Partida Rol por web

Desde el otro lado

3. La Siega

Cargando editor
22/02/2011, 13:30
Eduardo

-¿muerto?- la palabra resuena en mi cabeza, miro a mi alrededor, es la misma ciudad, pero diferente, mas... deprimente, consumida

-esto no puede ser la muerte- me llevo la mano libre a la arteria del cuello, no hay pulso, pero noto el escozor en la mejilla donde la herida sangra

-es un error- repito sin convicción -y si estoy muerto, ¿esto es el infierno?¿sois demonios?- levanto la mano haciendo tintinear los eslabones de la cadena, el simple sonido me resulta desagradable -¿que vais a hacer con nosotros?-

Esteban estaba conmigo en el coche, miro a mi alrededor buscándolo con la mirada al recordarlo, pero no parece estar por aqui

Cargando editor
22/02/2011, 13:33
Arturo

Esos tenían que ser los cabrones más feos que hubiese visto en su vida, intentó tragar saliva pero la sensación fue extraña, como si no tuviese nada, tuvo que hacer un esfuerzo adicional para no atragantarse. Un jodido viejo enfermo y una tía deforme estaban tratando de arrestarle, o peor aún. ¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba Laura? Las preguntas no cesaban de bombardear su cabeza como si se tratasen de proyectiles de luces y memorias que lentamente iban pintarrajeando un paisaje frente a sí, que lo mantenían absorto y alejado de darse cuenta de donde estaba.

Cuando oyó muerto, se paralizó de inmediato, sintió -o creyó sentir al menos- un escalofrío nada agradable. Quizás no eran de la ley, quizás eran criminales. Los muy cabrones no tenían uniforme de nada, pero había visto cosas peores. Había visto esos sujetos disfrazados de civil, aunque normalmente no destacaban. No eran tan jodidamente escalofriantes. Y la maldita esposa empezaba a molestarle, a escocerle con desespero.

-¡Fue ayer! ¡fue ayer!- lo repitió como un chillido molesto, como un gemido que toma forma en palabras profundas y graves, acusatorias -Estaba pasando por aquí, no he tenido nada que ver, no tengo nada que ver con vosotros gilipollas, soltadme, quitadme esta mierda...- dice sin poder procesar todo, intentando darle continuidad a un paisaje onírico que parece más salido de sus pesadillas que de su inconsciencia. -Soltadme o no respondo...- amenaza temeroso.

Cargando editor
22/02/2011, 14:51
Clara

 Ante las palabras de esos dos, Clara no pudo más que quedarse quieta, con la boca entreabierta, sin saber qué decir. Los recuerdos volvieron a ella y, tras unos segundos desde que el otro hombre encadenado terminase de hablar, se volvió hacia sus captores, sonriendo con incredulidad.

- ¿He muerto, decís? ¿De qué, de... una explosión, un traumatismo craneal? ¿ESO me mata?

Su expresión cambió de golpe por una de rábia.

- ¡NO! ¡A mi me matará mi enfermedad! Algún día, no sé cuándo pero... ¡pero no una chorrada como esta! ¿¡Me oís!?

Intentó dar un tirón furioso contra la cadena que la apresaba, pero era incapaz de ejercer presión contra ella. Viendo que esa vía era inútil, se buscó el pulso en el cuello con los dedos de la mano libre, y descubrió que no podía encontrarselo. Gritó con rábia hacia el tipo que la apresaba.

- ¡Suéltame! ¡No es así como van las cosas!

Cargando editor
22/02/2011, 17:10
Sombra de Arturo

 Una voz se abre paso en la conciencia de Arturo, su voz, aunque... ¿habla como Miguel?

"¿creías que te ibas a escapar? has hecho mucho mal chico, llega la hora de pagar por el"

Cargando editor
22/02/2011, 22:47
Miguel

Miguel no parecía dar muestras de estar entendiendo o si quiera escuchando lo que aquel chico, Enatiz, le decía.

