Partida Rol por web

Oh! - exclamó Erodel - pues ahí es donde quería ir yo, nos va de perlas.

No bien terminó de hablar, el niño de pelo rojo ya comenzó a enfilar hacia las calles en busca del proximo destino del grupo. Quizás allí hallaría algún reconstituyente para su castigado cuerpo, y poder así proseguir el resto del dia con algo más de fuerzas de las que ahora mismo poseia, a pesar de que el banquete de maese Zolkar le había sentado de maravilla. Sin embargo algo le decía que necesitaría de toda su capacidad para afrontar más visitas en aquel pueblo de zoquetes campesinos. Y a su mente no paraba de acudir la seca imagen de aquel sujeto, Gibs, al que probablemente acabarían tratando con la dureza que a buen seguro merecía.

Como le gustaba a Lyria aquel juego....Ishaya era consciente de que llegaría el día en que algún gañán cruzara la delgada linea que separaba el simple flirteo y algo más.... Y ese día se pondrían a prueba sus sentimientos para con su hermana, sabía que no había hombre en el mundo que la mereciese pero no era una decisión suya....
Alejó sus suposiciones de la mente, y siguió con la mirada la indicación del azorado guardia y con firme determinación se dirigió hacia el edificio.

Gracias, muy amable....

Como le reventaba al guerrero que su hermanita fuese provocando a los hombres sedientos de placer y belleza. El caso es que sabía que cualquier día tendría que partirle la cara a más de uno por la estupidez de jugar con los sentimientos de los rudos varones que se agolpaban como moscas a su alrededor. Por otro lado, todo era un complejo personal de Sicarius, a él no se le acercaban ni las moscas, por no hablar de que las mujeres no le querían tocar ni con un palo.

Vamos, no hay tiempo que perder aquí... y tu, levanta la vista, estás aquí para vigilar, no para inspeccionar el tamaño de los pechos de mi hermana.

Dicho esto esperó que el grupo se pusiera en marcha.

El guardia no pudo más que apartar la mirada sonrojado tras la hosca reacción de Sicarius. El guerrero había acertado de pleno, pero el guardia, aunque eficaz en su trabajo, era humano y como tal, sabía apreciar la vuluptuosa belleza de Lyria.

- Eeeh... El alguacil se encuentra allí inspeccionando la herboristería.- se apresuró a responder el guardia, mientras intentaba desviar el tema de los atributos de la hechicera cambiante.

- ¡¿Todavía sigue pensando la gente, que Jominda vende venenos?!-  Exclamó Kendra con cierto desdén y hastío.

Veneno... !?!

Una lucecilla pequeña pero punzante se le encendió en esa mente poco usada al guerrero. El veneno era una de las formas más viles y rastreras de matar a alguien, más típico de zorras cortesanas y cobardes que de guerreros. Tal vez Petros Lorrimor no fue empujado, sino que pudo ser envenenado y tambaleante por la cercana muerte cayó precipitado. Por otro lado ya era demasiado tarde para asegurarse de si había sido envenenado, pero si tan solo la sospecha de que alguien comprara veneno en este pueblucho servía para desvelar un nombre...

Piensa asno, piensa. Aquí hay más de lo que parece, pero has de pensar y medir tus palabras o nadie te respaldará.

Sicarius dio un paso atrás y se acercó al oido del enano y casi susurrando le dijo:

Ishaya, y si el veneno fuese el arma utilizada para matar a nuestro maestro y padre?

No podemos descartar ninguna posibilidad, cualquier línea de investigación es buena para encontrar a los asesinos de padre. En la herboristería saldremos de dudas....

La aportación de Sic alegró en cierta medida al clérigo enano, ya sabía que tonto no era, le perdían las formas y esos súbitos furores, cuando estaba sereno era capaz de sacar conclusiones bastante acertadas. Tras la breve conversación cuchicheada con Sic, Ishaya se dirigió hacia el edificio de la herboristería, quizás no fuera el lugar adecuado para ver al alguacil pero era posible que sacaran algo positivo para su investigación.

El grupo se dirigió decididamente hacia el edificio donde la herborista de Ravengro, la tal Jominda Fallenbridge, la muchacha de gran belleza y rasgos Shaontís realizaba su  trabajo. Se hacía demasiado difícil que aquella muchacha, sorprendida y acongojada por la turba de las Restlands, fuera una asesina facturadora de venenos o sustancias prohibidas, pero eran muchas las historias de brujas y mujeres que copulaban con demonios, como para tener cierto grado de reticencia hacia las imágenes preconcebidas...¿Serían ciertos aquellos rumores que se esparcían como una epidemia a través de las calles de la apartada y austera localidad? ¿O nuevas invenciones de un vulgo maleable, influenciable y analfabeto?

Sea como fuere, ellos estaban allí para portar luz a las tinieblas, para desentramar el entuerto del siniestro misterio que envolvía a aquellas gentes, sacadas de una pesadilla o una historia de terror...

