Partida Rol por web

Desde el otro lado

4. La Ciudadela

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10/03/2011, 01:00
Eduardo

No tardo en encontrar lo que estaba buscando, una espada abandonada, creo que la que cogió la chica, espero que a mi me de algo mas de suerte

Con ella en la mano vuelvo a lo que hace el calvo

-¿piensas cortarle el brazo a todos los encadenados?- la sala esta llena de amas de casa en estado de shock, casi me reiria por el espectáculo, si mi vida "bueno, mi lo que sea" no estuviera tambien en peligro

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10/03/2011, 06:55
Clara

A la Forja llegó una Clara derrotada y resignada. Esa voz  que le había parecido oír  diciendole que huyese le había dado esperanzas de ver a alguien ayudándola, pero no había nadie. Había sido sólo su imaginación. Y por más que había tratado de forcejear, ese "acero negro" la mantenía bien sujeta y el que la sujetaba se había cuidado de no ponerse al alcance de sus patadas. No hubo nada que hacer, y pronto se encontró a si misma frente al fuego azul de la Forja.

Ya no hablaba ni protestaba, y unas pocas lagrimas con un tono negruzco que parecían tinta muy aguada resbalaban por sus mejillas en silencio. Miró a los ladrillos y pensó que seguramente le tocaría acabar así. El coemntario de "tened cuidado, que muerde" le hizo sonreír levemente. Por lo menos un legionario se acordaría de ella y de su pié un tiempo. Y quizá su breve arrebato de rebeldía había dado a los demás prisioneros una oportunidad...

Y entonces uno de los obreros se acercó a examinarla. Estaba decidida a escupirle a la cara, pero se encontró con que en lugar de eso el riego de lágrimas brotaba con más fuerza.

- ...¿Tío... Gonzalo? ¿E... Eres tú? Entonces, ¿es todo verdad, no? ...¿estoy muerta... y todo eso?

Se mordió el labio y empezó a sollozar con fuerza, e instintivamente quiso abrazar a su tío, pero no pudo mover las manos, atadas tras su espalda.

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10/03/2011, 09:00
Carlos

Toda la acción ha sido tan fugaz que no me ha dado tiempo a hacer nada. Antes que pudiera darme cuenta la puerta se había cerrado, seguíamos dentro y el común estaba como loco. Tanto que empezó a cortar brazos a diestro y siniestro. Lo peor no es eso, es que el mutilado se regenera como una lagartija cualquiera.

¿Esto es la muerte? Es una pesadilla. Pero una pesadilla muy real desde luego. Completamente real.

Una sonrisa entre esquizofrénica y maníaca se forma en mi rostro al ver mi premio. Mi exiguo premio tras toda esa violencia. Casi temblando por el susto me acerco donde la antorcha arde con esa extraña llama y la tomo con cuidado, observándola.

Pongo la antorcha en alto para examinar con detalle esa llama que me recuerda las de butano, así como azulada. Y mirándola desde abajo veo el techo.

Notas de juego

¿De qué es el techo? ¿De algo que puede arder?

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10/03/2011, 09:07
Carlos

Ya tengo la antorcha.

Y ya has visto al común haciendo de las suyas. ¿Crees que podemos hacerlo mejor? Vamos, no me jodas. Tenemos que buscar otra salida, si dependemos de correr o pegar estamos perdidos.

Venga, dame ideas.

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10/03/2011, 12:09
Gonzalo

Gonzalo apretó los labios como para tragarse las lágrimas y miró a su alrededor.

-Parad, parad... A ella no, es mi sobrina. No podemos forjarla.

Los legionarios lo miraron dubitativos.

-Gonzalo, es propiedad de la Necrópolis.

-Pues la recompro, joder, ¡ni que fuese tan grave! -gritó él, protegiendo a Clara con su cuerpo-. Y no me digas que han prohibido la venta de esclavos, porque entonces yo diré que os dedicáis a destruir la propiedad de la Necrópolis. ¡Soltadla!

Toda la Forja estaba en silencio, mirándolo. El legionario chascó la lengua y procedió a abrirle los grilletes a Clara, no sin antes advertir:

-Ahora es tuya. Si causa problemas, te la cargas. Y si el Anacreonte quiere una cabeza, será la tuya la que se quede, ¿vale?

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10/03/2011, 13:05
Director

Un griterío se extendió por la celda cuando Arturo y Eduardo enarbolaron las espadas. Los que estaban sueltos se agazaparon en las esquinas, y los que estaban encadenados gritaron asustados.