La impresión inicial al ver su casa destrozada le impidió desarollar algún tipo de pensamiento o idea al respecto. Lo único que hizo fue levantar la vista hacia su captor con los ojos desorbitados y empezar a agitarse y a intentar gritar, pero el pánico estaba empezando a brotar dentro de sus entrañas tragándose todo su aliento.

Miguel se llevó la mano libre al pecho y comenzó a boquear, como si fuese un pez fuera del agua, mientras miraba a su alrededor totalmente confuso y tiraba de la cadena que le apresaba. ¿Qué le ha pasado a mi casa? ¿Por qué la cadena? ¿Y quién eres? Esas eran las preguntas que quería hacer, pero hasta que recuperase el control sobre su cuerpo no podría ni siquiera dejar de moverse.

Había tenido muchos ataques de pánico a lo largo de los últimos cinco años pero aquel era el peor, y no le faltaban razones para padecerlo. Su cara se estaba poniendo roja como un tomate.

Cargando editor
23/02/2011, 13:08
Carlos

No encuentro las putas gafas. No veo bien y este tío de al lado parece un común, como los que me dieron por el culo. No me jodas, otra vez no. Yo soy político, no pueden meterme con los comunes, como mucho podría estar con los de régimen abierto, los violadores y esos.

Pero . . . ¿estos son polis?

Oiga, eh, ¡eh! Oiga.

¿Quién es usted? Identifíquese, muéstreme su placa.

Y si no son polis ¿qué hago? ¿Llamar a la policía? ¿Yo? Vamos, no me jodas. Y además, ¿quién va a secuestrarme a mi? ¿Y además, qué fue esa explosión? ¿Serán terroristas?

Cargando editor
23/02/2011, 13:06
Mujer joven

Quizá fuera pura costumbre o que su necesidad de ver bien era sólo psicológica, pero tan pronto tanteó el suelo y encontró sus gafas (junto a sus propias gafas, rotas y dobladas, aunque éstas no podía tocarlas) pudo distinguirlo todo mucho mejor. Recordaba haberlas perdido en algún momento, cuando todo se había llenado de humo y de cristal.

Pudo incorporarse sin moverse del sitio. La chica deforme no se lo impidió. El viejo tiró de Arturo con aire silencioso, haciendo un ruido gorgoteante a través del tubo de la garganta. La chica, mientras tanto, trataba de explicárselo a todo el mundo.

-Ya os he dicho que estáis muertos. Los tres. Todos, yo también. Pero no hay tiempo de desesperarse. Hay prisa, ¿sabéis? -Miró a Carlos y sonrió-. ¡Gafas reliquia! Mi abuela necesita una de esas.

No dijo nada más al respecto, sino que de un tirón los sacó en dirección a la calle.

-¡Eh, Martín! -gritó al anciano-. ¡Las gafas me las quedo!

Cargando editor
23/02/2011, 13:14
Jose Luis

-¡YO NO ESTOY MUERTO! -aulló Jose Luis, poniendo todas sus fuerzas en zafarse del agarre del grillete, aunque la cadena no sufría ningún cambio por más que tirara-. ¡NO ESTOY MUERTO! -Se llevó una mano a la cabeza y apretó los dientes-. ¡Y tú cállate! Yo no... No puedo estar muerto -sollozó-. Me faltan tres meses, el médico me lo dijo... No estoy muerto...

Cargando editor
23/02/2011, 13:18
Mujer de pelo rizado

-No, no somos demonios, cielo. También somos fantasmas, como vosotros. No te preocupes, no vamos a haceros daño. Os llevaremos a la Ciudadela, con el resto de fantasmas -respondió la mujer en un tono excesivamente dulce-. Las cadenas sólo son un método de seguridad. Cuando uno descubre que todo ha terminado, suele tomárselo muy mal.

No por ello dejó de arrastrar a Eduardo, ni de caminar.

