Partida Rol por web

Desde el otro lado

4. La Ciudadela

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15/03/2011, 16:05
Eduardo

Eduardo atravesó a Carlos de lado a lado. Al sacar la espada de su interior, del suelo surgió un agujero parecido al que se había tragado a Arturo y al hombre de la E, todo viento y gemidos. Carlos fue succionado por él y de inmediato desapareció, seguido por la antorcha cercana.

El fantasma giró sobre sí mismo y se centró en Miguel.

-Y ahora... ¿vas a dejar que te mate a ti también o vas a luchar?

- Tiradas (2)

Notas de juego

A partir de ahora no enviéis mensajes a Carlos ni a su Sombra.

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15/03/2011, 21:32
Miguel

Para cuando Eduardo se dio la vuelta hacia él prestándole total atención, Miguel ya estaba completamente ido. De estar cuerdo (si lo hubiese estado alguna vez en cinco años), habría salido corriendo a esconderse detrás de alguno de los desgraciados que había en la celda, pero todo lo que había visto y padecido le había trastocado de manera radical.

Miguel tenía un ataque, pero no de pánico, sino de histeria, así que, sin escuchar al tipo, se lanzó de nuevo sobre él para agarrarle las manos y limitar su movimiento.

- Tiradas (1)
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16/03/2011, 13:14
Eduardo

Eduardo dio un tirón brusco y Miguel no pudo alcanzarlo.

-Ya estoy cansado de esto, ¿sabes? -Puso la espada en el suelo, al estilo de los legionarios romanos, y se dejó caer sobre ella. Soltó un gruñido al tiempo que se movía para ampliar el daño todo lo posible-. Que te vaya bien aquí, compañero. Me voy a un lugar mejor.

Un agujero se abrió en el suelo y se lo tragó.

- Tiradas (1)
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16/03/2011, 13:19
Sombra de Eduardo

Justo antes de que el agujero se lo tragara, la voz en su cabeza dijo:

-Despierta, hijo.

Y Eduardo lo hizo, sólo para ser engullido por el viento y los gemidos.

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17/03/2011, 19:19
Miguel

En un segundo Miguel pasó a encontrarse solo con su histeria. ¿Solo? Bueno, no, había más gente en la celda, apartada, pero realmente era como si lo estuviera, ya que el resto no hacían mucho ambiente.

Como un pez recién pescado, movió gritó, pataleó y agitó los brazos, hasta que se dejó caer de rodillas en el lugar en el que hacía escasos segundos que se había cerrado el agujero. Miguel se echó a llorar tapándose la cara con ambas manos. Ni siquiera se preguntó donde había ido aquel loco, ni dónde estaba el resto. Solo sabía que él estaba perdido.

Notas de juego

¿La espada?

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18/03/2011, 08:41
Sombra de Miguel

No, no, no. No estás solo.

No estamos solos, estamos juntos en esto. ¿Por qué dudamos? Ya hemos visto como se hace ¿no? Podríamos quedarnos aquí pero nada bueno nos han dicho de este lugar. Podríamos irnos como los demás, solo tenemos que atrevernos. Busquemos un modo, busquemos un arma, tomemos la espada.

¿Abandonaremos a esta gente? Mirémoslos, están asustados. Tanto o más que nosotros. Pero ellos no tienen que ir a proteger a su pequeño, no. Sus pequeños ya están aquí han dicho, el nuestro no. Tenemos que hacer algo para protegerle.

Adelante, hagámoslo.

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21/03/2011, 10:54
Miguel

La voz consiguió lo impensable. Miguel se tranquilizó y se secó los ojos con la manga de su bata.

-Tienes razón -murmuró-. Ya ni siquiera puedo perder la vida, y creo que no me queda cordura... Lo único que me queda es él.

El hombre se levantó, respiró hondo y miró a su alrededor intentando averiguar cual iba a ser su siguiente paso, porque no valía solo con recuperar la tranquilidad. Tenía las bolsas de los ojos más pronunciadas de lo normal y los ojos enrojecidos, lo cual le daba un aspecto inquietante.

 

Notas de juego

Estoy esperando a que la master me diga que ha sido de la espada, que se le ha pasado. Cuando lo sepa edito.

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25/03/2011, 15:28
Miguel

Entonces vio la espalda y supo lo que debía hacer, lo que esa voz quería que hiciera pero... ¡No podía! ¿Cómo iba a hacerse daño a si mismo si ni siquiera era capaz de hacer daño a los demás? Llevaba cinco años temiendo al dolor y a la muerte. Y aunque ya hubiera pasado por la segunda, no estaba dispuesto a someterse a la que, para él, sería una tortura.

-No... No... ¡NO! -exclamó pisando la espada y empujándola con el pie-. ¡NO VOY A CLAVARME ESO!

 

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26/03/2011, 16:34
Director

La puerta se abrió. Al otro lado esperaban varios legionarios, perros, espadas... Se sorprendieron de encontrar el lugar tan súbitamente vacío, pero no dijeron nada al respecto. Saltaron sobre aquellos que no tenían grilletes y cadenas y los sacaron a empujones de la celda. Miguel fue uno de ellos. Lo encadenaron de pies y manos y lo condujeron hacia la Forja, donde esperaban otros fantasmas y la gran fragua de fuego azulado y frío, y el yunque donde lo golpearían hasta convertirlo en otra cosa.

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26/03/2011, 16:40
Gonzalo

-Ahora hay que meterlo.

Los operarios y herreros lo sujetaron por las cadenas y lo condujeron al fuego. El metal se forjaba a base de calor y golpes, y aunque este fuego era frío, podía esperarse lo mismo.

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27/03/2011, 23:28
Director

Miguel fue arrastrado hasta la Forja y fue empujado al interior. Pronto sintió cómo su Corpus se quemaba y el plasma de su interior comenzaba a hervir. El rostro se le congestionó en una mueca de dolor y empezó a gritar, a gritar más que en toda su vida. Si acaso hubiera podido perder el conocimiento... pero no, estaba muerto. Las cosas ya no funcionaban así.

Lo retiraron del fuego y lo apoyaron contra el yunque. Empezaron a martillearlo. Todavía había algo peor que la muerte.