y Santiago le ofreció su recién formada manada, y Rata nos bendijo a todos.

Teníamos un barco, teníamos tripulación, Rata nos había bendecido, convencí a Santiago para que me dejara ser el timonel. ¿Qué quien lleva el barco ahora entonces? Yo que sé, pero da igual, estamos en medio del mar ¿no? Seguro que los espíritus nos tienen reservado algo. ¿Qué como estoy seguro de que no nos mataremos? ¡Aun estoy vivo!

Bueno, las semanas pasaron. ¿Te sabes la canción? ¿No? Bueno, da igual, no me apetece cantar ahora, hay espíritus de silencio por aquí. ¿Que no existen? ¡Tú que sabrás! ¡Ciego! ¿Que si son de silencio por qué no paro de hablar? Alguien tendrá que explicarte todo esto ¿no? Luego hablaré con los espíritus, que parecen tener más ganas de colaborar que tu. ¿Por donde íbamos? Ah, sí. Pasaron varias semanas. Runi era un Garou callado. Quizás que no tuviera lengua influía. Bueno, se pasó varias semanas llamándome a su camarote.

Hacía gestos. La verdad, era bastante gracioso. Yo los imitaba. Y parecía enfadarse. Entonces dejaba de imitarlo. Entonces seguía haciendo gestos, volvía a imitarlo, y volvía a enfadarse. Se me ocurrió proponerle que lo escribiera, o lo dibujara. Pero me parecía más divertido ver como intentaba decir o hacer algo con gestos, gruñidos o sonidos guturales.

Y como él no hablaba, hablaba yo. Y le conté esta historia, y lo que decían los espíritus -cuando hacía mención de esto se ponía a hacer aspavientos, quien sabe porque-, y le preguntaba si tenía cosas en su camarote. Me habría venido muy bien ese jarrón canope que tenía para guardar las cenizas de un cerdo desangrado y quemado hasta no dejar más que ceniza. O aquellos colmillos de elefante -o de lo que fueran-. Ni siquiera quiso colaborar cuando le pedí un pelo de sobaco. ¿Qué le costaba que le diera un tirón de nada?

Un día, me metí en la bodega. Estaba buscando una vela de cera de abeja africana asesina. La necesitaría por si aparecían espíritus abeja -o abejas de verdad- cuando abriera el tarro de miel que tenía escondido bajo la cama.

Entonces entró Runi, arruinando mis planes sobre comer algo de miel, y de protegerme antes de comer miel. Y se convirtió en lobo. La cosa no mejoró respecto las veces anteriores. Seguía gruñendo, haciendo gestos, movimientos aleatorios y demás lenguaje corporal.

Insisto en el punto en el que podíamos haberle pedido un papiro y tinta y haberlo dibujado. A veces algunos complican tanto las cosas... Yo no. Yo soy pragmático. De verdad. No me mires así. Todo lo que hago es total y absolutamente necesario. Mira, es la hora del crepúsculo, ponte el dedo corazón en la oreja para no quedarte sordo.

Muy mal. Si ves el sol ponerse sin meterte el dedo en la oreja, después de cien mil veces, te quedarás sordo. De verdad. Bueno, que me entretienes... Ah, sí, Runi y la Gaviota. ¿Que qué Gaviota? ¡La que te voy a explicar ahora, cállate! Total, Runi lo que quería era que llamara al espíritu Gaviota. Podría haber comenzado por ahí, la verdad.

Comenzamos por lo básico. Mensajes en una botella, y esperar a que una Gaviota recogiera la botella. Él no lo sabe, pero tardé seis días en conseguir que una Gaviota cogiera la botella con el mensaje. Después debía escribir la nota y lanzarla al aire teniendo forma de mariposa. Yo le ayudé, hice las otras 99 que faltaban. Santiago se enfadó por que gastamos casi todos - por no decir todos- los papiros que había en el barco. No entendía lo importante de mi misión.

Después vino los mensajes de humo, lanzar tripas de pescado regurgitadas al mar cerca de la costa, rezar desde el otro lado y lo más importante... hacer un muñeco de una gaviota con plumas de una gaviota viva.

 Runi aun me debe tales plumas. Pero nunca me contesta. Sigue mudo.

Al final llamé a Krunx, el espíritu Gaviota con el que debía comunicarse. Al principio tuve que hacer de intérprete, como es normal. Runi aun me debe 3 botellas de Ron asiático. ¿Que eso no existe? Bueno, eso es problema de Runi.

Cuando pasaron seis lunas crecientes, resulta ser que estaba yo por la Umbra buscando una cosa que no voy a decirte, cuando apareció el Espíritu Cocodrilo en persona. Bueno, en Espíritu, tú me entiendes.

Y me susurró cosas terribles que harían enloquecer al más cuerdo.

Entonces volví al barco para hablar con Runi y Santiago. Estaba nervioso y preocupado, entre otras por que había hablado con un Gran Espíritu sin mis anteojos especiales. Les conté lo mismo que me susurró. Bueno, se lo susurré.

Más allá del Gran Mar, había una cadena de Islas. Allí estaba un poderoso agente del Wyrm, un corruptor y destructor, una falta e insulto a todo lo bueno que Gaia representa. Estaba torturando a los hijos del Espíritu Cocodrilo. Así pues, pusimos rumbo hacia nuestro objetivo. Noah la Rata se encargó de indicarme el sendero a través del agua. Noah la Rata siempre tiene la solución cuando los demás no saben qué hacer.

Al llegar, nos encontramos un panorama desolador. Aquella tierra estaba corrupta. Un antiguo Túmulo que había sido corrompido, los espíritus estaban siendo torturados, sufrían, así como todos los animales de la zona. En especial, a los hijos de Cocodrilo.

Hicimos tierra. Y los aliados del Vampiro, que era el agente corruptor del Wyrm se abalanzaron contra nosotros. La parte positiva de ser piratas, es que siempre llevas un montón de armas encima, y un montón de Ron. La parte positiva de ser Piratas de la Nación con una tripulación con hermanos de la Nación, es que puedes convertirte sin miedo a que se asusten, se tiren por la borda o te disparen.

Y como esos hijos del Wyrm no esperaban nuestra llegada, no estaban preparados. Y con eso me refiero a que no tenían munición de plata. Así que en principio, fue fácil. Después, no fue tan fácil. Casi al final, nuestros enemigos eran duros como una barra de hierro, y afilados como el colmillo de un tiburón.

Y finalmente, lo encontramos a él. al Agente del Wyrm, al Vampiro. Virgilio. Los espíritus gritaban de dolor a su alrededor, canción de muerte, lamento y dolor que me ensordecía a ambos lados de la Celosía. Canción que solo yo parecía escuchar, ya que Santiago y Runi se lanzaron al combate contra el vampiro sin decir nada -En el caso de Runi, esto era hasta normal-

Yo pedí ayuda a los Espíritus, mientras liberaba a los allí encadenados para que se unieran a la lucha. Y solo en el tramo final, pude unirme al combate contra aquel vampiro cuyas artes escapaban de la gracia de Gaia por todos los costados. Después de que me uniera, la batalla se alargó más de dos horas. Y si, solo me uní a su parte final. Increíble ¿Verdad? Así fue, tal y como te lo cuento.

La batalla no tuvo un desenlace claro. El vampiro apenas podía estarse de pie, pero nosotros no estábamos mejor. Cansados, agotados y heridos, el Vampiro valoró más su vida y huyó dejando a sus lacayos para cubrir su retirada.

Fue entonces cuando apareció Cocodrilo, ahora libre igual que sus hijos, y acabó con nuestros enemigos. Satisfecho por nuestros actos, nos dio su beneplácito, otorgándonos su favor y valiéndonos aquella campaña para que dejáramos de ser Cachorros de la Nación para ser ahora, hombres de pleno derecho. Un orgullo bien merecido. No solo Runi y yo recibimos tal favor. Santiago también se granjeó un lugar entre los más sabios de entre los nuestros.

Por eso ahora nos encontramos aquí, navegando hacia el horizonte. Seguimos buscando aquello que no puedo contarte. Seguimos buscando a Virgilio. Seguimos buscando el Sendero Lunar que nos lleve hasta la Tejedora.

Por eso seguimos aquí, navegando sin rumbo, persiguiendo un destino que todavía no se nos ha revelado, hacia un destino oculto, secreto, que Gaia nos tiene reservado.

Y lo encontraremos.

Notas de juego

Y esto es la historia completa.

Colorín Colorado....