Se dirigían hacia las ruinas de la cafetería de al lado, cuyo cartel rezaba "El R", a falta del resto. Los escombros lo llenaban casi todo. En la explosión, los ladrillos, la cristalera, los muebles... todo había saltado por los aires. Pero ocurría algo muy extraño. Al mismo tiempo los muros continuaban allí, firmes, desafiantes. Las cristaleras tenían un aspecto algo tenebroso, pero cumplían su función. Y el cartel, que en lugar de estar colgando se mantenía bien pegado a la pared, decía "El Rincón". No es que a veces estuviese en ruinas y a veces estuviese bien. Ocurrían ambas cosas al mismo tiempo. Daba la impresión de haberse quedado uno bizco.

Cargando editor
23/02/2011, 13:24
Hombre de traje

El hombre de traje recogió la cadena y la tensó por encima de su cabeza, para que Clara tomase una posición de incomodidad. Aunque no era el mismo tipo de incomodidad que cuando los músculos se cansan. Era algo mucho más psicológico, como de sentirse sometida.

-Mira, chica como te llames, me molesta mucho que me grites. Si no te callas voy a llamar a un Legionario para que te arranque la cara, y veremos si te puedes encontrar el pulso entonces. Eres de mi propiedad, ¿te enteras? No te estoy secuestrando. ¿Para qué te iba a secuestrar yo, eh? Ya te he dicho que tus padres no me pueden dar ningún dinero. A partir de ahora eres mi esclava, y si no cierras la boca voy a borrártela de la cara.

Cargando editor
23/02/2011, 13:25
Eduardo

 -¿fantasmas?- incrédulo levanto mi mano ante mis ojos, no me transparento ni nada así

De todos modos mi mente empieza a reaccionar, no por todo este escenario rocambolesco, sino por la mentira clara de la chica

"para nuestra seguridad, y una mierda. Reconozco una mentira en cuanto la escucho, estos hablaban antes de beneficios y eso es lo único que les interesa" y las palabras del trajeado a continuación no dejan lugar a dudas "esclavo, no pienso aceptar eso"

Tengo que escapar, pero este grillete me debilita de una forma que no entiendo.

Miro a mi alrededor con gesto desorientado, como aun alucinando por lo que veo, pero en realidad lo único que me interesa es escapar de algún modo, cuando esté libre ya tendré tiempo de preocuparme por donde estoy

Cargando editor
23/02/2011, 13:30
Egoitz

Al mirar hacia arriba una segunda vez se percató de que su casa estaba derruida y en pie al mismo tiempo. Era como una visión doble. Su cocina se tambaleaba a duras penas, y al mismo tiempo un recio techo le impedía verla. Los escombros parecían algo lejanos, como si no estuviesen en su misma dimensión y sólo pudiera contemplarlos, pero no tocarlos. La tangibilidad de las cosas era algo muy extraño.

Fue entonces cuando le dio el ataque de ansiedad. Pero a pesar de que se esforzaba en respirar con fuerza, no le entraba aire a los pulmones. No se le aceleraba el corazón. No estaba teniendo ningún ataque, al menos no a nivel fisiológico. No había nivel fisiológico.

Egoitz le miró con preocupación.

-Oye... tranquilo, ¿vale? ¿Cómo te llamas?

Cargando editor
24/02/2011, 08:47
Carlos

Escepticismo. Llevo toda la vida utilizándolo y ahora tiene que funcionar porque esto no puede ser real.

¡Ja! Tienes una cara más difícil que la teoría de cuerdas.

Es lo primero que sale de mi boca cuando me pongo las gafas. ¿Las gafas? Pero si están ahí rotas. Sin embargo las he cogido y las tengo puestas . . . ¿o no?

Así que esto es estar muerto ¿eh? Pues tenéis la tele distorsionada, se ve todo como doble y borroso. Además si estamos todos muertos ¿por qué vamos a tener prisa? Nos quedaría toda la eternidad para hacer . . . ¿qué?

Muestro una sonrisa de suficiencia, debo resultar gracioso.

Pero algo me desconcierta. ¿Por qué sigo viéndome ahí tumbado si estoy aquí de pie?