-¡Van a matarnos!

-¡A mí no me toquéis con esas espadas!

-¡Están locos!

La mayoría estaban tan perdidos como ellos mismos, y no comprendían ni lo que sucedía ni su estado. El pánico comenzó a llenar la celda rápidamente.

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10/03/2011, 14:47
Clara

Clara contuvo su llanto y se quedó en silencio mientras se producía la negociación y ni siquiera miró a los legionarios cuando la desataron. Su mirada, borrosa y oscurecida por las lágrimas, seguía fija en su tío. Se parecía mucho a cómo lo recordaba, cuando lo había visto por última vez hacía... ¿cuanto? ¿siete, ocho años? Cuando sus brazos quedaron libres, se acercó y lo abrazó, y rompió a llorar como una niña pequeña.

El arranque sólo le duró un par de minutos, se calmó bastante deprisa y se apartó un par de pasos, secándose los ojos con el brazo y mirando a su alrededor. A ese lugar que tanto pavor le había dado unos minutos antes. La Fragua.

- ...¿qué haces en un lugar así, tío Gonzalo? - preguntó con un hilillo de voz - ¿de verdad hacéis cemento y ladrillos con... con gente?

Tragó saliva, más como acto reflejo de cuando estaba viva que porque necesitase hacerlo. No sabía si debía preguntar. No quería enfadar a nadie y que volviesen a pensar en forjarla, pero por otro lado... si eso estaba sucediendo, si eso era verdad, era HORRIBLE. No podían hacer eso, nadie lo merecía. Fijó la mirada en el legionario con la nariz rota y se abrigó a si misma con los brazos, temiendo que el soldado aún pudiese ponerla en peligro, atacarla con esas espadas que llevaban o arrojarla a la gran llama de la Forja. No entendía ese lugar, ni sabía que pasaría a continuación, ni qué le estaba ocurriendo a su cuerpo. Y la falta de control,´de seguridad, le producía vértigo y la asustaba.

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10/03/2011, 17:41
Gonzalo

-Sí, Clara, es cierto -respondió él con tono ligeramente culpable-. Pero no es tan fácil como crees. No lo hacemos por crueldad ni por maldad, ¿entiendes? Es cuestión de necesidad. Ya has visto cómo está la Ciudadela. De vez en cuando hay tormentas terribles, peor que cualquier que hayas visto en tu vida. Esas tormentas llevan dentro Espectros, fantasmas corruptos y maliciosos que quieren arrastrarnos al Olvido. Quieren destruirnos para siempre. Nosotros nos protegemos entre estos muros, en la Ciudadela. Has llegado en un momento muy malo. Necesitamos reparar todo esto antes de la próxima tormenta... Pero tú no tienes nada que tener, ¿de acuerdo? Ahora eres libre.

Uno de los operarios se impacientó.

-¡Traed otro! ¡Que no pare la Forja, joder!

Los legionarios dirigieron una mirada dura a Clara y dieron la media vuelta, en pos de la celda. Iban a traer a otro más, otro que no era ella.

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10/03/2011, 18:07
Sombra de Carlos

-Vimos como trataba al que quiso de ayudar, sólo quería ayudar, no fue su culpa...- murmura la voz en referencia a Miguel -Quiere abusar de nosotros, de todos, porque él tiene la espalda... conocemos los que son como él, no nos tomará desprevenidos... ahora nosotros tenemos la antorcha y este fuego nos defenderá... este fuego y nuestra fuerza- La voz parecía levantarse con potencia

-Es nuestra salida... no dejaremos que un común nos de órdenes.- y luego prosigue -usaremos la antorcha para herirles, en cuanto regresen, aprovecharemos el caos, pues se lanzarán a por el común con su espada... y nos escabulliremos sin que nos vean, no repararán en nosotros...- proseguía la voz de Carlos en su propia cabeza.

Notas de juego

Bien, mantengo ahora dos ofrecimientos diferentes.

-Si usas la antorcha violentamente en contra de Arturo, cuenta con 5 dados de sombra.

-Si usas la antorcha contra algún guardia para escapar, cuenta con 3 dados de sombra.

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10/03/2011, 18:20
Arturo

Arturo observa como el prisionero va recuperando la otra mano, esforzándote. -Joder tío... no sabía que podías hacer ese truco de la mano... vas a tener que enseñarme... y explicarme esa mierda de la tempestad y todo lo demás...- y de nuevo blande la espada para lanzar un segundo corte sobre la mano que resta, cerrando ahora los ojos.