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02/04/2014, 20:25
Runihura Un-Nefer

Me parece guay, este finde terminaré mi parte :)

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03/04/2014, 20:13
Runihura Un-Nefer

¿Y si además de ser la máquina definitiva (en lo que deja un fostern), eres el capataz? Me vendría bien como capitán alguien rudo como tú que imparta órdenes a nombre mío en los asuntos logísticos del barco, cosa que yo me pueda dedicar exclusivamente a maniobrar. El theurge sería nuestro lector de las cartas de navegación y los astros. :3

¿Recuerdas esto Santiago? Pues al final me hice la ficha para que encajara, así que si aún me quieres de capataz, eso seré (aunque tal vez alguno de tus marineros de agua dulce salte por la embarcación xD)

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03/04/2014, 20:16
Santiago Castiblanco

Adelante compadre.

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03/04/2014, 21:32
Runihura Un-Nefer

Os pongo aquí lo que he podido hacer hoy (que es casi todo) para que me déis vuestra opinión por si tengo que modificar algo.


Cuando embarcamos ví la mirada asesina que me dedicó su capitán; en ese momento no le expliqué que le pasó al último que se atrevió a mirarme así, estaba aún cansado aunque la rabia acumulada aún me mantuviera en pie para no desplomarme; pero desde ese momento ya decidí que con esas formas no podríamos convivir ambos en el barco, así que tarde o temprano tendré que enseñarle la manera más sencilla de abordar al mar.

Pasé largos meses recuperándome. No de las heridas externas como por ejemplo la dolorida lengua, sino las internas; eso de no poder emitir palabra, no poder comunicarme aunque ya de antes era callado por naturaleza; apaciguar esa ira que a raíz de mi tortura me costaba más dominar, pues alguna que otra vez cuando el capitán me despachaba con esa mirada he estado a punto de cortarle en rodajas; sino lo hice es porque William me decía que a su alrededor había espíritus malvados que sólo él parecí poder ver, pero en esas lindes no quería ignorar sus advertencias.

No sé que pasaría a los días posteriores a mi recuperación, por ese tiempo ignoraba a todo el mundo menos a mis salvadores, y a los que los acompañaron en esa escaramuza, pero el futuro ex-capitán de la embarcación la tomó con Santiago; quería hacerle saltar por la borda. Yo cuando lo ví no dudé ni un ápice. ¿Cómo iba a permitir que mi salvador fuera expulsado de la embarcación por un sociópata desquiciado y corrupto? No, me dirigí sin hacerme notar hacia su segundo al mando mientras mi cuerpo cambiaba de forma a un homínido más grande y peludo; no quería que la locura invadiera el barco, al menos de buenas a primeras; cuando llegué a su ubicación introduje las uñas por su espalda para poder agarrarle mejor, y en un instante ya estaba volando en dirección al capitán, pasando a centímetros por encima de su cabeza. Ese día fue el que decidí que este barco cambiaría de manos, y que esas manos sólo podían ser las de Santiago; al que le gustara fenomenal, al que no... hay muchos tiburones que alimentar....

Dejé expresamente que Santiago se quedara con el capitán luchando, era él quien tenía que matarlo para poder heredar su puesto y que los demás miembros lo respetaran en el futuro; yo simplemente me quedé cerca de él para espantar las moscas que quisieran entorpecer la línea que el destino había dibujado. Al final, el cuerpo del capitán fue descuartizado; todo el mundo se quedó quieto, paralizado ante tal aberración; yo en cambio me dirigí hacia la ubicación donde había caido la cabeza, la recogí y me dirigí de nuevo al lado de Santiago. Alargué el brazo para dársela mientras con la otra mano señalaba el mástil mayor, pues era allí donde debía exponerse, y era él quien debía colgarla, no yo.

Cuando las aguas volvieron a su cauce, y Santiago se había hecho con el mando del navío y con lo que quedaba de fiel tripulación; William invocó al espíritu Rata y Santiago conversó con ella ofreciéndole su futura manada, en donde también parecía ser que encajaba yo... No terminé de entender cómo es posible que Rata me aceptara bajo su tutela cuando de todos es sabido que mi anfitrión tribal se come a toda su especie, pero de un Gran espíritu, nada debe sorprenderme.

Los cargos del barco fueron repartidos, y a mi me tocó el de capataz; aunque imagino que lo único importante para Santiago era que apaleara a cualquier vago del barco. Poco a poco empezamos a hacernos con el barco, poco a poco lo fuimos arreglando pues no estaba en su mejor momento cuando lo "compramos", y lo hemos ido mejorando con el tiempo también.

Después de un tiempo conociendo y observando, me decidí a confiar en William para pedirle que invocara un espíritu y así poder mandar un mensaje a mi Clan, a mi mentor, o antiguo mentor pues después de tanto tiempo ya no podía considerarlo como tal, creo. Intentaba que el Theurge entendiera que necesitaba mandar un mensaje a mi Túmulo; pero no había manera, Selene le había bendecido con su luz para poder entender a los espíritus, pero también con la locura que muchos de ellos portan en sus difuminadas espaldas. No había día que no me saltara con que si necesitaba un jarrón, un trago de ron, unos huevos fritos...

No sabía cómo entenderme con el compañero de Santiago, yo recientemente mudo y él tarado... hacíamos una pareja realmente cómica e inusual. Hasta que al fin, un día, después de mucho cabilar para encontrar una solución, aproveché que William se había infiltrado de incógnito a la bodega del barco para seguirlo e intentar dialogar con él de forma distinta; en mi forma salvaje, en forma de lobo. Si con gestos no lo conseguía, y con voz no podía, debía probar con gruñidos y gestos corporales, debía probar el Elevado.

Y al fin conseguimos entendernos, más o menos, pues aunque pudiera hacerme entender, no es fácil hacerlo sin poder formar palabras que ayuden en el significado. Le pedí ayuda y él me bendijo con un espíritu gaviota, Krunx, el mismo que posteriormente seguiría a mi lado a petición de Buscando Respuestas, mi antiguo mentor. Aunque eso fue después de varios intentos infructíferos como mensajes en una botella, una carta en forma de mariposa o un rezo desde el otro lado.

Y una vez más, al cabo de un tiempo (sí, la vida en alta mar es muuuuy monótona, y eso que te lo diga un Caminante ya es delito) William nos sorprendió con otra ida de cabeza, sino fuera por la actitud nerviosa y preocupada que raro en él portaba en el rostro, hubiera ignorado por completo su mensaje; un gran espíritu precisaba de nuestra ayuda, y si uno de tal magnitud nos necesitaba, quería decir que tal vez podría conseguir algún Fetiche para mi Tribu; aunque dejé de pensar egoistamente en cuanto Krunx me dijo que el culpable era Atellus. En ese momento miré a Santiago de una forma que dejaba evidente que iría aunque él no quisiera, al fin y al cabo tengo una deuda pendiente con ese torturador (sí, digo tengo porque el podrido se nos escapó en el último instante)

Finalmente hacia allí nos dirigimos, me pasé el último tramo del viaje afilando mis uñas en forma de batalla, (pues los marineros que quedaban en él llevaban en su cuerpo la sangre de la Nación de una forma u otra) para poder saltar rápidamente y empezar la cacería. Los cogimos por sorpresa, y seguramente eso nos valió para terminar saliendo con vida de allí; nunca antes había tenido un combate tan largo y complicado. Al principio todo parecía fácil, al menos hasta que se reagruparon y prepararon una contraofensiva; espíritus del Wyrm, vampiros, ghoüls... había de todo en ese panorama terrorífico mientras veíamos a los espíritus sufrir de una manera demasiado conocida para mi. William estaba en la retaguardia cubriendo nuestras espaldas mientras liberaba a los siervos de Gaia; Santiago y yo andábamos al frente sufriendo como condenados la avalancha de enemigos; al menos hasta que le ví.

Entonces la energía volvió con mas ímpetu en mi cuerpo precedido por una rabia primigenia, la misma que cegó alejándome de Santiago para ir directo a ese malnacido para triturarle; los enemigos se enmiscuían a mi paso para protegerle y yo casi había perdido la razón ante el odio que sentía por él, ignorando gran parte del dolor que me ocasionaban sus armas. Pero llegué a él, vaya que si llegué, y antes de que Santiago pudiera llegar a mi posición para apoyarme ya le había regalado una hermosa cicatriz de guerra en forma de amputación de dos de los cinco dedos de su mano zurda; (el meñique y el inmediato posterior) aunque yo no estuviera mucho mejor. Creo que sin la intervención de Santiago y William, tal vez las tablas hubieran quedado de igual manera en el combate, aunque con ambos protagonistas muertos, o por lo menos totalmente moribundos.

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03/04/2014, 21:41
Runihura Un-Nefer

Éste es Virgilio Atellus Acosta, por si os interesa:


 

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04/04/2014, 12:40
William Drake

Me leí la historia, pobre William.. ¡esta loco! Pero al menos de vez en cuando le hacen caso... xDDD

No se porqué, a Atellus le había puesto la cara de Victor de Underworld xD

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04/04/2014, 15:32
Runihura Un-Nefer

Víktor no lo veía mucho de Tremere y además es demasiado popular para muchos PJ y PNJ. Siempre busco algo diferente para no caer en lo obvio y la monotonía.