Cargando editor
24/02/2011, 09:08
Sombra de Carlos

Una voz clara es perfectamente audible por Carlos. Tiene esa entonación que el mismo pone a las palabras y bastante familiaridad, es bastante clara, tanto, que pareciera venir de alguien a su lado.

-El cinismo no nos ayudará mucho, no- comentó esta voz -estas personas son peligrosas, muy peligrosas, nos quieren regresar a aquel antro, ¡No podemos olvidarlo, no podemos volver! no de nuevo el sufrimiento...- parecía quebrarse con miedo por momentos, con un tono a medio camino entre la rabia y los sollozos -... ellos quieren regresarnos por el simple placer de delatarnos, se reirán... no queremos... no... ves, ves al otro sujeto? al calvo? si... si... nos meterán en una celda con él, nos darán por el culo, si, nos dejarán pudrirnos como el juguete de cientos como él... no queremos eso...-

Carlos puede reconocer entonces la voz... la sensación de familiaridad que le provoca es la misma que le despierta cuando oye su propia voz grabada, tan diferente, pero tan familiar. Es su propia voz hablándole desde afuera.

-Vamos, nos ayudaremos, estos idiotas no han visto nada de nosotros, no. Si decidimos resistirnos ahora, podríamos usar el potencial que no sabíamos que teníamos... pero que poseemos, si, y que ahora lo conocemos y ellos no...- susurra con firmeza.

Cargando editor
24/02/2011, 09:34
Carlos

Pero  . . .  ¿qué?

Me giro a ambos lados mirando todo, como buscando algo.

Cargando editor
24/02/2011, 14:48
Arturo

Oyó esa voz. Era él... tenía que ser, tomó aire con un esfuerzo algo torpe, inflándose de forma algo cómica y sin necesidad, luego liberando el aire con un bufido y girando con lentitud para ver de donde venía aquello...

Miguel

Debía estarlo imaginando, debía estar imaginando la risa que él tendría de verlo allí, atrapado después de huir como una rata, aprisionado por unos desconocidos.

Todo fue tu culpa... mamón- alcanzó a dejar escapar entre dientes, mientras apretaba el puño con fuerza, no, no iba a pagar por algo que no había hecho, no iba a dejar que las cosas terminaran allí, no iba a rendirse, ni a abandonar todo.

Muertos, estamos muertos. Casi podía imaginarse lo irónico de la situación... seguro le ajusticiarían los enemigos de Miguel, se las cobrarían. O los del Chucho, o casi cualquier gilipollas de baja ralea tenía una razón para cagarse en él a la primera oportunidad, aunque cadenas, y llevarse a los demás...

"Imbéciles" pensó. Solo era un maldito viejo, tenía que ser alguna especie de chiste. No sabía que sentía, tomó aire con fuerza, tembloroso, entre dubitativo y desesperado.

"Hoy no, cabrones"

Y haciendo un esfuerzo, se gira llevando su mano libre hasta el hombro de aquel anciano, de aquel patético y tenebroso anciano, para girarlo rápidamente de un tirón y hacer que esa mano libre se cerrara sobre su cuello, sobre aquella garganta metálica, asquerosa y ruidosa desde donde emitía aquel gorgoteo desagradable, quedando en una posición difícil, mientras uno de sus brazos estaba fijo a la cadena y debía estirarse para sortear la inmovilidad del mismo, el otro se tensaba hasta el máximo, hasta el cuello de su captor. Tenía sus piernas separadas, haciendo suelo y equilibrio en su intento de emancipación.

Apretó su mano todo lo que pudo, ante esa sensación repugnante entre gélida y viscosa que le ocasionó el cuello del viejo y lo miró fijamente, a esos ojos negros y siniestros, sin vida, mientras sacaba fuerzas para enfrentarse, para liberarse.