Ishaya empujó la puerta que daba entrada al establecimiento, y sus ojos quedaron glaucos y desorientados ante la visión de algo, que ni en su metódica y reflexiva mente llegó por un instante, ni tan siquiera a imaginar...

El alguacil envolvía con sus brazos a Jominda, mientras sus labios se fundían en un beso voraz y pasional...

Ejem ejem ... Tosió el inoportuno guerrero ¿Se puede pasar?

Jarik se había mantenido en silencio por una única razón. No tenía nada que decir...

La visión del alguacil y la herborista en un apasionado beso tampoco le dijo nada. Solo dos personas que estaban unidas. Si había algo más, con el tiempo se descubriría. Tiempo que no tenían. De todas maneras, era mejor dejar que las circunstancias del momento dejasen abrir la verdad por si sola...

Así que Jarik se quedó mirando a la pareja fijamente, con una mirada fingida de perplejidad en los ojos... Sin decir nada.A ver que ocurría ...

Erodel, ante la romantica escena, giró su cuello ligeramente, en un gesto ya común en el en según que circunstancias. Sus ojos de jade hubiesen podido iluminar todo un salón real de tan abiertos estaban. Luego, secundando el carraspeo de Sic, rió con un "ji-ji-ji" infantil, de niño curioso travieso, lo bastante alto como para no pasar desapercibido. Las notas musicales de su risa, pues aunque infantil era una risa melodiosa y bella, inundaron la sala y llegarían a oidos de todos, tal era su proposito.

Lentamente y en silencio Ishaya volvió a cerrar la puerta. Un rubor súbito tiñó las mejillas del siempre circunspecto enano, la situación se había tornado embarazosa y quizá lo mejor era hacer como si no hubiese pasado nada. Lanzó un profundo suspiro y tras unos instantes golpeó suavemente la puerta con los nudillos...

Disculpen.....

La ruidosa irrupción del grupo en el comercio de Jominda, hizo que los amantes se separaran con un respingo. La bella mujer, se dio la vuelta como si la cosa no fuera con ella y corrió tras el amparo del mostrador, intentando camuflar el rojizo rubor que inflamaba sus bronceadas mejillas y sus labios finos.

Por contra, el hombre que respondía como el alguacil Caeller, era un hombre alto y fornido, al menos tanto como Sicarius. Portaba un guardapolvo cubierto de mugre y barro, mientras que un sombrero de ala se asentaba en su cabeza. Llevaba una barba de varios días, y su mirada refrendaba una cosa... Era un tipo duro.

Bien armado, con una espada envainada a un lateral de su cinto y varias dagas que se podían entrever en la profundidad de ese guardapolvo, daba aspecto de ser un profesional en su oficio. Rostro serio, mirada fría escudriñaba uno a uno, a aquellos que habían requerido su atención.

- Tal vez pase luego Lady Fallenbridge.- dijo el alguacil sin dejar de mantener el contacto con los forasteros que habían  segado su momento de calma - Me alegro de que su establecimiento no haya sufrido ningún acto vandálico durante mi ausencia...- Tras esto comenzó a dirigirse hacia la puerta...

Perdone, Alguacil. Hemos venido a hablar con usted.- Comenta Jarik. Su mirada a vuelto a la serenidad normal, ya que no ha servido para nada la fachada de sorpresa y la mirada directa. Es un tipo duro. Eso está claro. Entonces mejor ser directo... o todo lo directo que sea pertinente.

Somos la familia del profesor Lorrimor, y queríamos comentar con usted algunos asuntos en los cuales tenemos dudas.

El tipo se detuvo en su avance hacia la puerta, una vez las palabras de Jarik salieron de su boca. Viró sobre sus talones de forma marcial y miró fijamente al pistolero. Su mirada era hosca, ruda, fría pero ante todo tenaz. No era un principiante, ni tan siquiera un bravucón que se había hecho con el puesto para obtener reconocimiento o fama entre sus vecinos. Aquel hombre no era de allí, y sobre todo, había visto mucha muerte. Si tenía que desenvainar su espada, no temblaría... eso estaba claro.

- Ya me ha contado Lady Fallenbrige el desafortunado incidente de las Restlands... les aseguro que no volverá a suceder.- No reparó un segundo en disculparse, mientras hacía una reverencia militar al grupo. - Pero sobre todo, les ruego que no vuelvan a usar al máximo sus dotes combativas contra ellos. Son campesinos y han aprendido la lección... ¡¡Ténganlo presente!! En cuanto he llegado de mi exploración semanal de los alrededores, he aprehendido a los causantes de tal rebelión. Ahora dormirán en una celda...- dice seriamente mientras rasca su barba con unas manos sucias. - Al único que no he encontrado es a ese viejo Gibs. Parece que ha perdido su sano juicio...- proseguía comentando de forma detenida.

- Pero... ¿Qué desean saber?...-

La mente de Sicarius se nubló por completo, de nuevo Gibs se escapaba. Sus ideas conspirativas afloraban de nuevo y cada vez tomaba más sentido de que el viejo alborotador solo era un cabeza de turco y que al final se lo encontrarían flotando en un rio con un puñal clavado por la espalda para evitar que le sacaran información sobre posibles cabos sueltos de la Senda.