Aunque este, dependiendo el día lo veo más como Ventrue, pero bueno xD

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04/04/2014, 15:44
W.O.N.K.A

No se porqué, a Atellus le había puesto la cara de Victor de Underworld xD

Pelín facilón, no? :P 

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04/04/2014, 18:50
William Drake

Pelín facilón, no? :P 

xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Debo decir que los vampiros que salen en peliculas y tal nunca me acaban de convencer. Prefiero pillar una imagen que se ajuste a lo que busco y lo paso por chapa y pintura (AKA Photoshop) y... ¡tachaaan!

Bueno ¿Que queda de nosotros?

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04/04/2014, 19:20
Runihura Un-Nefer

Me llamo Runihura Un-Nefer, o al menos así me llamo desde mi Primer Cambio, olvidando por completo el nombre que imprimaron sobre mi, mis progenitores. Tengo 28 años desde 1685 y nací en Isla Tortuga, aunque mi procedencia es de las tierras de Egipto, de donde esos bastardos hijos de Set nos expulsaron hace generaciones y que desde entonces se arrepienten cada vez que me cruzo con alguno de ellos.

Como he dicho nací en Isla Tortuga; en una choza medio derruida y putrefacta. No era mi casa, pues nunca he tenido. Era la casa de la fulana de mi madre, una mujer muy bella e inteligente pero que empleaba su astucia para conseguir dinero fácil en ves de buscar progresión en la vida. ¿Mi padre? Ella dice que es un tal James Hook, un hombre bastante cruel y sanguinario, mutilado de su brazo izquierdo, en el cual ahora lleva un garfio metálico del que dicen sale una aura sobrenatural. Parece ser también que es capitán de un barco pirata al servicio de Barbanegra, pero como todo en este mundo regentado por Kaos, todo puede ser cierto, o una burda mentira. Mi relación con él es nula, pues a veces pasa por aquí, se cepilla a mi madre o a cualquier otra que le pasa por delante y se va. Ella no le quiere decir que soy su hijo, imagino porque ni ella tiene jodida idea de si es cierto, y a mi me importa un comino que se lo diga o no, un tipo así ignoraría semejante idea y tal vez incluso le cortaría un dedo por insinuarlo si quiera. Mi madre en cambio no es mala mujer, pero las pocas ganas de esforzarse y los nulos sueños en la vida la han convertido en lo que és, y no parece desagradarle, algo que a mi sí que me repugna, y por ello, en cuanto cumplí la edad justa para poder trabajar de grumete en cualquier barco, decidí enrolarme en uno y desaparecer.

A los 8 años al fin me aceptaron en un barco. Llegaba a ser tan pesado con todos los piratas que llegaban a la isla que me llevaba grandes patadas y bajezas de todo tipo, además de la bonita cicatriz que me ha quedado en la ceja después de pedírselo al que representa que es mi padre. No me importaba cual fuera y en que condiciones me tuviera, sólo quería huir de la vida miserable que tenía, y de la madre a la cual su profesión despreciaba.

Así pues me enrolé en el barco de Anne Bonny, aún siendo mujer, ¿Por qué no? es la única que aceptó. Era una reciente pirata de la que su fama aún no había llegado a su climax. Los rumores decían que había estado en la tripulación de La Venganza del famoso Pirata Stede Bonnet y que su habilidad con la espada, y puntería con la pistola eran sorprendentemente inusuales. También tenía fama de cepillarse todo aquel que le atraía, tal vez por eso llegué a considerarla mi verdadera madre, por el recuerdo que tenía de la profesión de la biológica, al menos Anne sí quería ascender en el mundo y no quedarse aceptando cualquier miembro entre sus piernas. No era la faceta que más admiraba de ella, pero sabía como usar su cabeza, y su cuerpo.

En su barco pasé todos los años que me quedaron de humano, o de simple humano mejor dicho. Tal vez le gustó mi carisma, o tal vez mi porte varonil, pues desde niño siempre he tenido un cuerpo de adolescente, siempre con los músculo marcados y grandes. O tal vez lo que quería al principio era tenerme para cuando fuera más mayor enseñarme los placeres carnales. Nunca he llegado a saberlo, lo único que si sé es que me trató como a su propio hijo, supongo que también ayudaría el que estuviera enamorada de John Rackman (Calico Jack) y me llevara bien con él. Al fin y al cabo, sólo tenía 8 años cuando me uní a ellos, y perseveré mucho para estar a la altura de los adultos demostrando mi valía.

Esta cercanía me llevó a aprender mucho de ellos, pues Bonny me enseñó a usar la espada con gran destreza e incluso la pistola no se me daba mal, pero me gustaba más cortar que disparar. Aunque de lo que más aprendí fue a hacer cualquier tipo de reparación que necesitara el barco, desde remachar la barandilla, a cambiar las maderas del suelo, e incluso alisar la quilla para quitarle toda la suciedad que ralentizara el barco. Yo quería aprender a ser capitán, pero decían que era demasiado pequeño para aspirar a aprender a llevar un barco eficazmente. Y en los asaltos me tocaba quedarme en la sala del capitán para, según ellos, defenderla de cualquier intrusión, al menos hasta la fatídica noche donde cambió mi vida.

Fue en 1905, cuando yo ya estaba convirtiéndome en todo un hombre y al fin Bonny accedió a enseñarme conocimientos de capitán, como a interpretar mapas y brújulas. Esa mañana conseguimos robar un buen botín de un barco mercante español en donde parece ser, había un esclavo de un Antiguo chupasangre protegiéndo el tesoro, un tal Virgilio Atellus Acosta, que usa magia para dañar a los espíritus locales, esclavizándolos y torturándolos hasta que la última gota de esencia es extraida si no consigue sus objetivos, los cuales aún a día de hoy desconocemos. Eso lo descubrimos al anochecer cuando de repente apareció un barco militar saliendo de la bruma, aunque esta bruma era algo más gruesa de lo que suele haber por estos mares. Nosotros celebrando el éxito de la mañana ni siquiera nos dimos cuenta del barco, o lo hicimos demasiado tarde. Rápidamente la carraca se avalanzó sobre nosotros abordándonos casi por sorpresa. La resistencia no fue mucha y los hombres de Bonny, mis compañeros de viaje, mi familia, caían uno tras otro por culpa de la embriaguez.

La Muerte de mi gente fue el detonante para que mi cuerpo cambiara. Aún recuerdo ese dolor sobrenatural, cuando mis músculos y huesos se ampliaban, y el picor que sentía al crecerme el pelo de forma tan violenta, los dientes parecía que querían estallar, y yo me quería arrancar las uñas por el dolor tan primigenio. Pero una vez terminó esa parte, sentí una rabia dentro de mi desconocida que aún hoy llevo en mi gran espalda, controlándola para no dejarla salir, dominándola para que me ayude en ves de aplastarme. Recuerdo mis uñas arrancar carne y hueso como si de papel se tratase. Recuerdo ver la cabeza de un Chupasangre volando después de haber sacado sus tripas de su estómago. Desde ese día Virgilio Atellus Acosta, el parece mentor de la escoria que eliminé ha jurado venganza contra mi y mi familia.

Pocos somos los que sobrevivimos, y menos los que se quedaron en el barco al ver mi transformación. Veía como la gente se lanzaba al agua sin siquiera pensárselo dos veces. Tíos aguerridos, más duros que las piedras, que han visto visceras saltar de un lado a otro mientras las monedas eran recaudadas, huían despavoridos de mi lado. Algunos se lanzaron al mar lleno de tiburones, prefiriendo abrazar la muerte mediante sus besos, otros se refugiaron en el barco militar, encerrados en la cabina de mando, agachados y temblando como niñas pequeñas, otros se quedaron inmóbiles en las paredes de nuestro barco, con los ojos en blanco y echando espuma por la boca. Sólo hubieron cinco figuras que se quedaron inmutables, como si mi figura no les pareciera terrorífica, como si fuera algo familiar. Esos hombres eran, como no podía ser de otra manera, los cargos más importantes del barco. Anne, Mary, Calicó, John (que era el Carpintero del barco) y Gustavo (el Segundo Oficial del barco.)