Siente como atraviesa la extremidad fantasmal del prisionero, cómo aquel líquido blanquecino transparente que emula malamente la sangre cae sobre la hoja y la retira. Siente una presión en el pecho, una desesperación que se extiende, tratando de tomar aire y respirar profundamente, pero sin poder obtener más que un gesto hueco. Sostiene con fuerza la espada, no se sentía fatigado, no realmente, su corpus no parecía ser propenso a experimentar las fatigas que recordaba, era algo más mental...

Entonces uno de sus compañeros que ha tomado una espada aparece. Le mira malamente -No se, mierda tío, que no es fácil, aunque estemos muertos... y éste parece ser el único que sabe como hacer que le crezcan manos...- dice mirando al prisionero. Los gritos se empiezan a extender, como un lamento común, entre miedo e ira, por la amenaza que significaban ambos con las espadas.

-¡A CALLAR JODIDOS COBARDES! ¡No queréis salir de allí! ¡Bien por mi! ¡Os pudriréis en esta cárcel o en la puta mierda que les han hecho a los niños! ¡Por mi vale...!- dice mientras mira ahora al otro sujeto.

-Haz lo que se te venga en gana tío- le espeta finalmente.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No se si hay alguna forma de no hacer daño

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10/03/2011, 18:26
Director
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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10/03/2011, 19:25
Eduardo

-Eduardo, me llamo Eduardo, no tio- supongo que lo que dice tiene sentido, y veo como le vuelven a crecer las manos asi que.. que mas da

-pues sigue con eso, voy a ver si la puerta es tan sólida como parece-

Me pongo frente a la puerta y me relamo los labios, va a ser cuestión de romper alrededor de la cerradura, a ver como se me da.

Doy un fuerte golpe, me parece que un buen golpe, y aparto la espada a ver que tal

- Tiradas (1)
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10/03/2011, 21:59
Director

Al cortarle la otra mano, el fantasma de la E en la frente aulló de dolor. Su corpus parpadeó, haciéndose menos visible. Su muñeca se deslizó fuera del grillete, pero antes de que pudiera curarse y ponerse en pie, un agujero se abrió bajo los pies del prisionero. El agujero silbaba como un viento huracanado, y el frío y los gemidos emanaron de él.

-¡No! ¡Nooo! -gritó el prisionero.

Pero el agujero se lo tragó.

Y segundos más tarde, bajo un atónito Arturo, se abrió otro de esos agujeros y desapareció por él.

Notas de juego

Desmarcad tanto a Arturo como a su sombra a partir de ahora.

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10/03/2011, 22:25
Miguel

Miguel, considerablemente asustado e ido, se dejó caer por la pared hasta quedar sentado en el suelo sin dejar de mirar a Arturo. ¿Otra vez era culpable de una desgracia? Probablemente. Volvió a mirar a su alrededor, pero no lograba concentrarse en otra cosa que no fuera Arturo, quién le recordaba al hombre que unos años antes había entrado a su oficina como un loco y se habia puesto a disparar a todo aquel que se encontraba a su paso. Hombres como aquellos no sabían pararse una vez empezaban. Desde luego no quería volver a llamar su atención.

Lo que pasó a continuación no se lo esperó, y solo se dio cuenta de que era real cuando la mano del hombre rebotó contra el suelo delante de sus narizes, cayendo cecar des sus pies. Le costó unos segundos reaccionar, pero se ayudó de la pared para levantarse y dio unos paso hacia atrás, repugnado por la visión, tropezandose con el resto de presos.

-¿Qué está haciendo? -preguntó en un murmullo para luego levantar más la voz- ¡¿Qué está haciendo?! ¡Está loco! ¡Completamente ido!

Miguel se retorció entre los presos buscando refugio al fondo de la sala pensando que el iba a ser el próximo al que alguien iba a mutilar. Aún así llegó a ver como se lo tragaba la tierra, y un ligero alivio lo inundó, por lo que dejó de dar empujones y se quedó quieto mirando el vacio que ahora llenaba ese lugar. Ni siquiera se preguntó que había pasado. ¿Para qué? Todo era raro y nada tenía explicación. Así que aquello que acababa de suceder tampoco iba a tenerla. Al menos aquel macarra violento había desaparecido.

Algo más tranquilo (pero ni de lejos sereno ni lúcido) vuelve a acercarse a la puerta con cautela, temiendo que volviera a desatarse el horror y el caos.