-Mira hijo de puta, cabrón... o me sueltas ahora, o vas a lamentarlo hasta el último de tus malditos días...- le amenazó cerrando los dientes con fuerza, como estaba acostumbrado al momento de ejercer su profesión. Intimidar...

"No deberías hacer eso, te lo prometiste..." decía otra vocecilla en él que estaba ignorando en aquel instante.

Cargando editor
24/02/2011, 15:02
Arturo
- Tiradas (1)

Notas de juego

Al final hago dos éxitos, uno reglamentario, uno por la FdV.

Lo pongo en la ficha.

Respecto al intento de intimidarlo, no se si funcione, o si requiera tirada, lo dejo en tus manos dire.

Cargando editor
24/02/2011, 15:11
Sombra de Carlos

Sólo estando los mismos presentes, el común parece lanzarse desesperado para exigir su liberación, y la voz, esa voz que oye Carlos con inusitada claridad, en su oído, a su lado, su misma voz continúa.

-¡El quiere escapar! Él no es mejor que nosotros... lo podemos ver, si, no es mejor que los que nos torturaron en prisión. Él no merece más la libertad que nosotros, no! debemos actuar, la mujer, la mujer, es peligrosa, nos miente, nos quiere despojar de lo nuestro, nos quiere hacer daño... somos más fuerte que ella, somos más inteligentes...- murmura aumentando su tono decisivo.

-Podemos usar nuestro potencial, todo nuestro potencial. No se lo esperan, piensan que somos inofensivos, sabemos que podemos lograr grandes cosas, si queremos, podemos obligarla a que nos libere, a que pague...- propone -solo tenemos que usar nuestro potencial, debemos usar nuestra verdadera fuerza, la que ellos no esperan... si, debemos!- finaliza

Notas de juego

En términos de juego, mi querida psique, te estoy ofreciendo 4 relucientes y bonitos dados de la sombra para cualquier acción que implique coaccionar a la mujer para intentar liberarnos (¡por las malas! nada de ser diplomático! puedes intimidarla, golpearla o lo que se te ocurra, pero nada de Mr. palabras bonitas). No, no me agradezcas ahora, no me digas que no soy la mejor sombra que has tenido. :D

Cargando editor
25/02/2011, 09:04
Carlos

Algo no me cuadra.

Pero qué mierdas estoy diciendo. ¡NADA ES NORMAL!

En otro gesto mecánico, inconsciente, me quito las gafas para frotarme los ojos con la mano que está libre. Aún con las gafas en la mano miro alrededor y parece que . . . veo. Nervioso me llevo las gafas a los ojos, las pongo ante los ojos y luego las quito. Las pongo y las quito.

Todo esto tiene que ser un sueño, no necesito las gafas y sin embargo las llevo desde pequeño. Pero  . . .  ¿y si no lo es?

Con la semilla de la duda ya implantada vuelvo a echar un vistazo alrededor, buscando signos, evidencias, algo. Desde luego estos de las cadenas son más irreales que el más loco de mis sueños, pero necesito algo más, alguna prueba que me despierte . . . o no.

¡Eh, tía! ¿Cómo te llamas? ¿Y dónde estabas tú cuando la explosión? ¿Por qué me has puesto la cadena? ¿Y a dónde tenías prisa por llegar?

De pronto siento la necesidad de respuestas, empiezo a sentirme nervioso.

Cargando editor
25/02/2011, 09:10
Carlos

¿Quién coño eres tú? ¿Por qué puedo oírte en mi cabeza y parece que nadie más te oye?

Esto es un sueño. Tiene que ser un sueño. Ayúdame a despertar, tengo que volver a casa y preparar la cena para Claudia y para mi. En nuestro piso alquilado. Volverá pronto de la uni, de la biblioteca donde estudia. Tengo que agasajarla, ha pasado la tarde con esos yogurines así que debo darle algo de conversación inteligente para compensarla. Tengo que darle alegría y confianza. Tengo que demostrarle que la quiero.

Tengo que salir de aquí.

Notas de juego

Si no procede hablar con la propia sombra puedes borrar esto.