Yo no entendía nada de lo que estaba pasando, parecía más un cuento de hadas, y mi sensación era muy similar. Anne se acercó a mi sin vacilar si quiera. Tranquila, sonriente y orgullosa de mi, supongo que por haber salvado el barco, o tal vez por ser un Garou, nunca me lo dijo, pero en ese momento consiguió calmarme. Así fue como poco a poco mi forma volvió a ser la de siempre, y así fue como reemprendimos un viaje en dirección a tierra firme, bueno, si así se considera una isla rodeada de agua como es la Isla del Agua. Pero no fuimos las dos embarcaciones, Anne ordenó al resto de la tripulación (una vez habiéndome ordenado ir a la garita del capitán para que los demás no me vieran) que llevaran el barco a algún lugar donde les dieran dinero por ello, dejando a cargo a uno de los hombres de confianza de Anne que no eran Parentela, pero el único del resto que consiguó, milagrosamente, no sucumbir al Delirio. Esta es una historia que tendré que preguntarle si nos volvemos a ver de nuevo, eso seguro.

El viaje hasta Isla del Agua fue tranquilo, el navío que habíamos adquirido se dirigió hacia otra isla para ser vendido. Allí anclamos y nos internamos en la isla, hasta el corazón de la misma en donde me encontré con el Túmulo de la Luna Azul. Yo era la primera vez que veía algo tan singular, y creía que era la historia de Peter Pan distorsionada entre humanos, lobos y... ¿Qué diantres es eso que se aleja? Parece una especie de monstruo deformado y peludo...

Un lobo se me acercó hablando un lenguaje que yo entendí sin siquiera saber cómo. Era una mezcla de gruñidos, gestos corporales y miradas, y lo que él animal quería, era darme la bienvenida. Poco a poco cambió de forma como yo el día anterior, aunque su forma era la de un humano normal. Se me acercó y me dijo que era el Maestro de los Cachorros. Que se llamaba Luz-en-la-Oscuridad y que a partir de hoy sería mi tutor, y que el clan me dejaría a su cargo. Anne partió nuevamente a alta mar en busca de sus hombres y su recompensa.

Allí pasé buen tiempo de mi juventud, entendiendo cómo era la sociedad Garou, las normas con las que se rigen los Garous, el mundo espiritual, la lucha... Todo lo necesario para llegar a poder ser mayor de edad, al menos así se denominada el Rito de Iniciación. Luz-en-la-Oscuridad era un Galliard que nos relataba toda clase de historias y leyendas, de grandes guerreros que dieron su vida para salvar la vida de Gaia. (aunque yo en aquel momento no sabía de que carajo hablaba) Todo era muy distinto, y a la vez, muy familiar. Mi mundo era la piratería, lo que me enseñó Anne, Jack y el resto de mi familia. Ahora, el Galliard dice que eso ya no importa, que mi misión es otra muy distinta. Poco a poco fui entendiendo lo que se esperaba de mi, y pasando así los días, me iba preparando para crecer, para nuestro Rito de Iniciación, pues no era sólo yo el alumno de Luz en la Oscuridad.

Había tres cachorros más conmigo. Una chica llamada Coralis, era castaña, con unos ojos enormes y verdes como las esmeraldas, de tez mulata y unos labios carnosos. También había un chico llamado Luis Fabián, este era moreno de ojos penetrantes y más negros que el carbón, de tez negra completamente y con un aire de locura que recorría todos sus gestos. Y el último era... no sabría decirlo, tenía rostro humano, de ojos azules y piel clara, su pelo era inexistente y más que piel, diría que le cubría un reguero de escamas por todo su cuerpo. Su sudor era pegagoso y penentrante, siempre estaba sólo, y la verdad que yo tampoco era el rey de la fiesta, sentía algo de afinidad por aquel bicho raro. Stephan se llamaba, o tal vez se siga llamando, realmente no podría decir si sigue en este mundo o no pues hace tiempo que no voy mucho por la Luna Azul.

Y el día de mi Rito llegó, el mío y el de mis compañeros. En ese momento, fue cuando conocí por primera vez a la líder del Túmulo, Emily Sangre de Halia y a su amante, Giselle Mar en Calma, ambas Theurge, ambas cargos de alta importancia en el clan, ambas Garou, ambas amantes. Nosotros nos miramos sin decir nada, nos extrañaba como se habían esmerado para enseñarnos las lecciones de la Letania, y veíamos como estos dos cargos importantes, junto con cualquier Philodox presente, no creían que eso supusiera la negligencia a las leyes. ¿Tal vez por qué no procrean? Tampoco importa demasiado, con los años me dí cuenta que la Letania tan sólo es algo que en general se manipula y convierte en lo que cada clan le interesa.

Nuestra misión llegó después de pasarnos un ciclo lunar completo en meditación, preparándonos para ese día. Muchas anécdotas podría contar de esos días en los que conocí a varios espíritus curiosos, y otros tantos juguetones que querían poner a prueba mi muro de concentración, pero lo importante fue cuando Raya nos vino a buscar para llevarnos a las profundidades del Túmulo para otorgarnos una prueba que superar. Ésta no consistía en pelear, ni en dialogar ni nada parecido, esta consistía en responder preguntas. Algunas de ellas eran claras, otras confusas y otra intendibles. En algunos casos nos decía que debíamos debatirlas entre nosotros, otras veces nos obligaba a pensalas por nosotros mismos. Todo giraba en torno al aprendizaje vivido hasta ahora y en situaciones que de seguro, tarde o temprano viviríamos más adelante.

Todos pasamos el Rito, todos fuimos adultos. Yo por mi parte, llamé la atención de Buscando-Respuestas. Un Theurge, por aquel entonces Fostern de los Caminantes Silenciosos. Es un hombre misterioso, curioso y un fanático de los Fetiches, amuletos y cualquier objeto sobrenatural, tal vez por eso yo también he terminado por obsesionarme con ellos, pues mucho de ellos me ha enseñado, y sus historias y poderes contado. Ahora sé que lo hacía para que le ayudara a recuperar estos místicos objetos y devolverlos al lugar que pertenecen, nuestra Tribu. Evidentemente acepté su "petición". Y también la futura de enseñarme la ideología de los Dagas de Nut y su cometido dentro de la Tribu, que básicamente se resume en eliminar cualquier chupasangre asqueroso.

Los días venideros siguieron entre aprendizaje (espiritual, físico (pues era un Adren muy viajado y experimentado) y lecciones culturales sobre su mentalidad de Daga de Nut) con Buscando Respuestas y trabajos para el Clan. Ya no era un cachorro y debía ganarme el derecho a la comida. Mis trabajos eran bastante aburridos, patrullar los lindes del territorio, (pues al carecer de puerto, algunas veces penetraban piratas para esconder tesoros o explorar territorio inexplorado... Ilusos... Ninguno volvió a ver la luz del sol y sólo unos pocos navíos conseguían llegar a tierra firme) llevar recados a otros miembros del Clan, sobretodo a los Guardianes de la Tierra y más a menudo viajar a otras islas para entregar pedidos a Parentela. Y en uno de esos viajes, cometí el error de creerme seguro, de creerme invencible.

Fue entregando un Fetiche a la Parentela cercana a la isla, en donde el comercio está a la orden del día y en momentos de necesidad es vital para nosotros que lo usen. Se trata del Cuerno de Infortunio. Es un Fetiche interesante, pues al contrario que la gran mayoría, no usa Gnosis para activarse, sino fuerza de voluntad y sirve para alertarnos de cuando la Parentela tiene problemas, y no precisamente el haberse roto un dedo. Este Fetiche tiene un radio de 15 Km, y aunque nuestro Túmulo está bastante más lejos, ese sonido advierte a los espíritus centinelas, que algunos están fuera del Boun, para dar aviso en caso de necesidad.

El caso es que llegué e hice mi cometido, pues no era un trabajo siquiera mínimamente peligroso. Pero cuando volvía hacia el puerto para esperar la vuelta del Dragón Marino, que había ido a hacer un vuelta de reconocimiento, me topé con unos antiguos e inesperados enemigos. Eran más siervos del jodido vampiro que me la tiene jurada, Virgilio Atellus Acosta, aunque eso lo supe en la celda en donde me "hospedaron" a la espera del Antiguo Chupasangre. Era un grupo reducido de unos 4 Ghoüls y un vampiro, llevaban pistolas con balas de plata, las cuales hicieron llover sobre mi, en un plan bastante exitoso, al menos para la minoría que quedó en pie. Las balas penetraron en mis extremidades, de manera que me fuera imposible cambiar de forma sin sufrir el temible dolor de la plata, era evidente que estaba planeado hasta el mínimo detalle, y era evidente que el Antiguo sabía demasiado de nosotros, y sigue sabiendo, pues aún no he conseguido eliminarlo. Terminaron el trabajo enrollándome una red a mi alrededor y subiéndome al barco. Mientras llegábamos a las mazmorras, el vampiro y dos de los Ghoüls que quedaron vivos en la refriega se dedicaron a torturarme, hundiendo sus cuchillos plateados en mi carne, para evitar que pudiera extraer las balas de mi cuerpo, y cortándome la lengua a petición de su amo, Virgilio Atellus. Desde aquel momento, me di cuenta que la persecución de ese bastardo no terminaría nunca mientras estuviera vivo, y también agravé el odio que tenía hacia esas sucias ratas putrefactas.