-Tienes que sacarme de aquí -le dijo a Eduardo, que era el que tenía la espada, y, por tanto, la fuerza-. Tengo que volver a mi casa.

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10/03/2011, 22:52
Director

El golpe de la espada en la puerta apenas hizo mella. Era recia, muy resistente... sin olvidar que por el otro lado estaban esas cadenas de acero negro, tan desagradables.

Notas de juego

El método para romper algo es una Proeza de Fuerza. Tienes que tener una Fuerza de 7 para poder romper la puerta. Si llegas a fuerza 7 lo haces automáticamente. Como no es algo que se pueda hacer todos los días, tienes que hacer una tirada de FdV dificultad 9. Cada éxito suma un punto a tu fuerza para esta tarea. Si llegas a 7, lo logras.

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10/03/2011, 22:55
Sombra de Eduardo

¿Eso es lo único que sabes hacer? Quizás en lugar de golpear la puerta con la espada deberías hacerlo contigo. ¿Eres tú el hijo que crié, pedazo de vago? ¿Es que toda la fuerza se te ha ido en las juergas, follándote a esas putas? ¿Acaso tu mujer te la ha chupado tanto que has acabado como Sansón? ¡HAZ QUE ME SIENTA ORGULLOSO, PEDAZO DE MIERDA!

Notas de juego

Te ofrezco tres dados para la tirada de FdV.

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11/03/2011, 00:49
Eduardo

Mi golpe no ha estado mal, ha dejado una bonita muesca en la puerta, una bonita e inutil muesca.

Y entonces, cuando creía que no podiamos estar peor, que la serie de horrores variados había llegado a la cumbre, la tierra se traga al calvo y al de la E, con un sonido horrible que me hiela la sangre. El ahullido del esclavo es terrible, parece que el sabe lo que pasa, no como el calvo, pero hay algo mas, el silbido del viento parece clavárseme en el alma dejándome helado

Uno de los que capturaron conmigo me dice algo, pero no le escucho. Esa voz, antes no la reconocí

Me llevo las manos a los oidos y grito, a punto estoy de degollarme con la espada

-MALDITO SEAS, NO TE NECESITO, NO NECESITO QUE TE SIENTAS ORGULLOSO- grito como un poseso, y mi último acto coherente es guardar la espada en mi cinturón antes de lanzarme contra la puerta como un poseso

La ira que me consume hace que la puerta cruja de forma audible, pero no cede por mas que lo intento

-maldita sea, cae, ¡¡CAE!!- casi lloro sobre la puerta mientras me aplasto contra ella

- Tiradas (1)

Notas de juego

casi

¿la espada de Arturo ha caido aqui o se la ha llevado con el?

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11/03/2011, 00:56
Eduardo

Notas de juego

debi responder antes, acepto evidentemente, un poco mas de angustia

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11/03/2011, 08:50
Carlos

Con la antorcha en la mano aún estaba mirando al techo y a todas partes buscando una salida. Sobre todo me giré cuando vi que el común iba a cortarle la mano al preso de la E.

El ruido llamó mi atención, parecía que una tormenta de colosal fuerza se hubiera desatado justo en ese rincón, incluso podía sentir como el viento me revolvía el cabello. Me volví justo a tiempo para ver como un agujero aparecido de la nada se tragaba al de la E. Eso me dejó con la boca abierta. Literalmente.

Pero cuando el agujero volvió para tragarse al común di un respingo, un paso atrás alejándome y se me cerró la boca de golpe.

Pero . . . pero . . .

¿Qué ha sucedido? ¿Qué ha sido eso?

El asombro, el miedo y la incertidumbre se alternan en mi.

Eso . . . ¿es una forma de escapar? ¿O es algo malo?

Miro a todos los presentes esperando que alguien sepa contestar pero mucho me temo que nuestra única fuente de información haya desaparecido tragada por el agujero.

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11/03/2011, 08:57
Carlos

Hechos Carlos. Repasa los hechos. ¿Qué estaban haciendo? El animal le cortó las manos al preso. No ha podido ser la violencia la que ha provocado el agujero porque ya hubo violencia antes y no apareció. ¿Qué ha habido distinto? ¿El fluido? ¿Esa cosa blanquecina? ¿Esa . . .  sangre o lo que sea? Se derramó desde la herida ¿no? Mierda, no estaba mirando pero creo que fue así.

Joder, tengo que salir de aquí, no quiero estar otra vez en una prisión, añoro a Claudia. Ella podría salvarme, seguro. Y yo tengo que protegerla de los idiotas. Pero para eso debo salir de aquí.