Mierda!!!

Por otro lado, el alguacil se presentaba como un honroso aliado o como un temible rival, lo descubrirían en breve. Tal vez era el deseo del guerrero compartir sangre con un igual, ya sea propia o ajena, codo con codo o en bandos opuestos.

Primeramente, maese Caeller, disculparnos por si nuestra presencia ha producido algún altercado en Ravengro. Pero recuerde que nosotros vinimos a enterrar a nuestro amigo y mentor cuando nos vimos sorprendidos por una turba de campesinos que trataba de mancillar el cuerpo insepulto de nuestro amado padre...

Ishaya hizo una pausa para frenar la espiral de dolor que aún le causaba la reciente pérdida...

Le aseguro que pusimos todo el cuidado del mundo para que ningún habitante de Ravengro sufriera daño alguno, de no ser así las consecuencias no serían las que se han producido y más de una familia estaría ahora camino de las Restlands...

Hemos venido a verle porque queremos saber todo lo relacionado con la muerte de Lorrimor, toda la información que sea capaz de darnos será bienvenida. Agradezco su actuación para con los alborotadores de las Restlands, lástima que no haya encontrado al que creemos que es el gran instigador de la turba.... Espero que ponga en su búsqueda el mismo "ardor" que pone en proteger las propiedades de sus convecinos....

El alguacil fijó su mirada en Ishaya. En cierta forma le sorprendió que fuera el sacerdote enano, el que iniciara la indagación, armado con un lenguaje rico, educado y repleto de giros formales. Aquello no era lo que solía ver Caeller, y sus expresión lo dejó sucifientemente claro, para que todos pudieran contemplarlo. Tal vez, esperaba a un enano algo más rudo...

- No tienen nada de que preocuparse...- respondio serenamente, mientras cierta sonrisa de desafío volvió a dibujarse en su cara. Ese individuo era intrépido, y además, estaba acostumbrado ha hundirse en el fango del pantano buscando y analizando cualquier nimia amenaza que pudiera asolar al pueblo. - ... Encontraré a ese pobre diablo.- mientras su voz salió más afín a un siseo, que a unas palabras de autoridad.

- Siento la gran pérdida que han sufrido.- realizando nuevamente una sentida reverencia - Yo encontré su cuerpo cerca de la entrada a la prisión de Harrowstone. Su cara se encontraba totalmente desfigurada, seguramente porque cayó de alguno de los balcones de la construcción y se golpeó con algún saliente.-explicó con pelos y señales - No les recomiendo que vayan allí. Hay cosas que no querrán ver, ni oír...- afirmó el alguacil mientras una sonrisa siniestra se formaba en su cara. - Aquello es una tumba de almas en pena, ¿Ni tan siquiera sé qué hacía el bueno de Petros allí?- prosiguió el fuerte hombretón mientras maldecía la mala suerte del profesor.

Bien, esa es la versión oficial, que ya conocíamos... Pero no nos lo creemos, así que por eso hemos iniciado una investigación por nuestra cuenta... No creo que exista ningún problema en ello no?

El motivo de nuestra visita era, además de corroborar la versión "oficial" de la muerte de Lorrimor, denunciar a Gibs por injurias y calumnias sobre el honor de nuestro padre e instarle a usted como autoridad en la zona a que lo detuviese e interrogase pero la noticia de su huida lo único que ha hecho es reafirmar nuestra hipótesis de que él es el principal culpable de los hechos de las Restlands...

Si quiere, podemos colaborar en su búsqueda....

Ishaya ya tenía el veredicto de Gibs, solamente esperaba encontrarlo con vida para poder llegar hasta la Senda Susurrante, pero si estos lo cogían antes también podía darse por muerto...

El alguacil escuchó las palabras del sacerdote enano, sin apenas realizar una mueca. Simplemente dejó que Ishaya argumentara la decisión del grupo.

- Que investiguen no me parece una mala idea, siempre que lo hagan en pos de mantener el orden en Ravengro. Por mi parte no encontrarán oposición.- afirmó Caeller - En cuanto a Gibs... Tengo ganas de encontrar a ese viejo loco. Tiene algunas cosas que explicarme...- dejó en el aire la frase mientras sus pensamientos se perdían en divagaciones.

Nosotros también tenemos mucho que preguntarle a Gibs.... Si lo atrapa antes que nosotros, podría avisarnos?

Le garantizo que no iniciaremos altercado alguno, pero no puedo prometerle que no actuaremos en legítima defensa... Espero que tenga razón y los alborotadores de las Restlands hayan aprendido la lección....Si hubiera una próxima vez el resultado podría ser distinto...

A Ishaya no le gustaban las advertencias que estaba haciendo pero eran obligatorias en las circunstancias del momento... Con una secta maligna rondando por la zona y actuando en su contra modificaba su patrón de actuación en caso de ser atacados...

Si no es molestia, podría responderme a algunas preguntas.... Quién podría querer ver muerto a Lorrimor? Ha habido sucesos extraños en Ravengro últimamente?