Mi estancia en las mazmorras por suerte no fue muy larga, tan sólo un par o tres de semanas, el tiempo nunca se controla bien encarcelado. No le dio tiempo al Antiguo a llegar a mi, antes de que lo hiciera Santiago. En aquel tiempo era un tipo desconocido para mi. Ahora, después de tanto tiempo a su lado, se ha convertido en un buen amigo, y en el líder de mi única manada, compuesta por Santiago y William. Lo único que le pedí al ser invitado a formar parte de su manada, fue que nunca me dejara estancado en un mismo sitio, pues mi sangre nómada no me hubiera permitido estar a su lado durante mucho tiempo, y que no se interpusiera en mi misión de recuperar los Fetiches que pertenecen a mi Tribu, es decir, cualquiera que cayera en mis manos y no fuera reconocido por ningún otro Clan.

Las gaviotas empezaron a graznar como locas, revoloteando por toda la zona de lo que después sabría que es una especie de castillo. (o de mazmorras aisladas de Atrellus) Mientras eso sucedía un espíritu gaviota (Krunx) contactó conmigo para informarme de que mi futura manada estaba a poco minutos de la ubicación, y que venían para liberarme. Mi rostro cambió, enfocando una sonrisa diabólica hacia el vampiro, amenazándole con la mirada inquisidora que portaba, suscitándole incomodidad. Él por su parte, molesto y con un evidente enfado en su rostro, empezó a gastar sus balas de plata en mi, para que dejara mi actitud y enseñarme quien era el jefe, yo seguí aguantando sin cambiar ni un ápice mi actitud. Al final me arrodillé del dolor, poniendo un poco más de pan que de mantequilla a la situación para que el monstruo se confiara de mi debilidad y entrara a la jaula para seguir torturándome con el cuchillo, para su desgracia, sabía los pasos que siempre daba para prevenirse de un ataque sorpresa... Vampiros estúpidos... Como era de esperar el engendro entró, y en cuanto abrió la puerta y dio unos pasos hacia dentro, alejándose de la vista de los Ghoüls, me abalancé sobre él desgarrandole el cuello de un mordisco y convirtiéndole en cenizas. Sus lacayos intentaron correr hacia mi para matarme, pero los sonidos de los cañonazos de mis salvadores les hizo cambiar de parecer, y asegurándose primero de que el muerto no cometió ningún error dejando la celda abierta, se alejaron en dirección hacia el patio, supongo que para defender la posición.

Al poco tiempo, ya los tenía en la celda conmigo. Un grupo compuesto por dos Garou y varios Parentela, con signos evidentes de batalla, como si no hubiera sido tan sencillo penetrar las defensas, como si el vampiro y los dos Ghoüls no hubieran sido los únicos habitantes de esa porqueriza. Abrieron la celda y me llevaron con ellos a su barco.

Cuando embarcamos ví la mirada asesina que me dedicó su capitán; en ese momento no le expliqué que le pasó al último que se atrevió a mirarme así, estaba aún cansado aunque la rabia acumulada aún me mantuviera en pie para no desplomarme; pero desde ese momento ya decidí que con esas formas no podríamos convivir ambos en el barco, así que tarde o temprano tendré que enseñarle la manera más sencilla de abordar al mar.

Pasé largos meses recuperándome. No de las heridas externas como por ejemplo la dolorida lengua, sino las internas; eso de no poder emitir palabra, no poder comunicarme aunque ya de antes era callado por naturaleza; apaciguar esa ira que a raíz de mi tortura me costaba más dominar, pues alguna que otra vez cuando el capitán me despachaba con esa mirada he estado a punto de cortarle en rodajas; sino lo hice es porque William me decía que a su alrededor había espíritus malvados que sólo él parecí poder ver, pero en esas lindes no quería ignorar sus advertencias.

No sé que pasaría a los días posteriores a mi recuperación, por ese tiempo ignoraba a todo el mundo menos a mis salvadores, y a los que los acompañaron en esa escaramuza, pero el futuro ex-capitán de la embarcación la tomó con Santiago; quería hacerle saltar por la borda. Yo cuando lo ví no dudé ni un ápice. ¿Cómo iba a permitir que mi salvador fuera expulsado de la embarcación por un sociópata desquiciado y corrupto? No, me dirigí sin hacerme notar hacia su segundo al mando mientras mi cuerpo cambiaba de forma a un homínido más grande y peludo; no quería que la locura invadiera el barco, al menos de buenas a primeras; cuando llegué a su ubicación introduje las uñas por su espalda para poder agarrarle mejor, y en un instante ya estaba volando en dirección al capitán, pasando a centímetros por encima de su cabeza. Ese día fue el que decidí que este barco cambiaría de manos, y que esas manos sólo podían ser las de Santiago; al que le gustara fenomenal, al que no... hay muchos tiburones que alimentar....

Dejé expresamente que Santiago se quedara con el capitán luchando, era él quien tenía que matarlo para poder heredar su puesto y que los demás miembros lo respetaran en el futuro; yo simplemente me quedé cerca de él para espantar las moscas que quisieran entorpecer la línea que el destino había dibujado. Al final, el cuerpo del capitán fue descuartizado; todo el mundo se quedó quieto, paralizado ante tal aberración; yo en cambio me dirigí hacia la ubicación donde había caido la cabeza, la recogí y me dirigí de nuevo al lado de Santiago. Alargué el brazo para dársela mientras con la otra mano señalaba el mástil mayor, pues era allí donde debía exponerse, y era él quien debía colgarla, no yo.

Cuando las aguas volvieron a su cauce, y Santiago se había hecho con el mando del navío y con lo que quedaba de fiel tripulación; William invocó al espíritu Rata y Santiago conversó con ella ofreciéndole su futura manada, en donde también parecía ser que encajaba yo... No terminé de entender cómo es posible que Rata me aceptara bajo su tutela cuando de todos es sabido que mi anfitrión tribal se come a toda su especie, pero de un Gran espíritu, nada debe sorprenderme.

Los cargos del barco fueron repartidos, y a mi me tocó el de capataz; aunque imagino que lo único importante para Santiago era que apaleara a cualquier vago del barco. Poco a poco empezamos a hacernos con el barco, poco a poco lo fuimos arreglando pues no estaba en su mejor momento cuando lo "compramos", y lo hemos ido mejorando con el tiempo también.

Después de un tiempo conociendo y observando, me decidí a confiar en William para pedirle que invocara un espíritu y así poder mandar un mensaje a mi Clan, a mi mentor, o antiguo mentor pues después de tanto tiempo ya no podía considerarlo como tal, creo. Intentaba que el Theurge entendiera que necesitaba mandar un mensaje a mi Túmulo; pero no había manera, Selene le había bendecido con su luz para poder entender a los espíritus, pero también con la locura que muchos de ellos portan en sus difuminadas espaldas. No había día que no me saltara con que si necesitaba un jarrón, un trago de ron, unos huevos fritos...

No sabía cómo entenderme con el compañero de Santiago, yo recientemente mudo y él tarado... hacíamos una pareja realmente cómica e inusual. Hasta que al fin, un día, después de mucho cabilar para encontrar una solución, aproveché que William se había infiltrado de incógnito a la bodega del barco para seguirlo e intentar dialogar con él de forma distinta; en mi forma salvaje, en forma de lobo. Si con gestos no lo conseguía, y con voz no podía, debía probar con gruñidos y gestos corporales, debía probar el Elevado.

Y al fin conseguimos entendernos, más o menos, pues aunque pudiera hacerme entender, no es fácil hacerlo sin poder formar palabras que ayuden en el significado. Le pedí ayuda y él me bendijo con un espíritu gaviota, Krunx, el mismo que posteriormente seguiría a mi lado a petición de Buscando Respuestas, mi antiguo mentor. Aunque eso fue después de varios intentos infructíferos como mensajes en una botella, una carta en forma de mariposa o un rezo desde el otro lado.

Y una vez más, al cabo de un tiempo (sí, la vida en alta mar es muuuuy monótona, y eso que te lo diga un Caminante ya es delito) William nos sorprendió con otra ida de cabeza, sino fuera por la actitud nerviosa y preocupada que raro en él portaba en el rostro, hubiera ignorado por completo su mensaje; un gran espíritu precisaba de nuestra ayuda, y si uno de tal magnitud nos necesitaba, quería decir que tal vez podría conseguir algún Fetiche para mi Tribu; aunque dejé de pensar egoistamente en cuanto Krunx me dijo que el culpable era Atellus. En ese momento miré a Santiago de una forma que dejaba evidente que iría aunque él no quisiera, al fin y al cabo tengo una deuda pendiente con ese torturador (sí, digo tengo porque el podrido se nos escapó en el último instante)

Finalmente hacia allí nos dirigimos, me pasé el último tramo del viaje afilando mis uñas en forma de batalla, (pues los marineros que quedaban en él llevaban en su cuerpo la sangre de la Nación de una forma u otra) para poder saltar rápidamente y empezar la cacería. Los cogimos por sorpresa, y seguramente eso nos valió para terminar saliendo con vida de allí; nunca antes había tenido un combate tan largo y complicado. Al principio todo parecía fácil, al menos hasta que se reagruparon y prepararon una contraofensiva; espíritus del Wyrm, vampiros, ghoüls... había de todo en ese panorama terrorífico mientras veíamos a los espíritus sufrir de una manera demasiado conocida para mi. William estaba en la retaguardia cubriendo nuestras espaldas mientras liberaba a los siervos de Gaia; Santiago y yo andábamos al frente sufriendo como condenados la avalancha de enemigos; al menos hasta que le ví.

Entonces la energía volvió con mas ímpetu en mi cuerpo precedido por una rabia primigenia, la misma que cegó alejándome de Santiago para ir directo a ese malnacido para triturarle; los enemigos se enmiscuían a mi paso para protegerle y yo casi había perdido la razón ante el odio que sentía por él, ignorando gran parte del dolor que me ocasionaban sus armas. Pero llegué a él, vaya que si llegué, y antes de que Santiago pudiera llegar a mi posición para apoyarme ya le había regalado una hermosa cicatriz de guerra en forma de amputación de dos de los cinco dedos de su mano zurda; (el meñique y el inmediato posterior) aunque yo no estuviera mucho mejor. Creo que sin la intervención de Santiago y William, tal vez las tablas hubieran quedado de igual manera en el combate, aunque con ambos protagonistas muertos, o por lo menos totalmente moribundos.

Virgilio huyó, usando a toda su chusma de escudo, pero le perseguí, aunque mi paso era realmente más lento con cada paso que daba, con cada bocanada de aire que sacaba; al llegar al muelle de la fortificación ví como se alejaba en un barco; me paré unos instantes dubitativo, no sabía como llegar a él, y escuchaba las carcajadas de aquél bastardo a lo lejos, seguido de unas palabras soeces y amenazantes; de nuevo, me maldecía, de nuevo se acordaba de todos mis ancestros... olé por él, de todos modos nuestra tribu no puede encontrarles por culpa de ellos.

Al poco rato llegaron mis acompañantes, por suerte para mi; pues poseído por el odio me lancé al mar con la esperanza de que mis heridas no me fatigaran más de lo debido y pudiera llegar a él, aunque mientras me ahogaba mi mente entendía que nunca lo atraparía.

Y así es como conocí a Cocodrilo. Lo ví aparecerse ante mi mientras mis pulmones se iban quedando sin aire por mi más que inteligente maniobra heróica, por no decir suicida; me cogió entre sus dientes como si fuera una cría que había que trasportar a lugar seguro y me sacó del agua aplazando mi final. Y al soltarme, en un principio lejos de mis camaradas, en la Umbra me explicó cómo podía caminar sobre el agua, para que otra vez, mi enemigo no consiga huir de mis fauces. Ése fue su pago por venir a salvarle, pero sobretodo por conseguir herir gravemente al villano, y por no temer a la muerte en tal de conseguir acabar con mi presa.

Y así fue como no sólo conseguí aprender un Don verdaderamente raro entre la Nación, sino también como conseguí ascender de rango a lo que hoy soy; éste viaje nos dio cierta notoriedad entre los nuestros, y seguramente la forma en que nuestro Adren y Capitán narró lo sucedido nos valió para el ascenso

Historia finiquitada. No sé cómo lo véis, tal vez un poco demasiado heavy para ser un Cliath en ese momento contra un Antiguo, pero no sabía cómo hacer para que maese Cocodrilus me eligiera sólo a mi para aprender un Don, habiendo participado tres Garous en la batalla...

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09/04/2014, 11:33
W.O.N.K.A

Bueno, os he repasado todo, lo veo sublimemente sublime :) os falta "hacer" el Tótem, si no me equivoco, pero la historia la doy no por buena, por buenísima :D No me equivoqué con ninguno de vosotros xD que pena que no os pueda poner positivo sólo por esto jajaja!

Debo decir que estoy encantado con vosotros muchachos, además de timing vais perfectos para entrar en partida justo cuando quería que entrarais ^^

Entonces, me ponéis alguno en Notas el barco y el Tótem cuando lo tengáis? podemos empezar prácticamente ya, el viernes/sábado podría colgaros turno :) aunque quizá preferiría que también tuvierais finiquitada vuestra enrome Rata :D

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09/04/2014, 13:01
William Drake

Barco •••••••

Tótem ••••••••••••••

El Barco:

Puntos iniciales:

Parentela +5
Armamento 1
Contactos +3
Aparejo 1+2

Puntos de trasfondos:
Santiago pone dos puntos, Runi pone dos puntos, Will pone tres puntos.

Parentela 5
Armamento 1+3=4
Contactos 3+2=5
Aparejo 3+2=5

Total:

Parentela: 5
Armamento: 4
Contactos: 5
Aparejo: 5

El Tótem:

Rata:

Puntos iniciales:

Rata

Coste en Trasfondo: 5 (Gratuito)
Silenciosa y rápida, Rata es experta un los ataques por sorpresa. Rata lucha para debilitar, tullir, y finalmente, vencer, pero puede ser tan depravada como cualquier otro cuando se siente acorralada.
Rasgos: Los Hijos de Rata reciben cinco puntos de Fuerza de Voluntad por historia. Rata les enseña cómo morder para conseguir mayor ventaja, restando un punto de dificultad a todas las tiradas de mordisco. La manada también elimina un punto de dificultad de todas las tiradas que impliquen silencio o sigilo. Los Roehuesos respetan a los hijos de Rata y les ayudarán (aunque no a cuenta de sus propias vidas). Serán más tolerantes con la manada que con los demás Garou.
Prohibición: Los Hijos de Rata nunca deben matar roedores.

Puntos de trasfondos:

Will pone tres  puntos. Runi pone seis puntos. Santiago pone cinco puntos. Catorce puntos en total.

Coste Poder
4 El Tótem tiene una conexión mística con todos los miembros de la Manada, permitiendo que se comuniquen entre sí incluso entre grandes distancias
6 Por cada Hechizo poseído (Posee tres hechizos)
1 El Tótem siempre puede encontrar a los miembros de la Manada
2 El Tótem siempre está con los miembros de la Manada
1 3 puntos para gastar entre Fuerza de Voluntad, Rabia y Gnosis

La pregunta es ¿que tres hechizos ponemos al tótem?

Bueno, ahora es momento de tirarme de los pelos, despojarme de mis amuletos de protección y lanzarme por la borda  :D

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09/04/2014, 13:33
William Drake

¿Sacamos otra vez a relucir el asunto del nombre del barco? Al menos dejo aquí una imagen posible para el barco, a ver que os parece xD

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09/04/2014, 16:25
Runihura Un-Nefer

Veo que Will ya ha hecho todo el trabajo, un gustazo :P

Santiago decía que quería decorar al tótem pero veo que no da señales de vida xD

Tótem: el primer punto (lo que vale 4) lo veo perfecto, es necesario al 100% (sobretodo para mi que soy mudo); Sobre fuerza de voluntad, gnosis y rabia creo que es necesario algo más, recordemos que para emplear hechizos necesitaremos esencia, y la esencia es la suma de estos tres parámetros; Si el tótem está siempre con la manada no creo necesario que gastemos en el apartado de que pueda encontrar siempre a la manada.

¿cómo distribuirlos? pues la verdad que no tengo mucha idea, pero creo que antes de poner puntos en 3 hechizos deberíamos ver que hechizos creemos que sean vitales y a partir de ahí elegir cuántos puntos meter en este apartado, pero creo que 4 puntos en FV,gnosis y rabia no nos iría nada mal (de mínimo)

Notas de juego

El barco... pa flipar :)

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09/04/2014, 19:28
Santiago Castiblanco

Amén. =)

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09/04/2014, 20:39
Runihura Un-Nefer

Cuelgo aquí los hechizos que creo concuerdan con nuestro Tótem (que no quiere decir que nos vayan a ir todos bien en nuestros propósitos)

Materialización (Materialize): Este Hechizo permite que un espíritu adopte forma física en la Tierra, pero hacerlo puede serle peligroso. El espíritu debe tener una puntuación de Gnosis igual o mayor al valor de la Celosía local. Una forma física espiritual aparecerá en el mismo instante en que el espíritu aparezca en la Umbra. El valor de la Gnosis del espíritu se utilizara en todas las tiradas Sociales y Mentales. Las tiradas de Resistencia y Destreza usaran la Fuerza de Voluntad del espíritu como reserva de dados. Para la Fuerza se usara la Rabia. Todas las reglas para los Rasgos de los espíritus en la Umbra se aplican al mundo físico. Los espíritus Materializados no poseen Habilidades, pero se asume que sus reservas de dados tienen en cuenta el conocimiento del espíritu. En algunas circunstancias, por ejemplo si un espíritu sapo intenta programar un ordenador, el Narrador tendrá que dividir la reserva de dados del espíritu a la mitad e incrementar la dificultad para reflejar la falta de conocimientos del espíritu. Al igual que la mayor parte de las criaturas físicas, las formas espirituales Materializadas poseen niveles de salud. Normalmente, los espíritus tienen siete niveles de salud, aunque el Narrador puede hacer excepciones con algunos, por ejemplo un espíritu elefante o una Perdición especialmente monstruosa. Si un espíritu “muere” en el mundo Material, entrara en Sopor automáticamente cuando regrese a la Umbra. Son muchos los espíritus que se mostraran reacios a usar este Hechizo, excepto en circunstancias extraordinarias, pues el mundo moderno es muy hostil con ellos.

Percibir Trochas (Airt Sense): La mayoría de los espíritus tienen un sentido natural de las trochas (direcciones) del mundo espiritual y pueden viajar por el sin demasiada dificultad. Pueden crear o encontrar huellas espirituales a voluntad. El Narrador tira Gnosis para que el espíritu encuentre un lugar o un personaje concreto en la Umbra. Sin embargo, ni siquiera los espíritus son infalibles, y un fracaso en la tirada puede llevarlos a un Reino inclemente (especialmente si están dirigiendo a una manada de hombres lobo). Solo es posible usar este poder en la Umbra.

Reformación (Re-form): Muchos espíritus pueden disolverse para recorrer la Umbra hasta llegar a sus Dominios. Los Moradores del Cristal llaman a este Hechizo “re-proliferación”. Un espíritu necesita un turno completo para Reformarse. El Narrador tiene que tener éxito en una tirada de Gnosis para que el Hechizo funcione. Los espíritus utilizan este Hechizo para huir de sus enemigos. El costo en Esencia es de 1.

Sentido del Reino: El espíritu puede sentir todo lo que sucede en su Dominio, tanto en la Umbra como en la Tierra, aunque necesitara tener éxito en las tiradas de Gnosis para tener percepciones concretas. Este Hechizo suele estar relacionado con los Naturae, los espíritus silvestres de Gaia, que suelen estar atados a algún tipo de Dominio terrenal, como un bosque, un arrollo o una montaña, aunque la mayoría de los espíritus que están vinculados a una zona poseen esta habilidad. Aquellos espíritus que flotan libremente, sin ataduras directas con la Tierra, pueden tener este Hechizo, pero solo tendrán la Habilidad de sentir lo que sucede en sus guaridas de los Reinos Umbrales Próximos o en sus Dominios.

Adquisición (Acquisition): Este Hechizo permite al espíritu “tomar prestado” un objeto pequeño del mundo material. El objeto desaparecerá del mundo material y aparecerá en la Umbra; al final de la escena, el objeto desaparecerá de la Umbra y reaparecerá en el mundo físico. Si el objeto es movido o escondido mientras esta en la Penumbra, este reaparecerá en el lugar apropiado correspondiendo a su nueva localización (Nótese que el espíritu puede ser capaz de Reformarse en algún otro lugar y llevarle lejos el objeto). El objeto no podrá ser sacado de la Penumbra, como ser llevado al algún Reino Cercano; cualquier intento de hacerlo lo hará volver inmediatamente al mundo físico. Para poder usar este hechizo, el espíritu debe tirar su Gnosis a contra la Celosía local. Objetos mayores que un fajo de billetes o un vaso requerirá un gasto de un punto de Fuerza de Voluntad; objetos mas grandes que un maletín no podrán ser adquiridos usando este Hechizo.

Aliviar el Dolor (Ease Pain): El espíritu puede aliviar el dolor de una criatura material por una escena gastando 1 punto de Poder. El Hechizo alivia hasta las más dolorosas heridas (negando las penalizaciones por heridas, pero no las restricciones al movimiento), pero no cura las heridas. Cuando este Hechizo acaba, el espíritu podrá usarlo otra vez, gastando 1 punto de Poder por hora. Si el espíritu se fuera de la escena, el dolor volvería.

Aparecer (Appear): Con este Hechizo, un espíritu puede manifestarse adelante de un observador mortal sin asumir una forma material. El espíritu no podrá afectar (o ser afectado) al mundo material de cualquier manera usando este Hechizo. Los demonios generalmente usan este poder para burlarse de sus victimas. Cada uso cuesta 5 puntos de Poder. El espíritu puede aparecer y desaparecer frente al observador u observadores deseados a voluntad por el resto de la escena.

Conmoción Espasmódica (Spasm Shock): Costo 1; si un ataque de Rabia tiene éxito, el objetivo sufrirá espasmos musculares por un numero de turnos igual a los éxitos del ataque. El objetivo tiene dos dados menos a cualquier acción durante este tiempo.

Conocer el Pecado (Know the Sin): Permite al espíritu discernir cual es el peor acto de su objetivo. Esto requiere una tirada de Fuerza de Voluntad. La dificultad dependerá de la persona; una persona verdaderamente culpable iría de 3 a 5, mientras que un verdadero santo tendría un 9 a 10. El costo en Poder es de tres.

Crear Sombras (Create Shadows): El espíritu puede crear, darle forma y manipular sombras en el mundo físico. Aparte de su inusual movimiento, estas sombras son perfectamente normales, incapaces de atacar o manipular objetos – aunque pueden hablar no más alto que un susurro. Los espíritus con este Hechizo generalmente lo usan para intranquilizar y asustar a seres humanos, por lo general para alejarlos del territorio del espíritu. Una tirada de Gnosis contra la Celosía local es necesaria; a más cantidad de éxitos, mayor será la cantidad de sombras que podrá manipular.

Curación (Healing): Este Hechizo permite que un espíritu cure a seres físicos (como los Garou). Un espíritu puede curar el equivalente a su Gnosis en niveles de salud de daño. De este modo, un espíritu que tenga una Gnosis de 5 podrá restaurar cinco niveles de salud. El Narrador debe tirar la Gnosis del espíritu contra una dificultad de 6, para el daño normal, y de 8, para el daño agravado. Este Hechizo solo puede ser utilizado una vez por escena y por victima.

Dividir y Conquistar (Divide and Conquer): Este Hechizo permite al espíritu separarse en múltiples versiones de si mismo, dividiendo su Rabia, Gnosis, Fuerza de Voluntad y Poder entre cada nuevo “niño”. El costo en Poder es de cinco.

Dolor Interior (Inner Pain): El espíritu puede causar en un ser viviente un intenso dolor. Por cada dos puntos de Poder gastado, el objetivo pierde un dado de sus reservas por un turno. Mientras que el Hechizo no inflinge daño duradero, la victima no podrá notar la diferencia. Si la cantidad de Poder gastado sobrepasa la Resistencia de la victima, debe hacer una tirada de Fuerza de Voluntad (a dificultad 7) o caer inconciente por ese turno. Aun cuando despierte, perderá dos dados de todas sus acciones durante la escena.

Escalar (Scale): Este Hechizo permite al espíritu (que no este al servicio de la Tejedora) trepar por la Telaraña del Patrón sin quedarse atascado, calcificado o alertar a las Arañas de la Red o del Patrón de su presencia. Obviamente los espíritus de la Tejedora no necesitan este Hechizo. Este Hechizo cuesta dos puntos de Poder.

Escudriñar (Peek): Los espíritus que poseen este Hechizo pueden escudriñar a voluntad el mundo físico desde la Penumbra, independientemente de donde este. Este Hechizo es muy común entre los espíritus nómadas que no poseen ningún Dominio propio.

Explosión (Blast): Un espíritu con este Hechizo puede dirigir su Rabia contra sus adversarios desde cierta distancia. Dependiendo del espíritu, los efectos adoptaran formas diferentes. Algunos espíritus envían explosiones de fuego a sus victimas, mientras que otros utilizan vidrio, rayos o incluso enjambres de insectos. El espíritu provocara un daño agravado equivalente a sus dados de Rabia; no es necesario efectuar ninguna tirada. Sin embargo, este ataque le restara un punto de Esencia al espíritu.

Gas Toxico (Noxious Gas): El espíritu puede producir una nube maloliente que permanecerá por toda la escena. El tamaño de la nube dependerá del número de puntos de Poder gastado. Cualquiera que respire los vahos debe hacer una tirada de absorción contra el daño cada turno. Si la cantidad de daño es mas alta que la Resistencia, este caerá desmayado. Por supuesto, la victima también puede resistir el daño conteniendo su respiración o usado vientos para disipar la nube. El costo en poder es de un punto de Poder por dado de daño.

Huir (Flee): Este Hechizo le da al espíritu una puntuación efectiva de Fuerza de Voluntad de 15 para los propósitos de escapar. Este Hechizo (que cuesta dos puntos de Poder por turno) incluye cualquier tirada que le de al espíritu una oportunidad de evitar la presencia de otros por medios tranquilos.

Introspección (Insight): Con este Hechizo, el espíritu pude ganar introspección en algún aspecto oculto del objetivo. El costo en Poder es de 10 si este poder es usado para obtener alguna información importante; su costo es de solo cinco puntos si el espíritu solo trata de obtener alguna información fácil de obtener.

Invisibilidad (Invisibility): Con este Hechizo, un espíritu puede hacerse invisible en la Umbra o en el mundo físico (si esta materializado). El Don: Vista Umbral y Pulso de lo Invisible no detectaran al espíritu, pero sentir lo Antinatural y Sentir al Wyrm si. Si el espíritu ataca a alguien, esa persona podrá hacer una tirada de Percepción + Enigmas contra la Gnosis del espíritu para percibirlo. El costo en Poder es de 2.

Licuar (Liquefy): El espíritu, aun cuando este Materializado, podrá fundir su forma con el agua, sangre, aceite o cualquier otra sustancia liquida. Este Hechizo es usado cuando el espíritu desea escapar de un combate porque esta perdiendo y no tiene los suficientes puntos de Poder para Reformarse. El costo en Poder es de cinco.

Muerte Fértil (Death Fertility): Este Hechizo estimula el crecimiento de cualquier cosa que mate a su objetivo, ya sea una enfermedad, una infección, parásitos o el cáncer. Hacerlo requiere una tirada de Rabia a una dificultad igual a la Fuerza de Voluntad de su objetivo. Cada éxito infringirá un nivel de salud letal de daño. Este Hechizo cuesta cinco puntos de Poder.

Observar (Gaze): Costo 1/ semana; el espíritu tira Gnosis contra la Astucia + Sigilo del intruso. Cualquier éxito indicara que el espíritu ha detectado al intruso.

Ocultarse (Hide): El espíritu tiene la habilidad de esconderse. Un oponente que desee encontrar al espíritu deberá tirar Inteligencia + Astucia contra la puntuación de Fuerza de Voluntad del espíritu +5. Este Hechizo cuesta 5 puntos de poder.

Olor de Seguridad (Scent of Safety): Este Hechizo permite al espíritu saber cual es el mejor camino al refugio más seguro. El costo en Poder es de seis.

Pedir Auxilio (Call for Aid): Este Hechizo permite al espíritu llamar a otros para que lo ayuden. El espíritu tira su Fuerza de Voluntad contra una dificultad basada en la familiaridad con los espíritus cercanos. (La dificultad es 3 cuando los espíritus estén a la vista, 8 para los espíritus comunes dentro de su hábitat y 10 para los espíritus extraños o fuera de su hábitat). Este Hechizo cuesta cinco puntos de Poder.

Regeneración (Regenerate): Tres (uno) Niveles de Salud agravado por turno.

Salvajismo: Gastando un punto de Esencia, el espíritu puede sumar dos dados a todas las tiradas de daño por el resto de la escena.

Curar (Curing): Como el Hechizo de Curación, pero Curar permite al espíritu también curar enfermedades tanto como heridas. El espíritu tira su Gnosis contra a una dificultad de 4 para enfermedades normales, la dificultad es de 7 para enfermedades que amenacen la vida, dificultad 8 para enfermedades normalmente incurables y dificultad 9 para enfermedades sobrenaturales (nótese que el Vampirismo no es una enfermedad sobrenatural.)

Desorientar (Disorient): El espíritu puede alterar las señales y las direcciones por completo si tiene éxito en una tirada de Gnosis (dificultad 6 o el valor de la Celosía, lo que sea mayor).

Furia Berserker (Berserk Frenzy): Intentar evitar entrar en un estado de Frenesí furioso, cuando uno esta dentro de 500 metros del espíritu, requiere una tirada exitosa de Fuerza de Voluntad (a dificultad 9).

Intangibilidad (Intagibility): Gastando un punto de Gnosis y dos de Esencia, el espíritu puede volverse intangible por la duración de la escena, incapaz de afectar o ser afectada por cualquier cosa a su alrededor. Para hacer esto se mueve a un nivel diferente de la Umbra permitiéndole ser inmune también a Hechizos y Dones.

Romper la Realidad (Break Reality): Si tiene éxito en una tirada de Gnosis, el espíritu podrá desestabilizar la realidad de una sustancia y, por lo tanto, modificar su forma Umbral. Por ejemplo, el espíritu puede crear una puerta en un muro, que permitirá que pase a través de ella. La dificultad de la tirada estará determinada por la amplitud del cambio que se desee realizar y lo interesante, lógica e inteligente que sea esa acción. Si la tirada falla, el espíritu perderá un punto de Esencia. Si la tirada fracasa, las consecuencias serán extremadamente perjudiciales para el espíritu, destruyéndolo si no posee el Hechizo de Reformación.

Notas de juego

N.D.N.: Para que todos tengáis claro lo que representa, la Fuerza de Voluntad de un espíritu es un equivalente a su Destreza y su Resistencia, la Rabia equivale al Daño y es también la dificultad para golpearle, y la Gnosis se utiliza para todas las tiradas sociales y mentales. La Esencia es la suma de estos tres rasgos, y equivale a la vida del espíritu.

Ale, ya podéis ir eligiendo. A mi la verdad que ninguno me atrae especialmente, así que en caso dado, prefiero meterlo todo en sus características excepto un solo hechizo, tal vez curar si vamos a ser de guerra, o algo parecido. Vosotros diréis.

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09/04/2014, 21:09
Santiago Castiblanco

Recuerden que el Tótem ya empieza con algunos Hechizos básicos y con 7 a repartir entre los Rasgos. El poder es la suma de los rasgos.

Los Hechizos le pondría Gas tóxico, Ocultarse y Pedir Auxilio,

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10/04/2014, 16:30
William Drake

Yo le pondría Gas tóxico y Ocultarse.

Quitaría esto: 1: El Tótem siempre puede encontrar a los miembros de la Manada. No había pensado en el "si siempre esta con nosotros para que necesita encontrarnos".

Ese punto se lo metería en 1: 3 puntos para gastar entre Fuerza de Voluntad, Rabia y Gnosis.

Aquí viene el momento en el que sobran dos puntos, y podemos hacer lo siguiente:

Darle un nuevo conjuro al tótem, o por el contrario, inflarle F.V, Rabia y Gnosis a saco. La verdad, no veo ningún hechizo que diga "wow, no podemos pasar sin él o estaremos totalmente vendidos" pero meterle en total 12 puntos de mas a repartir entre FV, Gnosis y Rabia me parecen una barbaridad. 

Conclusión: Si alguien ve un hechizo que merezca la pena (¡OH, Máster, invocamos tu sabiduría!) que lo diga, si no inflamos un poco más la FV-R-G y a tirar millas.

¡Venga, que esto ya tiene forma!

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10/04/2014, 19:00
Runihura Un-Nefer

A mi la verdad me gustaría un espíritu con un mínimo de 15 de esencia/poder para que se le tenga un mínimo de respeto (yo no veo al Incarna Rata con 15 puntos de poder la verdad, y con menos aún peor xD tal vez nos toque al final aceptar un Avatar suyo?)

Pedir auxilio mola, sobretodo siendo Rata nuestro Tótem ya que con el sonido característico de las ratas puede hacer un llamamiento a toda su Estirpe en un momento

Gas tóxico lo veo una arma de doble filo, si mal no recuerdo/leído, afecta a un radio; es decir, que si estamos dentro de ese radio también nos jode a nosotros. Además, no termino de concibir una rata pudiendo desprender gas tóxico (si hablaramos de una mofeta... xD)

Ocultarse está bien, pero ¿habéis pensado en invisibilidad? ¿o pasar desapercibidos de los espíritus del Wyrm no va a ir con nosotros?

Sobre la esencia/poder, recordaros, aunque seguro que lo tenéis más que claro, que no sólo sirve para los hechizos y la vida del espíritu; también abarca su fuerza, su destreza, su inteligencia... así que no nos conviene centrarnos tan sólo en hechizos.